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LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

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CREACION DEL UNIVERSO SEGUN EL GÉNESIS

 

 
 

LA SAGRADA BIBLIA

EL LIBRO DE LOS SALMOS DEL REY DAVID

Libro Quinto.107-119

 
107
 
   
1
¡Alabad a Yavé, porque es bueno, porque es eterna su piedad!
2
Digan así los rescatados de Yavé, los que El redimió de manos del opresor.
3
Y los que reunió de entre las tierras: del oriente y del occidente, del aquilón y del austro.
4
Andaban errantes por el desierto solitario, sin hallar camino para ciudad habitada.
5
Hambrientos y sedientos, desfallecían en ellos sus almas.
6
Y clamaron a Yavé en su angustia, y los libró de sus apreturas.
7

Y los llevó por camino derecho, para que llegaran a la ciudad habitada.

8
¡Alaben a Dios por su piedad, por las maravillas hechas en favor de los hijos de los hombres!
9
Porque sació al famélico, y al hambriento le llenó de sus bienes.
10
Estaban sentados en tinieblas y sombras de muerte, cautivos en la miseria y en los hierros,
11
porque se habían rebelado contra los mandamientos de Dios, despreciando los consejos del Altísimo.
12
Su corazón estaba abatido por el infortunio, y sucumbían sin tener quien los socorriese
13
y clamaron a Yavé en su angustia, y los salvó de sus apreturas.
14
Y los sacó de las tinieblas y de las sombras de muerte, rompiendo sus cadenas.
15
Rindan homenaje a Yavé por su piedad y por los maravillosos favores que hizo a los hijos de los hombres:
16
por haber roto puertas de bronce y haber desmenuzado barras de hierro.
17
Dolientes por su conducta pecaminosa y enfermos por sus maldades
18
toda comida les producía náuseas, estando ya a las puertas de la muerte.
19
Y clamaron a Yavé en su angustia, y los libró de sus apreturas.
20
Mandó su palabra, y los sanó y los sacó de la perdición.
21
Den gracias a Dios por su piedad y por los maravillosos favores que hace a los hijos de los hombres.
22
Y ofrézcanle sacrificios de alabanza y, llenos de júbilo, publiquen sus obras.
23
Los que surcan el mar en las naves para hacer su negocio en la inmensidad de las aguas,
24
también éstos vieron las obras de Yavé y sus maravillas en el piélago.
25
El mandó surgir un viento huracanado, y levantó las olas.
26
Subían hasta los cielos y bajaban hasta los abismos. El alma de ellos se derretía por el mal.
27
Rodaban y vacilaban como ebrios, y toda su pericia se desvanecía.
28
Y clamaron a Yavé en su angustia, y los libró de sus apreturas.
29
Tornó el huracán en céfiro, y las olas se calmaron.
30
Alegráronse porque se habían encalmado, y los guió al deseado puerto.
31
Den gracias a Dios por su piedad y por los maravillosos favores que hace a los hijos de los hombres.
32
Y ensálcenle en la asamblea del pueblo y glorifíquenlo en el consejo de los ancianos.
33
El torna en desierto los ríos; las fuentes de aguas, en tierra árida;
34
hace de la tierra fértil un salobral por la maldad de sus habitantes.
35
Torna el páramo en laguna, y la tierra seca en manantiales de aguas.
36
Hace habitar allí a los hambrientos y funda allí ciudad de morada;
37
siembran campos y plantan viñas, que dan frutos abundantes.
38
Los bendice y se multiplican sobremanera, y sus ganados no disminuyen.
39
Y si vienen a ser pocos y oprimidos por el golpe del infortunio y de las fatigas,
40
El, que puede arrojar el oprobio sobre los príncipes y los hace errar por el desierto sin camino,
41
levanta al pobre de la miseria y multiplica como rebaños sus familias.
42
Lo ven los rectos y se regocijan, y todos los malvados tienen que cerrar la boca.
43
¿Quién es sabio y guarde estas cosas y comprenda los favores de Yavé?
   
 
108
 
Petición de auxilio divino contra los enemigos
 Cántico. Salmo de David. 
   
