| ANTIGUO TESTAMENTO. PENTATEUCOGENESIS CUARTA PARTEHISTORIA DE JOSÉ Y SUS HERMANOS  
          
            
              | Capítulo 37 |  
              |  | José |  
              |  |  |  
              | 1 | Habitó 
                
                Jacob en la tierra por donde peregrinó su padre, en la tierra 
                
                de Canán. |  
              | 2 | Esta 
                
                es la historia de Jacob: Cuando tenía José diecisiete años, 
                
                siendo todavía un niño, iba con sus hermanos, los hijos de Bala 
                
                y los hijos de Zelfa, mujeres de su padre, a apacentar el ganado, 
                
                e hizo llegar José a su padre la pésima fama de aquéllos.  |  
              | 3 | Israel 
                
                amaba a José más que a todos sus otros hijos, por ser el hijo 
                
                de su ancianidad, y le hizo una túnica talar. |  
              | 4 | Viendo 
                
                sus hermanos que su padre le amaba más que a todos, llegaron 
                
                a odiarle, y no podían hablarle amistosamente. |  
              | 5 | Tuvo 
                
                también José un sueño, que contó a sus hermanos y que acrecentó 
                
                más todavía el odio de éstos contra él.  |  
              | 6 |  Díjoles: “Oíd, si queréis, este sueño que he tenido.  |  
              | 7 |  Estábamos nosotros en el campo atando haces, y vi que se levantaba 
                
                mi haz y se tenía en pie, y los vuestros lo rodeaban y se inclinaban 
                
                ante el mío, adorándole.” |  
              | 8 | Y 
                
                sus hermanos le dijeron: “¿Es que vas a reinar sobre nosotros 
                
                y vas a dominarnos?” Estos sueños y las palabras de José fueron 
                
                causa de que le odiaran todavía más.  |  
              | 9 | Tuvo 
                
                José otro sueño, que contó también a sus hermanos, diciendo: 
                
                “He aquí que he tenido otro sueño, y he visto que el sol, la 
                
                luna y once estrellas me adoraban.” |  
              | 10 | Contó 
                
                el sueño a su padre y a sus hermanos, y aquél le increpó, diciéndole: 
                
                “¿Qué sueño es ese que has soñado? ¿Acaso vamos a postrarnos 
                
                en tierra ante ti yo, tu madre y tus hermanos?”  |  
              | 11 | Sus 
                
                hermanos le envidiaban, pero a su padre le daba esto que pensar.  |  
              | 12 | Fueron 
                
                sus hermanos a apacentar el ganado de su padre en Siquem,  |  
              | 13 | y 
                
                dijo Israel a José: “Tus hermanos están apacentando en Siquem. 
                
                Ven que te mande a ellos.” El respondió: “Heme aquí.” |  
              | 14 | “Pues 
                
                vete a ver si están bien tus hermanos y el ganado, y vuelve 
                
                a decírmelo.” Y le envió desde el valle de Hebrón, y se dirigió 
                
                José a Siquem.  |  
              | 15 | Encontróle 
                
                un hombre errando por el campo y le preguntó: “¿Qué buscas?”  |  
              | 16 | Y 
                
                él le contestó: “A mis hermanos busco. Haz el favor de decirme 
                
                dónde están apacentando.” |  
              | 17 | Contestóle 
                
                el hombre: “Se han ido de aquí, pues les oí decir: Vamonos a 
                
                Dotayin.”  |  
              | 18 | Viéronle 
                
                ellos desde lejos, antes que a ellos se aproximara, y concibieron 
                
                el proyecto de matarle. |  
              | 19 | Dijéronse 
                
                unos a otros: “Mirad, ahí viene el de los sueños; |  
              | 20 | vamos 
                
                a matarle y le arrojaremos a uno de estos pozos, y diremos que 
                
                le ha devorado una fiera; así veremos de qué le sirven los sueños.” |  
              | 21 | Rubén, 
                
                que esto oía, quería librarle de sus manos, y les dijo: “Matarle, 
                
                no;  |  
              | 22 | no 
                
                vertáis sangre; arrojadle a ese pozo que hay en el desierto 
                
                y no pongáis las manos sobre él.” Quería librarle de sus manos 
                
                para devolverlo a su padre. |  
              | 23 | Cuando 
                
                llegó José hasta sus hermanos, despojáronle de la túnica, la 
                
                túnica talar que llevaba,  |  
              | 24 | y, 
                
                agarrándole, le arrojaron al pozo, un pozo vacío que no tenía 
                
                agua.  |  
              |  |  |  
              |  | José 
                
                vendido por sus hermanos |  
              |  |  |  
              | 25 | Sentáronse 
                
                a comer, y, alzando los ojos, vieron venir una caravana de ismaelitas 
                
                que venía de Galad, cuyos camellos iban cargados de estoraque, 
                
                tragacanto y láudano, que llevaban a Egipto;  |  
              | 26 | y 
                
                dijo Judá a sus hermanos: “¿Qué sacaríamos de matar a nuestro 
                
                hermano y ocultar su sangre?  |  
              | 27 | Vamos 
                
                a vendérselo a esos ismaelitas y no pongamos en él nuestra mano, 
                
                pues es hermano nuestro y carne nuestra.” Asintieron sus hermanos;  |  
              | 28 | y, 
                
                cuando pasaban los mercaderes madianitas, sacaron a José, subiéndole 
                
                del pozo, y por veinte monedas de plata se lo vendieron a los 
                
                ismaelitas, que le llevaron a Egipto. |  
              | 29 | Volvió 
                
                Rubén al pozo, pero no estaba en él José, y, rasgando sus vestiduras, |  
              | 30 | volvióse 
                
                a donde estaban sus hermanos, y dijo: “El niño no parece, ¿adonde 
                
                iré yo ahora?”  |  
              | 31 | Tomaron 
                
                la túnica talar de José y, matando un macho cabrío, la empaparon 
                
                en la sangre, |  
              | 32 | la 
                
                tomaron y se la llevaron a su padre, diciendo: “Esto hemos encontrado; 
                
                mira a ver si es o no la túnica de tu hijo.” |  
              | 33 | Reconociéndola 
                
                él, dijo: “La túnica de mi hijo es; una fiera le ha devorado, 
                
                ha despedazado enteramente a José.” |  
              | 34 | Rasgó 
                
                Jacob sus vestiduras, vistióse de saco e hizo duelo por su hijo 
                
                durante mucho tiempo. |  
              | 35 | Venían 
                
                todos sus hijos y sus hijas a consolarle; pero él rechazaba 
                
                todo consuelo, diciendo: “En duelo bajaré al sepulcro a mi hijo.” 
                
