|  | LA HISTORIADIVINA DE JESUCRISTO:LA BIBLIA DEL SIGLO XXI.CRISTO RAÚL DE YAVÉ Y SIÓN | 
| LIBRO TERCEROGÉNESISLA CREACIÓN DEL UNIVERSO
 GÉNESIS
 Al Principio 
          creó Dios los Cielos y la Tierra.
           Dijo Dios: “Haya Luz”, y hubo Luz, y vio Dios ser buena la luz, y la separó de las Tinieblas;y a la Luz llamó día y a las Tinieblas noche, y hubo tarde y mañana, día primero. Dijo luego Dios: “Haya Firmamento en medio de las aguas, que separe unas de otras”; y así fue. E hizo Dios el Firmamento, separando aguas de aguas, las aguas que estaban debajo del Firmamento de las que estaban sobre el firmamento. Y vio Dios ser bueno. Llamó Dios al Firmamento cielo, y hubo tarde y mañana, día segundo. Dijo luego: “Júntense en un lugar las aguas de debajo de los cielos y aparezca lo seco.” Así se hizo, y se juntaron las aguas de debajo de los cielos en sus lugares y apareció lo seco; y a lo seco llamó Dios tierra, y a la reunión de las aguas, mares. Y vio Dios ser bueno. Dijo luego: “Haga brotar la tierra hierba verde, hierba con semilla y árboles frutales, cada uno con su fruto según su especie y con su simiente, sobre la tierra.” Y así fue. Y produjo la tierra hierba verde, hierba con semilla, y árboles frutales, con su semilla cada uno. Vio Dios ser bueno; y hubo tarde y mañana, día tercero. Dijo luego Dios: “Haya en el Firmamento de los cielos lumbreras para separar el día de la noche y servir de señales a estaciones, días y años; y luzcan en el Firmamento de los cielos, para alumbrar la Tierra.” Y así fue. Hizo Dios los dos grandes luminares, el mayor para presidir el día, y el menor para presidir la noche, y las estrellas; y los puso en el Firmamento de los cielos para alumbrar la Tierra, y presidir el día y la noche, y separar la Luz de las Tinieblas. Y vio Dios ser bueno, y hubo tarde y mañana, día cuarto. Dijo luego Dios: “Hiervan de animales las aguas y vuelen sobre la tierra las aves bajo el Firmamento de los Cielos.” Y así fue. Y creó Dios los grandes monstruos del agua y todos los animales que bullen en ella, según su especie, y todas las aves aladas, según su especie. Y vio Dios ser bueno, y los bendijo diciendo: “Procread y multiplicaos, y henchid las aguas del mar, y multiplíquense sobre la tierra las aves.” Y hubo tarde y mañana, día quinto. Dijo luego Dios: “Brote la tierra seres animados según su especie, ganados, reptiles, bestias de la tierra según su especie.” Y así fue. Hizo Dios todas las bestias de la tierra según su especie, los ganados según su especie y todos los reptiles de la tierra según su especie. Y vio Dios ser bueno. Díjose entonces Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, para que domine sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados y sobre las bestias de la tierra, y sobre cuantos animales se mueven sobre ella.” Y creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios le creó, y los creó macho y hembra; y los bendijo Dios, diciéndoles: “Procread y multiplicaos, y henchid la tierra; sometedla y dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre los ganados, y sobre todo cuanto vive y se mueve sobre la tierra.” Dijo también Dios: “Ahí os doy cuantas hierbas de semilla hay sobre la haz de la tierra, y cuantos árboles producen fruto de simiente, para que todos os sirvan de alimento. También a todos los animales de la tierra, y a todas las aves del cielo, y a todos los vivientes que sobre la tierra están y se mueven, les doy por comida cuanto de verde hierba la tierra produce.” Y así fue. Y vio Dios ser muy bueno cuanto había hecho, y hubo tarde y mañana, día sexto. Así fueron acabados los Cielos, y la Tierra, y todo su cortejo. Y, rematada en el día sexto toda la obra que había hecho, descansó Dios el día séptimo de cuanto hiciera; y bendijo el día séptimo y lo santificó, porque en él descansó Dios de cuanto había creado y hecho. Este es el origen de los Cielos y la Tierra cuando fueron creados. 