1
Pronto está mi corazón, ¡oh Dios!
2
Quiero cantar y entonar salmos.
3
Despierta, gloria mía; despertad, salterio y cítara, y despertaré a la aurora.
4
Quiero alabarte entre los pueblos, ¡oh Yavé!, y cantarte salmos entre las naciones.
5
Pues es más grande que los cielos tu misericordia y (llega) hasta las nubes tu fidelidad.
6
Álzate sobre los cielos, ¡oh Dios!, y resplandezca en toda la tierra tu gloria,
7
para que sean libertados tus amados. Danos el auxilio de tu diestra y óyenos.
8
Habló Dios por su santidad: “Yo triunfaré, dividiré a Siquem y mediré el valle de Sucot.
9
Mío es Galaad, mío Manasés; Efraím es el yelmo de mi cabeza, Judá mi cetro.
10
Moab la bacía para lavarme; sobre Edom pondré mi calzado, por la Filistea daré gritos de triunfo.”
11
¿Quién me guiará a la ciudad fortificada, quién me llevará hasta la Idumea?
12
¿No eres por ventura tú, ¡oh Dios!, que nos has rechazado, y no sales ya, ¡oh Dios!, con nuestros ejércitos?
13
Danos tu auxilio contra el enemigo, porque vana es la salud que viene del hombre.
14

Con Dios haremos proezas; El quebrantará a nuestros enemigos.

   
 
109
 
Oración imprecativa contra el enemigo
 Al maestro del coro. Salmo de David.  
   
1
Dios, alabanza mía, no calles.
2
Porque la boca del impío y del doloso se abre contra mí. Me hablan con lengua engañosa.
3
Rodéanme de palabras de odio y me combaten sin causa
4
En pago de mi amor me acusaban, y yo no hago más que orar.
5
Me vuelven mal por bien, y odio por amor.
6
Suscita contra él al malvado y esté a su diestra el acusador.
7
Cuando se le juzgue, salga condenado, y por pecado sea tenida su plegaria.
8
Sean pocos sus días y otro ocupe su empleo.
9
Sean huérfanos sus hijos, y su mujer viuda.
10
Vaguen errantes sus hijos y mendiguen, sean arrojados de sus (casas) arruinadas.
11
Enrede el acreedor cuanto tiene y róbenle extraños (el fruto de) su trabajo.
12
No tenga nadie que le favorezca ni quien tenga compasión de sus huérfanos;
13
sea dada su posteridad al exterminio, bórrese su nombre en una generación.
14
¡Venga en memoria ante Yavé la culpa de sus padres y no sea borrado el pecado de su madre!
15
Estén siempre presentes a Yavé, y extirpe de la tierra la memoria de ellos.
16
Porque no se acordó de hacer misericordia, sino que persiguió al mísero y al desvalido, y al de atribulado corazón para llevarle a la muerte.
17
Amó la maldición, venga sobre él; no quiso la bendición, aléjese de él.
18
Vista la maldición cual un vestido, penetre como agua en sus entrañas y como aceite en sus huesos.
19
Sea para él como vestido que le envuelva y como cinto que siempre le ciña.
20
Tal sea la recompensa de Yavé para los que me acusan y para los que hablan malamente contra mi alma.
21
Pero tú, Yavé, mi Señor, obra en mi favor por tu nombre, líbrame según la bondad de tu misericordia;
22
pues yo soy un mísero desvalido, y mi corazón está herido en mi interior.
23
Me voy como sombra que declina, soy sacudido como la langosta.
24
Mis rodillas se debilitan por el ayuno, y mi carne, enflaquecida, desfallece.
25
Soy el oprobio de ellos; me miran y mueven la cabeza.
26
¡Ven en mi socorro, Yavé, Dios mío; sálvame en tu piedad!
27
Conozcan que en esto está tu mano, que eres tú, Yavé, quien lo ha hecho.
28
Maldicen ellos, pero tú bendices; ellos se yerguen, pero serán confundidos, y tu siervo se alegrará.
29
Se vestirán de ignominia los que me acusan y se cubrirán de vergüenza como con un manto.
30
Yo alabaré grandemente a Yavé con mi boca y le loaré en medio de la muchedumbre;
31
porque se pone a la derecha del pobre, para salvarle de los que le juzgan su alma.
   
 
110
 
El Mesías, Rey y Sacerdote según el orden de Melquisedec
 
 Salmo de David. 
   
