|  | 
|  |  |  |  | 
|---|
|  | 
 EL ÁRBOL DE LA VIDACONTINUACION DE LAS CREACIÓN DEL UNIVERSO SEGÚN EL GENESIS
             CRISTO RAÚL
            Y&S
             
             
             PRIMERA PARTE
             
 DIA
            CUARTO
               
             CREACIÓN DEL ÁRBOL
            DE LAS ESPECIES
             
             I En la
            Historia Divina de Jesucristo, y de especial forma en la Creación del Universo
            entré en las raíces de estos dos grandes problemas filosóficos. Es hora de
            entrar en ellos no tanto desde el Origen de la Vida y de la Ciencia del Bien y
            del Mal cuanto desde su realidad aplicada a la estructura de la Historia
            Universal del Género Humano.
             Según se lee,
            siempre siguiendo la Línea de Tiempo marcada por el Génesis, el Árbol de la
            Vida en la Tierra surge bajo las aguas. Pero recapitulemos brevemente la
            secuencia creacional a fin de no comenzar desde un punto en el vacío.
             Creada la
            Tierra, Dios procede a crear el primero de todos los elementos naturales, el
            Hielo. Una vez rodeada la Esfera Terrestre de ese Manto de Hielos, Dios procede
            a su ruptura en dos grandes bloques, de cuya sublimación y descongelación
            surgen el Agua y el Aire.
             El
            Calentamiento del Núcleo produce el Fuego que expande el Radio de la Esfera
            Terrestre y levanta las Plataformas Continentales, produciendo Dios la creación
            de los océanos y mares. El levantamiento de los continentes y el descenso de
            las aguas traen a flote la primera gran rama del Árbol de la Vida, el Reino de
            las Plantas.
             Estamos en el
            Día Tercero, en el Tercer Acto de la Creación del Género Humano.
             Humanamente hablando
            digamos antes de dar a luz es necesario crear el alimento del que esa criatura
            vivirá. En lo que se refiere a la Creación de la Célula Madre de la que nacerá
            el Árbol de la Vida, esta Acción es una realidad cuyo Conocimiento es exclusivo
            del Poder y Sabiduría de Dios.
             No se debe
            confundir Desconocimiento con Ignorancia. Ni se puede pretender negar la Realidad
            de la Participación de la Inteligencia Natural en la Divina en razón de estos
            límites que separan al Creador de su Creación. Negar a Dios por el Hecho de
            esta Línea de Demarcación entre Creador y Creación es un suicidio; su extensión
            al prójimo es un homicidio; su imposición a nivel de poblaciones es un
            genocidio.
             Por Amor, el
            Creador del Universo le abre su Inteligencia a su Creación, pero negarle por no
            crear un “dios” en nosotros es una rebelión con razón en la locura.
             Existen
            límites de Conocimiento que pertenecen exclusivamente a la Naturaleza Divina, y
            debemos contemplar los Hechos de su Acción desde la Historia, jamás desde la
            óptica de quien “o descubro cómo se crea la Vida o Niego a Dios”. Este
            encuentro con Dios sobre la Plataforma de la Historia es el que he adoptado de
            siempre, y es el camino en el que me mantengo.
             Así pues, el
            Reino de las Plantas fue el primero de los reinos que el Árbol de la Vida trajo
            a luz en la Historia de nuestro Universo. Su nacimiento se produjo bajo las
            aguas, sobre el propio lecho oceánico, de manera que conforme las aguas
            bajaron, el Océano Madre se multiplicó y trajo de la mano de los océanos y los
            mares los grandes Bosques Marinos, que, expuestos en las costas a la luz del
            Sol, comenzaron su Adaptación a la Vida en tierra firma.
             La existencia
            de restos de vida marina en las alturas de los continentes no se debe
            interpretar desde un levantamiento posterior al descenso de las Aguas del
            Océano. El acto de la creación de las Raíces del Árbol de la Vida y el Descenso
            de las Aguas del Océano que Dios creó en el Segundo Día, producto de la Ruptura
            del Manto de Hielos y la Creación de la Atmósfera Primaria, estos dos
            Acontecimientos Históricos fueron de la mano. De manera que cuando los océanos
            y los mares equilibran su nivel con los continentes, la Vida llena ya las
            aguas.
             Bajo las
            aguas las primeras ramas, de las que emergerían todas las especies terrestres
            del reino vegetal, llenaban los lechos marinos; las plantas se habían hecho
            bosques de algas prehistóricas cubriendo las inmensidades de los lechos
            contiguos a las costas.
             Al término de
            este Tercer Día el reino de las Plantas Marinas expuestas al Sol se había
            adaptado a la vida terrestre. Los Prehistóricos Bosques de Algas Marinas,
            origen de la Flora de la Tierra, dieron a luz la Primera generación del Bosque
            Prehistórico Terrestre, cuyo ejemplar individual era el de un árbol gigantesco
            entre millones de árboles gigantes unidos en una misma Naturaleza y Función
            Histórica: La Transformación de la Química de la Atmósfera Primaria.
             Recordemos
            que la Creación de la Atmósfera Primaria tuvo por Fuerza Motriz la Reactivación
            del Núcleo de la Tierra. El Transformador astrofísico puso en acción la Fuerza
            de Expansión del Radio de la Tierra, productora del Levantamiento de las
            Plataformas Continentales mediante una Actividad Vulcanológica Global que, sin
            romper el Anillo Litosférico, sí le dio a la Atmósfera primaria una Naturaleza
            Química en la que la Vida tal cual la conocemos hubiese sido imposible. La
            Habilitación, por Biosíntesis, de aquella Atmósfera Primaria en una Nueva sería
            el trabajo por Dios encomendado al reino del Bosque Prehistórico.
             Observamos
            entonces que Dios se refiere en su Jeroglífico Bíblico al Principio Motor de
            sus Actos, dejando el Tiempo a su Naturaleza, pues nadie creerá que la
            Transformación de la Atmósfera Primaria, producida como efecto de la expansión
            del Radio Geofísico por fuerzas Magmáticas, fuera a ser cosa de aquí te pillo y
            aquí te mato. Estamos hablando de un Creador de Naturaleza Vital Eterna para
            quien el Tiempo de su Existencia Increada tiene el Infinito por Medida. Su
            vista no abarca los horizontes entre los cuales nuestros sentidos y nuestro
            pensamiento desarrollan su existencia.
             La Creación
            de Universos implica un Conjunto de Leyes Naturales con raíz en la Eternidad y
            nada ni nadie puede saltarse esas leyes. La Ciencia de la creación no se basa
            en la manipulación de ese Árbol de leyes que vienen de la Eternidad y gobiernan
            el Movimiento en el Cosmos desde el Infinito en el Tiempo. La Relación de Dios
            con el Espacio, el Tiempo la Materia procede y se basa en la Perfecta
            Integración de la Naturaleza Divina en este Árbol de Leyes. La Naturaleza tiene
            un Curso y Dios ama ese Curso. Tiene la Eternidad por delante. ¿Dónde están las
            prisas?
             Así pues,
            cuando hablamos de la Creación debemos siempre tener en pensamiento este
            Factor. El Creador actúa acorde a su Naturaleza Divina, jamás acorde a la
            naturaleza de la Criatura. Pero volvamos a la Tarde del Día Tercero. Porque en
            Día Cuarto se produce una Maravilla.
             Como ya dije,
            antes de parir al niño la naturaleza dispone el alimento del que vivirá,
            creando la leche en el cuerpo de su madre. Siguiendo esta regla Dios mira al
            fruto final de esta Creación del Reino de las Plantas: Alimentar a la Vida
            Animal, de todas las especies que más tarde saldría de las Aguas.
             El Creador
            asume como natural la Función Geohistórica del Reino
            del Bosque Prehistórico. Su Pensamiento está puesto más allá, en la Creación
            del Hombre, y de aquí que refiriese la Creación del Universo a la Historia del
            Género Humano.
             Acabó este
            Tercer Día dejando Dios que el reino del Bosque Prehistórico, único habitante
            de la Tierra bajo el Sol, hiciese su trabajo, que no era poco.
             También
            tenemos nosotros que ver que dada la estructura química de aquella Atmósfera
            Primaria la naturaleza genómica o celular de la Primera generación del Árbol
            Prehistórico y la del árbol actual sean dos secuencias muy diferentes.
             Uno de los
            grandes defectos de los hijos de las universidades es su incapacidad manifiesta
            para abrir la serie de transformaciones que la Vida ha experimentado desde su
            Origen a nuestros días. Aun cuando hablan de una creación de la Biosfera
            partiendo de una Vulcanología Global, pasan de largo por la naturaleza química
            de esa Atmósfera Primaria y su relación con las primeras generaciones de la
            Vida en la Tierra.
             Es el mismo
            defecto que padecen los Historiadores de las distintas disciplinas históricas a
            la hora de la recreación de los escenarios naturales en los que se
            desarrollaron los tiempos antiguos; proyectan las condiciones naturales
            existentes en la actualidad a los tiempos más remotos, pasando por alto que
            miles de guerras han asolado la faz del planeta y provocado una desertización
            contra natura de los hábitats en los que tuvieron lugar los acontecimientos
            referidos a las civilizaciones de la Antigüedad.
             La Imposición
            Ideológica de la Universidad al Pensamiento del ser humano en pro del Ateísmo
            Científico, natural a la Mediocridad Académica Mundial y contrario del
            Cristianismo, ha sido uno de los grandes males padecidos por el Siglo XX contra
            el que este Siglo luchará sin descanso.
             Entonces,
            regresando al tema principal, al término del Día Tercero del Génesis, el
            Acontecimiento Universal en curso tiene en la Transformación por Biosíntesis de
            la Atmósfera Primaria, altamente enrarecida por su Origen Vulcanológico, su
            trabajo de coloso. Mas para comprender un poco mejor este escenario debemos
            pasar al Día Cuarto.
             
             II 
             Vista la
            secuencia geohistórica extendida por el Génesis ante
            nuestros ojos, podríamos aventurarnos a predecir que al Alba del Día Cuarto
            diría Dios: “Brote la tierra seres animados según su especie, ganados, reptiles,
            bestias de la
             Aguas”. A su
            Voz, el Reino de las Plantas sale a flote, coloniza las tierras bajo el Sol,
            transforma la Atmósfera Primaria en una Secundaria, apta para la vida animal, y
            la explosión de vida animal de toda especie comienza su andadura. ¡Qué más
            natural!
             Pero no. El
            Hombre no es Dios. De repente, cuando nadie se lo esperaba, y todos los
            presentes predecían el siguiente Acontecimiento: el Salto de la Vida del seno
            de las aguas a tierra firme, el Hijo de Dios abre su Boca y dice: “Haya en el
            Firmamento de los cielos lumbreras para separar el día de la noche y servir de
            señales a estaciones, días y años; y luzcan en el Firmamento de los cielos,
            para alumbrar la Tierra.”
             Todo el mundo
            se queda perplejo. Los hijos de Dios, desde el Principio testigos de nuestra
            Creación, se miran unos a otros. Miran al Hijo de Dios. ¿Qué? ¿Qué está
            pasando?
             Que el Verbo
            se hizo carne, que la Palabra se hizo Hombre, que el Hijo de Dios es Jesucristo
            y que este Jesús es el Dios que dijo “Haya Luz”, y la Tierra se vistió de un
            Manto de Hielos cubriendo su Globo de Polo Norte a Polo Sur; y luego dijo:
            “Haya Firmamento en medio de las aguas, que separe unas de otras”, y hubo
            Atmósfera Primaria y Océano Madre; y después abriendo su Boca dijo: “Júntense
            en un lugar las aguas de debajo de los cielos y aparezca lo seco”, y las aguas
            del Océano Madre, por la presión del Manto Magmático, creador del levantamiento
            de la Litosfera, siguieron bajando hasta dividirse en nuevos océanos y mares; y
            diciendo el Hijo de Dios después: “Haga brotar la tierra hierba verde, hierba
            con semilla y árboles frutales, cada uno con su fruto según su especie y con su
            simiente, sobre la tierra”, las Plantas Marinas saltaron a tierra firme,
            elevaron su Tronco hasta las alturas y colonizando el mundo comenzaron su
            Reino, el Reino del Bosque Prehistórico, su sentido existencial expuesto en dos
            brazos:
             Uno: la
            Transformación por Biosíntesis de la Química del Aire entonces en vigor,
             y Dos: su
            propia transformación genómica a medida que se producía la transformación
            química de la Atmósfera.
             ¿Qué más
            natural y lógico, dados estos pasos, que Dios dijera?: “Hiervan de animales las
            aguas y vuelen sobre la tierra las aves bajo el Firmamento de los Cielos”, pero
            no, el Hijo de Dios, para sorpresa de todos los hijos de Dios, rompe la
            predicción científica que todos se habían hecho en sus cabezas y levantando su
            Voz a los Cielos dice: “Haya en el Firmamento de los cielos lumbreras para
            separar el día de la noche y servir de señales a estaciones, días y años; y
            luzcan en el Firmamento de los cielos, para alumbrar la Tierra.”
             Entendamos
            por qué esta apertura entre la Sabiduría Todopoderosa de Dios y la capacidad de
            su Criatura para ponerse a la altura de su Creador.
             
