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CAPÍTULO UNO
NATURALEZA DE LA ACTIVIDAD POLÍTICA
I
El Libro
de la Historia pone a nuestros pies el tesoro inagotable de la experiencia
transmitida por ella de generación en generación, experiencia que se mantiene
viva en quienes ponemos nuestra Memoria en sus manos para que sus capítulos
puedan ser leídos y el mundo oiga palabras de Sabiduría.
Tomando
por Inspiración la Carta Magna de la Plenitud de las Naciones declaramos una
vez más y para siempre la Igualdad ante la Ley de todos los seres humanos y
proclamamos como Principio Sagrado de la Constitución Política de los Pueblos
la sujeción inalienable de todos los ciudadanos a la Igualdad suscrita por
todas las Naciones al pie de la Carta de los Derechos Humanos.
Obispo de
obispos, general de generales, ministro de ministros, juez de jueces, maestro
de maestros, empresario y obrero, artista, mecánico, alcalde, albañil,
carpintero ... todo hombre es responsable de sus actos y debe responder de su
relación con la Sociedad y el Estado delante de las Leyes.
Es deber
de la Sociedad y del Estado dotar a la Justicia de todo el Poder e
Independencia para hacer que este Principio de Igualdad Universal se cumpla en
todo tiempo y lugar y reine sobre todo hombre y comunidad, por este Poder e
Independencia la Justicia aboliendo, por Ley, todo tipo de Inmunidad y status
de Intocabilidad de cualquier individuo o familia, pues como se ve por los
hechos sólo puede ser declarado irresponsable de sus actos un enfermo mental, y
sin embargo los reyes y aquéllos que son declarados fuera de la competencia de
la Ley, sus señorías, se ponen en esa misma situación por la que una persona es
declarada “mentalmente discapacitada”.
De manera
que ¿qué puede esperar una sociedad en la que una familia es declarada “enferma
mental” y sin embargo es elevada a la jefatura del Estado? ¿Puede esperar algo
más que corrupción y absolutismo de una Democracia dividida en partidos
monolíticos alternándose en el Poder Absoluto a fin de conservar, dentro del
Absolutismo Constitucional, la apariencia de Democracia?
Así pues,
abolido todo tipo de Inmunidad Política frente a la responsabilidad procedente
de la autoría sobre los hechos propios, y sujeto todo acto de todo hombre a la
responsabilidad debida, entramos en lo que es la Actividad Política en sí, y
desde la experiencia reclamamos:
1. La extensión del Período Gubernamental
nacido de los electores a seis años. La experiencia ha demostrado con solidez
rotunda que la brevedad del tiempo que los políticos de turno y sus partidos
tienen para saquear las riquezas del Estado, “únicamente 4 años”, los arrastra
a imponerse la ley clave de la inteligencia: el máximo rendimiento al menor
coste posible ... en la mínima cantidad de tiempo.
2. Que el séptimo año sea electoral desde
enero a diciembre. Los Programas sean las estrellas, y su análisis público la
pista en la que los proyectos y las ideas ganen la voluntad de los electores.
3. Que los Programas sean de ley y su no
aplicación conlleve delito penal. Y cualquier proyecto posterior a las
elecciones sea refrendado por el pueblo. Evitando así que la mentira sea el
carro hacia el Poder y una vez en el Poder la memoria se esfume.
4. Que todos los sillones vitalicios y
sueldos ad eternum queden abolidos y las condiciones
de paro del político saliente, pues que ha estado seis años contratado al
servicio de la Nación, queden sujetas a las leyes laborales a cuyo reino nos
sometemos todos los ciudadanos. De esta forma enriquecerán la nuestra pensando
en la de ellos.
5. Que los límites de la función política,
en cualquier puesto del organigrama público, no pueden ser ni vitalicio sin la
función, ni limitado en su función. El talento, digámoslo así, no puede ser
desterrado del Parlamento en base el miedo a la tentación; para impedir que se
sucumba a la dicha está la Ley, pues como hemos dicho pasan los que vienen,
pero la Justicia permanece.
