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CRISTO RAUL CONTRA EL ANTICRISTO

LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

CREACION DEL UNIVERSO SEGUN EL GÉNESIS

 

 
 

ANTIGUO TESTAMENTO

LA SAGRADA BIBLIA

NUEVO TESTAMENTO

Profeta

OSEAS

PRIMERA PARTE
MATRIMONIOS SIMBÓLICOS DEL PROFETA
1
 
La mujer prostituta y sin hijos, símbolo de Israel
   
1
Palabra de Yavé dirigida a Oseas, hijo de Beeri, en tiempos de Ozías, Joatán, Ajaz y Ezequias, reyes de Judá, y en tiempos de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel.
2
Comienzo del hablar de Yavé por Oseas: Dijo Yavé a Oseas: Ve y toma por mujer a una prostituta y engendra hijos de prostitución, pues que se prostituye la tierra apartándose de Yavé.
3
Fue, pues, y tomó por mujer a Gomer, hija de Diblayim, que concibió y le parió un hijo,
4
y le dijo Yavé: Ponle por nombre Jezrael, porque de aquí a poco visitaré yo las matanzas de Jezrael sobre la casa de Jehú y pondré fin al reino de la casa de Israel.
5
Aquel día romperé yo el arco de Israel en el valle de Jezrael.
6
Concibió ella de nuevo y parió una hija, y Yavé dijo a Oseas: Dale el nombre de Lo-Rujamá, porque ya no me compadeceré de la casa de Israel, no la perdonaré jamás.
7
Pero tendré misericordia de la casa de Judá, y los salvaré por Yavé, Dios; no los salvaré con arco, ni con espada, ni con guerra, ni con caballos, ni con jinetes.
8
Luego de destetar a Lo-Rujamá, volvió a concebir y parió un hijo,
9
y dijo Yavé: Llámalo Lo-Ammi, porque vosotros no sois mi pueblo, y yo no soy vuestro Dios.
10
Y será la muchedumbre de los hijos de Israel como las arenas del mar, que son sin medida y sin número, y en el lugar mismo en que se les dijo: “Vosotros no sois mi pueblo,” se dirá de ellos: “Los hijos del Dios vivo” .
11
Los hijos de Judá y los hijos de Israel se juntarán en uno y se darán un jefe único y se desbordarán de la tierra, pues será grande el día de Jezrael.

 

2
 
1
Decid, pues, a vuestro hermano Ammi y a vuestra hermana Rujamá:
2
Protestad de vuestra madre, porque ni ella es mi mujer ni yo soy su marido. Que deje de su rostro sus fornicaciones y de entre sus pechos sus prostituciones,
3
no sea que yo la despoje, y, desnuda, la ponga como el día en que nació, y la convierta en desierto, en tierra árida, y la haga morir de sed.
4
Y no tendré piedad de sus hijos, porque son hijos de prostitución.
5
Su madre se prostituyó; la que los concibió se deshonró y dijo: Me iré tras de mis amantes, que ellos me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida.
6
Por eso voy yo a cercar sus caminos con zarzas y a alzar un muro para que no pueda ya hallar sus sendas.
7
Irá en seguimiento de sus amantes, pero no los alcanzará; los buscará, mas no los hallará, y se dirá: Voy a volverme con mi primer marido, pues mejor me iba entonces que me va ahora.
8
No ha querido reconocer que era yo quien le daba el trigo, el mosto y el aceite, y la plata que yo pródigamente le di, igual que el oro, se lo consagró a Baal.
9
Por eso voy a recobrar mi trigo a su tiempo y mi mosto a su sazón, y me tomaré mi lana y mi lino, que habían de cubrir su desnudez,
10
y voy a descubrir sus vergüenzas a los ojos de sus amantes. Nadie la librará de mi mano.
11
Haré cesar todas sus alegrías, sus fiestas, sus novilunios, sus sábados y todas sus solemnidades.
12
Talaré sus viñas y sus higuerales, de los que decía: Es el salario que mis amantes me dan. La reduciré a un matorral y la devorarán las bestias del campo.
13
La castigaré por los días en que incensaba a los baales y, adornándose con sus anillos y sus collares, se iba con sus amantes y me olvidaba a mí, dice Yavé.
 
