EL DIARIO APOCALÍPTICO DEL HIJO DEL REYSEPTIEMBRE 2022
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17.02
Dos principios han regido la historia del mundo hasta nuestros días: la
Violencia Fratricida que conduce a la Guerra y la Razón de la Sabiduría que
aconseja y busca la Paz. De estos dos principios, el primero es el más activo
por en cuanto está relacionado con las pasiones animales a las que se
entregaron los primeros pueblos cuando renunciaron a la Fraternidad
Sobrenatural entre todas las familias humanas por las primeras religiones
neolíticas pre-mesopotámicas establecida y
viva durante la Edad de Oro de las primeras Ciudades-Estados; el descubrimiento
de la Guerra como Pasión Natural a sus dioses, a cuya imagen y semejanza habían
sido predestinados, hizo que la Paz fuese un fenómeno natural anómalo y la
Guerra el estado superior de los hombres, de manera que la Superioridad de un
pueblo sobre otro vino a medirse por la Victoria del uno y la Destrucción
del otro. La Victoria devino señal, signo y símbolo divino de
ser el pueblo vencedor la raza superior, la amada de los
dioses, la llamada a recoger la corona del imperio universal, perdida por el
primer pueblo que la “recibió del Cielo”, palabras copiadas de la Lista Real
Sumeria.
Con el paso del tiempo los pueblos vivieron esta realidad de forma tan
intensa como sangrienta; el descenso de la altura anteriormente
alcanzada en la escalera de la fraternidad social se fue evaporando en los
campos de batalla; el hombre fue dejando de sentirse hermano de su vecino por
el simple hecho de ser vecino.
Lenta pero inexorablemente el hombre civilizado dio paso
al Bárbaro. La Primera Civilización se hundió en el Diluvio de
sangre, según cuenta la Lista Real Sumeria, que la Guerra desató contra el
universo de las Legendarias Ciudades de la Edad de Oro de Mesopotamia.
Todos los pueblos de aquel mundo que en el Quinto Milenio antes de Cristo
conocieron la Paz como el estado natural del Hombre descendieron a la Barbarie
de la Guerra, y la vivieron como el verdadero estado sobrenatural del Pueblo
nacido para dominar y ser señor de las demás familias humanas. El ser humano
devino un animal más, otra bestia. La Bendición de Dios, por el
Pecado, devino Maldición. El hombre pasó a ser una bestia para ese
hombre nacido para ser la Raza, el Pueblo Superior, y señor de las
bestias humanas esparcidas por la faz de la Tierra. La Guerra
por ser ese señor y rey de todos los
pueblos del mundo abrió la Carrera Armamentística que
comenzando con una quijada de asno nos ha llevado a las armas atómicas.
Al Presente esa raza superior tiene sus nuevos dioses en las Ciudades
Prohibidas de Moscú, Beijing, Teherán y Medina. De seguir la ley vigente la ley
que engulló a las ciudades aquejadas de esa enfermedad esquizoide genocida
suicida, después de devorar a las demás ciudades inferiores se devorarán entre
ellas.
El Diablo, el espejo en cuyo reflejo se reconoce este enfermo fratricida,
su imagen y semejanza en el mundo, no conoce hermano ni amigo; el
Hambre de la Guerra se sacia por un tiempo, despierta de nuevo
y devora a quien tiene cerca; ésta es su esencia, su naturaleza: la
Destrucción de toda Vida en el Cosmos es su ser; la Muerte es su madre. Sus
adoradores son devorados una vez concluido su servicio.
Desde el mundo de las Ciudades Estados Mesopotámicas hasta
nuestros días ¿cuántas naciones superiores adoradoras de su Reflejo en el
espejo del Diablo han desaparecido de la faz de la Historia? Observamos en
todas ellas una nota común; todas defendieron a hierro y juego su
bandera: “Roma es eterna”. Kish,
Lagash, Umma, Uruk, Sais, Menfis, Akkad, Babilonia, Nínive, Esparta, Susa,
Ecbatana… todas se vivieron eternas… todas fueron devoradas por las
tormentas que el Odio a sus Imperios sembró en las demás naciones de la Tierra.
Este mismo fenómeno tuvo lugar en todas las partes del mundo, lo
mismo en las Américas que en Asia, África, Australia y Oceanía.
El Odio es la semilla maligna que esparce la Guerra, y la Guerra es el
fruto del Odio. En nuestras palabras: La Violencia engendra la Violencia que
engendrará esa Violencia que la engendró, creándose un movimiento in
crescendo cuyo fin sinfónico es su desaparición en el
polvo de la Muerte. Esta es una Ley Cósmica vigente desde la Eternidad en los
espacios infinitos. Por eso, conociendo su existencia, le dijo Dios al Hombre,
cuando le abrió a la Muerte la puerta de nuestro Mundo: “Polvo eres y al polvo
volverás”. Ahí descansa la Guerra, en el cementerio donde yace un mundo al que
se le ofrece la Vida y elige la Muerte.