6. Que durante el año electoral el Estado
sea la Norma y la ausencia del Parlamento: la ley. El Pueblo y el Estado sean
soberanos durante ese año sabático político.
Resumiendo:
A) Inclusión de la Ciencia Política en la
Formación de la Juventud, no su seudónimo: “Educación de la Ciudadanía”, sino
Introducción a la Filosofía Política, en condiciones igualitarias con las
Ciencias Naturales, y Apertura de una Carrera Política General Universitaria
como plataforma sine qua non de acceso a la Administración de los Bienes
Públicos de la Sociedad
B) Extensión del Período de Gobernación a
seis años, del período de elecciones a un año, durante el cual el Estado será
el garante de la Paz y la Ley, y en el que los políticos cesan,
y C) no
limitación a la reelección del Político en base a consideraciones subjetivas.
La Sociedad es competente para decidir si un Político vale o no vale para
continuar su trabajo.
II
La
organización social más perfecta que existe en el universo es el organismo vivo
inteligente que Dios, su Creador, llama Hombre, y algunos hombres llamaron
“animal político”. Ésos “padrinos” del “animal político” edificaron la sociedad
a imagen y semejanza del modelo animal y el resultado ha sido una sociedad
salvaje.
Buscaron
la Sabiduría, pero no la encontraron, corrieron tras ella pero no la
alcanzaron. Por el camino se toparon con la Ciencia, se casaron con ella y la
Ciencia les enseñó el camino para dirigir la evolución desde el animal político
a la bestia más poderosa del planeta. El fin de este modelo social sobra
escribirlo, basta mirar al Siglo XX.
Nosotros
tenemos que volver nuestros ojos hacia nosotros mismos porque el modelo de
sociedad perfecta está en nosotros mismos. Vueltos nuestros ojos hacia dentro,
vemos que las dos partes del cuerpo, corazón y mente se unen en un todo
trabajando al servicio del mismo fin. La parte que a nosotros nos interesa es
la que trabaja en silencio para hacer posible la vida de la otra parte. Y es la
que nos interesa porque es el modelo a cuya imagen debemos definir la
naturaleza del Estado.
Lo que el
corazón, los pulmones y las partes orgánicas vitales son a nosotros, es la
posición natural básica que debe ocupar el Estado en la Sociedad. El Estado,
ciertamente, es el Edificio que trabaja al servicio de la Sociedad siguiendo
unas pautas de comportamientos heredadas, por las que sus funciones son
automáticas y autónomas y la relación con el ser es íntima e inalienable.
Podemos echarnos a dormir, pero el ser humano se levanta fresco porque el
edificio material que lo sustenta se mantiene vivo.
Una
Sociedad Humana Perfecta implica su edificación a imagen y semejanza de este
modelo, que no es sino la Vida misma hecha Ser.
Si para
buscar el Bien partimos del conocimiento del Mal, y por la ley de los
contrarios juzgamos de lo que vemos lo que ha de ser, la revolución estructural
que la democracia está pidiendo pasa por la lucha contra la apropiación del
Estado por los gobiernos que se alternan, que es como si al Ser se le obligara
a controlar su respiración, o lo que es lo mismo, a admitir que hasta respirar
es un delito.
Una
revolución estructural democrática -insistiendo- debe plantear como principio
la apertura de la Legislatura a seis años, y al séptimo todo el Gobierno es
despedido por fin de contrato, volviendo todo el Poder al Estado, es decir, a
nosotros mismos, ¿o acaso hay una diferencia entre mi corazón y yo?
Hemos
visto cómo el Gobierno en funciones aprovecha el vacío parlamentario en campaña
electoral para emitir decretos que, al no ser controlados por la Cámara, son en
realidad un ejercicio de dictadura.
Hemos
visto cómo el visto y no visto de la carrera electoral lleva al Poder a un
equipo de desconocidos sin conocimientos profesionales y técnicos para dirigir
Ministerios.