 
Promesas de redención
 
14
Así, la atraeré y le llevaré al desierto y le hablaré al corazón,
15
y fuera ya de allí, yo le daré sus viñas y el valle de Acor como puerta de esperanza, y allí cantará como cantaba los días de su juventud, como en los días en que subió de la tierra de Egipto.
16
Entonces, dice Yavé, me llamará Ishi, no me llamará Baalí.
17
Quitará de su boca los nombres de los baales, para que no vuelva nunca a mencionarlos por su nombre.
18
En aquel día haré en favor de ellos concierto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con los reptiles de la tierra, y quebraré en la tierra arco, espada y guerra, y haré que reposen seguros.
19
Seré tu Esposo para siempre y te desposaré conmigo en justicia, en juicio, en misericordias y piedades,
20
y yo seré tu Esposo en fidelidad, y tú reconocerás a Yavé.
21
En aquel día yo seré propicio, dice Yavé, a los cielos, y los cielos serán propicios a la tierra,
22
la tierra, propicia al trigo, al mosto y al aceite, y éstos, propicios a Jezrael.
23
Yo sembraré en la tierra para mí, y me compadeceré de Lo-Rujamá
24
y diré a Lo-Ammí: “Tú eres mi pueblo”; y él me responderá: “Tú, mi Dios.”

 

3
 
1
Díjome Yavé: Ve otra vez y ama a una mujer amante de otro y adúltera; ámala como ama Yavé a los hijos de Israel, a pesar de que se van tras otros dioses y se deleitan con las tortas de pasas.
2
La compré por quince siclos de plata, un jómer de cebada y un letej de vino.
3
Díjele: Has de estarte reservada para mí mucho tiempo, no te prostituyas, no te entregues a hombre alguno; también yo me reservaré para ti,
4
porque mucho tiempo han de estar los hijos de Israel sin rey, sin jefe, sin sacrificio y sin cipos, y sin efod y sin terafim.
5
Luego volverán los hijos de Israel y buscarán a Yavé, su Dios, y a David, su rey, y se apresurarán a venir temerosos a Yavé y a su bondad al fin de los días.

 

 
SEGUNDA PARTE
 
DISCURSOS PROFÉTICOS
4
 
Reproches por los Pecados
 
1
Oíd la palabra de Yavé, hijos de Israel, que va a querellarse Yavé contra los habitantes del país, porque no existe ni fidelidad, ni amor, ni conocimiento de Dios en el país.
2
Perjuran, mienten, asesinan, roban, adulteran, oprimen, y las sangres se suceden a las sangres.
3
Por eso está en luto el país y desfallecen cuantos en él moran; aun las bestias salvajes y las aves del cielo y hasta los peces del mar perecen.
4
Pero nadie protesta, nadie reprende. También contra vosotros me querello, ¡oh sacerdotes!
5
Tropezarás en pleno día, y contigo tropezará también el profeta de noche, y tú haces perecer a tu pueblo.
6
Perece mi pueblo por falta de conocimiento; por haber rechazado tú el conocimiento, te rechazaré yo a ti de mi sacerdocio; por haber olvidado tú la ley de tu Dios, yo me olvidaré también de tus hijos.
7
Cuantos son ellos, tantos fueron sus pecados contra mi; trocaron su gloria por la ignominia .
8
Se alimentan de los pecados de mi pueblo y codician sus iniquidades.
9
Y lo que del pueblo será, eso será también del sacerdote. Yo los castigaré según sus caminos y los retribuiré según sus obras.
10
Comerán y no se saciarán, fornicarán y no se multiplicarán, porque se obstinaron en abandonar a Yavé.
11
Fornicación, vino y mosto quitan el juicio.
12
Mi pueblo pregunta al leño, y su bastón le hace revelaciones, porque el espíritu de fornicación le ha descarriado y fornicaron, alejándose de su Dios.
13
Ofrecen sacrificios en las cimas de los montes, y en los collados queman incienso bajo la encina, bajo los álamos, bajo los terebintos de grata sombra, Por eso se prostituyen vuestras hijas y adulteran vuestras nueras,
14
y no castigaré las fornicaciones de vuestras hijas ni los adulterios de vuestras nueras, porque ellos mismos se van aparte con rameras y con las hieródulas ofrecen sacrificios, y el pueblo, por no entender, perecerá.
15
Si tú, Israel, te prostituyes, que al menos no se haga culpable Judá. No vayáis a Guilgal, no subáis a Bet-Aven y no juréis diciendo: ¡Vive Yavé!
16
Porque, como novilla cerril, es cerril Israel; por eso en adelante los apacentará Yavé como a oveja en lugar amplio.
17
Efraím se ha adherido a los ídolos; déjale.
18
Su vino se les ha subido a la cabeza, se han dado a la fornicación; a la gloria de Yavé han preferido la ignominia.
19
Arrebataráles el viento en sus alas y se avergonzarán de sus sacrificios.

