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CRISTO RAUL CONTRA EL ANTICRISTO

LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

CREACION DEL UNIVERSO SEGUN EL GÉNESIS

 

 
 

ANTIGUO TESTAMENTO

LA SAGRADA BIBLIA

NUEVO TESTAMENTO

Profeta

NAHUM

1
 
Yavé, Dios vengador, marcha contra Nínive
 
1
Oráculo sobre Nínive. Libro de la visión de Nahum de Elqosh:
2
Yavé es un Dios celoso y vengador, es vengador Yavé y pronto a la ira; Yavé se venga de sus enemigos y es inflexible para sus adversarios.
3
Yavé es paciente y grande en poderío y no deja a nadie impune. Marcha en el torbellino y en la tempestad, y las nubes son el polvo de sus pies.
4
Amenaza a los mares y los seca y agota los ríos todos. El Basán y el Carmelo desfallecen y se marchita el verdor del Líbano.
5
Tiemblan los montes ante El y se disuelven los collados. Se agita la tierra ante El, el orbe y cuantos lo habitan.
6
¿Quién podrá permanecer ante su ira? ¿Quién arrostrará el ardor de su cólera? Su furor se difunde como fuego y ante El se quebrantan las rocas.
7
Es bueno Yavé como protección en el día de la angustia, y conoce a los que a El se acogen.
8
Cuando sobreviene la inundación, aniquila a los que se dirigen contra El y a sus enemigos los lanza a las tinieblas.
9
¿Qué maquináis contra Yavé? El va a producir completo estrago, no se levantará dos veces la opresión.
10
Pues aunque sean corno zarzas enmarañadas y están embebidos en su embriaguez, serán devorados enteramente como paja seca.
11
De ti salió quien maquinó contra Yavé, quien trazó malvados designios.
12
Así dice Yavé: Aunque estén completos y sean tan numerosos, serán cortados, perecerán. Yo te he humillado y no volveré a humillarte.
13
Y ahora voy a quebrantar su yugo de sobre ti, yo voy a romper tus cadenas.
14
Yavé ha decretado contra ti: No quedará ni memoria de tu nombre. Yo extirparé de la casa de tus dioses las imágenes esculpidas y los ídolos fundidos y haré de tu sepultura una ignominia.
15
¡He aquí sobre los montes los pies del mensajero de albricias, del que anuncia la paz! Celebra, ¡oh Judá!, tus festividades, cumple tus votos, que no volverá a pasar sobre ti Belial, que ha sido enteramente destruido.

 

2
 
La ruina de Nínive
 
1
Sube un destructor frente a ti; guarda la plaza fuerte, escruta el camino, cíñete los lomos, concentra tu poder.
2
Pues Yavé restablecerá la viña de Jacob, restaurará la gloria de Israel, por cuanto la habían devastado los saqueadores que destruyeron sus cepas.
3
El escudo de sus guerreros está teñido de rojo, sus soldados visten púrpura, sus carros son como hachas encendidas; al atacar, sus caballos son un torbellino a través de los campos.
4
Sus carros ruedan con estruendo por las plazas, brillan como antorchas y se lanzan como el relámpago.
5
Sus príncipes se aperciben, van tropezando en su marcha, corren a los muros, preparan las defensas.
6
Se abren las puertas de los ríos, el palacio está sumido en el terror,
7
la reina es desnudada y sacada a luz, sus servidoras lloran y gimen como palomas y se dan golpes de pecho.
8
Nínive parece un estanque de aguas, pero de aguas que se van. ¡Alto! Pero ninguno vuelve.
9
¡Saquead la plata, saquead el oro! No tienen fin los tesoros, es una riqueza inmensa de todo género de preciosidades.
10
¡Saqueo, pillaje, devastación, corazones llenos de espanto, rodillas temblorosas, estremecimiento de ríñones, rostros demudados!
11
¿Dónde está el cubil de leones, la que era guarida de cachorros de león, adonde el león llevaba sus cachorros y donde nadie podía perturbarlos?
12
Arrebataba el león lo necesario para sus cachorros, estrangulaba para sus leonas y llenaba la caverna de presas, y su cubil de despojos.
13
Heme aquí contra ti, dice Yavé de los ejércitos. Yo convertiré en humo tus carros; la espada devorará a tus cachorros; raeré de la tierra tus rapiñas. Ya no se oirá más la voz de tus embajadores.

 

3
 
Los crímenes Nínive
 
1
¡Ay de la ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de violencia y de inexhaustas rapiñas!
2
¡Restallido de látigo, estruendoso rodar de ruedas, galopar de caballos y rebotar de carros, jinetes enhiestos, espadas relampagueantes, lanzas fulgurantes!
3
Muchedumbre de heridos, montones de cadáveres, cadáveres sin fin, por doquier se tropieza con ellos.
4
Por las numerosas fornicaciones de la ramera, de encantadores atractivos, maestra en brujerías, que con sus fornicaciones seducía a las naciones y con sus hechicerías engañaba a los pueblos.
5
Heme aquí contra ti, dice Yavé de los ejércitos; yo alzaré tus faldas hasta tu cara, descubriendo a las gentes tu desnudez y mostrando a los reinos tus vergüenzas.
6
Arrojaré sobre ti tus inmundicias, te cubriré de ignominia y te daré en espectáculo.
7
Y sucederá que cuantos te vean se apartarán de ti, diciendo: ¡Ha sido destruida Nínive! ¿Quién se compadecerá de ella? ¿Dónde buscaré consoladores?
8
¿Eres tú mejor que No-Amón, la que se asentaba entre ríos, la rodeada de aguas, cuyo baluarte era el mar y cuyas murallas eran las aguas?
9
Su fuerza eran Etiopía y Egipto, no tenía fin; Put y Libia eran sus mercenarios,
10
y, con todo, se fue prisionera al desierto, y sus niños fueron estrellados en las encrucijadas de todas sus calles, y sus nobles fueron echados a suertes, y sus grandes fueron cargados de cadenas.
11
También tú serás embriagada, serás objeto de escarnio; también tú irás en busca de un refugio contra el enemigo.
12
Todas tus plazas fuertes son higueras con brevas, que al sacudirse caen en la boca de quien las come.
13
He aquí que tu pueblo es en medio de ti como mujeres. Las puertas de tu país se abren de par en par al enemigo; el fuego devora las barras de tus puertas.
14
Abastécete de agua para el asedio, fortifica tus plazas, pisa el barro, amasa la arcilla y coge el molde de los ladrillos.
15
Allí te devorará el fuego, allí te exterminará la espada, te devorará como te devora la langosta. Multiplícate como la langosta, amontónate como el saltamonte.
16
Multiplicaste tus mercaderes más que las estrellas del cielo; la langosta se deslarva y se va.
17
Tus dignatarios son como saltamontes, y tus escribas como enjambre de langostas, que en día de frío se amontonan sobre el vallado, sale el sol y levantan el vuelo, sin que pueda conocerse el lugar adonde se fueron.
18
Tus pastores, ¡oh rey de Asur!, están dormidos; tus grandes, tumbados; tu pueblo está disperso por los montes, sin que haya quien le congregue.
19
Tu ruina no tiene remedio, tu herida es incurable. Cuantos oigan hablar de ti batirán palmas por tu causa, porque ¿sobre quién no descargó sin tregua tu maldad?
 

 

C.R.Y&S