             III 
             La Creación
            de los Cielos parte de un Principio Cosmológico Natural. Cuando Dios se levantó
            como el Creador del Nuevo Cosmos, Materia, Espacio y Tiempo comenzaron a
            moverse al ritmo de Dios. Las galaxias fueron transformadas en canteras de
            estrellas en número infinito de las que extraer por Dios todo la Materia
            necesaria para la Creación de universos.
             En términos naturales
            podemos decir que la ley de los gases es la ley que gobierna la relación
            materia-energía dentro del espacio gravitatorio de una galaxia. La matera
            astrofísica interna está sujeta a una presión termodinámica de los que proceden
            por efecto unos parámetros visibles cambiantes en el espacio y el tiempo. La
            masa astrofísica y el valor del campo gravitatorio le dan a una galaxia su
            forma y su tamaño. El denominador común cósmico es esta presión gravitatoria
            que equipara una galaxia a un globo de gas caliente cambiando su forma externa
            acorde al juego de fuerzas astrofísicas internas. Si a este globo le abrimos un
            agujero el efecto será un río de estrellas hacia el exterior propulsado al
            espacio cosmológico libre. Es el efecto que obtenemos al pinchar un globo
            caliente. El efecto en la galaxia será igual al de propulsión reactiva
            ocasionado en un globo. Lo que a nosotros en este caso nos interesa es el
            chorro de aire caliente en forma de río de estrellas disparada hacia el campo
            intergaláctico como consecuencia del pinchazo en una galaxia concreta. Soltando
            nuestra imaginación al aire podemos decir que tendríamos ríos de estrellas
            recorriendo el espacio libre entre las galaxias cual águilas brillantes
            haciendo un fabuloso viaje de una alta montaña a la otra.
             En el caso
            que nos ocupa, Dios transforma las galaxias en altas cordilleras desde las que
            hacer emerger ríos de estrellas que bajando desde las alturas ÉL dirige por
            lechos Gravitatorios abiertos en el campo de la Creación hacia un Océano
            Gravitatorio que previamente Él ha creado. Así es cómo Dios, Padre de
            Jesucristo, creó nuestros Cielos.
             Ahora
            comprendamos lo siguiente.
             La Creación
            de un Universo desde este Principio de Acción pertenece al Espíritu del
            Creador. Quiero decir, dimensiones gravitatorias, masa astrofísica, son
            parámetros abiertos a la Inteligencia Creadora Divina en razón de la Naturaleza
            del Árbol de la Vida que se dispone a levantar.
             Entendemos
            que una vez extendida una Plancha Gravitatoria, en un Espacio Abierto Libre de
            Materia, los Ríos de estrellas que Dios puede dirigir desde distintas Cumbres
            en el Cosmos a ese Lecho Oceánico serán tantos como en su Espíritu Creador Él
            lo disponga. Lo que tenemos que ver, en la entrada de estos ríos en un Lecho
            Gravitatorio, es el encuentro de distintas corrientes salvajes en un mismo
            lecho. Viniendo desde distintos puntos en el Espacio pondrán en movimiento
            rotatorio ese Lecho; esto de un sitio. Del otro, acorde al valor de la Densidad
            Gravitatoria de este Campo la presión termodinámica sobre la masa astrofísica
            final será de un valor o de otro.
             Este es el
            Origen de nuestros Cielos. Cuando Dios le cedió a su Hijo la Palabra tales
            fueron los Cielos en los que se produjeron los acontecimientos descritos. La
            Masa Astrofísica General estaba en equilibrio pero sujeta aún a la Presión
            Gravitatoria Original. Quiero decir, el Radio de los Cielos era Inferior al
            actual. El Nivel de Energía Gravitatoria en el seno del cual la Tierra vive su
            Historia, desde el Segundo hasta el Cuarto Día, vino definido por la estructura
            astrofísica derivada de la ley termodinámica natural al encuentro entre esos
            ríos y el lecho gravitatorio que Dios levantó como Plancha para la Creación del
            Edificio de los Cielos. La cantidad de masa por unidad astrofísica de espacio,
            el año luz, era superior a la actual. La radiación que llegaba a la Tierra
            durante estos dos Días era superior a la que gozamos al presente. Ese nivel de
            radiación, de haber prevalecido, hubiese extinguido en su matriz la vida sobre tierra
            firme. Bajo aquel Nivel de energía estelógica el
            Árbol de la Vida no hubiese podido dar el Salto de la vida en el Agua a la Vida
            Mamífera. Los Cielos y la Tierra necesitaban un Nuevo Equilibrio de Energía que
            permitiera este Salto. Es la Acción que el Hijo de Dios puso en acto cuando abrió
            su boca.
             
             IV 
             En este orden
            tenemos que desechar la adaptación que la Cosmología del Siglo XX hizo de la
            Cosmología Newtoniana.
             Newton
            padeció el defecto de todos los genios de todos los tiempos. La Historia de la
            Ciencia nos enseña cómo cada vez que una ley era descubierta el descubridor
            adaptaba todo el universo a su ley. Se descubría la ley de la Música y todo el
            universo era una sinfonía. Se descubre la ley de la mecánica cuántica y todo el
            cosmos es un artilugio cuántico.
             Esto, sumado
            a la limitación de conocimiento Astronómico de que disponía, condujo a Newton a
            la proyección de una ley local al universo en su conjunto, de donde se
            derivaría, y se derivó, una Cosmología abierta a la fantasía de cada uno, siendo
            más o menos verdad el castillo en el aire por su cerebro imaginado dependiendo del
            soporte matemático sobre el que se anclaron sus cimientos, y válido, científicamente
            hablando, independientemente de la negación de la realidad astronómica, una
            realidad astronómica sin valor delante de los números, y privada de cuerpo sin
            ninguna  realidad física en función de
            esos números. Dado que Newton extendió las fronteras del cosmos al infinito su derivación,
            expansión o contracción, quedó al arbitrio del astrónomo de turno. Derivación
            ficticia que consumo su patología cuando un simple matemático, sin haber puestos
            jamás sus ojos en un telescopio se atrevió a crear un universo de bolsillo. Ese
            día en que Einstein se coronó rey de los cosmólogos la astronomía se convirtió
            en la ramera de lux al servicio del poder de turno.
             Si la raíz es
            antinatural, el árbol dará frutos envenenados.
             No había que
            ser un genio para llevar a su última consecuencia antinatural la ley de la
            Gravedad Universal de Newton.
             Lo que tiene
            valor en un área local no puede ser proyectado al universo sino después de una
            comprobación de ese valor sobre todas las áreas locales. Así pues, saltándose
            este principio era fácil asumir que puesto que todas las masas se atraen,
            independientemente de la Gravedad, toda la Masa del Cosmos se encuentra en
            Expansión o en Contracción. La Cosmología del Siglo XX se decidió por la
            Contracción. La Revolución de la Radioastronomía negó esta conclusión. Pero la
            Universidad se niega a cambiar su Doctrina Ideológica.
             El hecho es
            que el Cosmos no se contrae, y por tanto la ley universal de Newton es una
            falacia. Las masas no se atraen por el hecho de ser masa. El valor de la
            Gravedad y la naturaleza de la Materia determinan que se atraigan o se repelan
            y con qué valor se realiza esta acción.
             Parece más
            que evidente que de aplicarse la Ley de la Gravedad Universal a un cúmulo
            globular su propia existencia es una herejía contra la cosmología infantil del
            Siglo XX.
             Parece más
            que evidente que de ser legal la Ley de la Gravedad Newtoniana aplicada a la
            cosmología, la contracción de los Cielos debiera haber ya borrado del
            Firmamento el Mapa de las Constelaciones del que se ha servido toda vida en el
            Aire para sus Migraciones durante miles y millones de años.
             Sin necesidad
            de ir más allá en una crítica contra una cosmología pueril, que sería como
            ponerse a discutir con un niño, la ley universal que rige el comportamiento de
            la Materia y las Energía en el Espacio es la ley de la Transformación de la
            Gravedad en Fuerzas físicas por las Estrellas. Esta Transformación es la que
            gobierna el equilibrio en el Universo.
             Pero como
            esta ley ya ha quedado resuelta en la CREACIÓN DEL UNIVERSO SEGÚN EL GÉNESIS,
            dejo aquí el tema y recupero el camino por la Noche del Tercer Día a la Mañana
            del Cuarto Día.
             