 

5
 
Contra los Sacerdotes y los Príncipes
   
1
Oíd esto, sacerdotes. Escucha, ¡casa de Israel! Presta oído, ¡casa del rey!, que es contra vosotros la sentencia, pues habéis venido a ser un lazo para Mispá y una red tendida en el Tabor.
2
Los perseguidores llevaron la perversidad al extremo, pero yo los castigaré a todos ellos.
3
Yo conozco a Efraím, e Israel no se me oculta. Pues ahora te has prostituido, Efraím; se ha contaminado Israel.
4
No dirigen sus obras a volver hacia Dios, porque un espíritu de fornicación hay en su interior y desconocen a Yavé.
5
La arrogancia le sale a Israel a la cara, pero tropezarán Israel y Efraím en su iniquidad, y con ellos tropezará también Judá.
6
Con sus ovejas y sus vacadas irán en busca de Yavé, pero no le hallarán, porque Yavé se ha retirado de ellos.
7
Han hecho traición a Yavé, engendrando hijos extraños. Ahora un conquistador los devorará con sus campos.
8
¡Tocad la bocina en Guibá! ¡Tocad la trompeta en Rama ! ¡Sonad alarma en Bet-Aven! ¡Benjamín está aterrado!
9
Efraím será campo de devastación el día del castigo; en las tribus de Israel anunció cosas ciertas.
10
Los príncipes de Judá se han hecho como los que mudan los linderos; sobre ellos derramaré mi ira como agua.
11
Efraím está oprimido, conculcado el derecho, porque se esfuerza en seguir la regla.
12
Yo seré, pues, como polilla para Efraím y como carcoma para la casa de Judá.
13
Efraím ve su debilidad, y ve Judá su llaga. Y Efraím se vuelve a Asiria, y mandó embajadores al rey grande , pero no podrá curaros ni sanar la llaga,
14
Porque yo seré como león para Efraím y como cachorro de león para la casa de Judá. Yo, yo mismo cogeré la presa y me iré; yo la arrebataré, y nadie la salvará.
15
Me iré, mas volveré a mi lugar hasta que hayan expiado su pecado y busquen mi rostro. En su angustia ya me buscarán.

 

6
 
Falsa conversión
   
1
En su angustia me buscarán (diciendo): Venid y volvamos a Yavé; El nos curará, El hirió, El nos vendará.
2
El nos dará vida en dos días y al tercero nos levantará y viviremos ante El.
3
Reconozcamos y apresurémonos a conocer a Yavé. Como aurora está aparejada su aparición; vendrá como lluvia impetuosa, como lluvia primaveral que riega la tierra.
4
¿Qué voy a hacerte a ti, Efraím? ¿Qué voy a hacerte a ti, Judá? Vuestra piedad es como lluvia mañanera, como rocío matinal, pasajero.
5
Por eso yo los he tajado por medio de los profetas, los he matado por las palabras de mi boca, y mis juicios han brotado como la luz
6
Pues prefiero la misericordia al sacrificio, y el conocimiento de Dios al holocausto.
7
Pero ellos, como hombres, violaron la alianza, obraron pérfidamente contra mí.
8
¡Galaad, ciudad de malhechores, de sangrientas huellas;
9
tú, cuya fuerza son los bandidos, si asesinaras a esa banda de sacerdotes a lo largo del camino de Siquem, porque obran criminalmente!
10
Espantoso es lo que he visto en la casa de Israel. Allí se prostituye Efraím, allí se contamina Israel.
11
Pero en ti, ¡oh Judá! injertaré yo una rama cuando haga volver la cautividad de mi pueblo.