 
 
 
            He aquí el secreto mejor
           guardado del mundo. Durante los 3.500 años que han pasado desde Moisés a Cristo
           Raúl a ningún ser humano se le permitió abrir el Sello con el que YAVÉ Dios
           dispuso que la Historia de la Creación de los Cielos y de la Tierra permaneciese
           fuera del alcance de la inteligencia de los milenios; hasta el Día en su
           Presciencia fijado, se entiende.
            Abierto este Sello,
           expuesto el Jeroglífico escrito por Moisés a la lectura de todas las naciones,
           la Inteligencia de YAVÉ Dios, su Forjador, queda magnificada hasta el infinito,
           tanto más cuanto que los sabios y genios de todos los siglos intentaron abrir
           este Sello, leer su Contenido, y no pudieron. La Inteligencia de YAVÉ Dios,
           Creador del Universo, queda tanto más alta e inaccesible cuando se ve que el
           hombre al que le ha dado la gloria de abrir este Sello y leer su Contenido a
           todas las naciones no es sino un varón sin más estudios que los elementales
           naturales a su época y pueblo.
            Obviamente la fuerza a
           vencer por este Libro se multiplica por ese número de hombres que, frustrados
           por su incapacidad para abrir el Sello del Génesis, convinieron consigo mismos
           en proceder dicha imposibilidad del hecho de no ser otra cosa el Relato bíblico
           del Génesis más que “una metáfora sin ningún contenido científico”.
            Creada la inteligencia
           humana para elevarse a la imagen de la inteligencia divina, según se lee,
           “hagamos al hombre a nuestra imagen y a nuestra semejanza”, esa frustración no
           podía sino traer a luz una visión sobre el origen del Universo nacida para ahogar
           la ignorancia humana y mantener a flote “el todopoder de la Razón científica”. El fruto de esta dualidad emocional trajo al mundo una
           cosmología sin Dios, defensiva en primera instancia, y ofensiva, es
           decir, anticreacionista, más tarde, con el
           objeto de salvar la grandeza humana sobre “la muerte de Dios”.
   Ahora bien, Dios no
           miente; no en vano dijo de Sí mismo: “Yo soy la Verdad”. Así que habiendo Él
           escrito en forma de Jeroglífico la Memoria de la Creación de nuestro Universo,
           en la misma razón de Imposibilidad de penetrar en su Texto, sin entrar de la
           Mano de su Autor, y porque la Imposibilidad se manifiesta en la Caída de la
           Ciencia del Siglo XX en los abismos del Nazismo, por esta Imposibilidad vino a
           convertirse la existencia del Texto en Promesa de Apertura, a cumplirse,
           gracias a Cristo, en fecha conocida exclusivamente por Él.
            En suma, que el Sello
           había de abrirse y el Misterio de su Contenido venir a luz.
            Los Hechos narrados en la
           CREACIÓN DEL UNIVERSO SEGÚN EL GÉNESIS referidos a “la Creación de la Luz”, son
           los siguientes :
            Uno: Multiplicación Controlada
           de la densidad por unidad cúbica astrofísica del campo gravitatorio terrestre.
           El origen de esta Multiplicación Controlada, dije, es la Naturaleza del Ser
           Divino.
            Dos: Aceleración vertical de
           las revoluciones de trabajo del transformador geonuclear de
           la Tierra. De la que se derivó la aceleración rotatoria del Globo sobre su eje,
           y la implosión astrofísica del Núcleo en el origen del calor del Planeta.
            Tres: Elevación termodinámica
           global del cuerpo geofísico, que desde el Manto se extendió hasta la superficie
           y produjo la Fusión de la Corteza Primaria.
            Cuatro: Licuación de la Corteza
           Primaria bajo los efectos de la Fusión del Globo externo y producción de la
           Atmósfera Primigenia.  
             Cinco: Una vez concluida la
           transformación en calor del combustible gravitatorio, la Tierra volvió a las
           manos de la Naturaleza, ajustándose sus nuevos cambios a la ley de la Inercia.
            A. Desaceleración de las
           revoluciones de trabajo del transformador geonuclear.
            B. Caída de la velocidad de
           rotación del Planeta.
            C. Y descenso de la temperatura
           del Globo.