             V
             
             Ni el Cielo
            fue Azul durante el Tercer Día, ni las Constelaciones brillaban en el
            Firmamento. Primero, porque el color del cielo depende de la composición
            química del aire. Y segundo, porque Dios nos había actuado sobre la masa
            astrofísica celeste desde que la creara.
             Ciertamente
            el encuentro de ríos salvajes sobre un lecho produce una primera acción
            giratoria alrededor de un centro común, pero conforme pasa el tiempo las aguas
            se calman y el mar creado se estabiliza. Sin embargo la presión gravitatoria es
            fuerte en este Origen, y se entiende que con el paso del tiempo igualmente esa
            presión se iría reduciendo a medida que la masa trasformase la Gravedad en
            fuerzas, y cayendo la presión interna se produjera una nueva redimensión del
            radio de las distancias interestelares acorde a la naturaleza de las fuerzas
            producidas.
             Esta
            secuencia natural implica una cantidad de años a contar en términos
            astrofísicos. Menor la presión gravitatoria mayor la expansión, hasta alcanzar
            un nuevo equilibrio final. ¿Pero qué pasará si aceleramos la transición a esta
            nueva presión creadora de ese equilibrio final? Y lo más importante ¿cómo lo
            haríamos?
             Físicamente
            hablando, una vez conocida la ley universal que gobierna la relación materia-energía
            en el Cosmos, tendríamos que acelerar el proceso de transformación de la
            Gravedad en fuerzas estelógicas. Es decir, en un Acto
            de Omnipotencia y Todopoder subiríamos la producción
            de luz y energía cósmica haciendo que la reducción de la presión gravitatoria
            que en tiempo natural se produciría en millones astrofísicos de años se
            produjese en años naturales. La consecuencia sería una Iluminación Masiva de
            los Cielos, provocando como efecto la Expansión de Equilibrio Final que sólo se
            obtendría mediante el paso de los Años medidos en tiempo Astrofísico. Esta
            Acción Creadora es la que emprendió el Hijo de Dios al Amanecer del Cuarto Día
            de la Historia del Género Humano.
             Las
            consecuencias que esta Acción tuvieron en nuestra Historia Universal la veremos
            en el Día que sigue.
             Observamos
            que si por una parte Dios descubre la Plenitud de la Naturaleza Divina de su
            Hijo delante de todos sus hijos, cuyo Omnipotente y Todopoderosa Palabra es el
            Principio a cuya Ley se sujeta la Creación entera, por la otra parte abre la
            inteligencia de todos a la Unidad de Acción en el Acto Creador del Hijo de Dios
            con su Padre, en quien tiene toda Omnisciencia y Sabiduría, para darle a los
            Cielos la Nueva Forma que entonces adquirió: la de ser una Carta Constelacional de Vuelo para las Migraciones de todas las
            Aves que habrían de ser creadas, de un sitio, y de otro servirle a todos los
            seres vivos terrestres en la Estabilidad de los Cielos una Referencia de
            Estabilidad en su propia existencia.
             La Creación
            de esta Magnífico y Maravilloso Árbol de las Constelaciones, cuya belleza
            despertó en nuestra Inteligencia la Idea de la perfección Divina, no debe
            hacernos olvidar el Fin Metafísico natural a las Dimensiones de nuestro
            Universo: “Separar la Luz de las Tinieblas”.
             El Campo
            Cósmico Abierto está sujeto a grandes corrientes de materia nebular flotante.
            Atraídas por los campos gravitatorios estas Nubes de Materia Cósmicas se
            abalanzan sobre las galaxias, moviéndose libremente entre unas y otras. Su
            combustión hace que las galaxias aumenten su brillo, de donde descubrimos su
            naturaleza cósmica de grandes hornos astrofísicos en los que esas Nubes son
            reducidas a materia microcósmica, de un sitio, y del
            otro son transformadas en cunas de planetas.
             Creado
            nuestro Universo no se podía esperar que, tarde o temprano, estas grandes Nubes
            que sobrevuelan el espacio cósmico abierto fueran a pasar de largo por nuestros
            Cielos.
             Dios cuenta
            con este encuentro desde el Principio de la Creación de un Nuevo Universo, y
            articula el Edificio Astrofísico que sustentará la Nueva Vida acorde a la naturaleza
            de las materia nebular flotante entre las galaxias.
             En el caso de
            nuestro Universo seguía operativa la misma Ley. Tarde o temprano las Nubes
            intergalácticas descenderían sobre los Cielos.
             Ergo: Las
            dimensiones de nuestros Cielos fueron creadas acorde a este encuentro que
            habría de producirse y que elevaría la temperatura interna del Campo acorde a
            la distribución de masa en su interior. En un campo altamente concentrado de
            materia la elevación de la temperatura será más alta que en otro campo de menor
            concentración. En fin, las variables con las que el Hijo de Dios jugó durante
            este Cuarto Día fueron muchas y no menos impresionantes de la primera a la
            última. El Resultado Final es su Victoria, y esta Victoria suya somos Nosotros.
             Queda la
            cuestión del Tiempo. ¡¡Cuánto duró esta Configuración de los Cielos en el Árbol
            de las Constelaciones!!
             Cabe decir lo
            que dije. Dios no mide el tiempo acorde a nuestra naturaleza. Él tiene una Alma
            Creadora, la Creación es su Pasión. Esto se ve en la belleza con la que vistió
            el Árbol de las Constelaciones y en la Inmensidad de los dos Muros de Defensa
            que le dio a los Cielos. Los Doscientos Guerreros que lucen el Escudo Globular
            son un Diálogo de Todopoder y Omnipotencia, pero
            también de Amor y de Pasión por la Vida, el Fruto Final de toda su Acción. Los
            miles de Cúmulos Estelares que defienden las Fronteras entre el Campo del Árbol
            de las Constelaciones y los Guerreros Globulares son el Libro de Ciencia más
            hermoso y profundo que pueda inteligencia alguna abrir.
             Finalmente,
            ¡cómo hacer posible el Viaje entre las Estrellas sin esta Carta de
            Constelaciones levantando en el Espacio un Paisaje Fijo, que le da al Campo del
            Universo una geografía propia en la que las estrellas son montañas y las
            distancias entre ellas valles y llanuras, caminos hacia el Universo de los
            universos, el Mundo que Dios creó para ser su Casa, su Tierra, su Paraíso, su
            Reino!
             
             VI 
             En efecto, en
            el Universo del Tercer Día el desplazamiento por los Cielos suponía meterse en
            un laberinto en el que la salida sería una odisea perdida. La concentración de
            materia y su distribución al alimón, sujeta la masa astrofísica globas a las
            fuerzas naturales producto de la agrupación caótica en un lecho común de ríos
            de estrellas procedentes de diferentes galaxias, el movimiento en ese bosque
            cerrado en movimiento sin punto de referencia estático era un suicidio.
            Únicamente Dios podía internarse en ese laberinto y desde dentro darle una
            Nueva Forma, crear desde el Caos una Armonía Perfecta, convertir los caminos
            sin salida en autopistas de vuelo perfectamente cartografiadas hasta el punto
            de poner el piloto automático rumbo a la constelación que se quiera.
             Obra
            perfecta, obra maravillosa en todas sus partes declarando la Divinidad de su
            Autor, Jesucristo, el Hijo de Dios, la Palabra que se hizo Hombre, la Palabra
            que estaba al Principio, cuyo Verbo es el de Dios, porque Dios está en El. El
            hizo todas las cosas y sin El nada de lo que existe existiría. Y lo que existe
            por El existe, pues su Padre todo lo hace por Amor a Él, y sin El nada puede
            permanecer en la existencia, pues todo el que no ama al Hijo no puede
            permanecer en la Creación de su Padre, YAVÉ Dios, el Autor de la Biblia, Señor
            del Infinito y de la Eternidad, quien con su Poderoso Brazo Increado le dio al
            Cosmos la Nueva Forma que mantiene Su Creación. Y nada ni nadie puede vivir en
            esta Creación de Dios si no tiene a su Hijo por Rey y Señor.
             Como Ayer,
            así Hoy, y por siempre.
             
             
             SEGUNDA PARTE 
             DIA QUINTO PRINCIPIO DE UNA
            NUEVA ERA
             
             Justo es que
            reemprendiendo este camino recuerde la necesidad de liberarse de la imagen
            estática del Hijo de Dios grabada en nuestra mente por los siglos pasados, y
            alcemos la cabeza para mirar de frente al Rostro Vivo de nuestro Creador.
            ¿Tendré que recordar las palabras del Espíritu Santo?: “ ¿Quién os enseñó a ver
            al Señor como muerto? ”
             Él es la
            Vida. El recibió un Nombre Nuevo: “Cristo”, el Nombre del Mesías, el Campeón
            elegido por Dios para ser el Vengador de la sangre de su hijo Adán. ¡El Mayor
            vengó la muerte del Menor!
             Pero Aquel
            hijo de Dios que se hizo Hombre para que la Ley se cumpliera, pues dice: “De la
            sangre de un hombre por la mano de otro hombre reclamaré justicia”,
            cumplimiento de Obligación Moral Divina que implicaba la Encarnación de Aquel
            Hijo nacido de la Naturaleza Increada de Dios. Este Elegido para ser el Campeón
            del Hombre y enfrentarse en un Duelo a Muerte al Diablo, Este Hombre era Aquel
            Dios quien con su Todopoderosa Palabra dijera: “Haya estrellas en el Firmamento
            de los Cielos para separar la Luz de las Tinieblas ”.
             Pues, en
            efecto, la misma Ley que llamaba en el Día de YAVÉ, “Día de Venganza”, a
            Victoria al hijo del Hombre, hijo de David, hijo de Adán, hijo de Dios, abría
            la Puerta de la Justicia a cualquiera de los hijos de Dios, de este o no de
            este Mundo, del Cielo o de la Tierra, pues siendo hijo de Dios el muerto,
            cualquier hijo de Dios, cumpliendo el primer aspecto, ser hombre, podía ser
            levantado para ser el Campeón de Dios y el Vengador del Hombre.
             Quiso Dios
            que su Unigénito, Aquel mismo que con su Todopoderosa Palabra y Omnipotente
            Brazo nos creó, se levantara para vengar la Muerte de su hermano Menor.
             No creía el
            Homicida que la Encarnación del Hijo de Dios en el seno de una Virgen fuese
            posible, y ya se jactaba el Asesino de su victoria sobre el hijo del Hombre
            cuando la Encarnación se hizo. Y aquí nació el dilema de la visualización de
            Jesucristo “ como muerto ” contra cuya imagen se levantó el Espíritu Santo para
            recordarles a todos los Fieles que el Señor Vive, y es ante El, el Hijo de Dios
            en persona que debemos acercarnos y vivir en su Presencia.
             Es natural
            que la Distancia en el Tiempo haya levantado de nuevo esta Imagen Estática, de
            la que ahora debemos desprendernos. El Hijo de Dios está tan vivo como yo y
            como tú, que aunque no nos veamos nos manifestamos el uno al otro, uno
            escribiendo y el otro leyendo. La carne no debe cegarnos los ojos reduciendo la
            mirada a una estatua enmarcada en una Cruz. El Hijo de Dios Vive.
             Aquel Jesús,
            Dios Hijo, que se hizo Hombre contra la creencia en la Concepción Inmaculada de
            Cristo en el seno de una Virgen por obra y gracia de Dios Padre, Señor del
            Infinito y de la Eternidad, quien con su Todopoderoso Brazo redujo un Cosmos a
            Polvo vagando por un Abismo de un Pozo sin Fondo, Ese mismo Jesús hecho Hombre
            por nuestra Causa y Vida, y porque su Imagen es la de un hombre en nuestra
            mente no debe hacernos olvidar que Este Jesús es el Verbo de Dios quien con su
            Todopoderosa Palabra “Hizo los dos grandes luminares, el mayor para presidir el
            día, y el menor para presidir la noche, y las estrellas, y los puso en el
            Firmamento de los cielos para alumbrar la Tierra, y presidir el día y la noche,
            y separar la Luz de las Tinieblas. Y vio Dios ser bueno, y hubo tarde y mañana,
            día cuarto”.
             Estamos
            hablando de Dios, y de aquí que anunciando su Encarnación dijera su Padre:
            “Dios con Nosotros”.
             