De donde se entiende que todas las naciones hemos vivido una
temporada de milenios en estado de Barbarie antes de alcanzar las fronteras de
la Civilización. Y de aquí que mientras las huellas de la Paz apenas sean
perceptibles entre los siglos, las de la Guerra las encontremos por todos los
rincones del mundo. Nadie puede decir cuántos años ha vivido su nación en
estado de Paz, pero sí contar su Edad por la suma de los años de sus Guerras;
esto hablando siempre de las naciones que alcanzaron los rudimentos de la
Civilización y aunque amenazadas por la Re-Caída en la Barbarie lograron
conquistar su libertad.
La mayor parte de las naciones del mundo cayeron en la Barbarie propia de
las bestias y no pudiendo alcanzar esos rudimentos perdieron la
Memoria de su camino por los Milenios, que hoy día intentan reconstruir a base
de datos arqueológicos y antropológicos, adivinando por piezas de un
puzle sin cabeza una Historia hundida en las
guerras con las que se destruyeron mutuamente. Un Odio entre tribus y castas
que sigue aún vigente, y que únicamente desprendiéndose de las
herramientas que las han mantenido en ese Odio pueden superar, venir a la
Civilización y acercarse a la Sabiduría, estadio social final de la
Civilización.
No hay que decir que la particularidad patológica más pronunciada de la
Guerra es la elevación de su Antigüedad y Universalidad a la Condición Natural
del Hombre; propiedad patológica que la Ciencia de los Siglos XVIII, XIX y
XX elevó a los altares de la religión de los Nobeles, bendiciendo la
Guerra como instrumento de civilización, replay del Pecado Original bíblico, y
promoviendo su Extensión hasta sus últimas consecuencias como un
Deber de la Raza y Especie Superior en orden a su Supervivencia y
Progreso Material y Científico.
Doctrina Satánica que el Olimpo de los Nobeles llevó a la praxis
histórica antes y durante las Guerras
Mundiales, alcanzando el clímax, su apoteosis, en naciones tan
alejadas como Alemania y Japón.
La Segunda Guerra Mundial fue la Doctrina de los Nobeles llevada
al campo de batalla. La Teoría exigía la Praxis a fin de que el Verbo de la
Ciencia fuese elevado a la Divinidad. El Olimpo de los Demonios bajó a la
Tierra y los dioses nacidos de hembras se declararon la Guerra Infernal. El
Apocalipsis abrió sus puertas. Era la Hora de un Satán que veía sus crónicas
tocando su fin.
Y sin embargo, en lugar de lanzarse las naciones a una política de
desnaturalización de la Guerra como Instinto Natural en el Hombre observamos
que las naciones imitaron a los Homeros de los tiempos antiguos, ensalzaron las
Gestas de los Generales, convirtieron las Batallas en Hazañas Bélicas, hicieron
de los ejércitos enjambres de héroes sacrificando sus vidas en el
altar de los Nuevos Señores de la Guerra. Hitler devino el Feo, Stalin devino
el Listo, y Truman : el Tonto que renunció a la Victoria entregando a Moscú
naciones del Este de origen y nacionalidad europea cuyo destino a la esclavitud
fue sacrificado en nombre de la Resurrección de Alemania, cabra que desde su
nacimiento tira al monte y no debería tardar de luchar por el Cuarto
Reich.
Lo que define una Civilización, a un pueblo civilizado, no es su Ciencia
sino el uso que hace de su Ciencia aplicada a la Tecnología y la Vida. Alemania
demostró Ayer que adoraba al Bárbaro que fue, y Rusia está
demostrando Hoy que adora el Bárbaro que es.
La Ciencia si no está al servicio de la Paz y de la Vida es instrumento de
Destrucción y Muerte.
La Sabiduría nos enseña el camino a la Paz. Nos dice que
mientras YO vea en tí un objeto
de explotación, mientas TÚ veas en él una herramienta de producción, mientras
Ellos vean a nosotros animales encadenados a la
industria de sus beneficios, mientras los hombre sigamos atados
mentalmente a esta conducta fratricida, inmunda, aborrecida por Cristo,
desterrada por su Dios del Futuro de su Creación, mientras permanezcamos
deprimidos en la idea de una impotencia cuyo levantamiento implica
nuestra Represión por la parte de los Estados fundados sobre
esos pilares, mientras el miedo a la muerte nos tenga en la prisión
de esta camisa de fuerza : la Guerra seguirá haciendo su camino
hasta alcanzar su Apoteosis Final: La destrucción de la vida en la Tierra.
La Paz será alcanzada cuando YO sea un recurso natural
para tí, TÚ para él, Él para nosotros, Nosotros
para ellos, Ellos para vosotros y todos para todos seamos un mismo Ser : el
Hombre.