1
Oráculo de Yavé a mi Señor: “Siéntate a mi diestra en tanto que pongo a tus enemigos por escabel de tus pies.”
2
Extenderá Yavé desde Sión tu poderoso cetro: “Domina en medio de tus enemigos.”
3
Tu pueblo (se ofrecerá) espontáneamente en el día de tu poder; sobre los montes sagrados será para ti como rocío del seno de la aurora tu juventud.”
4
Ha jurado Yavé y no se arrepentirá: “Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.”
5
El Señor estará a tu diestra, quebrantando reyes el día de su ira.
6
Juzgará a las gentes, llenando (la región) de cadáveres; aplastará la cabeza sobre la vasta tierra.
7
En el camino beberá del torrente, y por eso erguirá la cabeza
   
 
111
 
Grandeza de las Obras de Dios
   
1
¡Aleluya! Alef Quiero alabar a Yavé de todo corazón Bet: en compañía de los rectos y en la asamblea.
2
Guímel: Grandes son las obras de Yavé, Dalet: dignas de investigarse para los que en ellas se deleitan.
3
He: Su obra es esplendor y magnificencia, Wau: y su justicia permanece para siempre.
4
Zain: Hizo memorables sus maravillas; Jet: Yavé es clemente y compasivo.
5
Tet: Dio de comer a los que le temen, Yod: acordándose siempre de su alianza.
6
Kaf: Mostró a su pueblo el poderío de sus obras, Lamed: dándoles la heredad de las gentes.
7
Mem: Verdad y justicia son las obras de sus manos; Nun son verídicos todos sus preceptos;
8
Sdmec establecidos para siempre, eternamente, Ayin: instituidos en verdad y rectitud.
9
Pe: Envió la redención a su pueblo, Sade: ratificó eternamente su alianza. Qof: Su nombre es santo y terrible.
10
Res: El principio de la sabiduría es el temor de Yavé. Sin: Son de buen juicio los que (la) practican. Tau: Su alabanza permanece por siempre.
   
 
112
 
Bienandanzas del justo
   
1
¡Aleluya! Alef: Bienaventurado el varón que teme a Yavé Bet: y se deleita en gran manera en sus mandamientos
2
Guímel: Su descendencia será poderosa sobre la tierra, Dalet: y la generación de los justos será bendecida.
3
He: Habrá en su casa hacienda y riquezas, Wau: y su justicia permanecerá por siempre.
4
Zain: En las tinieblas resplandece como luz para los rectos; Jet: es clemente, compasivo y justo.
5
Tet: Le va bien al varón que tiene piedad y presta, Yod: y lleva sus negocios conforme a derecho.
6
Kaf: Pues nunca titubeará; Lamed: el justo será para eterna memoria.
7
Mem: No temerá la mala nueva; Nun: su corazón estará firme, confiado en Yavé.
8
Samec: Constante será su corazón impávido, Ayin: en tanto que verá a sus enemigos (vencidos).
9
Pe: Es generoso y distribuye a los pobres; Sade: su justicia permanece para siempre. Qof: Su poder se exaltará gloriosamente.
10
Res: Verá (esto) el impío y se irritará; Sin: rechinará sus dientes y se consumirá. Tau: Los deseos del impío se frustrarán.
   
 
113
 
Benignidad De Dios con los Humildes
   
1
¡Aleluya! Alabad, siervos de Yavé, alabad el nombre de Yavé.
2
Sea bendito el nombre de Yavé desde ahora y por siempre.
3
Desde el levante del sol hasta su ocaso sea ensalzado el nombre de Yavé.
4
Excelso sobre todas las gentes es Yavé; su gloria es más alta que los cielos.
5
¿Quién semejante a nuestro Dios, que tan alto se sienta
6
y se abaja para mirar en el cielo y en la tierra;
7
que levanta del polvo al desvalido y alza del estiércol al pobre
8
para hacerle sentar entre los príncipes, entre los nobles de su pueblo;
9
que hace habitar en casa a la estéril (como) madre gozosa de (numerosos) hijos? ¡Aleluya!
   
 
114
 
El Señor es el Dios único, protector de Israel
   
1
¡Aleluya! Al salir Israel de Egipto, la casa de José de un pueblo bárbaro,
2
hizo de Judá su santuario, y de Israel su imperio.
3
Viole el mar, y huyó; el Jordán se echó para atrás;
4
dieron saltos los montes como carneros, y los collados como corderos.
5
¿Qué tienes, ¡oh mar! que huyes; tú, Jordán, que te echas atrás?
6
Vosotros, montes, que retozáis como carneros, y vosotros, collados, como corderos.
7
Ante la faz del Señor tiembla, ¡oh tierra!; ante la faz del Dios de Jacob,
8
que cambia la roca en lago de aguas, y del sílex saca fuentes de aguas.
   