             EL ÁRBOL DE LA VIDA 
             Dijo luego
            Dios: “Hiervan de animales las aguas y vuelen sobre la tierra las aves bajo el
            Firmamento de los Cielos.” Y así fue. Y creó Dios los grandes monstruos del
            agua y todos los animales que bullen en ella, según su especie, y todas las
            aves aladas, según su especie. Y vio Dios ser bueno, y los bendijo diciendo:
            “Procread y multiplicaos, y henchid las aguas del mar, y multiplíquense sobre
            la tierra las aves.” Y hubo tarde y mañana, día quinto.
             Recogemos el
            hilo de la narración de la Historia del Género Humano.
             Resumamos lo
            expuesto.
             La Creación
            del Árbol de la Vida en la Tierra se produce bajo las aguas “que estaban debajo
            del Firmamento que separa las aguas que están debajo del firmamento de las
            aguas que están sobre el firmamento”. Sería bajo las aguas del Océano que las
            raíces de todas las especies comienzan su Evolución en creciente desde el barro
            a las primeras Plantas, que colonizan los fondos marinos y según las aguas se
            retiran se adaptan a la existencia en tierra firme.
             Las
            condiciones térmicas de aquella Tierra dominada por aquellos Dos Grandes
            Bloques de Hielo en retirada hacia los Polos Geográficos, la Química de aquella
            Atmósfera surgida de un proceso de Vulcanismo Global, sumadas a la elevada
            presión gravitatoria a que estaba sujeto el Sistema Solar en el seno de
            aquellos Cielos, nos plantan delante de un escenario sin conexión ninguna con
            los presupuestos contra natura forjados por la fantasía de los cosmólogos del
            Siglo XX, y su mitología pseudo-científico cretino-ficticia haciendo nacer la Tierra en la barriga de una Vaca Sagrada
            devorando polvo hasta parir la Vida.
             Liberados de
            aquella ciencia-ficción, tejida a medida de la mediocridad de la Universidad
            del Siglo XX, smoking que la Astronomía debió asumir como propio aun cuando su
            Revolución Tecnológica le metiera fuego, que lo hizo, a aquel Cosmos existente
            únicamente en la cabeza de los Ciegos, Einstein su prototipo, castillo en el
            aire cuyas ruinas, momificadas en maravillosos iconos ante los que
            arrodillarse, o quedar fuera del Sacerdocio Universitario, dogmas infalibles
            desde los que medir lo que es herejía y lo que es servidumbre; liberados de esa
            religión para ciegos, abrimos la Puerta y nos adentramos en la Verdadera
            Historia del Universo, Cuna del Género Humano, cogidos de la Mano del REY.
             El Árbol de
            las Constelaciones creado, el Árbol de la Vida en su Primera forma: el Reino de
            las Plantas cubriendo ya las grandes extensiones de tierras que la retirada de
            los Grandes Bloques de Hielo fueron dejando a medida que el Cuarto Día fue
            pasando, este Quinto Día comienza sobre un Nuevo Escenario.
             Primero: la
            Presión Gravitatoria sobre el Sistema Solar se ha aligerado en razón de la
            Expansión del Diámetro de los Cielos por el Hijo producida.
             Segundo: la
            cantidad de energía estelógica, en todo el espectro,
            que llega de las estrellas a la Tierra ha descendido.
             Tercero: la
            naturaleza química de la Atmósfera ha experimentado una transformación profunda
            como efecto de la Fotosíntesis.
             Cuarto: la
            disminución de la densidad de gases enrarecidos en la atmósfera le ha dado un
            nuevo color al cielo. Las condiciones climatológicas a cielo abierto han
            cambiado.
             La suma de
            estos efectos causa una densidad gravitatoria menor a nivel de superficie
            terrestre, que incide directamente en el Reino de las Plantas, elevando sus
            magnitudes físicas en esta misma proporción.
             Así pues,
            independientemente de los detalles que este ensayo deje en el aire, que serán
            muchos según el área desde el que se penetre en su visión general, durante todo
            el Día Cuarto el Árbol de la Vida había seguido creciendo bajo las aguas de los
            océanos y mares en que se dividió el Océano Madre.
             La explosión
            de vida fue enorme. Dadas estas nuevas condiciones gravitatorias la propia vida
            experimentó esta transformación de estado, surgiendo, como dice el Texto
            Divino, los grandes monstruos del agua, cepas de las que luego emergería el
            Mundo de los Dinosaurios.
             Sobre las
            dimensiones de estas primeras cepas vivientes bueno es decir unas palabras.
             La
            disminución de la presión gravitatoria en los Cielos bajó la densidad de la
            gravedad en la superficie de la Tierra, cierto, pero aparte de este Dato
            nosotros sabemos que las primeras generaciones de todo sistema basado en una
            organización compleja suele edificarse sobre el gigantismo. Recordemos los
            primeros ordenadores y comparemos con los nuevos. Los primeros y antiguos
            teléfonos con los actuales. Esta ley de reducción del tamaño acorde a la
            perfección de la tecnología procede de la propia vida. Es siguiendo esta ley
            que Dios habla de Monstruos. Se trata de las primeras formas gigantes que
            pueblan las aguas en razón de la simplicidad de sus formas orgánicas. Tenemos
            en los cetáceos sus descendientes actuales; tomando como punto de referencia a
            estos parientes lejanos podemos hacernos una idea del tamaño de sus primeros
            padres, “ los monstruos del agua y de todos los animales que bulleron en ella ”
            durante la Mañana de este Quinto Día.
             Aquella
            explosión de las primeras ramas del Árbol de la Vida vino acompañada de un
            Descenso constante del Nivel de las Aguas del Planeta.
             Dios había
            creado un Nuevo Equilibrio Geofísico entre Núcleo y Litosfera cuyos parámetros
            le sirvieran de marco al Crecimiento del Árbol de la Vida a través de las
            distintas Eras Biohistóricas. La Retirada de los Dos
            Grandes Bloques de Hielo hacia los Polos geográficos siguió su Curso, de manera
            que la presión biológica se fue haciendo mayor según la Evaporación de la aguas
            fue creciendo por la elevación de la Temperatura Biosférica.
            Menor la masa de Hielos Terráqueos mayor la temperatura de la Biosfera. Esta
            Presión Biológica creció hasta sacar el Árbol de la Vida su Tronco sobre la
            superficie de las aguas y la Gran Rama de las Primeras Aves dio el Gran Salto
            de la Vida acuática a la Vida aérea. La Vida Marina transformó sus Aletas en
            Alas.
             La Otra Gran
            Rama del Árbol de la Vida dio su Salto de las Aguas directamente a tierra
            firme: comenzó con este Gran Doble Salto su Historia el Mundo de los
            Dinosaurios.
             La secuencia
            que se debe seguir es el Principio y el Fin. La contradicción en la Palabra
            parece grande, pero es pura apariencia. El Principio es “hiervan de animales
            las aguas”, y el Fin “Procread y multiplicaos, y henchid las aguas del mar, y
            multiplíquense sobre la tierra las aves”.
             Es decir, Dios
            sitúa el origen de las especies animales de todos los géneros en la vida
            marina, que saldrá vía aérea, de un sitio, transformación de aletas en alas; y
            del otro, costa marina arriba transformando las aletas en patas, proceso de
            evolución que se llevó en Eras los años que se llevara.
             No quiero
            insistir en el tema del Tiempo; quien está siendo la Estrella de la Historia es
            el Hijo de Dios, cuya Naturaleza Increada tiene un Reloj de Tiempo acorde a su
            realidad Divina.
             Entendemos
            que los pasos de aquella transformación de aletas en pata y de aletas en alas,
            maravilla aparte, no se produjo en una generación, sino que dibujó en la
            Historia una trayectoria ascendente continua.
             Observamos
            que existen aún peces alados, resquicio final de aquel proceso que tuvo
            principio y fin, y vida marina mamífera conviviendo sobre los dos elementos,
            agua y tierra, igualmente resquicios de la última generación con la que se
            cerró el Gran Salto de la Vida Animal Marina a la Vida Animal terrestre.
             Y ya estamos
            en el Aire, volando sobre la tierra bajo el firmamento de los cielos. El mundo
            que vemos desde las alturas es un Bosque Prehistórico cuyos árboles siguen la
            misma ley de gigantismo natural a las primeras especies de los sistemas
            complejos. Este Bosque Prehistórico cubre toda la tierra que vemos desde el
            aire. Es un Bosque que produce semilla y fruto, y de cuyo fruto se alimentan
            todas las Aves de esta Era.
             Antes de
            crear la Vida provee Dios de Alimento; proveyó de alimento con las Cepas de
            este Bosque a la Vida Marina, y ahora vuelve a proveer a toda vida de Alimento
            con el fruto y la semilla de este Bosque.
             El cielo
            tiene un Nuevo Color pero no es todavía el Azul.
             El Bosque
            Prehistórico fue el primer hábitat de todas las Especies que saltaron del Agua
            al Aire. Hacen del Bosque su Hogar y desde el Bosque comienzan a ver cómo el
            Gran Salto de la Vida Animal, de todos los Géneros, se abre camino desde las
            costas, y alimentándose del Bosque dan inicio a la Era de los Dinosaurios,
            aquellos Grandes Leñadores de Bosques, cuyas mandíbulas eran hachas y cuyas
            dentaduras eran sierras mecánicas derribando árboles, gigantes herbívoros hambrientos
            cuyo manjar era el árbol.
             La
            reproducción de estos gigantes llenan las tierras que ellos mismos liberan.
            Reproduciéndose sin cesar, con alimento sin fin para vivir holgadamente, Los
            leñadores de los Bosques Prehistóricos tienen una Era por delante para crear
            Valles y Llanuras en los que las Aves acabarán poniendo sus Huevos. Pero entre
            el Principio, el Gran Salto, y el Fin: reproducirse en tierra firme, la
            Biosfera vive una Nueva Revolución.
             La Fibra
            Vegetal va un paso por delante de la Evolución de toda vida. En primeras
            instancia transformó la Química de la Atmósfera, haciendo posible así la vida
            en ella para todas las especies y sus géneros. Esta Transformación le afectó a
            su propia fibra, de manera que cuando se produce el Gran Salto la Fibra Vegetal
            había evolucionado para adaptarse a la Atmósfera que ella misma había
            producido. La Fotosíntesis sólo había hecho empezar su Trabajo.
             En el Día del
            Gran Salto la composición química de la Atmósfera tenía en el Carbono su
            elemento fundamental básico. Y el Bosque seguía Respirando.
             La Nueva
            Dinámica, transformación a toda potencia del Carbono como elemento atmosférico
            rey, dando paso al Oxígeno vino a lomos de un Bosque Prehistórico todopoderoso.
             No menos
            todopoderosos fueron los Leñadores del Bosque, creando Valles y Llanuras en los
            que sus especies, todos herbívoros, se multiplicaron hasta el infinito. Dieta
            herbívora sobre la que es necesario decir algo.
             Desgraciadamente
            para el Género Humano la Ciencia se lavó las manos en lo que le concierne a la
            Verdad, y haciendo de Pilatos entregó la Historia a los intereses ideológicos y
            políticos de una Universidad entregada a la servidumbre en razón de su universal
            mediocridad.
