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CRISTO RAUL CONTRA EL ANTICRISTO

LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

CREACION DEL UNIVERSO SEGUN EL GÉNESIS

 

 
 

ANTIGUO TESTAMENTO

LA SAGRADA BIBLIA

NUEVO TESTAMENTO

Profeta

HABACUC

 
PRIMERA PARTE
 
JUICIO DE DIOS SOBRE LAS NACIONES POR MEDIO DE LOS CALDEOS
1
 
¿Cómo es que triunfa la violencia y la injusticia?
 
1
Oráculo que vio Habacuc profeta:
2
¿Hasta cuándo, ¡oh Yavé!, suplicaré sin que me oigas; clamaré a ti: ¡Violencia!, sin que envíes tu salvación?
3
¿Por qué me haces ver la iniquidad, y soportas la vista de la aflicción, y la opresión y la violencia se hallan ante mí, y surgen la querella y la discordia?
4
Por eso se embota la ley, y el derecho no resplandece, pues el impío asedia al justo; por ello el derecho se tuerce.
 
 
El juicio de Yavé sobre las naciones por medio de los caldeos
 
5
Mirad a las naciones y ved, y quedaréis sobrecogidos y estupefactos, pues está para cumplirse en vuestros días una obra que, si os la contaran, no la creeríais.
6
Pues he aquí que voy a suscitar a los caldeos, pueblo feroz y arrebatado, que marchará por las anchuras de la tierra para conquistar moradas ajenas.
7
Es espantoso y terrible; su derecho y su elación sólo de él emanan.
8
Sus caballos son más ligeros que el tigre, más voraces que lobos nocturnos. Sus jinetes avanzan con insolencia, sus caballos vienen de lejos, volando como el águila que se precipita para devorar.
9
Todos llegan para entregarse a la violencia. Sus rostros ardientes son como viento solano y amontonan cautivos como arena.
10
Se burla de los reyes, se mofa de los príncipes, se ríe de todas las plazas fuertes; alza un terraplén y las toma;
11
luego el huracán muda de dirección y pasa. Es un criminal que hace de la fuerza su dios.
12
¿No eres tú desde antiguo Yavé, mi Dios, mi Santo, tú que no puedes morir? Tú, Yavé, no dejarás perecer al que estableciste para la justicia y lo fundaste como roca para castigar.
13
Muy limpio eres tú de ojos para contemplar el mal, y no puedes soportar la vista de la miseria. ¿Por qué, pues, miras a los pérfidos y callas, mientras el impío devora al que es más justo que él,
14
como si hicieras a los hombres semejantes a los peces del mar o a los reptiles de la tierra, que no tienen dueño?
15
El lo pesca todo con sus anzuelos, lo apresa en sus mallas, lo recoge en sus redes, y por ello se alegra y regocija.
16
Por eso ofrece sacrificios a sus mallas, y ofrendas humeantes a sus redes, pues por ellas acrecienta su provisión y es pingüe su comida;
17
y vacía sin tregua su red, asesinando sin piedad a los pueblos.
   