 
115
 
El Señor es el protector de Israel
   
1
No a nosotros, Yavé, no a nosotros, sino a tu nombre has de dar gloria, por tu piedad y tu fidelidad.
2
¿Por qué han de decir las gentes: “Dónde está su Dios”?
3
Está nuestro Dios en los cielos, y puede hacer cuanto quiere.
4
Sus ídolos son plata y oro, obra de la mano de los hombres;
5
tienen boca, y no hablan; ojos, y no ven;
6
orejas, y no oyen; narices, y no huelen;
7
sus manos no palpan, sus pies no andan; no sale de su garganta un murmullo.
8
Semejantes a ellos serán los que los hacen y todos los que en ellos confían.
9
Casa de Israel, confía en Yavé: El es su ayuda y su escudo.
10
Casa de Aarón, confía en Yavé; El es su ayuda y su escudo.
11
Los temerosos de Yavé confiad en Yavé; El es su ayuda y su escudo.
12
Acuérdate, Yavé, de nosotros y bendícenos: bendice a la casa de Israel, bendice a la casa de Aarón;
13
bendice a los que temen a Yavé, a los pequeños y a los grandes.
14
Acrézcaos Yavé a vosotros, a vosotros y a vuestros hijos,
15
Benditos seáis de Yavé, que hizo el cielo y la tierra.
16
Los cielos son cielos para Yavé; la tierra se la dio a los hijos de los hombres.
17
No son los muertos los que alabarán a Yavé, ni cuantos bajaron a (la región del) silencio.
18
pero nosotros alabaremos a Yavé desde ahora y para siempre. ¡Aleluya!
   
 
116
 
Acción de gracias por haber sido preservado de la muerte
   
1
Le amo, porque oye Yavé la voz de mis súplicas,
2
porque inclinó a mí sus oídos en el día en que le invoqué.
3
Prendido me habían los lazos de la muerte, me habían sorprendido las ansiedades del seol; yo había encontrado la angustia y la tristeza
4
E invoqué el nombre de Yavé: “¡Libra, oh Yavé, a mi alma!”
5
Yavé es compasivo y justo, y nuestro Dios es misericordioso.
6
Guarda Yavé a los sencillos; estaba yo debilitado y me salvó.
7
Vuelve, alma mía, a tu quietud, porque Yavé te ha retribuido.
8
Pues libró mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, mis pies de la vacilación.
9
Andaré en presencia de Yavé en la tierra de los vivientes.
10
Lleno estaba de confianza, aun cuando decía: “Estoy en demasía afligido.”
11
Habíame dicho en mi abatimiento: “Todos los hombres son engañosos.”
12
¿Qué podré yo dar a Yavé por todos los beneficios que me ha hecho?
13
Levantaré el cáliz de la salvación e invocaré el nombre de Yavé;
14
cumpliré los votos que he hecho a Yavé en la presencia de todo su pueblo.
15
Es cosa preciosa a los ojos de Yavé la muerte de sus piadosos.
16
¡Oh Yavé! Siervo tuyo soy, siervo tuyo e hijo de una esclava tuya. Tú rompiste mis cadenas.
17
Te ofreceré sacrificio de alabanza e invocaré el nombre de Yavé.
18
Cumpliré mis votos hechos a Yavé, en la presencia de todo su pueblo,
19
en los atrios de la casa de Yavé, en medio de ti, Jerusalén. ¡Aleluya!
   
 
117
 
Invitación a las gentes para que alabe al Señor
   
1
Alabad a Yavé las gentes todas, alabadle todos los pueblos;
2
porque poderosamente (se ha manifestado) sobre nosotros su piedad y la verdad de Yavé (permanece) para siempre. ¡Aleluya!
   