             Para ocultar
            esta naturaleza de sierva del Poder la Universidad se creó ídolos, los vistió
            de números y letras y se los dio a los pueblos por nuevos dioses. Creó una
            Mitología Cosmológica tocando todos los sectores del Árbol de las ciencias,
            entre los cuales la Dieta Carnívora del Mundo de los Dinosaurios fue otra más
            de los ritos a cumplir para llegar a tener un sitio en el templo de los
            esclavos del Poder del Ateísmo Científico.
             El segundo
            mito que se creó fue el de la Extinción del Mundo de los Dinosaurios por la
            caída de una estrella del abismo.
             De donde se
            ve, se deduce y se entiende que lo que le es común a todos los intelectos
            mediocres es la ficción, no la Ciencia, y montando la primera sobre la segunda
            hacen vivir a todo el mundo en una fantasía insalubre y desgraciada cuya meta
            es, como se viera en el Siglo XX: la Aniquilación del Género Humano por
            conflicto insuperable entre la Realidad y la Ciencia-Ficción de la Universidad.
             Es verdad que
            habiendo Dios reducido la Historia de la Creación del Universo a un
            Jeroglífico, de esta manera omnisciente cerrando el acceso a su Memoria, el
            efecto fue la frustración de la inteligencia, que habiendo sido creada para
            elevarse a la Imagen y Semejanza de la Divina se vio discapacitada y disminuida
            a la de las bestias. Ahora bien, lo uno no justifica lo otro. Al ignorante lo
            que le conviene es cerrar la boca. Máxime habiéndonos Dios dado por Maestro a
            su propio Hijo.
             Y pues que
            debe distinguirse entre Desconocimiento e Ignorancia, diré que la Fe con el
            Desconocimiento conduce a la Ciencia verdadera de todas las cosas, porque donde
            hay Fe hay lucha, esperanza en la victoria; pero la ignorancia sin la Fe
            conduce a la Ciencia-Ficción de la Guerra como Arma biológica, verdad que el
            Siglo XX puso en Acción y este Siglo XXI quiere superar.
             Los datos
            están sobre la mesa de aquellos pocos científicos verdaderos que ya han
            defendido la Dieta Herbívora del Mundo de los Dinosaurios. En razón de la lobotomización intelectual de los pueblos, y la reducción
            del ser humano común a la condición de bestias dispuestas para el sacrificio,
            la mitología universitaria ha exportado a los mass media la imagen carnavalesca de un mundo carnívoro y caníbal inter-dinosáurico del que extraer, como si se tratase de
            las minas de salomón, una población intelectualmente discapacitada para
            comprender la patología del aparato intelectual de la ciencia.
             Pero con la
            verdad no se puede jugar sin correr el riesgo de correr hacia los brazos del
            depredador.
             Pero desde la
            defensa a ultranza de la Universidad de las dos naturalezas humanas, las de los
            elegidos y las de los comunes, se entiende la transformación final del Ateísmo
            Científico en Religión.
             El Fin marca los
            medios. Pero el Fin no justifica los medios sino a ojos de un criminal.
             En el caso del
            Creador el Fin era la creación de grandes llanuras y valles, ecosistema global
            en el que se produciría el Gran Salto de la Vida del Mundo de los Dinosauros al
            Mundo de los Mamíferos. Dos mundos que no podían coexistir. Uno tenía que dejar
            paso al otro, lo viejo a lo nuevo.
             Este paso se
            produjo naturalmente. No por colapso ni por tragedia.
             Los Pulmones
            del Nuevo Reino de las Plantas estaban transformando la Atmósfera a ritmo todopoderoso.
             El Nuevo
            Elemento, el Oxígeno, comenzó a ser primario. Y como había venido sucediendo y
            seguiría sucediendo, a medida que el Reino de las Plantas transformaba su
            Hábitat, adaptaba su Fibra a este nuevo medio biosférico.
             Estos dos
            factores, la elevación del Oxígeno a Elemento Fundamental Básico de la
            Atmósfera, y la transformación de la Fibra del Árbol, determinaron paulatina y
            escalonadamente la Desaparición, por incapacidad de reproducción, de todos los
            géneros componentes del mundo de los Dinosaurios.
             La Falacia de
            la Cosmología del XX suponiendo que la Atmósfera es igual a sí misma desde el
            Origen de la Vida en la Tierra a nuestros días dice todo lo que me callo sobre
            el nivel de la inteligencia de la Universidad. No ser capaz de recrear un
            proceso tan simple como la necesidad de transformación química de una atmósfera
            con origen en un proceso de fusión de la Corteza de la Tierra demuestra que la
            Universidad del siglo XX fue dirigida por verdaderos discapacitados
            intelectuales, cuya herencia sigue aún gobernando el mundo de la Ciencia.
             Desde el Aire
            y desde el Bosque, pues, vimos crecer el Mundo de los Dinosaurios, extenderse,
            dominar, reinar, gozar, vestir la Tierra de una explosión maravillosa de Vida
            de todos los géneros y especies, un Paraíso de Vida en abundancia, regalo de
            Dios para los ojos de sus hijos.
             Los Grandes
            Leñadores talaron los Bosques Prehistóricos de Fibra Dulce cuyos restos podemos
            contemplar en el Bosque Prehistórico de Piedra en los Estados Unidos de
            América. Abrieron Valles y Llanuras. Parecía que la Tierra fuera a ser de
            aquellos todopoderosos leñadores hasta el fin del mundo. Y en verdad lo fueron,
            hasta el fin de su Mundo fueron los reyes del Planeta.
             Innecesario
            es hacer números. Lo que no vemos con los ojos no es bueno que lo pintemos con
            las manos. La Era de los Dinosaurios no fue creada para hacer de la Tierra su
            Paraíso por la eternidad. Aquella Tierra era un gran jardín de vida del que
            trasplantar sus especies a un Paraíso, este Sí, creado para subsistir eternamente
            y llenarse de Especies y sus géneros de todos los Mundos creados por Dios,
            Creador de Universos.
             “Los dioses”,
            sus hijos, iban y venían de su Mundo al nuestro llevándose de la Tierra
            familias de Animales y Aves de todas las especies y géneros con las que Dios
            viste su Paraíso.
             Pero volviendo
            a nosotros, con el paso del Tiempo el Oxígeno reinó la Atmósfera, y marcó el
            Fin del Mundo de los Dinosaurios y el Principio del Mundo de los Mamíferos.
             Las Aves y la
            vida que se había refugiado en el Bosque ante el avance de la tala de su
            Hábitat Natural, libres las llanuras y los Valles de sus reyes y señores
            durante aquel reino de millones de años, comenzaron a bajar a tierra firme y a
            reproducirse en contacto directo con el suelo. En este Nuevo Escenario se reprodujeron,
            y se multiplicaron durante los millones de años que Dios dejó al Árbol de la
            Vida seguir su curso, extender sus ramas, dar origen a nuevas generaciones, y
            proceder éstas a la adaptación final a esta Nueva Biosfera en la que el Oxígeno
            vino a ser el elemento rey, y la nueva fibra del Árbol se internaba en su fase
            final de transformación para ser su Fruto el Plato preferido de la Dieta de
            toda Vida una vez estos procesos se consumasen durante la Noche del Día Quinto.
             “Así fue: Y
            vio Dios ser bueno ... Y hubo tarde y mañana, día quinto”.
             Entendemos
            que al Hablar de tarde y mañana se habla de Noche, es decir un Tiempo en el que
            las leyes naturales toman el gobierno de todo el Cuerpo de la Tierra. El telón
            cae, los hijos de Dios se retiran. Baste a cada día su afán. La Creación de un
            Mundo es un espectáculo inolvidable.
             Desde el
            Origen Astrofísico del Nuevo Universo a la Expectación de la Belleza de su
            Árbol Constelacional, desde el Misterio de la
            Naturaleza de las Raíces del Árbol de la Vida en el Mundo donde plantará Dios
            su Semilla hasta el descubrimiento de la línea filogenética que recorrerá el
            tronco del árbol de las especies hasta dar a luz vida para ser formada a la
            Imagen y Semejanza de los hijos de Dios, el Misterio se perpetúa de Noche en
            Noche, se revela de Día en Día.
             Dios pone
            todas las leyes en marcha, dirige durante el Día el Movimiento Universal y una
            vez todas las claves y factores en sus sitios, deja que la Sabiduría trabaje a
            sus anchas y sorprenda a todos los hijos de Dios para cuando al Alba regresen
            al Escenario.
             Este es el
            Espectáculo de la Creación a que el Género Humano ha sido invitados a asistir
            cuando, delante de todos, Dios dijo: “ Mi Padre hará mayores Obras que ésta, de
            suerte que quedéis maravillados ”. Esta fue la Revolución que tuvo su Comienzo
            con la Creación de nuestro Universo. Y que fue amenazada de colapso a raíz de
            la Tragedia que supuso convertir la Tierra en campo de batalla donde aquellos “
            hijos rebeldes”, de los que habla Moisés en su Cántico, decidieron jugarse contra
            destierro Eterno la Conversión del Reino de Dios en un Imperio de dioses más
            allá del Bien y del Mal.
             Semejante
            Acto de Locura dejó perplejo a Dios Hijo y encendió en Cólera a Dios Padre.
            Porque habiendo Dios alzado una Pena de Destierro Eterno contra quien volviera
            a poner sobre la mesa esa Ambición, propia de quien quiere hacer del Paraíso un
            Infierno, y diciendo “ El que coma, morirá ”, creyendo esos “ hijos rebeldes ”
            que tentando a Dios Hijo podrían obligar a Dios Padre a ceder y bendecir la
            Tiranía de los dioses como Forma de Gobierno, vinieron a encontrarse con la
            Unidad en el Espíritu Santo del Padre y del Hijo, de aquí que el Apóstol y
            Evangelista escribiera “ encarnado por Obra y Gracia del Espíritu Santo ”.
            Escribiendo esto dejó Dios claro que la Tentación había fracasado. Y fracasó
            porque nunca tuvo Futuro, pues como vuelve a decir el Apóstol y Evangelista : “
            Al principio era en Verbo ... y el Verbo es Dios ” .
             Victoria que
            el propio Dios Padre declaró en Moisés, antes del Nacimiento al escribir en su
            Génesis : “Y creó Dios... Y dijo Dios… y Dios hizo… Y Dios vio ser bueno… ”, de
            esta forma declarando el Dios del Infinito y de la Eternidad, Padre de ese que
            decía “ Haya Luz ”, que la Unidad entre Padre e Hijo está sellada por el
            Espíritu de Dios, de aquí que su Sierva, la Iglesia Católica, reunida en
            Concilio por el Espíritu Santo, confesara esta Unidad diciendo : “ Dos personas
            distintas y un solo Dios Verdadero ”. Declaración Universal Eterna expresada en
            el Texto del Génesis, en el que si el que habla es el Hijo y Él es el Brazo de
            la Acción, la Omnisciencia que mueve ese Brazo es el Padre, de esta forma
            siendo dos Personas y un único Dios. A cuya Unidad vino a sumarse el Espíritu
            Santo hecho Hombre, es decir, Cristo, Cabeza de una Casa, formada por todos los
            hijos de Dios, de la Tierra y del Cielo, su Esposa y Madre de su Descendencia,
            y esta Descendencia, todos en El una sola cosa, un solo Cuerpo, una sola
            realidad, un solo ser que recibe de El Naturaleza Divina, cumpliéndose así el Fin
            de esta Creación, “ hagamos al Hombre a nuestra Imagen y nuestra Semejanza ”.
             Mas como:
            baste a cada día su afán, aquí dejo este trabajo por hoy. En cuyo terreno
            entraremos el día que viene.
             