                Y su padre le lloraba. |  
              | 36 | Los 
                
                madianitas le vendieron en Egipto a Putifar, ministro del faraón 
                
                y jefe de la guardia.  |  
          
            
              |  |  |  
              |  | Capítulo 38 |  
              |  | Judá y Tamar |  
              |  |  |  
              | 1 | Sucedió por entonces que bajó Judá, apartándose de 
                
                sus hermanos, y llegó hasta un adulamita de nombre Jirá. |  
              | 2 | Vio allí a una cananea llamada Sué, y la tomó por 
                
                mujer, y entró a ella, |  
              | 3 | que concibió y parió un hijo, al que llamó Er. |  
              | 4 | Concibió de nuevo y parió un hijo, a quien llamó Onán;  |  
              | 5 | volvió a concebir, y parió un hijo, a quien llamó 
                
                Sela; cuando le parió éste, hallábase en Quizib. |  
              | 6 | Tomó Judá para Er, su primogénito, una mujer llamada 
                
                Tamar. |  
              | 7 | Er, primogénito de Judá, fue malo a los ojos de Yavé, 
                
                y Yavé le mató. |  
              | 8 | Entonces dijo Judá a Onán: “Entra a la mujer de tu 
                
                hermano y tómala, como cuñado que eres, para suscitar prole 
                
                a tu hermano.” |  
              | 9 | Pero Onán, sabiendo que la prole no era suya, cuando 
                
                entraba a la mujer de su hermano, se derramaba en tierra para 
                
                no dar prole a su hermano.  |  
              | 10 | Era malo a los ojos de Yavé lo que hacía Onán, y le 
                
                mató también a él. |  
              | 11 | Dijo entonces Judá a Tamar, su nuera: “Quédate como 
                
                viuda en casa de tu padre hasta que sea grande mi hijo Sela.” 
                
                Pues se decía: “No vaya a morir también éste como sus hermanos.” 
                
                Fuese, pues, Tamar y habitaba en casa de su padre. |  
              | 12 | Pasó mucho tiempo, y murió la hija de Sué, mujer de 
                
                Judá. Pasado el duelo por ella, subió Judá con su amigo Jirá, 
                
                el adulamita, al esquileo de su ganado a Tamna.  |  
              | 13 | Hiciéronselo saber a Tamar, diciéndole: “Mira, tu 
                
                suegro ha ido a Tamna al esquileo de su ganado.”  |  
              | 14 | Despojóse ella de sus vestidos de viuda, se cubrió 
                
                con un velo, y cubierta se sentó a la entrada de Enaím, en el 
                
                camino de Tamna, pues veía que Sela era ya mayor y no le había 
                
                sido dada por mujer.  |  
              | 15 | Judá, al verla, la tomó por una meretriz, pues tenía 
                
                tapada la cara.  |  
              | 16 | Dirigióse a donde estaba y le dijo: “Déjame entrar 
                
                a ti,” pues no conoció que era su nuera. Ella le respondió: 
                
                “¿Qué vas a darme por entrar a mí?”  |  
              | 17 | Y él contestó: “Te mandaré un cabrito del rebaño.” 
                
                Ella le dijo: Si me das una prenda hasta que lo mandes...”  |  
              | 18 | ¿Qué prenda quieres que te dé?,” le dijo él. Ella 
                
                contestó: “Tu sello, el cordón de que cuelga y el báculo que 
                
                llevas en la mano.” El se lo dio, y entró a ella, que concibió 
                
                de él.  |  
              | 19 | Luego se levantó, se fue y, quitándose el velo, volvió 
                
                a vestirse sus ropas de viuda.  |  
              | 20 | Mandó Judá el cabrito por medio de su amigo el adulamita, 
                
                para que retirase la prenda de manos de la mujer; pero éste 
                
                no la halló. |  
              | 21 | Preguntó a las gentes del lugar, diciendo: ¿Dónde 
                
                está la meretriz que se sienta en Enaím a la vera del camino?” 
                
                Y ellos le respondieron: “No ha habido aquí ninguna meretriz.” |  
              | 22 | Volvió, pues, a Judá y le dijo: “No la he hallado, 
                
                y las gentes del lugar me han dicho que no ha habido allí ninguna 
                
                meretriz.”  |  
              | 23 | Y dijo Judá: “Que se quede con ello, no vaya a burlarse 
                
                de nosotros; yo ya he mandado el cabrito y tú no la has hallado.”  |  
              | 24 | Al cabo de unos tres meses hicieron saber a Judá la 
                
                cosa, diciéndole: “Tamar, tu nuera, se ha prostituido, y de 
                
                sus prostituciones está encinta.” Judá contestó: “Sacadla y 
                
                quemadla.” |  
              | 25 | Cuando la sacaban, mandó ella a decir a su suegro: 
                
                “Del hombre cuyas son estas cosas estoy encinta. Mira a ver 
                
                de quién son ese anillo, ese cordón y ese báculo.”  |  
              | 26 | Los reconoció Judá, y dijo: “Mejor que yo es ella, 
                
                pues no se la he dado a Sela, mi hijo.” Pero no volvió a conocerla 
                
                más.  |  
              | 27 | Cuando llegó el tiempo del parto, tenía en el seno 
                
                dos gemelos.  |  
              | 28 | Al darlos a luz, sacó uno de ellos una mano, y la 
                
                partera la tomó, y ató a ella un hilo rojo, diciendo: “Este 
                
                ha sido el primero en salir”; |  
              | 29 | pero él retiró la mano y salió su hermano. “¡Vaya 
                
                rotura que has hecho!,” dijo ella, y le llamó Fares;  |  
              | 30 | luego salió su hermano, que tenía el hilo atado a 
                
                la mano, y le llamó Zaraj.  |  
          
            
              |  |  
              | Capítulo 39 |  
              |  | José en Egipto |  
              |  |  |  
              | 1 | Entre tanto, a José, que había sido llevado a Egipto 
                
                y comprado a los ismaelitas por Putifar, ministro del faraón 
                
                y jefe de la guardia, egipcio, |  
              | 2 | le protegió Yavé, que hizo prosperar todas sus cosas. 
                