 

7
 
La iniquidad de los reyes y los grandes
   
1
Cuando yo quería sanar a Israel, se ha revelado la iniquidad de Efraím y la perversidad de Samaria; obra fraudulentamente; entra el ladrón dentro, y fuera hace sus correrías el bandido.
2
No reflexionan en su corazón que yo tengo presente su maldad; ahora sus obras les rodean y están patentes ante mí.
3
Regocijan al rey con sus malicias, y con sus mentiras a los príncipes,
4
mientras que todos respiraban furor, como horno a punto de abrasar la hornada. Cesa el hornero de enrojar mientras se amasa y fermenta lo amasado.
5
Ya el día mismo de “nuestro rey” comienzan los príncipes a encenderse por el vino, mezclados en compañía de bandidos.
6
Pues como horno ardieron sus corazones en intrigas; su furor ha descansado durante la noche, pero a la mañana como llama de fuego.
7
Todos se encendieron como horno y devoraron a sus jueces. Todos sus reyes sucumbieron, pero nadie de entre ellos clamó a mí.
8
Efraím se aceita de las gentes, es como torta a que no se dio vuelta.
9
Los extraños devoran su sustancia, sin que él se dé cuenta; ya tiene canas, y no se ha apercibido.
10
Israel le sale a la cara su arrogancia , y no se vuelven a Yavé, su Dios, y, con todo esto, no le han buscado.
11
Efraím se ha tornado en paloma estúpida, sin juicio; acuden a Egipto, se dirigen a Asiria.
12
Tan pronto como vayan, yo les tiendo mi red y los haré caer en ella como aves del cielo. Yo los castigaré según lo decretado contra sus maldades.
13
¡Ay de ellos por haberse apartado de mí! ¡Ruina sobre ellos por haberse rebelado contra mí! Yo los salvaba y ellos me mentían.
14
No me invocan de corazón, sino que ululan sobre sus almohadillas; por el grano y por el mosto se hacen incisiones. Son rebeldes contra mí.
15
Yo los eduqué y fortalecí sus brazos, pero maquinaban contra mí.
16
Se vuelven hacia los que de nada sirven; se han convertido en arco engañoso. Sus príncipes caerán a la espada por sus insolentes bravatas; es decir, serán la irrisión en la tierra de Egipto.

 

8
 
El castigo
   
1
¡Emboca la trompeta! Como buitre se abate sobre la casa de Israel por haber quebrantado mi alianza y haber prevaricado contra mi ley.
2
Clamarán a mí: “¡Dios mío!”. Pero te conocemos, Israel.
3
Israel ha rechazado el bien, y el enemigo le perseguirá.
4
Se dieron reyes, pero no elegidos por mí; constituyeron príncipes sin yo saberlo; de su oro y su plata se hicieron ídolos, mas para su perdición.
5
Yo rechazo tu becerro, Samaria; mi furor se ha encendido contra ellos. ¿Hasta cuándo no lograrán purificarse?
6
Porque de Israel son, son obra de artífice, no son de Dios, y será llevado cautivo el día de Yavé el becerro de Samaria.
7
Pues siembran vientos, recogerán tempestades. La espiga no dará fruto ni formará harina, y si algunas la dieren, las devorará el extranjero.
8
Devorado será Israel; ahora ha sido considerado entre las naciones como vaso del que no se hace aprecio.
9
Por ellos subieron a Asiria. El onagro busca estar solo, Efraím se entregó a los amantes.
10
Aunque sean entregados a las naciones, al presente los guardo reunidos, para que sufran algún tiempo la carga del rey y de los príncipes.
11
Efraím ha multiplicado sus altares para pecar; sólo para pecar le han servido.
12
Escribí para él las palabras de mi Ley, pero las tienen por palabras de extranjeros.
13
¡Aman los sacrificios, que sacrifiquen! ¡Aman la carne, que la coman! Yavé no se agrada de ellos. Ahora se acordará de sus iniquidades y castigará sus pecados. Volverán a Egipto.
14
Israel se olvidó de su Hacedor y construyó palacios; Judá multiplicó sus ciudades fuertes, pero yo daré sus ciudades al fuego, que devorará sus palacios.