 
118
 
Canto triunfal
   
1
Alabad a Yavé, porque es bueno, porque es eterna su piedad.
2
Diga la casa de Israel: porque es eterna su piedad.
3
Diga la casa de Aarón: que es eterna su piedad.
4
Digan los temerosos de Yavé: que es eterna su piedad.
5
En la angustia invoqué a Yavé, y me escuchó, poniéndome en salvo.
6
Está por mí Yavé: ¿Qué puedo temer? ¿Qué podrá hacerme el hombre?
7
Está Yavé por mí como socorro mío; contemplaré (despectivamente) a los que me odian.
8
Mejor es confiar en Yavé que confiar en los hombres;
9
mejor acogerse a Yavé que fiar en los príncipes.
10
Todas las gentes me cercaban, y en nombre de Yavé las he descuartizado.
11
Me rodeaban, me cercaban, y en nombre de Yavé las trituraba.
12
Me rodeaban como (enjambre de) abejas, quemaban como fuego las espinas, pero en nombre de Yavé las trituraba.
13
Fui fuertemente empujado para que cayera, pero fue Yavé mi auxilio.
14
Yavé es mi fortaleza y a El le canto salmos; fue para, mí la salvación.
15
Voces de júbilo y de victoria (resuenan) en las tiendas de los justos; la diestra de Yavé ha hecho proezas;
16
la diestra de Yavé ha sido ensalzada; la diestra de Yavé ha hecho proezas.
17
No moriré, sino que viviré para poder narrar las gestas de Yavé.
18
Castigóme rigurosamente Yavé, pero no me entregó a la muerte.
19
Abridme las puertas de la justicia, y entraré por ellas para alabar a Yavé.
20
Esta es la puerta de Yavé: entran por ella los justos.
21
Te alabo porque me oíste y fuiste para mí la salvación.
22
La piedra que rechazaron los constructores ha sido puesta por cabecera angular.
23
Obra de Yavé es ésta, y es admirable a nuestros ojos.
24
Este es el día que hizo Yavé. ¡Alegrémonos y jubilemos en El!
25
¡Oh Yavé, sálvanos! ¡Oh Yavé, haznos prosperar!
26
¡Bendito quien viene en el nombre de Yavé! Nosotros os bendecimos desde la casa de Yavé.
27
Yavé es Dios; El nos ilumina. Ordenad la procesión con frondas, (trayéndolas) hasta los cuernos del altar.
28
Tú eres mi Dios, yo te alabaré; mi Dios, yo te ensalzaré.
29
Alabad a Yavé, porque es bueno, porque es eterna su piedad.
   
 
119
 
Excelencias de la Ley de Dios
 
ALEF
1
Bienaventurados los de conducta íntegra, los que caminan en la ley de Yavé.
2
Bienaventurados los que guardan sus testimonios y con todo su corazón le buscan.
3
Los que no cometieron iniquidad alguna y marchan por sus caminos.
4
Tú has promulgado tus preceptos para que sean guardados con diligencia.
5
¡Ojalá sean firmes mis caminos en la guarda de tus preceptos!
6
Entonces no seré confundido, cuando atienda a todos tus mandatos.
7
Te alabaré con rectitud de corazón, instruido en tus justos juicios.
8
Guardaré tus mandamientos; no me abandones del todo.
 
BET
9
¿Cómo mantendrá el joven la limpieza de su camino? Guardando tu palabra.
10

Yo te he buscado con todo mi corazón; no permitas que me aparte de tus preceptos.

11
He escondido en mi corazón tu oráculo para no pecar contra ti.
12
¡Bendito seas, oh Yavé! Enséñame tus preceptos.
13
Con mis labios he pregonado todos los decretos de tu boca.
14
Me he alegrado por el camino de tus testimonios más que por todas las riquezas.
15
Quiero meditar tus preceptos, prestar atención a tus sendas.
16
Me deleitaré en tus estatutos, no olvidaré tu palabra.
 
GUÍMEL
17
Concede a tu siervo vivir y que guarde tus preceptos.
18
Abre mis ojos para que contemple las maravillas de tu ley.
19
Soy peregrino en la tierra, no me encubras tus mandamientos.
20
Languidece mi alma, deseando en todo tiempo tus decisiones.
21
Tú increpas a los soberbios, y son malditos cuantos se desvían de tus mandamientos.
22
Aparta de mí el oprobio y el desprecio, pues he guardado tus testimonios.
23
Aunque se sienten príncipes hablando contra mí, tu siervo meditará tus estatutos.
24
Sí, tus testimonios son mis delicias, mis consejeros tus estatutos.
 