                Estaba en casa de su señor, el egipcio |  
              | 3 |  que vio que Yavé estaba con él, y que todo cuanto 
                
                hacía, Yavé lo hacía prosperar por su mano. |  
              | 4 | Halló, pues, José gracia a los ojos de su señor, y 
                
                le servía a él. |  
              | 5 | Hízole mayordomo de su casa, y puso en su mano todo 
                
                cuanto tenía. Bendijo Yavé por José a la casa de Putifar, y 
                
                derramó Yavé su bendición sobre todo cuanto tenía en casa y 
                
                en el campo,  |  
              | 6 | y él lo dejó todo en mano de José, y no se cuidaba 
                
                de nada, a no ser de lo que comía. Era José de hermosa presencia 
                
                y bello rostro.  |  
              |  |  |  
              |  | Castidad de José  |  
              |  |  |  
              | 7 | Sucedió después de todo esto que la mujer de su señor 
                
                puso en él sus ojos, y le dijo: “Acuéstate conmigo.”  |  
              | 8 | Rehusó él, diciendo a la mujer de su señor: “Cuando 
                
                mi señor no me pide cuentas de nada de la casa y ha puesto en 
                
                mi mano cuanto tiene, |  
              | 9 | y no hay en esta casa nadie superior a mí, sin haberse 
                
                reservado él nada fuera de ti, por ser su mujer, ¿voy a hacer 
                
                yo una cosa tan mala y a pecar contra Dios?”  |  
              | 10 | Y como hablase ella a José un día y otro día, y ni 
                
                la escuchase él, negándose a acostarse con ella y aun a estar 
                
                con ella, |  
              | 11 | un día que entró José en la casa para cumplir con 
                
                su cargo, y no había nadie en ella,  |  
              | 12 | le agarró por el manto, diciendo: “Acuéstate conmigo.” 
                
                Pero él, dejando en su mano el manto, huyó y se salió de la 
                
                casa.  |  
              | 13 | Viendo ella que había dejado el manto en sus manos 
                
                y se había ido huyendo,  |  
              | 14 | se puso a gritar, llamando a las gentes de su casa, 
                
                y les dijo a grandes voces: “Mirad, nos han traído a ese hebreo 
                
                para que se burle de nosotros; ha entrado a mí para acostarse 
                
                conmigo,  |  
              | 15 | y cuando vio que yo alzaba mi voz para llamar, ha 
                
                dejado su manto junto a mí y ha huido fuera de la casa.”  |  
              | 16 | Dejó ella el manto de José cerca de sí, hasta que 
                
                vino su señor a casa,  |  
              | 17 | y le habló así: “Ese siervo hebreo que nos has traído 
                
                ha entrado a mí para burlarse de mí,  |  
              | 18 | y cuando vio que alzaba mi voz y llamaba, dejó junto 
                
                a mí su manto y huyó fuera.” |  
              | 19 |  Al 
                
                oír su señor lo que le decía su mujer, esto y esto es lo que 
                
                me ha hecho tu siervo, montó en cólera, |  
              | 20 | y, apresando a José, le metió en la cárcel donde estaban 
                
                encerrados los presos del rey, y allí en la cárcel quedó José. |  
              |  |  |  
              |  | José en la cárcel |  
              |  |  |  
              | 21 | Pero estaba Yavé con José, y extendió sobre él su 
                
                favor, haciéndole grato a los ojos del jefe de la cárcel,  |  
              | 22 | que puso en su mano a todos los allí presos; y cuanto 
                
                allí se hacía, era él quien lo hacía. |  
              | 23 | De nada se cuidaba por sí el jefe de la cárcel, porque 
                
                estaba Yavé con José, y cuanto hacía éste, Dios lo hacía prosperar.  |  
          
            
              |  |  
              | Capítulo 40 |  
              |  |  José en prisión |  
              |  |  |  
              | 1 | Sucedió después que, habiendo faltado contra su señor, 
                
                el rey de Egipto, el copero y el repostero del rey,  |  
              | 2 | se encolerizó el faraón contra sus dos ministros, el 
                
                jefe de loscoperos y el jefe de los reposteros, |  
              | 3 | y los encarceló en la casa del jefe de la guardia, 
                
                en la cárcel donde estaba preso José. |  
              | 4 | Púsolos el jefe de la guardia bajo la custodia de José, 
                
                y éste les servía el tiempo que estuvieron en la cárcel. |  
              | 5 | El jefe de los coperos y el jefe de los reposteros 
                
                del rey de Egipto, que estaban presos en la cárcel, tuvieron 
                
                ambos un sueño la misma noche, cada uno el suyo; y cada sueño 
                
                de diversa significación.  |  
              | 6 | Cuando por la mañana vino a ellos José y los vio tristes,  |  
              | 7 | preguntó a los dos ministros que con él estaban presos 
                
                en la casa de su señor, diciéndoles: “¿Por qué tenéis hoy mala 
                
                cara?” |  
              | 8 | Ellos le contestaron: “Hemos tenido un sueño y no hay 
                
                quien lo interprete.” Díjoles José: “¿No es de Dios la interpretación 
                
                de los sueños? Contádmelo, si queréis.”  |  
              | 9 | El jefe de los coperos contó a José su sueño, diciéndole: 
                