 

9
 
   
1
No te goces, Israel; no te regocijes como las gentes, porque has fornicado fuera de tu Dios. Fuiste en busca del salario sobre toda era de trigo.
2
Pero la era y el lagar los desconocerán, y el mosto les defraudará.
3
No quedarán en la tierra de Yavé, sino que Efraím volverá a Egipto, y en Asiria comerán manjares inmundos.
4
No harán más a Yavé libaciones de vino ni le presentarán sus sacrificios, su pan será pan de duelo; cuantos lo coman se contaminarán, porque su pan será para ellos mismos, no entrará en la casa de Yavé.
5
¿Qué haréis en el día de la asamblea, en el día de la fiesta de Yavé?
6
Porque he aquí que se han marchado de la tierra devastada, y Egipto los reunirá. Menfis los sepultará. Sus preciosidades de plata las heredarán las ortigas; los cardos heredarán sus tiendas.
7
Llegaron los días del castigo, llegaron los días de la paga. Clama Israel: “El profeta es un insensato, presa de delirio el hombre del espíritu.” A la enormidad de tu iniquidad se añade la enormidad de la persecución.
8
El profeta centinela de Efraím, en unión con su Dios, halla en todos sus caminos el lazo del cazador y la persecución en la casa de su Dios.
9
Profundamente se corrompieron, como en los días de Guibá. El se acordará de su iniquidad y castigará sus pecados.
10
Como uvas en el desierto hallé yo a Israel, como brevas en la higuera en su principio contemplé a vuestros padres, los cuales, llegados a Baal-Peor, se consagraron a la infamia y se hicieron abominables como lo que amaron.
11
Se volará como pájaro la gloria de Efraím, y no habrá ya ni parto, ni maternidad, ni embarazo.
12
Si crían hijos, los despojaré de ellos, privándolos de hombres, y ¡ay de ellos cuando yo me aleje de ellos!
13
Efraím, yo lo he visto, ha hecho de sus hijos presa de caza, y Efraím sacará sus hijos para el asesino.
14
Dales, ¡oh Yavé!.. ¿Qué les has de dar? Dales entrañas estériles y senos enjutos.
15
Toda su perversidad está en Guilgal; allí los aborrecí. Por la perversidad de sus obras los arrojé de mi casa; no volveré a amarlos. Todos sus príncipes son rebeldes.
16
Efraím está herido; su raíz está seca, no dará fruto; aunque parieren, haré morir a los tesoros de su seno.
17
Los rechazará mi Dios por no haberle escuchado e irán errantes entre las gentes.

 

10
 
Inminencia del Castigo. Destrucción de los altares y devastación del reino
 
1
Israel es una viña frondosa que da fruto proporcionado; pero a medida de la abundancia de su fruto hizo multiplicar sus altares, y a la medida de la riqueza de su tierra, hizo ricos a sus cipos.
2
Su corazón es mendaz, y ahora pagarán las culpas; él quebrantará sus altares y demolerá sus cipos.
3
Que si dice ahora: “No tengo rey, porque no hemos temido a Yavé, y el rey, ¿qué haría por nosotros?”
4
Pronuncian discursos, juran en falso, contraen alianzas, pero el juicio condenatorio germinará como planta venenosa en los surcos del campo.
5
Los moradores de Samaria están llenos de temor por el becerro de Bet-Aven; su pueblo está en duelo, y sus sacerdotes se lamentan por él, por su gloria, que ha emigrado lejos de él.
6
Hasta él mismo será llevado a Asiria como presente para el gran rey; Efraím cosechará la vergüenza, e Israel se cubrirá de deshonor por sus consejos.
7
Se acabó Samaria. Su rey es como espuma sobre la superficie de las aguas.
8
Destruidos serán los altos de la impiedad, el pecado de Israel. Las zarzas y los abrojos treparán sobre sus altares. Dirán a los montes: “¡Cubridnos!” y a los collados: “¡Caed sobre nosotros!”
9
Has pecado, Israel, desde los días de Guibá. Allí permanecieron: ¿No les va a alcanzar la guerra en Guibá a los hijos de la iniquidad?
10
Yo iré a castigarlos; los pueblos se reunirán contra ellos por un común compromiso a causa de su doble crimen.
11
Efraím es una novilla domesticada, que gusta de trillar; pero yo domaré con el yugo el vigor de su cerviz; yo unciré a Efraím; Judá tirará del arado, Jacob tendrá que rastrillar.
12
Sembrad en justicia, cosechad en misericordia, roturad vuestro barbecho, pues es tiempo de buscar a Yavé hasta que venga y os enseñe la justicia.
13
Habéis cultivado la impiedad, habéis cosechado iniquidad y habéis comido fruto de mentira. Porque confiaste en tus carros, en la muchedumbre de tus guerreros,
14
se alzará alboroto en tu pueblo, y todas tus fortalezas serán destruidas, como destruyó Salmán a Bet-Arbelen el día del combate, cuando fue estrellada la madre con sus hijos.
15
Así haré de vosotros, casa de Israel, por vuestra perversa maldad. Al alba será totalmente arruinado el rey de Israel.