DÁLET
25
Pegada al polvo está mi alma: conserva mi vida según tu palabra.
26
Te expuse mis andanzas, y me escuchaste; ¡enséñame tus estatutos!
27
Haz que entienda los caminos de tus mandamientos y pueda meditar sobre tus maravillas.
28
Se derrite mi alma de pesadumbre; levántame tú según tu palabra.
29
Aparta de mí el camino de la mentira y otórgame la gracia de tu ley.
30
Elegí la senda de la verdad y no olvidé tus juicios.
31
Estoy adherido a tus testimonios; ¡oh Yavé!, no permitas que sea confundido.
32
Correré por el camino de tus mandamientos, pues tú ensancharás mi corazón.
 
HE
33
Instruyeme, ¡oh Yavé!. en el camino de tus mandatos, para que los guarde hasta el fin.
34
Dame entendimiento para que guarde tu ley, y la guarde de todo corazón.
35
Haz que vaya por la senda de tus mandamientos, pues en ella me complazco.
36
Inclina mi corazón a tus testimonios, y no a la avaricia.
37
Haz que pasen sin ver la vanidad mis ojos, dame la vida con tu palabra.
38
Mantén para con tu siervo tu oráculo, que (prometiste) a los que te temen.
39
Aparta de mí el oprobio que temo, pues tus juicios son para bien.
40
Mira que he anhelado tus preceptos; guarda mi vida en tu justicia.
 
WAU
41
Venga, pues, sobre mí tu piedad, ¡oh Yavé!, tu salvación según tu palabra,
42
para que pueda responder a los que me increpan que he esperado en tu palabra.
43
No quites jamás de mi boca las palabras de verdad, pues esperé en tus juicios.
44
Que guarde constantemente tu ley por siempre jamás.
45
Que marche con holgura, porque he buscado tus preceptos.
46
De tus testimonios hablaré ante los reyes, no me avergonzaré.
47
Me deleitaré en tus mandamientos, que es lo que amo.
48
Alzaré mis manos a tus mandatos y meditaré en tus decretos.
 
ZAIN
49
Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, en la cual me hiciste esperar.
50
Este es mi consuelo en mi aflicción: que tu palabra me da la vida.
51
Los orgullosos mucho se han burlado de mí, pero no me he apartado de tu ley.
52
Me acuerdo de tus juicios de tiempo antiguo, ¡oh Yavé!, y me consuelo.
53
Se apodera de mí la indignación porque los impíos abandonan tu ley.
54
Fueron mis cantos tus estatutos en la casa de mi peregrinación.
55
De noche me acuerdo de tu nombre, ¡oh Yavé!, y guardo tu ley.
56
Esta ha sido mi suerte: guardar tus preceptos.
 
JET
57
Mi porción es Yavé; he resuelto guardar tu palabra.
58
De todo corazón te imploro que me seas propicio según tu práculo.
59
He considerado mis caminos, y vuelvo mis pies a tus testimonios.
60
Me apresuro y no me retraso en guardar tus mandamientos.
61
Las ligaduras de los impíos me estrecharon, pero yo no me olvidé de tu ley.
62
Me levanto a media noche para alabarte por tus justos juicios.
63
Compañero soy de cuantos te temen y guardan tus preceptos.
64
La tierra está llena, ¡oh Yavé!, de tu piedad; enséñame tus estatutos.
 
TET
65
Obraste benignamente con tu siervo, ¡oh Yavé!, según tu palabra.
66
Enséñame el buen sentido y la ciencia, pues creo en tus mandamientos.
67
Antes de ser afligido andaba descarriado, pero ahora guardo tu oráculo.
68
Tú eres bueno y bienhechor: enséñame tus estatutos.
69
Traman engaños contra mí los soberbios, pero yo guardo con todo corazón tus preceptos.
70
Craso está como sebo su corazón, pero yo tengo en tu ley mis delicias.
71
Bien me ha estado ser humillado para aprender tus estatutos.
72
Mejor me es la ley de tu boca que miles (de monedas) de oro y de plata.
 