                “En mi sueño tenía ante mí una vid  |  
              | 10 | con tres sarmientos, que estaban como echando brotes, 
                
                subían y florecían y maduraban sus racimos.  |  
              | 11 | Tenía en mis manos la copa del faraón, y, tomando los 
                
                racimos, los exprimí en la copa del faraón y la puse en sus 
                
                manos.”  |  
              | 12 | José le dijo: “Esta es la interpretación del sueño: 
                
                los tres sarmientos son tres días.  |  
              | 13 | Dentro de tres días, el faraón exaltará tu cabeza, 
                
                y te restablecerá en tu cargo, y pondrás la copa del faraón 
                
                en sus manos, como antes lo hacías, cuando eras copero. |  
              | 14 | A ver si te acuerdas de mí cuando te vaya bien, y me 
                
                haces la gracia de recordarme al faraón para que me saque de 
                
                esta casa,  |  
              | 15 | pues he sido furtivamente sacado de la tierra de los 
                
                hebreos, y aun aquí nada he hecho para que me metieran en prisión. |  
              | 16 | Viendo el jefe de los reposteros cuán favorablemente 
                
                había interpretado el sueño, dijo a José: “Pues he aquí el mío: 
                
                Llevaba yo sobre mi cabeza tres canastillas de pan blanco. |  
              | 17 | En el canastillo de encima había toda clase de pastas 
                
                de las que hacen para el faraón los reposteros, y las aves se 
                
                las comían del canastillo que llevaba sobre mi cabeza.” |  
              | 18 | Contestó José diciendo: “Esta es la interpretación: 
                
                los tres canastillos son tres días. |  
              | 19 | Dentro de tres días te quitará el faraón la cabeza 
                
                y te colgará de un árbol, y comerán las aves tus carnes.” |  
              | 20 | Al día tercero, que era el del natalicio del faraón, 
                
                dio éste un banquete a todos sus servidores, y en medio de ellos 
                
                trajo a la memoria al jefe de los coperos y al jefe de los reposteros,  |  
              | 21 | restableciendo al jefe de los coperos en su cargo de 
                
                poner la copa en manos del faraón,  |  
              | 22 | y colgando al jefe de los reposteros, como lo había 
                
                interpretado José. |  
              | 23 | Pero el jefe de los coperos no se acordó más de José, 
                
                sino que se olvidó de él.  |  
          
            
              |  |  
              | Capítulo 41 |  
              |  | Interpreta José los sueños del faraón |  
              |  |  |  
              | 1 | Al cabo de dos años soñó el faraón que estaba a orillas 
                
                del río, |  
              | 2 | y veía subir de él siete vacas hermosas y muy gordas, 
                
                que se pusieron a pacer la verdura de la orilla; pero he aquí 
                
                que después subieron del río |  
              | 3 |  otras siete vacas feas y muy flacas, y se pusieron 
                
                junto a las siete que estaban a la orilla del río, |  
              | 4 | y las siete vacas feas y flacas se comieron a las siete 
                
                hermosas y gordas; y el faraón se despertó.  |  
              | 5 | Volvió a dormirse, y por segunda vez soñó que veía 
                
                siete espigas que salían de una sola caña de trigo muy granadas 
                
                y hermosas;  |  
              | 6 | pero detrás de ellas brotaron siete espigas flacas 
                
                y quemadas por el viento solano, |  
              | 7 | y las siete espigas flacas y quemadas devoraron a las 
                
                siete espigas hermosas y granadas, y se despertó el faraón. 
                
                Este fue el sueño.  |  
              | 8 | A la mañana estaba perturbado su espíritu y mandó llamar 
                
                a todos los adivinos y a todos los sabios de Egipto; les contó 
                
                su sueño, pero no hubo quien lo interpretara.  |  
              | 9 | Entonces habló al faraón el jefe de los coperos, diciendo: 
                
                “Ahora me acuerdo de mi falta. |  
              | 10 | Estaba el faraón irritado contra sus siervos, y nos 
                
                había hecho encerrar en la casa del jefe de la guardia a mí 
                
                y al jefe de los reposteros.  |  
              | 11 | Tuvimos ambos un sueño, la misma noche yo y él, cada 
                
                uno el suyo y de distinta interpretación. |  
              | 12 | Estaba allí con nosotros un joven hebreo, siervo del 
                
                jefe de la guardia, y le contamos nuestros sueños, y él nos 
                
                dio la interpretación; a cada uno le interpretó el suyo,  |  
              | 13 | y como lo interpretó él, así nos sucedió: yo fui restablecido 
                
                en mi cargo y él fue colgado.”  |  
              | 14 | Mandó, pues, el faraón llamar a José, y apresuradamente 
                
                le sacaron de la prisión. Se cortó el pelo, se mudó de ropas 
                
                y se fue a ver al faraón.  |  
              | 15 | Este le dijo: “He tenido un sueño, y no hay quien me 
                
                lo interprete, y he oído decir de ti que en cuanto oyes un sueño 
                
                lo interpretas.”  |  
              | 16 | José respondió: “No yo; Dios será el que dé una respuesta 
                
                favorable al faraón.”  |  
              | 17 | Habló, pues, el faraón a José: “Este es mi sueño: Estaba 
                
                yo en la ribera del río, |  
              | 18 | y vi subir del río siete vacas gordas y hermosas, que 
                
                se pusieron a pacer en la verdura de la orilla; |  
              | 19 | y he aquí que detrás de ellas subían otras siete vacas 
                
                malas, feas y flacas, como no las he visto en toda la tierra 
                
                de Egipto, |  
              | 20 | y las vacas malas y feas se comieron a las primeras 
                
                siete vacas gordas, |  
              | 21 | que entraron en su vientre sin que se conociera que 
                
                habían entrado, pues el aspecto de aquéllas siguió siendo tan 
                
                malo como al principio. Y me desperté. |  
              | 22 | Vi también en sueños que salían de una misma caña siete 
                
                espigas granadas y hermosas,  |  
              | 23 | y que salían de ella siete espigas malas, secas y quemadas 
                
                del viento solano,  |  
              | 24 | y las siete espigas secas devoraron a las siete hermosas. 
                