             
             
             TERCERA PARTE
             
 DIA
            SEXTO
               EL
            ENIGMA DEL PRIMER HOMBRE
               
             I
             
             El Día Sexto
            fue un gran día. Un misterio envuelto en un enigma estaba a punto de encontrar
            la clave que permitiría ver de qué rama y qué línea filogenética sería la que
            llevaba en su seno la vida inteligente.
             La
            expectación era inmensa, maravillosa, sublime. La Creación es un milagro en
            vivo, un acontecimiento Divino abierto a seres para quienes por nuestro origen
            en la Materia es en realidad un vestido demasiado grande, pero que nos hace
            sentir de maravilla en razón de quien habiendo creados a sus hijos a su Imagen
            y Semejanza comprendió que mantenerlos lejos de este Escenario sería una
            negación de su propio Origen Divino.
             ¿Se puede ser
            hijo de Dios y tener cerrada la Puerta a la Contemplación de la Creación de
            Universos? ¿Por muy maravilloso que un Mundo sea de verdad no se convierte en
            una cárcel infernal si sus fronteras cierran sus muros a la libertad de quienes
            han sido creados para ser hijos de Dios?
             ¿Somos hijos
            del Dios Creador de todas las cosas y en cuanto tales hemos nacido para
            disfrutar viendo a Nuestro Padre levantando Universos con sus Mundos, o no
            somos sino un animal más de un Paraíso que en realidad no es sino una especie
            de Zoológico Cósmico creado por ese mismo Dios que nos llama hijos para que nos
            quedemos tranquilos en nuestra jaula divina?
             La respuesta
            a esta cuestión ha sido ya respondida. La Presencia de los hijos de Dios
            durante los Días de la Semana de nuestra Creación lo dice todo. Nunca estuvo en
            el Corazón de Dios crear un Zoológico de proporciones cósmicas en el que sus
            hijos vivirían en jaulas maravillosas, anchas como Mundos, pero jaulas al fin y
            al cabo para quienes teniendo sus Almas en el Espíritu de Dios necesitan vivir
            la Libertad en el marco de esa Razón.
             Ninguna
            retórica, discurso, sabiduría, dialéctica o ciencia puede dar mayor cuenta de
            la Veracidad y Pureza del Corazón de Dios que el Argumento de la Presencia de
            sus hijos a su Alrededor cuando abriendo su Hijo su Boca, dijo : “Hagamos al
            Hombre a nuestra Imagen y a nuestra Semejanza”.
             ¿Invitados a
            contemplar a Dios en su salsa? ¿Únicamente eso, “invitados”?
             ¡Más! Mucho
            más. Invitados a contemplar y a participar. Pero vayamos por partes.
             Aquéllos que
            estuvieron presentes, y son testigos de la Creación de nuestro Universo y de
            nuestro Mundo, después de haber visto todo lo que vieron en los Días
            anteriores, y comprendiendo que lo mejor estaba por venir, aguardaron el Alba
            de este Nuevo Acto con el corazón en un puño como quien no puede dormir porque
            se le hace imposible la espera del día que ha de nacer.
             Alegría al
            despertar; la Noche del Día Quinto fue larga, y también fue sencillamente
            Divina. Las cuestiones volaban por las arterias desde el corazón a la cabeza,
            se hacían pensamientos : ¿Qué grandiosos despliegue de nuevas especies sin
            número activaría el Árbol de la Vida en la faz de la Tierra? La experiencia con
            sus Mundos propios, cada uno una Rama del Árbol de la Vida de la Creación, les
            descubría a todos que la Vida Inteligente es el Fruto final de la Creación de
            cada Nuevo Universo, y que cada Rama, aunque saliendo del mismo Tronco Cósmico
            de la Vida en el Cosmos y siendo todas regadas por la misma Savia Universal,
            cada Rama despliega un Nuevo número infinito de nuevas especies. El Amor a la
            Creación es Amor a la Vida. Y la Vida y Dios comparten la Eternidad desde la
            Increación. Si pues las Ramas del Árbol de la Vida son infinitas ¡cómo entonces
            atreverse a predecir el curso que estaba siguiendo la Línea Filogenética
            portadora de la Inteligencia! Era un misterio que descubrirían en este Nuevo
            Día.
             Y sin embargo
            la experiencia que Dios le había invitado a vivir ¿a qué podría compararse?
             ¡Cuál de
            aquellos hijos de Dios que siguieron a su Padre al otro lado de las Murallas
            del Cosmos no recordaba, aun Hoy, aquella Tierra abandonada en las Tinieblas,
            al otro lado de las Costas del Océano de las Galaxias! Señor, una imagen en la
            penumbra, un recuerdo vagando en la oscuridad, hundiéndose en el pozo sin fondo
            de la memoria donde acaban desapareciendo esos cosas que no queremos recordar o
            no merecen la pena ser tenidas en cuenta.
             Una Planeta
            sin apariencia, un pedrusco más en el Abismo, el planeta Tierra, perdido en la
            inmensidad de una escombrera, golpeado por inmensas moles a la deriva,
            resistiendo los golpes de restos de estrellas muertas, ruinas de galaxias
            flotando en la niebla del infinito, una vez orgullo del Espacio ahora fantasmas
            rocosos sin hermosura privados del menor átomo de energía. ¿Cuánto tiempo
            tardarían los muros de aquel Planeta en venirse abajo? ¿Qué futuro era el suyo?
             A su lado un
            soldado grande como un gigante mitológico levanta su escudo protegiendo a su
            señora. Era la Luna. Contra su escudo se estrellan las grandes moles en su
            camino al Océano de las Galaxias, a su paso cubriendo su piel de esas
            cicatrices heroicas de miles de cráteres, como viruela en el rostro del coloso.
             ¿Cuál de los
            hijos de Dios se acordaba ya, al alba de este Día Sexto, de aquella reina y de
            su escudero, abandonadas por Dios en aquel cementerio sobre el que los dioses
            les habían contado su existencia, pero que hasta entonces nunca conocieron?
            Sólo eso, la palabra de los dioses.
             En eso, al
            Alba del Día Cero de la Semana de nuestra Creación, Dios conduce a sus hijos a
            aquel Cementerio “del Abismo que estaba cubierto por las Tinieblas”, restos de
            un Cosmos contra el que Dios desplegó su Infinita Fuerza hasta convertir la
            Materia a polvo y piedra vagando por el Espacio Vacío, privado por la Eternidad
            de Energía.
             La Obscuridad
            absoluta, el Silencio de los muertos. El Pozo del Abismo, ¿quién quiere caer en
            su fondo, al fondo del infinito? Mal sitio para ser condenado a Destierro
            Eterno, una Caída sin fin en el Abismo. La temperatura es cero absoluto. No hay
            luz. No hay Vida.
             Allí,
            flotando en aquel Abismo cubierto por las Tinieblas, en la mente el terror ante
            la idea de ser desterrados de la Creación y arrojados a ese Abismo, estaban
            todos, antes del Principio de nuestro Universo, arropados todos por el Calor
            del Corazón de Padre del Creador de la Luz y de las Tinieblas, YAVÉ Dios, el
            Brazo cuya Fuerza desplegara los rayos de energía antimateria que redujo a
            polvo galaxias sin número.
             En la
            distancia un Océano luminoso, el Nuevo Cosmos, rugiendo con la alegría de una
            tsunami creadora extendiendo las aguas de la Creación del Nuevo Cosmos hasta el
            horizonte que nunca se acaba; una fuente de luz, sólo eso, ¡pero qué luz!
             La idea del
            Destierro perdiéndose en sus venas, Dios hizo una Maravilla y desde la Nada, si
            visto con los ojos de la cara, creó Dios un Sol y Nueve Planetas, con sus
            Lunas. En la medida que cada inteligencia capta las leyes de la Ciencia
             de la
            Creación y las adapta a su naturaleza, todos los hijos de Dios presentes en el
            Acto de la Creación del Sistema Solar se maravillaron conforme en sus
            inteligencias iba Dios haciendo vivibles a sus ojos los procesos del Salto de
            la Energía generada por el Cosmos desde la Materia Microfísica a la
            Astrofísica.
             La
            transformación de la energía dinámica en materia dentro de un campo dividido en
            unidades de vuelo tal que las multiplicación de la masa al fin de la unidad
            recorrida dobla su velocidad original por sí misma, siendo el número de
            unidades de vuelo un infinito pone en ejecución una producción hasta el
            infinito de masa tras un tiempo de viaje controlado cuyo término es la
            implosión astrofísica en el origen de las estrellas. Este proceso elevado al
            infinito es la raíz de las galaxias.
             En bruto
            parece siempre más sencillo esta creación general. Reducimos una galaxia a
            energía cósmica mediante la aceleración hasta el infinito de su tiempo de
            existencia; rodeamos esta cañón de energía cósmica de un campo gravitatorio o
            de espacio-tiempo donde la velocidad se multiplica y con ella la masa de los
            haces. En campo abierto esto supondría una producción de materia hasta el
            infinito; pero este proceso de crecimiento hasta el infinito de masa tiene por
            límite la Implosión Astrofísica. De aquí la geometría original de las galaxias.
             Su Origen es
            una Explosión en cadena una vez alcanzado este Límite de Crecimiento. Mas en el
            caso de la Creación del Sistema Solar, Dios ejecuta este proceso general sobre
            un haz especifico, es decir, para que sus hijos entiendan el Proceso General
            Autónomo en el Origen de la Expansión del Nuevo Cosmos, Dios reproduce el
            proceso de Creación de las Galaxias a nivel Local.
             Sin El no
            existe Expansión. Él es la Fuente de Energía de la que se alimentan las
            Murallas de la Creación. A este Nivel las galaxias son cañones disparando
            gigantescos rayos de haces, todopoderosamente cargados de energía potencial,
            que al ser absorbidos por este Campo Transformador de Materia Microfísica en
            Materia Astrofísica hace de Ciclotrón con paredes que no se agrietan y en cuyo
            Anillo Espiral la materia es conducida al Punto de Implosión Astrofísica. He
            ahí el Gran Big Bang. Y he aquí el Sistema Solar.
             Este Pequeño
            Big Bang genera el Sol y Nueve Planetas, con sus
            Lunas. La Implosión Astrofísica expande el Campo de energía creadora, lo hace
            suyo y la luz Solar viste de color el espacio que le es propio.
             La Física de
            este Proceso es tan infinitamente compleja que únicamente reduciendo a la
            expresión más sencilla puede dibujarse en la inteligencia. El origen de los
            Planetas y sus Lunas está en este Campo Creador de Materia Astrofísica. La
            transformación de la energía cósmica en materia astrofísica ejecuta una
            traducción de los distintos valores naturales de los miembros componentes del
            rayo inducido al Salto de una dimensión a la otra. Esto de un sitio.
             Del otro
            lado, el Campo Creador del Sistema Solar fue extendido en un espacio donde la
            materia flotante a la deriva era atraída por su naturaleza Gravitatoria hacia
            su interior de la forma que es absorbida el agua por un agujero abierto en el
            lecho que la sostiene. Esta materia flotante acompaña en el viaje a la energía
            cósmica derivada y se hace un cuerpo con los distintos núcleos que se van produciendo
            en el Viaje de una dimensión a la otra. Este Viaje acaba cuando el núcleo mayor
            alcanza su Implosión Astrofísica, se libera de toda la materia, la expulsa de
            su cuerpo y hace suyo el campo gravitatorio. Los demás núcleos se relacionarán
            en adelante con este Astro.
             Durante el
            Viaje de la materia fundamental a la materia astrofísica unos planetas han
            adquirido un Núcleo más caliente, otros más fríos, unos más densos, otros menos
            sólidos, dependiendo de la densidad de su Núcleo, densidad que define la
            reacción particular de su cuerpo con la Densidad Gravitatoria del Campo creado,
            reacción que determina la potencia de Transformación de esa Energía en Materia
            Astrofísica. Y por tanto determina el tamaño de todos los cuerpos resultantes.
             Este Salto es
            Invisible, y sólo detectable a nuestros ojos por el remolino que forma en el
            campo el descenso en espiral de la materia cósmica atraída hasta su Puerta Interdimensional. Aquí en este Puerta se produce la
            Implosión Astrofísica. Un Pequeño Big Bang en el caso
            de nuestro Sistema Solar, un Big Bang de dimensiones
            cósmicas cuando son cientos de millones de estrellas las que cruzan esta Puerta
            de Implosión Astrofísica.
             ¡Maravilla
            para los ojos! ¡Gozo para la Inteligencia! Admiración. Este es el principio de
            la Vida de todos los hijos de Dios: la Aplicación controlada desde su Principio
            hasta su Fin por Dios de las Leyes del Universo .
             Hasta aquí lo
            que nos concierne sobre el Origen del Sistema Solar. Así fue creada la Tierra.
             
             II 
             No hay
            palabras en el diccionario ni la lengua puede articular frases que puedan
            definir la grandeza de este Espectáculo, su belleza, su magnificencia. Es
            necesario vivirlo para entenderlo. Invitación que el Hijo de Dios nos ha dado y
            mantiene abierta para todo hombre de toda raza y condición.
             Nosotros,
            volvamos al misterio envuelto en un enigma cuya llave nos ha sido dada por su
            Creador.
             ¡Cosa
            curiosa, pues! Dios recoge en su Mano su creación, el Sol y su Familia, y deja
            a la Tierra y su Luna en las Tinieblas. ¿Es el desecho que no cuadra en la
            ecuación? ¿Se ha equivocado Dios en sus números? ¿Le ha salido una hija nacida
            para ser abandonada a su suerte en las tinieblas al otro lado de las Costas de
            la Creación?
             Dios es Dios,
            quién se atreverá a preguntarle ¿no la quieres? Dios calla. Dios se va. La
            Tierra y su escudero se quedan atrás, ¿Dios no vuelve?
             Pasa el
            tiempo. Un cuerpo astrofísico se nutre de su propio campo gravitatorio, en este
            caso compartido por ambos, Tierra y Luna. Es la fuente de energía que mantiene
            sus núcleos activos, la fuente de su calor, de su pulso. Como toda energía, su
            transformación constante reduce su nivel en el tiempo y debilita su escudo en
            el espacio. Si Dios no vuelve este escudo se rá y
            ambas, Tierra y Luna, serán arrastradas a la deriva hasta finalmente ser
            reducidas a escombros. No es por tanto un término arbitrario ni metafórico el
            que Dios emplea cuando escribe, hablando de ella:
             Al Principio
            la Tierra estaba “confusa y vacía”.
             Respecto a
            esta VACUIDAD ya lo he dicho todo en la Creación del Universo según el Génesis.
            En esta Sección toca hablar de la CONFUSIÓN, que ya he hecho.
             Las razones
            que Dios tuvo para dejar a la Tierra en las Tinieblas se relacionan con la
            necesidad de multiplicar el peso de su Corteza y de acelerar la Sublimación de
            su Atmósfera, al máximo natural a la temperatura del Cero Absoluto a que estaba
            expuesta la Tierra.
             La
            Omnipotencia de Dios es referida a su Poder para producir un efecto en el
            mínimo tiempo natural admisible. Esto implica, científicamente hablando, un
            conocimiento hasta el infinito de todas las propiedades y parámetros tanto del
            cuerpo sobre el que se produce la acción cuanto del medio en el que se realiza dicha
            acción. Y evidentemente esta acción relacionada con el fin que se quiere crear.
            En este caso una Masa de Hielos dispuesta para subsistir durante las eras
            geológicas que el Árbol de la Vida en la Tierra pediría para dar su Fruto: Vida
            a Imagen y Semejanza del hijo de Dios.
             Los
            resultados están a la vista.
             Dios se fue.
            Introdujo el Sistema Solar en los Cielos, unos Cielos en reposo tras su
            Creación tal cual se vierta en la Sección Anterior, y Dios regresó al Abismo
            cubierto por las Tinieblas.
             Aquí es el
            Hijo de Dios quien toma el Testigo de la Acción, deviene la Estrella del
            Espectáculo y abriendo su Boca dice : “Hágase la Luz”. Sobre lo cual ya he dicho
            todo lo que tenía que decir en la Introducción a la Cosmología del Siglo XXI.
             