YOD
73
Tus manos me hicieron y me formaron; dame entendimiento para aprender tus mandamientos.
74
Los que te temen, me ven y se alegran porque he esperado en tu palabra.
75
Conozco, ¡oh Yavé!, que son justos tus juicios, y que con razón me afligiste.
76
Sírvame tu piedad de consuelo, según tu oráculo a tu siervo.
77
Venga a mí tu misericordia y reviviré, porque tu ley es mi delicia.
78
Confundidos sean los soberbios, que sin razón me afligen; pero yo meditaré en tus mandamientos.
79
Vuelvan a mí los que te temen, y los que conocen tus testimonios.
80
Sea íntegro mi corazón en tus estatutos para no ser confundido.
 
KAF
81
Desfallece mi alma (ansiosa) de tu salvación, confío en tu palabra
82
Consúmense mis ojos por tu oráculo, diciendo: “¿Cuándo me consolarás?”
83
Porque estoy como odre puesto al humo, pero no olvido tus estatutos.
84
¿Cuántos serán los días de tu siervo? ¿Cuándo harás justicia con los que me persiguen?
85
Cavaron los soberbios hoyas para mí, los que no son según tu ley.
86
Todos tus mandamientos son verdad, sin causa me persiguen. ¡Socórreme!
87
Casi me han echado por tierra, pero yo no he abandonado tus preceptos.
88
Vivifícame según tu piedad para guardar el testimonio de tu boca.
 
LÁMED
89
Tu palabra, ¡oh Yavé!, es eterna, es estable como los cielos.
90
Es por generaciones y generaciones tu fidelidad; formaste la tierra, y perdura.
91
Por tu ordenación aún subsisten hasta hoy, pues todas las cosas están a tu servicio.
92
Si tu ley no fuera mi delicia, ya habría perecido en mi aflicción.
93
No me olvidaré jamás de tus preceptos, pues con ellos me has dado la vida.
94
Tuyo soy, ¡sálvame!, pues busco tus preceptos.
95
Me acechan los impíos para perderme, pero yo pongo mi atención a tus testimonios.
96
A todo lo perfecto veo un límite, pero tus mandamientos son amplios sobremanera.
 
MEM
97
¡Cuánto amo tu ley! En ella medito todo el día.
98
Tus mandamientos me hacen más sabio que a mis enemigos, porque siempre están conmigo.
99
Me hacen más prudente que cuantos me enseñan, pues tus testimonios constituyen mi meditación.
100
Soy más entendido que los ancianos, porque guardo tus preceptos.
101
Retraje mis pies de todo mal camino para guardar tu palabra.
102
No me he apartado de tus juicios, porque me has instruido.
103
¡Cuán dulces son a mi paladar tus oráculos, más que la miel para mi boca!
104
De tus preceptos saco inteligencia; por eso detesto toda falsa senda.
 
NUN
105
Su palabra es para mis pies una lámpara, la luz de mi sendero.
106
He jurado, y quiero cumplirlo, guardar tus juicios justos.
107
Estoy sobremanera afligido; ¡oh Yavé!, vivifícame según tu palabra.
108
Acepta complacido, ¡oh Yavé!, las ofrendas voluntarias de mi boca y enséñame tus juicios.
109
Mi alma está en mis palmas; pero no he dado al olvido tu ley.
110
Me pusieron los impíos una trampa, pero no me desvié de tus preceptos.
111
Son mi heredad para siempre tus testimonios, pues constituyen el gozo de mi corazón.
112
Inclino mi corazón a cumplir tus estatutos por siempre jamás.
 
SÁMEC
113
Detesto la doblez de corazón y amo tu ley.
114
Tú eres mi defensa y mi broquel, y espero en tu palabra.
115
Apartaos de mí los malvados, que quiero guardar los mandamientos de mi Dios.
116
Sosténme según tu oráculo y viviré, y no me avergüences en mi esperanza.
117
Susténtame para que sea salvo, y me deleitaré siempre en tus estatutos.
118
Tú desprecias a cuantos se apartan de tus preceptos, porque sus designios son engañosos.
119
Escorias son para ti todos los impíos de la tierra; por eso yo amo tus testimonios.
120
Se estremece mi carne por temor a ti, y temo tus juicios.
 
AYIN
121
Practico el juicio y la justicia; no me abandones a mis opresores.
122
Responde por tu siervo para bien; no me opriman los soberbios.
123
Consúmense mis ojos por tu salvación y por el edicto de tu justicia.
124
Haz con tu siervo según tu piedad, y enséñame tus estatutos.
125
Siervo tuyo soy; dame entendimiento para conocer tus testimonios.
126
Tiempo es de obrar por Yavé, pues han violado tu ley.
127
Por eso yo amo tus mandamientos más que el oro, que el oro purísimo.
128
He procedido rectamente conforme a tus preceptos y he odiado todo camino falso.
 