                Se lo he contado a los adivinos y no ha habido quien me lo explique.”  |  
              | 25 | José dijo al faraón: “El sueño del faraón es uno solo. 
                
                Dios ha dado a conocer al faraón lo que va a hacer. |  
              | 26 | Las siete vacas hermosas son siete años, y las siete 
                
                espigas hermosas son siete años; el sueño es uno solo.  |  
              | 27 | Las siete vacas flacas y malas que subían detrás de 
                
                las otras son otros siete años, y las siete espigas secas y 
                
                quemadas del viento solano son siete años de hambre.  |  
              | 28 | Es lo que he dicho al faraón: que Dios le ha hecho 
                
                ver lo que va a hacer. |  
              | 29 | Vendrán siete años de gran abundancia en toda la tierra 
                
                de Egipto, |  
              | 30 | y detrás de ellos vendrán siete años de escasez, que 
                
                harán se olvide toda la abundancia en la tierra de Egipto, y 
                
                el hambre consumirá la tierra. |  
              | 31 | No se conocerá la abundancia en la tierra a causa de 
                
                la escasez, porque ésta será muy grande.  |  
              | 32 | Cuanto a la repetición del sueño al faraón por dos 
                
                veces, es que el suceso está firmemente decretado por Dios, 
                
                y que Dios se apresurará a hacerlo. |  
              | 33 | Ahora, pues, busque el faraón un hombre inteligente 
                
                y sabio y póngale al frente de la tierra de Egipto.  |  
              | 34 | Nombre el faraón intendentes que visiten la tierra 
                
                y recojan el quinto de la cosecha de la tierra de Egipto en 
                
                los tiempos de la abundancia; |  
              | 35 | reúnan el producto de los años buenos que van a venir, 
                
                y hagan acopio de trigo a disposición del faraón,  |  
              | 36 | para mantenimiento de las ciudades, y consérvelo para 
                
                que sirva a la tierra de reserva para los siete años de hambre 
                
                que vendrán sobre la tierra de Egipto, y no perezca de hambre 
                
                la tierra.”  |  
              | 37 | Parecieron muy bien estas palabras al faraón y a toda 
                
                su corte,  |  
              | 38 | y el faraón dijo a sus cortesanos: “¿Podríamos, por 
                
                ventura, encontrar un hombre como éste, lleno del espíritu de 
                
                Dios?”  |  
              | 39 | y dijo a José: “Toda vez que Dios te ha dado a conocer 
                
                estas cosas, no hay persona tan inteligente y sabia como tú. |  
              |  |  |  
              |  | José, Virrey de todo Egipto |  
              |  |  |  
              | 40 | Tú serás quien gobierne mi casa, y todo mi pueblo te 
                
                obedecerá; sólo por el trono seré mayor que tú,” |  
              | 41 | y añadió: “Mira, que te pongo sobre toda la tierra 
                
                de Egipto.” |  
              | 42 | Quitóse el faraón el anillo de su mano y lo puso en 
                
                la mano de José; hizo que le vistieran blancas vestiduras de 
                
                lino y puso en su cuello un collar de oro, |  
              | 43 | y mandó que, montado sobre el segundo de sus carros, 
                
                se gritara ante él abrek, y así fue puesto al frente 
                
                de toda la tierra de Egipto.  |  
              | 44 | Díjole también el faraón: “Yo soy el faraón, y sin 
                
                ti no alzará nadie mano ni pie en toda la tierra de Egipto.” |  
              | 45 | Llamó el faraón a José con el nombre de Zâfnat 
                
                Panêaj y le dio por mujer a Asenet, hija de Putifar, sacerdote 
                
                de On. Salió José por toda la tierra de Egipto.  |  
              | 46 | Tenía treinta años cuando se presentó al faraón, rey 
                
                de Egipto, y le dejó para recorrer toda la tierra de Egipto.  |  
              | 47 | La tierra produjo a montones durante los siete años 
                
                de abundancia,  |  
              | 48 | y José recogió el producto de los siete años que de 
                
                ella hubo en Egipto, y lo almacenó en las ciudades, depositando 
                
                en cada una de ellas los productos de los campos que la rodeaban,  |  
              | 49 | llegando a reunir tanto trigo como las arenas del mar; 
                
                en tan gran cantidad, que hubo que dejar de contar, porque no 
                
                podía contarse.  |  
              |  |  |  
              |  | Hijos de José |  
              |  |  |  
              | 50 | Antes que llegara el tiempo de la escasez, naciéronle 
                
                a José dos hijos, que le parió Asenet, hija de Putifar, sacerdote 
                
                de On.  |  
              | 51 | Dio al primero el nombre de Manasés, porque dijo: “Dios 
                
                me ha hecho olvidar todas mis penas y toda la casa de mi padre”;  |  
              | 52 | y al segundo le llamó Efraím, diciendo: “Dios me ha 
                
                dado fruto en la tierra de mi aflicción.”  |  
              |  |  |  
              |  | Medidas de gobierno durante la escasez |  
              |  |  |  
              | 53 | Acabáronse los siete años de abundancia que hubo en 
                