             III 
             Creada la
            Luz, el Hijo de Dios conduce a sus hermanos a través del Campo de las Galaxias e
            introduce Tierra y Luna en el Sistema Solar. Ya conocemos lo que sucedió. Su
            Núcleos fueron reactivados y fue creado el Firmamento que separa la Biosfera
            del Espacio Exterior. Fueron creados los mares y los océanos y el reino de las
            Plantas emergió de las aguas para colonizar las tierras bajo el Sol.
             El Árbol de
            la Vida pone sus pies sobre los continentes, extiende sus raíces y pare el
            Árbol Prehistórico, ese Transformador de la Atmósfera Primaria que hará posible
            el Salto de la Vida Animal de las Aguas a la vida bajo el Sol.
             Cuando ya
            parecía todo enfilado hacia la secuencia de este Salto, el Hijo de Dios
            maravilla a todos sus hermanos y mostrando su Brazo Todopoderoso, el Brazo de
            Dios, causa la Expansión de los Cielos, configura su Estructura y crea el Árbol
            de las Constelaciones. Rodea el Hijo de Dios a los Cielos de un ejército de
            Cúmulos Estelares Masivos, cuyos campos gravitatorios se entrelazan formando
            una red de hornos Estelógicos en los que la Materia
            Nebular Intergaláctica es atrapada y reducida a partículas. La materia flotante
            que escape a esta Barrera devendrá madre de Nebulosas.
             Llega la
            Noche del Cuarto Día. Viene el Día Quinto. Es el Día del Mundo de los
            Dinosaurios. Toda la acción se produce en este Día entre los Trópicos, franja que
            será devorada y en la que en su subsuelo descansa el Bosque Prehistórico y
            todos los organismos que regresaron a la tierra de la que salieron. Al presente
            es la fuente del combustible basado en sus restos.
             El Fin del
            Mundo de los Dinosaurios es el Principio del Mundo de los Mamíferos. El Oxígeno
            condujo al Mundo de los Dinosaurios a las páginas de la Historia.
             La Noche
            extiende sobre el Quinto Día su manto de Tiempo. La Naturaleza gobierna los
            acontecimientos. Sus leyes son perfectas. Mantienen todos los cambios que
            tienen lugar en la Biosfera sobre la Autopista de la creación de Vida
            Inteligente, y Vida a Imagen y semejanza de la vida del Hijo de Dios, vida
            creada para gozar de la Existencia eterna natural a Dios.
             El Alba del
            Día Sexto anuncia el Traspaso del Gobierno de las Leyes de la Naturaleza a las
            manos del Hijo de Dios, quien abriendo su Boca dice:
              “Brote la tierra seres animados según su
            especie, ganados, reptiles, bestias de la tierra según su especie.” Y así fue.
            Hizo Dios todas las bestias de la tierra según su especie, los ganados según su
            especie y todos los reptiles de la tierra según su especie. Y vio Dios ser
            bueno.
             
             IV 
             Un Nuevo Día
            ha comenzado. Y como cada Día, este Día trae nuevas maravillas. El Espectáculo
            de la Creación pasó de lo macrocósmico a lo microcósmico: De las estrellas a las células.
             En este Día
            se va a pasar de la Razón Animal a la Inteligencia Universal a la Imagen y
            Semejanza de la Divina.
             El Mundo de
            los Dinosaurios pasó. Una Nueva Atmósfera ha sucedido a la Protohistórica. El
            color del cielo es azul. La Fibra Vegetal se ha adaptado a esta Nueva Atmósfera
            que ella misma transformara. En el Firmamento lucen las estrellas. Y la Luna,
            hasta entonces oculta por las condiciones meteorológicas naturales al Mundo de
            los Dinosaurios, luce alegre en la Noche. El Mundo de los Mamíferos ha nacido.
             Los hijos de
            Dios se asoman a esta Nueva Era el pensamiento puesto en sus propios orígenes.
            Seres con origen en otras estrellas, en otros planetas, tal vez en otros
            universos vecinos, contemplan admirados el despliegue de Vida que el Árbol de
            las Especies extiende sobre la Tierra. Nuevas aves, nuevos, animales y bestias.
            Son sin número. La Tierra es un paraíso de Fauna y Flora, no inferior ni
            superior al que lo fueron sus Mundos, pero sí distinto. La Rama de la que
            procederá la Vida Inteligente marca la naturaleza de las especies que
            acompañará su Línea Filogenética durante el Viaje de los millones de años que
            transcurren desde la Razón Animal a la Inteligencia a imagen y semejanza de la
            del Creador.
             Innecesario
            por su situación más allá de mi imaginación, el despliegue de especies que
            llenaron la Mañana de este Sexto Día, me centro exclusivamente en la Línea
            Filogenética de la que surgiría la Inteligencia.
             Durante todo
            el tiempo que los Dinosaurios reinaron las líneas mamíferas existieron y
            compartieron un hábitat común, el Bosque Prehistórico. El peligro para todas
            esas especies no se basaba en la dieta carnívora de los gigantes leñadores,
            sino en su voracidad vegetariana. Su incursión en el Bosque suponía, como no
            podía ser de otra forma, una exposición constante a ser aplastados y devorados
            por mandíbulas cuyos paladar no tenían ojos para aquellos habitantes. Todo lo
            que caía en sus bocas o se encontraba bajo sus patas desaparecía. Era la ley
            del Bosque Prehistórico. No había ni bien ni mal. Sólo había que salir
            corriendo. El Dinosaurio no era un depredador, era un leñador.
             Fue en aquel
            ambiente que la rama de los Simios, adaptada a la vida arborícola por evolución
            de las alas en brazos y piernas, comenzó su andadura entre los primeros
            mamíferos con origen en el Salto del Agua al Aire. Y entre ellos surgió una
            familia que se alzó con un lenguaje de comunicación universal anunciando el
            peligro. Era el Ántropos, el más viejo de todos los
            Mamíferos, cuya línea filogenética se remontaba a la primera ola que diera el
            Gran Salto. Los Simios fue la especie de acompañamiento entre cuyas familias el Ántropos encontró su pueblo. Éste creó un Lenguaje de
            Comunicación Racional anunciando el peligro; reconocido por todos los alejaba
            de las lindes del Bosque.
             Una vez pasados
            los Dinosaurios los Mamíferos de todos los géneros salieron a campo abierto y
            llenaron los valles y montes. También emergieron los reptiles. El tamaño físico
            de todas las criaturas tenía ahora un nuevo patrón universal.
             La Tierra
            seguía siendo un Paraíso. Los hijos de Dios bajaban y se llevaban al Mundo del
            que venían ejemplares de todas las familias, géneros y especies, pues la Puerta
            entre el Cielo y la Tierra estaba abierta.
             Desde el
            Bosque, en el que el hijo del Ántropos, el Homo
            Sapiens, vivía aún como Jefe natural de la especie de acompañamiento con la que
            vivía desde los orígenes, el Homo Sapiens contemplaba a estos seres que
            aparecían y desaparecían en los valles bajando y subiendo del cielo. Estos
            seres tenían una particularidad que los hacía únicos en la Tierra. Caminaban a
            dos piernas. La Imitación, principio de la Inteligencia, se hizo en el Homo
            Sapiens. Y bajando el Homo Sapiens a tierra firme comenzó la adaptación de su
            cuerpo a la vida a dos piernas. Terminado este proceso de transformación de sus
            pies aerodinámicos antropoides a los pies humanos, dijo el Hijo de Dios:
             “Hagamos al
            hombre a nuestra imagen y semejanza, para que domine sobre los peces del mar,
            sobre las aves del cielo, sobre los ganados y sobre las bestias de la tierra, y
            sobre cuantos animales se mueven sobre ella.”
             
             V
             
             Como en todas
            las cosas y vengo diciendo desde el principio, la cantidad de tiempo que un
            proceso de transformación natural a la Evolución implica “tiempo”. De vivir en
            el Bosque a ser el señor de las bestias había un camino muy largo por delante,
            que escribió en la Historia el Periodo que llamamos el Paleolítico.
             En cuanto a
            la confusión de familias Sapiens tenemos que entender que las especies de
            acompañamiento antropoides siguieron a su Jefe Natural en su odisea fuera del
            Bosque, y que en el camino del Tiempo unas llegaron lejos y otras más aún, pero
            sólo la Línea del Homo Sapiens, hijo del Ántropos,
            siguió su curso hasta el Hombre.
             La Aventura
            de este Homo Sapiens durante la Edad que llamamos del Paleolítico fue un
            movimiento in crescendo que lo condujo a la autoconsciencia de su propio
            Género, y cuya última etapa la vemos en los Museos de Pintura que nos han
            dejado en la Europa del Sur, en cuyas pinturas observamos cómo la Imitación de
            los hijos de Dios que una vez le sacara del Bosque ahora vuelve a sacarle de
            las Cuevas y de sus Montes, y le conduce al Valle, a campo abierto, donde
            comienza a imponer su Maravillosa Adaptación al Movimiento Bípedo natural a los
            dioses.
             Este Homo
            Sapiens es consciente de ser una Línea única en sí misma, separada ya de los
            Simios, e igual sólo a sí misma.
             Entre aquel
            Homo Sapiens entre Simios que abandona el Bosque y este Nuevo Homo Sapiens que
            baja de los montes, abandona sus Cuevas y se introduce en los valles y ríos a
            reclamar el mundo, existe un Mundo de aventuras y gozo. Protegido por la
            Impresión en el Instinto Animal de las Bestias que causa el Andar de aquel Homo
            Sapiens  propio de los dioses, el Homo
            Sapiens reina. Es el Animal más evolucionado del Planeta. Tanto por su Cerebro
            como por su Constitución Dinámica, el Homo Sapiens de esta época es el Animal
            con el potencial más poderoso del planeta.
             Cuando el
            Hijo de Dios, en Obediencia a su Padre, les dice a sus hermanos, “Hagamos al
            Hombre a nuestra Imagen y semejanza”, el contacto entre dioses y hombres
            comienza.
             