La Paz será alcanzada cuando todos nos levantemos como un Único Ser contra
quien se alce en Violencia de Muerte contra Él, contra Ellos. Quien
se alza contra un hombre se alza contra el Género Humano en su Plenitud. Lo
contrario es un Crimen, un Delito, la Renuncia a la Humanidad, la adhesión a la
bestia inmunda satánica que vemos desplegando su Malignidad en
Ucrania, despliega su infierno sobre Siria, Venezuela, Guatemala, Corea del
Norte… Crimen inmundo que la ONU acogió en su seno el día que delante del
Genocidio del Pueblo Sirio elevó a los altares de su religión
satánica la doctrina de la No Intervención de las naciones contra el
alzamiento tiránico de un grupo de demonios contra un
pueblo amante de la libertad y de la paz. Aquel día, en las costas
de Siria, el Presidente Americano de entonces, Barack Obama,
y su Sombra Maligna, actual Presidente, cabeza de la OTAN, traicionaron la Paz,
entregaron una nación al Genocidio, le abrieron las puertas de la ONU a la
Doctrina de Satán que su hijo, Vladimir Putin, ahora hace uso con
total impunidad, creando una Guerra de la que como buitres : la OTAN, China, la
Organización Islámica Mundial y la CEE aprovechan en beneficio de cada
cual.
La Paz no se negocia ni se traiciona. La Paz Mundial es asunto vital para
la Plenitud de las Naciones Cristianas; la Plenitud de las naciones Cristianas
tiene el Deber Divino de responder como un Hombre Universal, desplegando en el
campo de batalla la Fuerza Todopoderosa que Dios ha puesto en nuestras manos
para impedir que Caín repita el Fratricidio contra su hermano Abel.
Abel somos todos, Ucrania somos todos.
El Hombre somos todos.
Contra el Terror, la Guerra, el Crimen Organizado, la Violencia
Anticristiana que viene de una Alianza de Poderes alienados de la
Humanidad, sobre la que se han alzado como si fuesen el Dios del Tiempo y del
Universo, únicamente cabe una Respuesta: Levantamiento en Unidad Invencible
contra los adoradores de la Muerte de Cristo en el Hombre como puerta hacia un
Gobierno Mundial de Tiranos y Dictadores cuya Idea del Futuro de la
Vida en la Tierra tiene en la Agenda su Designio: Hacernos regresar
a la Esclavitud, privarnos de nuestra Condición Divina, convertirnos a su
religión del hombre sin sexo, de la familia sin padres, meros animales sin
inteligencia que comerán como los perros de las basuras que se les caen de las
mesas a sus amos, dieta que ya se les administra a las
naciones que han sucumbido al Socialismo del Siglo XXI.
Esto no sucederá. La ley de Dios es firme : No tendré misericordia de quien
no tiene misericordia. Quien no se retire de esa Agenda y permanezca en su
Delito contra la Humanidad, morirá. Quienes se han levantado para declararle la
Guerra a la Paz e imponer por el Terror el miedo a la Muerte, morirán. El
Hombre es Creación de Dios, su Familiar, su hijo, por su Gloria y Honor : Satán
y su Casa serán desterrados del Futuro de este Siglo.
Apartaos todos de la Casa de Satán. Quienes dividen a los pueblos, por
Lengua, por Religión, por Ideología, se declaran Enemigos del Hombre y de Dios,
nuestro Creador. Y serán juzgados acorde a la naturaleza del Odio que
cultivaron, sembraron, y del que esperan recoger, contra
natura, otra cosa que la Guerra.
El que tenga que ir a la cárcel, irá. El que tenga que morir, morirá.
Todo hombre y nación debe entender que el alzamiento contra la tiranía de
una dictadura es un Derecho y un Deber Constitucional, la represión del cual
añade un delito a otro delito.
La Lluvia de Impuestos arrojando a las familias a la miseria de la lucha
por la supervivencia es la puerta a la dictadura. Nadie debe confundirse y
creer que quien arroja un diluvio de impuestos lo hace pensando en
el Bienestar de las familias.
El camino a la dictadura pasa por la creación del caos, la ruina y la
miseria con objeto de debilitando a los pueblos levantar
el pie sobre sus cuellos hasta por ponernos en la disyuntiva: Vivir
como miserables esclavos, o ser aplastados por el Poder del Estado al servicio
del Tirano como fascistas antidemócratas.
La elección de la Historia de las Naciones Cristianas, Ayer, fue la
Revolución. Hoy, es Revolución. Mas cada época tiene sus métodos
revolucionarios.
Instalados en la Inteligencia a la imagen y semejanza de la Casa de Dios la
Guerra Civil no entra en nuestro Futuro. Nacidos sin Miedo a la muerte, quien
debe temerla es quienes nos han amenazado con esclavitud de no abrirles las
puertas al Olimpo de la dictadura vitalicia.
La Unión Cristiana Nacional nace para vencer, gobernar, hacer
pedazos la Agenda Anticristiana echando en Odres Nuevos el Vino Nuevo que la
Inteligencia a la Imagen y Semejanza de la de nuestro Creador hará correr en
las naciones.
El mundo nacido del Fratricidio de un hermano contra el
otro llega a su fin; no volverá a ver aurora por la eternidad.
Bendito sea Dios.
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ue se merece carcel hasta la muerfte.