                Egipto,  |  
              | 54 | y comenzaron los siete años de escasez, como lo había 
                
                anunciado José; y hubo hambre en todas las tierras, mientras 
                
                había pan en toda la tierra de Egipto;  |  
              | 55 | y clamaba el pueblo al faraón por pan, y el faraón 
                
                decía a todos los egipcios: “Id a José y haced lo que os diga.”  |  
              | 56 | Cuando el hambre se extendió por toda la superficie 
                
                de aquella tierra, abrió José los graneros, y lo que en ellos 
                
                había se lo vendía a los egipcios, pues crecía el hambre en 
                
                la tierra de Egipto.  |  
              | 57 | De todas las tierras venían a Egipto a comprar a José, 
                
                pues el hambre era grande en toda la tierra.  |  
          
            
              |  |  
              | Capítulo 42 |  
              |  | Bajan a Egipto los hermanos de José en busca 
                
                de mantenimiento |  
              |  |  |  
              | 1 | Viendo Jacob que había trigo en Egipto, dijo a sus 
                
                hijos: “¿Qué estáis ahí mirándoos unos a otros?  |  
              | 2 | He oído decir que en Egipto hay trigo. Bajad, pues, 
                
                allá para comprárnoslo, y vivamos, y no muramos.” |  
              | 3 | Bajaron, pues, diez de los hermanos de José a Egipto 
                
                a comprar pan;  |  
              | 4 |  a Benjamín, el hermano de José, no le mandó Jacob 
                
                con sus hermanos por temor de que le sucediera alguna desgracia.  |  
              | 5 | Llegaron los hijos de Israel con otros que venían también 
                
                a comprar trigo, pues había hambre en toda la tierra de Canán. |  
              | 6 | Como era José el jefe de la tierra y el que vendía 
                
                el trigo a cuantos venían a comprarlo, los hermanos de José 
                
                entraron y se postraron ante él rostro a tierra. |  
              | 7 | Al verlos, José los reconoció, pero disimuló y les 
                
                habló con dureza, diciéndoles: “¿De dónde venís?”; y ellos respondieron: 
                
                “De la tierra de Canán para comprar mantenimientos.”  |  
              | 8 | Y aunque conoció José a sus hermanos, ellos no le reconocieron 
                
                a él. |  
              | 9 | Acordóse José de los sueños que les había contado, 
                
                y les dijo: “Vosotros sois unos espías que habéis venido a reconocer 
                
                las partes no fortificadas de la tierra.”  |  
              | 10 | Ellos le dijeron: “No, señor mío; tus siervos han venido 
                
                a comprar mantenimientos;  |  
              | 11 | todos nosotros somos hijos del mismo padre; somos gente 
                
                buena; no son tus siervos unos espías.”  |  
              | 12 | El repuso: “No; habéis venido a ver lo indefenso de 
                
                la tierra.”  |  
              | 13 | Ellos dijeron: “Eramos tus siervos doce hermanos, todos 
                
                del mismo padre en la tierra de Canán; el más pequeño se quedó 
                
                con nuestro padre y el otro no vive ya.”  |  
              | 14 | Insistió José: “Es lo que os he dicho: sois unos espías.”  |  
              | 15 | Pero voy a probaros. Por la vida del faraón que no 
                
                saldréis de aquí mientras no venga vuestro hermano menor.  |  
              | 16 | Mandad a uno de vosotros a buscar a vuestro hermano, 
                
                y los demás quedaréis aquí presos. Así probaré si lo que decís 
                
                es verdad, y si no, por la vida del faraón que sois unos espías.”  |  
              | 17 | Y les hizo meter a todos juntos en prisión por espacio 
                
                de tres días. |  
              | 18 | Al tercero les dijo José: “Haced esto y viviréis, pues 
                
                yo temo a Dios. |  
              | 19 | Si en verdad sois gente buena, que se quede uno de 
                
                los hermanos preso en la cárcel donde estáis, y los otros id 
                
                a llevar el trigo para remediar el hambre de vuestras casas, |  
              | 20 | y me traéis a vuestro hermano menor para probar la 
                
                verdad de vuestras palabras, y no moriréis.” |  
              | 21 | Ellos se dijeron unos a otros: “Ciertamente somos nosotros 
                
                reos de culpa contra nuestro hermano, a quien vimos con angustia 
                
                de su alma pedirnos compasión, y no le escuchamos. Por eso ha 
                
                venido sobre nosotros esta desventura.” |  
              | 22 | Rubén les dijo: “¿No os advertí yo, diciéndoos: No 
                
                pequéis contra el niño, y no me escuchasteis? Ved cómo ahora 
                
                se nos demanda su sangre.”  |  
              | 23 | Ellos no sabían que José les entendía, pues él les 
                
                había hablado por medio de intérprete.  |  
              | 24 | Alejóse José llorando, y, cuando volvió, les habló, 
                
                y eligió a Simeón entre ellos, y le hizo atar ante los ojos 
                
                de los otros.  |  
              |  |  |  
              |  | Vuelven a su padre Jacob  |  
              |  |  |  
              | 25 | Mandó José que llenaran de trigo sus sacos, que pusieran 
                
                en el de cada uno su dinero y les diesen provisiones para el 
                
                camino, y así se hizo. |  
              | 26 | Ellos cargaron el trigo sobre los asnos, y se partieron 
                
                de allí.  |  
              | 27 | Abrió uno de ellos el saco para dar pienso a su asno 
                
                en el lugar donde pernoctaron, y vio que su dinero estaba en 
                
                la boca del saco,  |  
              | 28 | y dijo a sus hermanos: “Me han devuelto mi dinero; 
                
                aquí está en mi saco.” Quedáronse estupefactos, y unos a otros 
                
                se decían temblando: “¿Qué será esto que ha hecho Dios con nosotros?” |  
              | 29 | Llegaron a Jacob, su padre, a la tierra de Canán, y 
                
                le contaron cuanto les había sucedido:  |  
              | 30 | “El hombre que es señor de aquella tierra nos habló 
                
                duramente y nos tomó por espías de la tierra.  |  
              | 31 | Nosotros le dijimos: Somos gente buena, no somos espías. |  
              | 32 | Eramos doce hermanos, hijos todos del mismo padre; 
                
                uno ha desaparecido, el más pequeño está con nuestro padre en 
                
                la tierra de Canán. |  
              | 33 | Y nos dijo el hombre señor de la tierra: Ved cómo sabré 
                
                que sois gente buena: dejad aquí a uno de vosotros, tomad con 
                
                que atender a la necesidad de vuestras casas, y partid;  |  
              | 34 | y traedme a vuestro hermano pequeño; así sabré que 
                
                no sois unos espías, sino gente buena. Entonces os devolveré 
                
                vuestro hermano y podréis recorrer la tierra.” |  
              | 35 | Cuando vaciaron los sacos, cada uno encontró el paquete 
                
                de su dinero en la boca de su saco, y, al ver los paquetes de 
                
                dinero, ellos y su padre se llenaron de temor.  |  
              | 36 | Jacob, su padre, les dijo: “¡Vais a dejarme sin hijos! 
                