             VI 
             Aquí
            tendríamos que llamar a estrado la Historia de las religiones, poner sobre la
            mesa el testimonio de todas las mitologías al respecto del origen del Neolítico
            como el efecto sobrenatural del acercamiento de los dioses a los hombres.
             El Neolítico
            es el Capítulo de la Historia Universal que abre el Verbo del Hijo de Dios, el
            Verbo que después vino a hacerse Hombre por las razones que la Santa Madre
            Iglesia Católica nos ha revelado y todos, con independencia de que unos crean y
            otros no, y otros duden, conocemos. El Origen del Neolítico, punto de inflexión
            hacia la Civilización, se genera en el acercamiento de los hijos de Dios a las
            distintas familias humanas.
             El Homo
            Sapiens era el Animal más evolucionado del Planeta, pero seguía siendo un
            Animal. Su existencia en estado salvaje entre las bestias y animales del Mundo
            de los Mamíferos de todas las especies de la Era del Paleolítico, cual se
            deduce de las Pinturas en sus Hogares de Piedra y se infiere de sus
            construcciones megalíticas, fue una existencia maravillosa en un Planeta
            exultante de vida que había dejado atrás edades de Hielo y se había encaminado
            a una Edad Templada, ya presente, como se ve en el retrato que se hacen ellos
            mismos, siempre desnudos.
             El Homo
            Sapiens lleva en sus genes la fuerza de la Vida. Él es el fruto del Árbol de la
            Vida que echó sus raíces en la Tierra, despegó su tronco de las Aguas y
            extendió sus ramas por todos los Continentes. La Evolución Natural había
            llegado a su Fin.
             Pero la Meta
            de la Creación, no. Es el Creador quien recoge en sus manos el Movimiento, y
            desde este momento comienza la Historia Sobrenatural del Hombre.
             
             VII 
             Dios reparte
            las primeras familias humanas entre sus hijos, los dioses de las primeras
            mitologías y religiones, estableciendo en la Tierra zonas de influencia con el
            fin de proceder a levantar en nosotros el concepto de Civilización, a la vez
            que proyecta las civilizaciones de origen de cada uno de sus hijos en los
            Pueblos Originales del Género Humano. Este fue el Proyecto que Dios puso en
            manos de sus hijos. Este fue el Principio del Neolítico.
             El término de
            aquel Proyecto era unir a todos los pueblos de la Tierra en un Reino, cuya
            Corona se le daría Dios al Primer hombre a quien Él llamaría “hijo”. De aquí
            que los pueblos de aquellos tiempos dijeran que “la corona bajó del Cielo”,
            queriendo decir con esto que la elección del primer rey que conoció el mundo
            recibió la corona por elección Divina. Y el mismo Dios en el Cántico de Moisés
            dice “Distribuyo Dios las familias de los hombres entre sus hijos, pero Jacob
            es la porción de YAVÉ”. Siendo Jacob hijo de Adán se entiende que por el que
            estaba se refiriera Dios al que no estaba, su Elegido, para ser el rey de los
            hombres, el Primer Hombre: hijo de Dios, nuestro Adán, padre de Jacob, padre de
            David, padre de Jesús, hijo de María, hijo de Sara, hijo de Eva.
             Observamos
            también que la proyección de las distintas Civilizaciones naturales a los hijos
            de Dios sobre nuestro Mundo es la causa de las particularidades que, después de
            la Caída, marcaron diferencias en las respuestas mentales y los comportamientos
            de los pueblos nacidos de aquella fase civilizadora, hasta el punto de levantar
            barreras de encuentro que conforme pasó el tiempo se hicieron verdaderos muros
            contra el entendimiento entre Miembros de una Misma Familia Biológica.
             Como siempre,
            los milenios que se emplearon en la Edad del Neolítico se comprende desde la
            Naturaleza Sobrenatural de quien abriera nuestra Historia a su Mundo.
             El éxito del
            Proyecto de Formación del Hombre a Imagen y Semejanza de los hijos de Dios
            contó con la bendición del Creador de la Tierra. De haber fracasado o de no
            haberle gustado el resultado no hubiese bendecido la multiplicación de los seres
            humanos en ella. La Ley de la reproducción es firme: creó Dios al hombre a
            imagen suya, a imagen de Dios le creó, y los creó macho y hembra; y los bendijo
            Dios, diciéndoles: “Procread y multiplicaos, y henchid la tierra; sometedla y
            dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre los ganados,
            y sobre todo cuanto vive y se mueve sobre la tierra”. De donde se ve y se
            entiende que el ataque actual de los poderes contra el Macho de la especie
            Humano es un delito contra Dios y el Género Humano. Esto de un sitio, del otro
            que la reproducción procede de la unión del Macho y la Hembra y todo lo que
            traspase este límite y anule la Necesidad del Macho y de la Hembra en el Acto
            de Reproducción del ser humano es Delito contra el Hombre y contra su Creador.
             E igualmente
            en el orden de la Reproducción, y en este orden, Macho y Hembra devienen Padre
            y Madre. Mas en el contexto de la Sobrenaturaleza Humana, es decir, en el orden de los hijos de Dios, el Hombre y la Mujer son
            dos seres personalizados, individualizados, que tienen su existencia consciente
            en cuanto Creación. De manera que tan delito es negar la existencia del Macho y
            de la Hembra como Dos seres que devienen una sola Realidad en el Acto de la
            Procreación, en el que se complementan y existen como si fueran una sola Vida,
            cuanto es delito negarle a ambos esa Personalidad Consciente, Autosuficiente e
            Individual a imagen de la Vida de nuestro Creador.
             Como ya he
            dicho y se entiende del conocimiento de la vida en la Tierra, la llamada
            extinción de las especies procede de diferentes focos naturales, y uno de ellos
            es la pérdida de fuerza reproductora que todas las especies experimentan
            conforme el Tiempo pasa. Ninguna célula tiene por sí capacidad para
            reproducirse hasta el infinito.
             Independientemente
            de las medidas, incluso los virus pierden fuerza de multiplicación hasta
            extinguirse por ellos mismos una vez alcanzado el número de multiplicación que
            le es natural a su cepa.
             Este sentido
            de la extinción ha nublado la razón animal del
            ateísmo científico por en cuanto al querer proyectar la sobrenaturaleza reproductora de la especie humana a las demás especies sus genios tenían que
            concluir que la extinción procede de mecanismos violentos inscritos en la
            naturaleza. ¡Para nada! La extinción de las especies es un mecanismo natural en
            el orden de la Vida. La fuerza reproductora de las cepas de las especies no
            tiene el Infinito por fuerza. El Tiempo las consume y las especies comienzan de
            forma natural su cuesta hacia la extinción.
             En el caso
            humano la Bendición Divina sobre la base de la Reproducción del Macho y de la
            Hembra elevó este número al Infinito. Ciertamente observamos que la
            multiplicación de los seres humanos a partir del Neolítico es exponencial. Las
            familias que viven aisladas y se mueven aisladas, comienzan a crecer, se hacen
            tribus, sus desplazamientos se amplían; su fuerza se hace mayor y su dominio de
            las tierras crece. Se atreven a dejar las cuevas y los montes, se construyen
            poblados y finalmente dan lugar a la creación de las primeras ciudades.
             El ritmo de
            crecimiento de las familias humanas de las que descenderán Adán y Eva y su
            Pueblo fue imparable. Y con este crecimiento se hizo mayor el poder de
            movimiento.
             Este
            Movimiento se consumó en Mesopotamia, la región en la que familias venidas de
            todas las regiones conocidas, África, Europa y Asia, se unieron en un solo
            pueblo, con sus ciudades. Sus dioses les inspiraron este movimiento hacia el
            Paraíso. Dios les dio un rey. Las Civilizaciones en las que han sido formadas
            las mentes de las distintas familias humanas se fundieron en una sola y única.
            El Hombre alzó su mirada a los siglos.
             Hombres y
            mujeres de todas las familias se unen en el acto de reproducción en plena
            libertad, siempre bajo la ley de la Unión Sagrada del Macho y la Hembra en una
            sola realidad, la Familia, en cuyo seno ambos devienen Padre y Madre.
             Es una
            Sociedad creada desde la bendición de Dios y alimentada por la Fuerza Divina.
            El Hombre, él y ella, es Alma Viviente. Su ser se rige por la ley natural en
            tanto que Creación, y por la ley divina en cuanto Persona a la Imagen y
            Semejanza de su Creador.
             Elegido el
            Rey, el Primer Hombre, el nuevo hijo de Dios, Dios comienza a cerrar este Día,
            diciendo : “Ahí os doy cuantas hierbas de semilla hay sobre la haz de la
            tierra, y cuantos árboles producen fruto de simiente, para que todos os sirvan
            de alimento”.
             La revolución
            Agrícola del Neolítico se cierra. La Dieta del Homo Sapiens, viviendo de las
            semillas y frutos del Bosque desde el Principio de los tiempos, amplía su Dieta
            al Cultivo de la tierra. La Agricultura deviene el pan de cada día.
             El Rey
            cultiva la tierra, es un labrador. No hay Ocupación Social más general y
            elevada que ésta. El Cultivo de la tierra es la base de la existencia de la
            vida del Hombre, ¿qué otra ciencia o arte puede ser más digna y trascendente
            para la vida de la Humanidad que la del labrador, la del agricultor?
             La tierra es
            bendecida con la Fuerza creadora con la que Dios invistiera el acto reproductor
            del Hombre. La tierra ve elevada su fuerza al infinito; le es dada fuerza para
            mantener seres vivos en esa misma proporción. La lucha por el sustento queda
            resuelta.
             El Árbol de
            la Vida ha llegado a su Plenitud. La Revolución Agrícola del Neolítico no sólo
            le abre horizontes a la civilización del Hombre sino que la implica en las
            Alimentación de todas las especies. Con ella comienza la Domesticación de los
            Mamíferos.
             El Reino del
            Hombre ha sido formado. Su reino extiende su cetro por las Primeras Ciudades de
            Mesopotamia y desde sus puertas Adán contempla los Milenios.
             El Ser humano
            es consciente del Tiempo, de su Vida en el Tiempo, de su Acción en el Tiempo.
            El reino de los hombres, con su rey, Adán, formado a Imagen y Semejanza de los
            hijos de Dios, recibe la Misión Sagrada de Extender el Reino de Dios, al que su
            Corona sirve, a los confines de la Tierra.
             Esto
            consumado, cae la Tarde, viene la Noche del Día Sexto. Dios deja las leyes de
            su Creación seguir su Curso.
             
             DIA SÉPTIMO
             
             El Día
            Séptimo es de Día de Descanso. Dios cree consumada la Revolución que puso en
            movimiento al abrir su Creación a todos sus hijos. Todos han visto lo que nunca
            vieron y creído lo que algunos pusieron en Duda, la Naturaleza Divina de Jesús,
            Rey de reyes y Señor de señores del Imperio de los hijos de Dios.
             Todos han
            sido visto y todos han participado en la Creación de este Nuevo Reino, el Reino
            del Tercer Día de la Primera Semana de las Creación. Todos han obedecido y
            gozado siendo parte del Acto Creador. Pero ahora le toca a su Hijo Menor, Adán,
            y a su Pueblo coger el testigo de la Historia de su Mundo con la que se
            escribirá la Historia del Género Humano.
             Todo ha sido
            perfecto. El Corazón de Dios descansa. Los ojos de Dios ven el Futuro del reino
            de Adán, su hijo Menor. Las ciudades se multiplicarán, las familias humanas de
            todos los rincones de las regiones se sumarán a la Civilización, vendrán a ser
            Ciudadanos del imperio del Hijo de Dios, cuya Corona en el Mundo ha puesto el
            Dios de los dioses en la cabeza de su hijo Adán. La Paz y el Amor que proceden
            de la Fraternidad Universal serán regadas por la Sabiduría, que le abrirá la
            Omnisciencia Creadora a la Inteligencia Humana, levantando su Mundo hasta
            alcanzar la gloria de la libertad de los hijos de Dios.
             Es la visión
            de un Padre cuyo Corazón está exultante por el nacimiento de un hijo nuevo. No
            hay en su Pensamiento de Padre ningún acontecimiento fuera de este cuadro
            histórico. Las leyes de la sobrenaturaleza que Él le
            ha comunicado a su Creación harán su trabajo. Nada que temer, ninguna nube en
            el horizonte.
             El paisaje
            desde el Edén cubre los Milenios con ciencias hasta entonces por descubrir y
            que Dios hará llover como lluvia de sabiduría regando la esperanza de vida
            Inmortal de todos los hombres.
             
             FIN
             Digitalizado
            por Raúl Palma Gallardo para
             “EL VENCEDOR
            EDICIONES”
             | uw sólo le pertenece a quien es CDis Verdadero- | 
|  |  |  |