 

11
 
Amor de Dios por Israel e ingratitud del pueblo. Después de castigado, Dios se apiadará de él
   
1
Cuando Israel era niño, yo le amé, y de Egipto llamé a mi hijo.
2
Cuanto más se les llama, más se alejan. Ofrecen sacrificios a los baales e incienso a los ídolos.
3
Yo enseñé a andar a Efraím, lo levanté en mis brazos, pero no reconoció mis desvelos por curarle.
4
Los atraí con ligaduras humanas, con lazos de amor. Fui para ellos como quien alza una criatura contra su mejilla, y me bajaba hasta ella para darle de comer.
5
Pero se volverá a Egipto, y Asiria será su rey, porque rehusó convertirse.
6
Se cebará en sus ciudades la espada, exterminará a sus hijos y los consumirá por sus consejos.
7
Los de mi pueblo serán colgados junto a sus moradas, ante los que suben a sus ciudades, y no habrá quien los levante.
8
¿Cómo te he de entregar, Efraím? ¿Cómo he de darte, Israel? ¿Cómo voy a reducirte a lo de Admá? ¿Cómo voy a ponerte como a Seboím? Mi corazón se ha vuelto contra mí, a una se han conmovido mis entrañas.
9
No llevaré a efecto el ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraím, porque yo soy Dios y no un hombre, soy santo en medio de ti y no me complazco en destruir.
10
Irán en pos de Yavé, que rugirá como león, porque rugirá El y se precipitarán sus hijos desde el occidente,
11
y acudirán presurosos desde Egipto como pájaros, y de Asiria como palomas, y los haré habitar en sus casas,oráculo de Yavé.

 

12
 
1
Efraím me envuelve en la mentira, y la casa de Israel en el fraude. Y Judá es un testigo traidor a Dios, pero fiel a las hieródulas.
2
Efraím se apacienta de viento y persigue al viento solano, cada día multiplica la falsedad y la frivolidad; hace alianza con Asiria y lleva el aceite a Egipto.
3
Yavé se querella contra Efraím, y tratará a Jacob según lo que merece y le retribuirá según sus obras.
4
En el seno suplantó a su hermano y en su vigor luchó con Dios.
5
Luchó con el ángel y le venció, lloró y suplicó gracia. En Bet-El le halló, y allí habló con nosotros.
6
Y Yavé es el Dios de los ejércitos, Yavé es su nombre.
7
Tú a tu Dios retornarás. Guarda la piedad y la justicia y pon siempre en Dios tu esperanza.
8
Mercader en cuya mano hay balanza engañosa, amigo de hacer violencia.
9
Efraím dice: Me he enriquecido, he encontrado riquezas; en todas mis ganancias no se hallará culpa que haya cometido.
10
Pues yo soy Yavé, tu Dios, desde la tierra de Egipto; aún te haré habitar en las tiendas como en los días de asamblea.
11
Y yo hablé por los profetas, yo multipliqué la visión y por los profetas propuse parábolas.
12
Si Galaad es vanidad, ciertamente son nada; sacrifican sus bueyes en Guilgal; majanos de piedra serán sus altares sobre los surcos del campo.
13
Jacob huyó a la tierra de Aram, y sirvió Israel por una mujer, y por una mujer apacentó ganados.
14
Yavé sacó a Israel de Egipto por mano de un profeta, y por un profeta fue guardado.
15
Efraim ha provocado la ira amargamente. Su Señor le imputará las sangres vertidas por él y le devolverá los ultrajes que le ha hecho.