                José desapareció, Simeón desapareció, y ¿vais a llevaros a Benjamín? 
                
                Todo esto ha venido sobre mí.”  |  
              | 37 | Rubén dijo a su padre: “Haz morir a mis dos hijos si 
                
                yo no te devuelvo a Benjamín. Entrégamelo, y yo te lo devolveré.” |  
              | 38 | El le contestó: “No bajará mi hijo con vosotros. Su 
                
                hermano murió, y no queda más que él. Si en el viaje que vais 
                
                a hacer le ocurre una desgracia, haréis descender en dolor mis 
                
                canas al sepulcro.” |  
          
            
              |  |  
              | Capítulo 43 |  
              |  | Viaje de Benjamín |  
              |  |  |  
              | 1 | Pero el hambre era ya muy grande en la tierra,  |  
              | 2 | y cuando se acabaron las provisiones que habían traído 
                
                de Egipto, les dijo su padre: “Volved a comprarnos algo que 
                
                comer.”  |  
              | 3 | Pero Judá le contestó: “Aquel hombre nos dijo terminantemente: 
                
                No me veréis si no traéis con vosotros a vuestro hermano menor.  |  
              | 4 | Si mandas con nosotros a nuestro hermano, bajaremos 
                
                y te compraremos provisiones;  |  
              | 5 | pero, si no, no bajaremos, pues el hombre aquel nos 
                
                dijo: No veréis mi rostro a no ser que venga con vosotros vuestro 
                
                hermano.”  |  
              | 6 | Y dijo Israel: “¿Por qué me habéis hecho ese mal, de 
                
                dar a conocer a aquel hombre que teníais otro hermano?”  |  
              | 7 | Y le contestaron: “Aquel hombre nos preguntó insistentemente 
                
                sobre nosotros y sobre nuestra familia, y nos dijo: ¿Vive todavía 
                
                vuestro padre? ¿Tenéis algún otro hermano?” Y nosotros contestamos 
                
                según las preguntas. ¿Sabíamos acaso que iba a decirnos: “Traed 
                
                a vuestro hermano”? |  
              | 8 | Y Judá dijo a Israel, su padre: “Deja ir al niño conmigo, 
                
                para que podamos ponernos en camino y podamos vivir y no muramos 
                
                nosotros, tú y nuestros pequeños.  |  
              | 9 | Yo te respondo de él; tú le reclamarás de mi mano, 
                
                y si no te lo vuelvo a traer y te lo pongo delante, seré reo 
                
                ante ti para siempre.  |  
              | 10 | Si no nos hubiéramos retrasado tanto, estaríamos ya 
                
                dos veces de vuelta,” |  
              | 11 | Israel, su padre, les dijo: “Si es así, haced esto: 
                
                tomad de los mejores productos de esta tierra en vuestro equipaje 
                
                y bajádselos al hombre aquel como presente: un poco de tragacanto, 
                
                un poco de miel, astrágalo, láudano, alfónsigos y almendras.  |  
              | 12 | Tomad dinero de nuevo, y el que hallasteis en la boca 
                
                de vuestro saco devolvedlo, pues quizá ha sido un error.  |  
              | 13 | Tomad a vuestro hermano e id y volved a ver a aquel 
                
                hombre. |  
              | 14 | Que el Dios omnipotente os haga hallar gracia ante 
                
                ese hombre para que deje volver a vuestro hermano y a Benjamín. 
                
                Cuanto a mí, si he de verme privado de mis hijos, sea.”  |  
              | 15 | Tomaron ellos el presente y el dinero doble y a Benjamín, 
                
                y bajaron a Egipto y se presentaron a José.  |  
              |  |  |  
              |  | José y Benjamín |  
              |  |  |  
              | 16 | Apenas vio José con ellos a Benjamín, dijo a su mayordomo: 
                
                “Lleva a casa a esos varones y prpara una buena comida, porque 
                
                comerán conmigo a mediodía.”  |  
              | 17 | El mayordomo hizo lo que le ordenó José, y conduzco 
                
                a aquellas hombres a casa.  |  
              | 18 | Mientras los llevaba a casa de José, llenos de temor, 
                
                se decían: “Es por lo del dinero que volvió en nuestros sacos 
                
                por lo que nos traen aquí para asaltarnos, caer sobre nosotros 
                
                y hacernos esclavos con nuestros asnos,”  |  
              | 19 | Acercándose al mayordomo, le dijeron a la entrada de 
                
                la casa:  |  
              | 20 | “Perdone, mi señor. Nosotros vinimos ya una vez a comprar 
                
                víveres.  |  
              | 21 | Al llegar al lugar donde a la vuelta pasamos la noche, 
                
                abrimos los sacos y vimos que el dinero de cada uno de nosotros 
                
                estaba justo a la boca de nuestros sacos.  |  
              | 22 | Hemos vuelto a traerlo con nosotros, y traemos al mismo 
                
                tiempo otra cantidad para comprar provisiones. Nosotros no sabemos 
                
                quién puso nuestro dinero en los sacos.”  |  
              | 23 | “Que sea la paz con vosotros - les dijo el mayordomo-; 
                
                no temáis. Ha sido vuestro Dios, el Dios de vuestro padre, el 
                
                que os puso ese tesoro en los sacos. Yo recibí vuestro dinero.”  |  
              | 24 | Hizo traer con ellos a Simeón, y después de hacerlos 
                
                entrar en la casa, les dio agua para que se lavaran los pies, 
                
                y dio también pienso a los asnos. |  
              | 25 | Ellos prepararon su presente, esperando que viniera 
                