            Estos fueron los tres primeros
           efectos visibles. Estos tres efectos fueron causa de una nueva secuencia de
           efectos. El primero de estos nuevos efectos fue el enfriamiento de la
           superficie exterior del Globo, que ipso facto puso la primera piedra de la creación
           del anillo geofísico externo, la Litosfera.
            Siete: También podemos hablar
           de Solidificación de la Corteza Secundaria. En fin, esto es ya según el gusto.
           Una vez que entremos más en profundidad tendremos tiempo de diferenciarlas.
           Avanzando un poco el tema digamos que la Litosfera es al Globo lo que la
           Corteza Secundaria es a la Litosfera. Resumiendo, la Corteza Secundaria es la
           capa externa de la Litosfera. Fue, pues, la Corteza Secundaria la primera capa
           litosférica que se solidificó.
            Ocho: El descenso continuo de
           la temperatura geofísica a su antiguo estado de partida, que ya nunca
           alcanzaría, provocó la solidificación de la Corteza Secundaria, como he dicho,
           y la creación del anillo litosférico. La Arquitectura Geofísica siguió
           completando su cuerpo con el nacimiento del segundo anillo, el Manto, cuyo
           enfriamiento cerraría la fuente de calor de la que hasta entonces se había
           estado suministrando la Atmósfera Primigenia para conservar su estado natural.
            Nueve: Sublimación de la
           Atmósfera y Creación del Manto de Hielo que cubrió la esfericidad del Planeta
           de polo norte a polo sur durante la Tarde del Día Primero. Como dije antes,
           este Manto de Hielo es la Luz en el Verbo del Primer Día.
            
 Ahora bien, habiendo el
           Ateísmo Científico del Siglo XIX evolucionado hacia la Cosmología del Siglo XX,
           y habiéndole construido el Siglo XX una estructura artificial al
           edificio irreal de su imagen ficticia del Universo en el Tiempo y en el
           Espacio, por lógica el choque entre tal visión artificial y ficticia y la
           verdadera imagen del Universo, aquí abierta, ha de hacer saltar chispas.
   Digamos que la necesidad
           de fundar sobre principios seudocientíficos una imagen cosmológica sin ningún
           apoyo en la estructura de la Realidad levantó, alrededor de ese castillo en el
           aire que fue la CSXX, toda una religión neopagana, las universidades por
           templos y la Academia de las Ciencias por Vaticano, con esto demostrando, aun
           en su ateísmo, que cualquier estructura humana que aspire a ser invencible debe
           seguir el modelo que Cristo puso en vida: La Iglesia Católica.
            En sus aspiraciones a la
           inmortalidad tanto el Tercer Reich cuanto el Partido
           Marxista-Leninista-Estalinista no dudaron en adaptar la estructura católica a
           sus partidos. El ateísmo anticreacionista de la
           CSXX no iba a ser menos, ni dejar de llevar a su perfección esa copia, tanto
           más cuanto que entre sus albañiles se contaron los genios que parieron la Edad
           Atómica.
   La tarea de Dios en este
           siglo no es pequeña, ni poca.
                Pero es en la
           imposibilidad donde la Omnisciencia y la Omnipotencia Divinas se manifiestan en
           su verdadera naturaleza infinita y eterna.
                En cuanto al aspecto
           literario, a mí se debe achacar todos los defectos que tuviere este librito.
           Siendo una Introducción no implica infalibilidad ni dogma. Sin embargo,
           habiendo sus fundamentos sido puestos por el propio Creador de los Cielos y de
           la Tierra cualquier ruptura con esos fundamentos es volver a abrir la puerta de
           las Guerras Mundiales.
                Con el paso de los años mi
           pensamiento ha ido creciendo. El sustrato original permanece.
            La lectura de este Librito
           no es fácil, ni yo pretendo acomodar mi estilo a las leyes del comercio. Tanto
           menos fácil lo tengo, cuanto compleja ha sido la estructura artificial que la
           Cosmología del Siglo XX le edificó al Ateísmo de la Clase Científica.