 

13
 
Condenación definitiva
 
1
Cuando Efraím hablaba, era el terror; se levantó en Israel, pero se hizo culpable con Baal y murió.
2
Y ahora continúan pecando; de su plata se hacen obras fundidas, ídolos de su invención, obra de artífices todo ello. Y a ellos dirigen la palabra, ofrecen sacrificios. ¡Hombres dando besos a los becerros!
3
Por eso serán como nube mañanera, como pasajero rocío matinal, como paja arrebatada por el viento y como humo de la chimenea.
4
Pero yo soy Yavé, tu Dios, desde la tierra de Egipto, y no has de reconocer a dios alguno sino a mí; fuera de mí no hay salvador.
5
Yo te conocí en el desierto, en la tierra abrasada.
6
Se hartaron en sus pastos, y, hartos, se ensoberbecieron, y por eso me olvidaron.
7
Yo seré, pues, para ellos como león; como pantera en el camino acecharé.
8
Me echaré sobre ellos como osa privada de sus crías, desgarraré como cachorro sus corazones, los devoraré allí como león; las fieras del campo los harán pedazos.
9
Te traigo la ruina, ¡oh Israel!, y ¿quién podrá socorrerte?
10
¿Dónde está, pues, tu rey, para salvarte en todas tus ciudades? ¿Dónde tus jueces, de quienes decías: “Dame rey y príncipes”?
11
Yo te doy un rey en mi furor, y en mi ira te los quito.
12
La iniquidad de Efraím está agavillada, su pecado está reservado.
13
Vendrán sobre él dolores de parto, pero será el parto de un hijo necio, que no sabrá ponerse al tiempo oportuno a la abertura del seno.
14
¿Los rescataré del poder del seol? ¿Los redimiré de la muerte? ¿Dónde están, oh muerte! tus epidemias? ¿Dónde tu peste, oh seol? La compasión se oculta a mis ojos.
15
Ciertamente es fecundo entre sus hermanos, pero vendrá el solano; el viento de Yavé subirá del desierto, y secará su fuente, y agotará sus manantiales; él saqueará el tesoro y todos los objetos preciosos.

 

14
 
1
Viene sobre Samaria el castigo porque se rebeló contra su Dios. Caerán a la espada sus párvulos, serán estrellados, y sus mujeres encinta serán hendidas.
 
 
Promesa de salvación
 
2
Vuelve, Israel, vuelve a Yavé, tu Dios, pues has caído por tus iniquidades.
3
Buscad palabras y retornad a Yavé, diciendo: Perdona toda iniquidad y acepta lo bueno, y pagaremos con el fruto de nuestros rediles.
4
No nos salvará Asiria. No montaremos a caballo, nunca llamaremos más “dioses nuestros” a las obras de nuestras manos, pues en ti halla compasión el huérfano.
5
Yo curaré su rebeldía y los amaré generosamente, pues se ha apartado de ellos mi cólera.
6
Yo seré como rocío para Israel, que florecerá como lirio y extenderá sus raíces como el álamo.
7
Crecerán sus ramas, y será su floración como la del olivo, y su aroma como la del incienso.
8
Volverán a habitar bajo su sombra, creciendo como el trigo, pujando como la vid, y su fama será como la del vino del Líbano.
9
¿Qué tendrá que ver ya Efraím con los ídolos? Yo, que le afligí, le haré dichoso. Por mí, que soy como ciprés, siempre verde, recogerá él sus frutos.
10
¿Quién es sabio para entender estas cosas, prudente para conocerlas? Pues son del todo rectos los caminos de Yavé, por ellos van los justos, pero los malvados resbalarán en ellos.

 

 

 

C.R.Y&S