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CRISTO RAUL CONTRA EL ANTICRISTO

LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

CREACION DEL UNIVERSO SEGUN EL GÉNESIS

 
 

LA SAGRADA BIBLIA - ANTIGUO TESTAMENTO

 

LIBRO DEL PROFETA

EZEQUIEL

PRIMERA PARTE

VISIÓN DE LA GLORIA DE DIOS

1-24

SEGUNDA PARTE

VATICINIOS SOBRE LAS NACIONES

25-32

TERCERA PARTE

VATICINIOS CONSOLATORIOS SOBRE ISRAEL

33-39

CUARTA PARTE

 

 

INTRODUCCION Al PROFETA EZEQUIEL

 

EZEQUIEL, hijo de Buzi, sacerdote, formaba parte de los deportados con Jeconías en 598. Su vida, por tanto, se había pasado en el ejercicio del ministerio sacerdotal, en Jerusalén.

Nabucodonosor instaló a los cautivos a orillas del río Quebar, uno de los muchos canales que, derivados del Eufrates, servían para regar la Caldea. Tel-Abib era la localidad en que habitaba el profeta cuando comenzó a profetizar. Allí tenía su casa y donde vivía con su mujer, «las delicias de sus ojos » (24, 16). No parece que tuviera hijos. A pesar del castigo, los deportados no habían entrado por los caminos de la penitencia; continuaban entregados a la idolatría, ilusionados por los falsos profetas que entre ellos había, con la esperanza de volver pronto a la patria. La carta de Jeremías disuadiéndoles de ello no habla hecho ninguna mella en sus corazones (Jer. 29, 1).

El año quinto del cautiverio (594), Ezequiel fue llamado por Dios al ministerio profético del modo más solemne. Con aquella misteriosa visión que se nos describe en los capítulos 1 a 3, Dios quiso dar a entender a los cautivos que no sólo en Judá y en el templo moraba Yavé, sino también en la Caldea, en medio de ellos, y que allí inspiraba a un profeta para que en nombre suyo les hablase. Y, efectivamente, Ezequiel comenzó su misión, con un estilo lleno de símbolos, a modo de parábolas, y mezclado de acciones también simbólicas, que son la nota característica en los vaticinios de nuestro profeta. En éstos insiste sobre todo en las prevaricaciones idolátricas de Israel y Judá, que a veces describe hasta con crudeza. La primera parte de su libro (1-24) tiende a convencer a sus oyentes, la casa rebelde, del castigo irrevocable de Jerusalén, cuyos pecados describe para justificar la conducta de Dios hacia ella. Son notables sobre esto los capítulos 16 y 23. Cuando la sentencia del Señor se ha cumplido, entonces Ezequiel muda de tono y habla ya del retorno, de la penitencia, de la misericordia del Señor, de la restauración mesiánica (33-39). Tiene también su sección de vaticinio contra las naciones gentílicas (25-32), entre los cuales se destacan los de Tiro (26, 1; 28, 19) y Egipto (29 a 32). Es notable la última sección del profeta (40-48), en que nos describe en forma verdaderamente geométrica la restauración de Israel después del cautiverio. El templo, la ciudad, sus arrabales y la tierra toda de Palestina, repartida por igual entre las doce tribus. Es claro que esto no responde a la realidad histórica. Es uno de tantos símbolos, una descripción que ha de interpretarse a modo de parábola, cuyo sentido es el mismo que esté profeta y los otros nos ofrecen en forma más llana.

Ignoramos la fecha de la muerte de Ezequiel, que debió de ocurrir en Caldea después de 570. Con su misión contribuyo a renovar el espíritu religioso entre los deportados. Gracias a él, cuando sonó la hora de Dios, no faltaron millares de israelitas que, curados de sus antiguas idolatrías, volviesen a Judá, dispuestos a secundar los planes de Dios, preparando la llegada del Mesías y de su salud.

Ha debido de ser el mismo profeta quien coleccionó sus vaticinios, que por eso se hallan en mejor orden que tos de los profetas anteriores.

 

VISION DE EZEQUIEL (RAFAEL)