2
 
Respuesta de Dios
 
1
Yo me estaré de pie en mi puesto de guardia, en pie permaneceré sobre la fortaleza, y me mantendré alerta a ver qué me dice y qué responde a mi querella.
2
Yavé me respondió diciendo: Escribe la visión y grábala en tabletas, de modo que pueda leerse de corrido.
3
Porque la visión es para tiempo fijado, y ciertamente ha de realizarse sin falta; espérala, que ciertamente llegará, no faltará.
4
He aquí que sucumbe el que no tiene alma recta, mas el justo por su fidelidad vivirá.
5
¡Ciertamente la riqueza es pérfida, como el hombre insolente que no se aquieta, que ensancha su alma como el seol, y es insaciable como la muerte, y se apodera de todas las naciones, y amontona en torno a sí a todos los pueblos!
6
¿No habrán de pronunciar todos éstos contra él proverbios, burlas y sátiras, diciendo: ¡Ay del que amontona lo que no es suyo (¿Hasta cuándo será?) y acrecienta sobre él deudas!
7
¿No se alzarán de repente tus acreedores, no se levantarán tus exactores, y serás presa de ellos?
8
Porque has despojado a muchas gentes, todos los pueblos que quedan te despojarán a ti por la sangre humana derramada y la violencia hecha al país, a la ciudad y cuantos en ella habitan.
9
¡Ay del que codicioso enriquece injustamente su casa y quiere poner muy alto su nido para escapar al infortunio!
10
Has tramado lo que es vergonzoso para tu casa, asolaste a muchos pueblos, y tu alma ha pecado,
11
porque chilla en el muro la piedra y la responde en el enmaderado la viga.
12
¡Ay del que edifica con sangre la ciudad y la cimenta sobre la iniquidad!
13
¿No es de Yavé de los ejércitos que los pueblos trabajan para el fuego y las gentes se fatigan por la vanidad?
14
Llenaráse la tierra del conocimiento de la gloria de Yavé como las aguas llenan el mar.
15
¡Ay del que da a beber a su prójimo y derrama su veneno hasta embriagarlo para contemplar sus desnudeces!
16
¡Estás saciado de ignominia en vez de honra! ¡Bebe a tu vez y tambaléate! A ti se te dará el cáliz de la diestra de Yavé, y en vez de gloria, vergüenza.
17
Porque la violencia hecha al Líbano te cubrirá, y la destrucción de los animales te será causa de terror por la sangre humana derramada y la violencia hecha al país, a la ciudad y a cuantos en ella habitan.
18
¿De qué sirve la escultura que su autor esculpió, de qué la imagen fundida y el oráculo mendaz para que el que la hizo ponga la confianza en ella, por haberse fabricado ídolos mudos?
19
¡Ay del que dice al leño: “¡Despierta!”, y a la piedra: “¡Levántate!” Esos no enseñan sino a enmudecer. He aquí que están cubiertos de oro y de plata, pero no hay en ellos el menor hálito de vida.
20
Yavé mora en su santo recinto. Calla ante él, ¡oh tierra toda!
   
 
SEGUNDA PARTE
 
ORACIÓN DEL PROFETA
3
 
Plegaria y canto triunfal del Profeta
 
1
Plegaria de Habacuc, profeta, en el tono de shiguinot.
2
Yo, ¡oh Yavé!, oí tu renombre y he temido, ¡oh Yavé!, tus obras. Dales existencia en el transcurso de los años, manifiéstalas en medio de los tiempos. En la ira acuérdate de la misericordia.
3
Llega Dios de Temán, y el Santo del monte Farán. (Selah). Su majestad cubre los cielos, y la tierra se llena de su gloria.
4
Su resplandor es como la luz; de sus manos salen como cuernos, con que vela su poder.
5
Delante de El va la mortandad, y a su zaga va el azote.
6
Si se detiene, hace temblar la tierra, y si mira, se conmueven las naciones. Los montes eternos se resquebrajan, se abajan los eternos collados, sus antiguos caminos.
7
Llenas de terror veo las tiendas de Kusán, tiemblan los campamentos de Madián.
8
¿Acaso, Yavé, se enciende tu ira contra los ríos o es contra los mares tu furor cuando subes sobre tus caballos, sobre tus carros de victoria?
9
Pones al desnudo tu arco y llenas de saetas tu aljaba. (Selah). Hiendes con torrentes la tierra.
10
A tu vista tiemblan las montañas, irrumpen diluvios de aguas, alza su voz el abismo del mar, hacia la altura sus manos eleva.
11
El sol y la luna se quedan en su morada ante la luz de tus saetas, ante el resplandor de tu lanza fulgurante.
12
En tu ira huellas la tierra, en tu furor trillas los pueblos.
13
Sales a campaña para salvar a tu pueblo, para libertar a tu ungido. Abates la cúspide de la casa del impío, desnudando sus cimientos hasta la roca. (Selah)
14
Atraviesas con tus lanzas las cabezas de sus guerreros, que irrumpen para desbaratarme, exultan como quien devora al desvalido en secreto.
15
Te sumerges en la mar con tus caballos, en el hervidero de las grandes aguas.
16
Y lo oí y se estremecieron mis entrañas; al estruendo temblaron mis labios, se reblandecieron mis huesos, y mis pasos se hicieron vacilantes. Tranquilo espero el día de la aflicción, que vendrá sobre el pueblo que nos oprime,
17
Que no dé sus yemas la higuera ni sus frutos la vid, falte la cosecha del olivo y no den mantenimiento los campos. Desaparezcan las ovejas del redil y no haya bueyes en los establos;
18
yo me alegraré en Yavé y me gozaré en el Dios de mi salvación.
19
Yavé, mi Señor, es mi fortaleza, que me da pies como de ciervo y me hace correr por las alturas. Al maestro de canto. A las cuerdas.
   

 

C.R.Y&S