Durante
el año electoral los Programas Políticos y los hombres que los Partidos lleven
al Gobierno deben ser nominados y expuestos al examen de la Sociedad, a fin de
que la Sociedad contrate para servirla y dirigir la solución de sus problemas a
los más aptos entre nosotros.
Nunca se
habla lo suficiente de los temas para tratar los cuales el don de la
inteligencia nos ha sido regalado por el Creador de todas las cosas. Respecto a
la naturaleza de la inteligencia dos son las fuentes de su crecimiento. De un
lado la experiencia, que conduce a la ciencia, y del otro el Espíritu, que
lleva directamente a la sabiduría.
En otros
tiempos se hablaba de Razón y Fe. El hecho es que ya se ha demostrado con la
suficiente fuerza que la ciencia sin la sabiduría redirige los pasos de la
Civilización hacia la demencia. (Al hablar de Dios implicamos a la Iglesia,
pero como parte del Hecho y no como el Todo donde detener nuestro Pensamiento.
La Iglesia es parte Inalienable del Reino de Dios ... Y si sus errores pasados
fueron grandes sus maravillosos aciertos no lo fueron menos. Así que pasado el
tiempo de la crítica toca el del trabajo de todas las partes de la Sociedad al
servicio de la misma causa universal, el Bien de todos).
En este
contexto y dentro de la búsqueda del bien universal la Arquitectura de la
Democracia, una vez sujeta la Sociedad Humana a la Constitución del Reino de
Dios, a cuya Carta Magna se sujetan todos los Pueblos de la Creación; la
Arquitectura de la Democracia necesita una revolución estructural dirigida a su
inmunización contra el mal de una corrupción que busca por todos los medios
vivir en simbiosis perfecta, aún y a pesar de ser el fin de semejante
convivencia parasitaria la destrucción del cuerpo social de cuya sangre se
alimenta la corrupción.
Sin
perdernos en retóricas demagógicas envolventes a la par que refractarias del
verdadero núcleo del problema, la dinámica evolutiva de la estructura de la
Civilización pide el salto del Modelo de Gobierno Absolutista Excluyente
-legitimado bajo la máscara del Derecho Constitucional- y su adaptación al
Modelo de Gobierno Participativo en el que todas las fuerzas sociales aúnan sus
talentos y sus virtudes para luchar contra sus defectos y escaseces. O lo que
es igual, el Modelo Participativo es aquel en el que las fuerzas sociales
-indistintamente de sus principios y tendencias internas- componen el Gobierno
en razón del apoyo, de modo que se distribuye la composición del Gobierno
entrante en función del tanto por ciento que a cada fuerza le asigna el
electorado. Sobre el cien por cien cada grupo político recibe ese tanto de
parte en la Distribución de las Responsabilidades Ministeriales.
Mediante
el Modelo Participativo logramos la Inclusión de todos al servicio de todos.
Mientras que el Modelo de Exclusividad habitual en el siglo XX estuvo en la
causa de la división y la enemistad entre los pueblos de una misma nación, y en
el origen de la ineficiencia de los gobiernos para combatir la corrupción y
elaborar programas de respuesta a los problemas de una Civilización en
evolución creciente; mediante el Modelo Participativo doblamos la capacidad de
respuesta de un Gobierno al sentar alrededor de la mesa a los mejores de entre
todos.
La
falacia del Modelo Excluyente decimonónico y antisocial de reunir un grupo
político a los mejores de entre el conjunto de la sociedad es un argumento apto
sólo para, a estas alturas de la experiencia acumulada, idiotas perfectos.
Es
responsabilidad de quienes tienen el Poder de elegir a los Gobiernos abrirle la
puerta al Modelo de Democracia Participativa, reservándose el Derecho a
despedir de sus funciones a quienes sean sorprendidos ejecutando un trabajo
diferente a aquél para el que fue contratado, así como si se descubre su
incapacidad para ejecutar las funciones para las que fue elegido.
El Poder
le pertenece al elector, quien deposita la Administración en las manos de un
Gobierno por él elegido para llevar a cabo un trabajo. Si éste se incumple, y
porque la experiencia dice que se incumple, el Derecho del elector a conservar
el Poder de despido es un Deber inviolable respecto al cual el Estado se hace
garante.