            Fueron muchos los genios
           que usaron las espaldas de Newton como palanca hacia las de Einstein. Pasando
           por alto las revoluciones tecnológicas y científicas vividas por los dos siglos
           pasados, los herederos de aquel Sistema Cosmológico, fundado en una Hipótesis
           cuya grandeza consistió en haber reinventado un Universo existente únicamente
           en sus cabezas, los Astrónomos de nuestros días prefieren seguir trabajando con
           los ojos cerrados a la Data a comprometer ese Maravilloso Edificio Cosmológico
           creado por el hombre y, bajo el peso de las evidencias, tener que firmar la
           Demolición de la Religión del Ateísmo del Siglo XX. La Verdad Divina, sin
           embargo, es Invencible. La Data almacenada en la Memoria Astronómica del Siglo
           XXI se levanta para de un manotazo echar abajo ese castillo en el aire que fue
           la CSXX.
            La Estructura Dinámica de
           nuestros Cielos, este Firmamento de los Cielos que todas las noches nos abre
           los ojos a las inmensidades de su Creación, y que por razones de Barbarismo
           Social Histórico los hombres han sido alienados de su libre contemplación,
           esclavos como son de un Sistema Social Animal fundado precisamente sobre aquel
           Sistema Cosmológico de cuyo seno nacieran todos los Males del Siglo XX; cuando
           estudiada la Data Física que la Astronomía Natural nos sirve, se nos descubre
           un Edificio de Belleza infinita cuyos Fundamentos nos abren los ojos del
           Pensamiento a la Existencia de una Sabiduría Creadora establecida sobre la
           Inteligencia sin límites de un Ser Todopoderoso cuya Fuerza ha sido puesta al
           Servicio del Árbol de las Ciencias de la Creación de Universos, en cuya
           Actividad su Ser adquiere las Propiedades Sobrenaturales que les son propias al
           Creador del Cosmos: Omnisciencia y Omnipotencia.
            Es lógico, pues, que
           delante del ser o no ser de la CSXX, en tanto en cuanto Religión de la Ciencia,
           los astrónomos de nuestros días sigan con los ojos cerrados a la evidencia que
           la Data Astrofísica Universal les pone sobre la mesa.
            Mi trabajo en este
           Contexto consiste en hacer sencillo lo difícil y hacer ver que la Luz que ciega
           los ojos es la Luz que abre la Inteligencia de la criatura humana a la Imagen
           de la Inteligencia Divina de su Creador. Pues se sigue prefiriendo trabajar bajo
           la condición animal única y exclusivamente por el miedo a vivir una Libertad
           que, a Imagen y Semejanza de la Divina, lo vence todo y se enfrenta a los
           problemas del Espacio y del Tiempo con la consciencia victoriosa del que ha
           aprendido que Vivir es una Aventura, una Epopeya en avance constante y
           continuo hacia un Horizonte que descubre su naturaleza según uno se acerca a su
           Marca. En palabras de nuestro Creador, Dios Hijo Unigénito, nuestro Rey y
           Señor, nuestra Padre y Maestro: “Cada día traerá su afán”.
   Comprendo que habiendo
           trabajado en este Terreno de la Creación de nuestro Universo con la constancia
           de quien le ha dedicado su vida a recrear la Verdadera Imagen de nuestros
           Cielos y su Relación en el Espacio y el Tiempo con el Cosmos en el que ha sido
           creado, formada mi inteligencia para trabajar con imágenes sencillas
           sustentadas por la Data Astronómica Natural, me sea necesario partir de un
           Principio Universal claro que no deje lugar a dudas y sirva de Puente entre la
           CSXX y esta Introducción a la CSXXI. Para satisfacer esta necesidad diré desde
           ahora mismo que esta Introducción es lo que su título indica “Una
           Introducción”. Quien abre la Puerta cumple su trabajo; le corresponde a quienes
           entran seguir trabajando y Actualizar el Pensamiento Cosmológico y Astrofísico
           para que las Nuevas Generaciones se muevan en los próximos siglos por un
           terreno alimentado por un Árbol de Ciencias Creadoras cuyo Fruto viva bajo la
           Ley de la Vida y no bajo la Ley de la Muerte, que fue el Fruto que el árbol del
           ateísmo científico vino a servirle al Siglo XX.
            En lo tocante al Origen
           del Cosmos, estableciendo aquí el Principio de Nuestro Universo como una Obra
           posterior a la Creación del Cosmos, y un Cosmos que fue creado para ser el
           Campo de Materia Prima del que su Creador habría de servirse para la Creación
           de Nuevos Universos, este Origen Cosmológico tuvo lugar en una Transformación
           Masiva de materia astrofísica en energía cósmica; energía global que, siendo
           redirigida hacia campos de energía espacio-tiempo, comenzó su Viaje de regreso
           a la materia astrofísica.