PE
129
Son admirables tus testimonios; por eso los guarda mi alma.
130
La explicación de tus palabras ilumina y da inteligencia a los sencillos.
131
Abro mi boca y suspiro, pues anhelo tus mandamientos.
132
Vuélvete a mí y séme propicio, como haces con los que aman tu nombre.
133
Afirma mis pasos con tu oráculo y no dejes que me domine iniquidad alguna.
134
Rescátame de la opresión de los hombres para que pueda guardar tus preceptos.
135
Haz resplandecer tu faz sobie tu siervo y enséñame tus estatutos.
136
Arroyos de agua caen de mis ojos porque no guardan tu ley.
 
SADE
137
Justo eres, ¡oh Yavé!, y rectos tus juicios.
138
Has impuesto justamente tus testimonios y con suma fidelidad
139
Mi celo me consume, porque dan al olvido tus palabras mis enemigos.
140
Acendrado del todo es tu oráculo, y tu siervo lo ama.
141
Pequeño y despreciable soy, pero no olvido tus preceptos.
142
Tu justicia es eterna y tu ley es verdad.
143
La angustia y la opresión han hecho presa sobre mí, pero tus mandamientos son mis delicias.
144
Justos son por la eternidad tus testimonios; haz que los entienda y viva.
 
QOF
145
Clamo con todo mi corazón; escúchame, ¡oh Yavé!, quiero guardar tus estatutos.
156
Clamo a ti, sálvame para que guarde tus testimonios.
147
Me adelanto al alba para implorar auxilio y espero en tu palabra.
148
Se anticipan a las vigilias mis ojos para meditar tu oráculo.
149
Oye mi voz según tu piedad, ¡oh Yavé!, y haz que viva conforme a tus juicios.
150
Acercáronse los que malignamente (me) persiguen, los que se alejaron de tu ley.
151
Pero cercano estás tú, ¡oh Yavé!, y todos tus mandamientos son verdad.
152
Mucho ha que entendí que tus mandamientos los estableciste para la eternidad.
 
RES
153
Ve mi aflicción y líbrame, pues que no he olvidado tu ley.
154
Defiende mi causa y protégeme; según tu oráculo, dame vida.
155
Lejos está de los impíos la salvación, porque no buscan tus estatutos.
156
Muchas son, ¡oh Yavé!, tus misericordias: haz que viva según tus juicios.
157
Muchos son mis perseguidores y adversarios, pero no me aparté de tus testimonios.
158
Veo a los traidores y me dan fastidio, porque no guardan tu palabra.
159
Mira que amo tus preceptos. ¡Oh Yavé!, dame vida según tu piedad.
160
La suma de tu palabra es la verdad, y eternos son todos tus equitativos juicios.
 
SIN
161
Persiguiéronme sin causa los príncipes, pero mi corazón temía tus palabras.
162
Tan contento estoy con tu oráculo como quien halla abundante botín.
163
Odio y abomino la falsedad y amo tu ley.
164
Siete veces te alabo en el día por tus justos juicios.
165
Mucha paz tienen los que aman tu ley; no hay para ellos tropiezo.
166
He esperado, Yavé, en tu salvación y he cumplido tus mandamientos.
167
Ha guardado mi alma tus testimonios, y los amo sobremanera.
168
Guardo tus preceptos y tus testimonios, porque todos mis caminos están ante ti.
 
TAU
169
Acerqúese mi grito a tu presencia, ¡oh Yavé!, y, según tu palabra, dame inteligencia.
170
Llegue mi deprecación ante tu faz, y, conforme a tu oráculo, sálvame.
171
Mis labios musitarán alabanzas porque me enseñas tus estatutos.
172
Cantará mi lengua tu oráculo, porque justos son todos tus mandamientos.
173
Sea conmigo tu mano para ayudarme, pues he elegido tus preceptos.
174
Anhelo tu salvación, ¡oh Yavé!, pues tu ley es mi deleite.
175
Viva mi alma para alabarte, y dénme ayuda tus juicios.
176
Si errare como oveja perdida, busca a tu siervo, pues no me he olvidado de tus mandamientos.

 

C.R.Y&S