Los
grupos políticos no sólo competirán entre ellos por una parcela mayor en el
Gobierno, sino que además presentarán sus candidatos a los ministerios a fin de
que el elector elija entre ellos a los mejores y más aptos para cumplir con el
trabajo.
El
elector tendrá un período de doce meses para examinar los programas de los
grupos y elegir puntualmente de entre todos los candidatos a quienes han de
administrar los recursos naturales de la Nación. Sus elegidos,
independientemente del grupo, serán contratados para dirigir el Ministerio al
que se presentó el candidato.
Se da por
obvio que el Primer Ministro es tomado directamente de la formación política
más valorada.
La
objeción “democrática” contra este Modelo de Formación de Gobierno puede
proceder del coste económico de una Campaña Electoral abierta a un año legal. Pero
si nosotros integramos la revolución Internet, de la que estamos siendo
actores, a la Historia de las Futuras Elecciones, le abrimos la puerta
igualmente a un Nuevo Modelo de Elecciones, en el que los Programas estarán
abiertos y en el que los Individuos deberán aspirar directamente al Puesto y
exponer sus razones al juicio de los Electores. Es decir, que los Partidos
Políticos no sólo tendrán que presentar un Programa sino también a los futuros
Ministros y componentes de su Gobierno, y exponerlos al Debate Abierto,
eligiendo los Electores entre los Propuestos por los distintos Partidos a quien
se considere el más preparado para el trabajo ministerial, rompiendo de esta
manera la monolítica organización absolutista que se da en los actuales
programas electorales y que sólo se rompen, caso Alemania actual, por razones
de alta preparación democrática de los componentes políticos.
Naturalmente
entramos en una fase de Civilización en la que un Individuo puede aspirar a un
determinado Puesto de la Administración Gubernamental en base a su Inteligencia
y Conocimiento, y por el Poder de los Electores puede ser dotado de todos los
medios para su Trabajo. Si bien este Futuro parece aún algo lejano, la
velocidad de adaptación y crecimiento de la Civilización se ha acelerado en los
últimos siglos hasta el punto de que es imposible decir cuál es la velocidad
real a la que nos estamos moviendo.
El
absolutismo, en este caso democrático, natural a todo absolutismo político,
tiende al Orden; es decir, a reducir la energía revolucionaria de la
intelectualidad ontológica del ser humano a fin de Controlar su progreso. Pero
la experiencia nos ha enseñado a nosotros y le debe servir a ellos de ciencia,
que este intento acaba, irremisiblemente, cuando la hoja pasa y las cabezas ruedan.
La
Historia es una Máquina Viva que avanza sobre ruedas por un sendero harto
trabajoso, y en nombre del peligro el Poder se impone Control y Orden. En esta
imposición el Poder ignora que la Historia no fue creada por el Hombre y que el
Hombre es un pasajero, en ningún caso el Piloto. La lucha entre el Poder y la
Historia conduce inevitablemente a la Revolución, sea francesa, Comunista ... y
la Revolución es siempre el paso de las Ruedas de la Historia sobre el Cadáver
de los locos que se creyeron el Estado y el Poder.
No
debemos permitir, pues, que la Ignorancia se transforme en locura, verdadera
causa por la que el rey sol y el rey de los rusos debieron ser aplastados por
la guillotina de los tiempos.
¿Qué hay
de parecido entre los principios del Siglo XX y del Siglo XXI?
En
consecuencia, la Ley del XX es obsoleta, retrógrada, animal y suicida si
aplicada a este XXI, y cuanto antes comencemos a gobernarnos por la Ley del
XXI, más alejaremos al Poder de la locura, ahorrándole a la Historia ver el
oscuro deleite que la Sociedad, conducida al matadero, encuentra al revolverse
y, rebelándose por su propio bien, arrojar al precipicio a sus verdugos.
LA
SEGUNDA REVOLUCIÓN AGRO-NEOLÍTICA POS-ATÓMICA
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