            Básicamente este Big-Bang
           Original sigue produciéndose en las Fronteras del Cosmos, donde la energía
           cósmica creada por las Galaxias es recogida por campos de energía
           espacio-tiempo transformadores de energía en materia. Así hasta el infinito,
           por la eternidad, y de aquí la Expansión ad infinitum natural al Cosmos. La
           Creación de Galaxias es un acontecimiento sin fin que el Creador del Big-Bang
           Original alimenta extendiendo el Espacio de las Fronteras de su Creación a
           medida que el Tiempo se materializa en galaxias y cúmulos de galaxias.
            No es, pues, casualidad
           que la Revolución Radioastronómica que estamos viviendo sume y sume nuevas
           galaxias a las ya detectadas, y expanda las fronteras del Cosmos a medida que
           esta nueva suma nos abre los ojos a una Expansión ajena a toda Contracción Cosmológica
           Final.
            Al igual que la Eternidad,
           el Infinito y Dios no tienen Principio ni Fin: la Creación ha venido para
           permanecer para siempre por jamás. Lo contrario, negar la Expansión hasta el
           Infinito del Cosmos en la afirmación de una Contracción a comenzar en algún
           punto de la línea de la Eternidad, es entregarse a la ciencia-ficción, es
           decir, es regresar a la Edad de la Falacia de la CSXX, cuando una Hipótesis fue
           Ley mientras no se demostrase su Maldad. Habiendo la Maldad de la CSXX regado
           los campos de la Tierra con dos guerras mundiales la persistencia en semejante
           Falacia es declararse en Guerra Abierta contra el Género Humano, contra la Vida
           y contra Dios.
                Y concluyendo este
           Prólogo, la observación en vivo de la evolución que las ciencias astronómicas,
           y físicas en general han experimentado, en estos últimos 40 años, es una fuente
           de estudio de recursos intelectuales favorables a la edificación de un Pensamiento
           nítido y sin fisuras sobre la Imagen Natural que le corresponden a nuestros
           Cielos y a nuestra Tierra. No se puede dudar a estas alturas que la imagen que
           las ciencias geológicas y astronómicas proyecten al Género Humano le afectan a
           su posición frente a su Civilización y su actitud ante el Universo. Querer
           arrojar balones fuera y culpar de los males propios a una fuerza exterior al
           propio sistema es un recurso patológico que, según se desprende de la realidad
           histórica en que nos encontramos actualmente, no conduce a ningún sitio, o
           mejor dicho, sí que conduce a un sitio muy preciso: la destrucción.
                 La parte que las ciencias naturales tuvieron
           en la eclosión de la 2ª Guerra Mundial es un mea culpa que pesa en el aire como
           losa sobre tumba.
                 La relación entre Conocimiento y
           Comportamiento una ley perfectamente asumida por las ciencias desde los días
           más preclaros de la Etología, por no extendernos demasiado en el tiempo, cuál
           fuera la parte que el Ateísmo Científico, sustentado por la CSXX, tuvo en la
           tragedia del Siglo XX está lejos de toda discusión. A no ser, claro está, que
           ahora además de ciegos nos quieran a todos descerebrados.
            Personalmente no creo que
           la Maldad haya sido consciente. Mas una vez que la Consciencia es adquirida las
           consecuencias de la Libertad no pueden ser adjudicadas a la Imposibilidad de
           abrir un Sello que Dios mantuvo cerrado con su Puño y Letra. No hay, pues,
           Condena; ni mi trabajo consiste en juzgar a los Pensadores de los últimos
           siglos. La Verdad está más allá del juicio sobre los otros; en su Naturaleza
           está hacer libres a quienes se vieron encerrados en las tinieblas de un
           Silencio con Origen en una Necesidad Cosmológica, Hoy superada.
            Así pues, abramos la
           Puerta que durante 3.500 años ha permanecido cerrada para Gloria de nuestro
           Creador Divino y Liberación de la Plenitud de las Naciones del Género Humano de
           las fuerzas que la Ignorancia nacida de la Caída del Primer Hombre desatara sobre
           todos los pueblos de la Tierra.
                
 
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