                José a mediodía, pues habían sido advertidos de que comerían 
                
                allí.  |  
              | 26 | Vino José a casa, y le presentaron el regalo que habían 
                
                traído con ellos, postrándose ante él, rostro a tierra. |  
              | 27 | El les preguntó si estaban buenos y les dijo: “Vuestro 
                
                anciano padre, de quien me hablasteis, ¿vive todavía?”  |  
              | 28 | Ellos le contestaron: “Tu siervo, nuestro padre, está 
                
                bien, vive todavía,” y se inclinaron profundamente. |  
              | 29 | José alzó los ojos, y vio a Benjamín, su hermano, hijo 
                
                de su madre, y dijo: “¿Es este vuestro hermano pequeño, de quien 
                
                me habéis hablado?”; y añadió: “Que Dios te bendiga, hijo mío.” |  
              | 30 | Apresuróse José a buscar dónde llorar, pues se conmovieron 
                
                sus entrañas a la vista de su hermano, y se entró en su cámara, 
                
                y allí lloró. |  
              | 31 | Salió después de haberse lavado la cara, y, haciendo 
                
                esfuerzos por contenerse, dijo: “Servid la comida.” |  
              | 32 | Sirvieron a José aparte, aparte a sus hermanos y aparte 
                
                también a los egipcios que comían con él, pues los egipcios 
                
                no pueden comer con los hebreos, por ser esto para ellos cosa 
                
                abominable.  |  
              | 33 | Pusieron a los hermanos de José frente a él: el primogénito 
                
                según su primogenitura, y el más joven según su edad, y se miraban 
                
                atónitos unos a otros. |  
              | 34 | Cuando les pusieron delante las porciones, la de Benjamín 
                
                era cinco veces mayor que la de cada uno de los otros, y bebieron 
                
                y estuvieron muy alegres en compañía suya.  |  
          
            
              |  |  
              | Capítulo 44 |  
              |  | Benjamín sorprendido en hurto |  
              |  |  |  
              | 1 | José dio orden a su mayordomo de llenar cuanto pudiera 
                
                de víveres los sacos de aquellas gentes y de poner el dinero 
                
                de cada uno en la boca del saco. |  
              | 2 | “Pon también mi copa -le dijo-, la copa de plata, en 
                
                la boca del saco del más joven, juntamente con el dinero.” El 
                
                mayordomo hizo lo que le había mandado José. |  
              | 3 | Despuntaba el alba cuando despidieron a los hebreos 
                
                con sus asnos. |  
              | 4 | Habían salido de la ciudad, pero no estaban lejos, 
                
                cuando José dijo a su mayordomo: “Anda y sal en la persecución 
                
                de esas gentes, y, cuando les alcances, diles: “¿Por qué habéis 
                
                devuelto mal por bien? ¿Por qué me habéis robado la copa de 
                
                plata? |  
              | 5 | Es donde bebe mi señor y de la que se sirve para adivinar. 
                
                Habéis obrado muy mal.” |  
              | 6 | Cuando les alcanzó, les dijo estas mismas palabras. |  
              | 7 | Ellos le contestaron: “¿Por qué habla así mi señor? 
                
                Lejos de tus siervos hacer semejante cosa.  |  
              | 8 | Hemos vuelto a traerte desde la tierra de Canán el 
                
                dinero que hallamos a la boca de nuestros sacos; ¿cómo íbamos 
                
                a robar de la casa de tu señor plata ni oro?  |  
              | 9 | Aquel de tus siervos en cuyo poder sea hallada la copa, 
                
                muera, y seamos también nosotros esclavos de tu señor. |  
              | 10 | “Bien está, sea como decís. Aquel a quien se le encuentre 
                
                la copa será mi esclavo, y vosotros seréis inocentes.” |  
              | 11 | Bajó cada uno a tierra su saco a toda prisa, y lo abrió.  |  
              | 12 | El mayordomo los reconoció, comenzando por el del mayor 
                
                y acabando por el del más joven, y se halló la copa en el saco 
                
                de Benjamín.  |  
              | 13 | Rasgaron sus vestiduras, cargaron de nuevo los asnos 
                
                y volvieron a la ciudad.  |  
              | 14 | Judá llegó con sus hermanos a la casa de José, que 
                
                estaba allí todavía, y postráronse rostro a tierra,  |  
              | 15 | José les dijo: “¿Qué es lo que habéis hecho? ¿No sabíais 
                
                que un hombre como yo había de adivinarlo?”  |  
              | 16 | Judá respondió: “¿Qué vamos a decir, mi señor? ¿Cómo 
                
                hablar, cómo justificarnos? Dios ha hallado la iniquidad de 
                
                tus siervos, y somos esclavos tuyos, tanto nosotros cuanto aquel 
                
                en cuyo poder se ha hallado la copa.” |  
              | 17 | “Lejos de mí hacer eso -dijo José-; aquel a quien se 
                
                le ha encontrado la copa será mi esclavo; vosotros subiréis 
                
                en paz a vuestro padre.” |  
              | 18 | Acercóse entonces Judá y le dijo: “Por favor, señor 
                
                mío, que pueda decir tu siervo unas palabras en tu oído, sin 
                
                que contra tu siervo se encienda tu cólera, pues eres como otro 
                
                faraón. |  
              | 19 | Mi señor ha preguntado a tus siervos: ¿Tenéis padre 
                
                todavía y tenéis algún otro hermano? |  
              | 20 | Y nosotros contestamos: Tenemos un padre anciano y 
                
                tenemos otro hermano, hijo de su ancianidad. Tenía éste un hermano 
                
                que murió y ha quedado sólo él de su madre, y su padre le ama 
                
                mucho. |  
              | 21 | Tú dijiste a tus siervos: Traédmelo, que yo pueda verle. |  
              | 22 | Nosotros te dijimos: Mira, señor, no puede el niño 
                
                dejar a su padre; si le deja, morirá su padre. |  
              | 23 | Pero tú dijiste a tus siervos: Si no baja con vosotros 
                
                vuestro hermano menor, no veréis más mi rostro.  |  
              | 24 | Cuando subimos a tu servidor, mi padre, le dimos cuenta 
                
                de las palabras de mi señor;  |  
              | 25 | y cuando mi padre nos dijo: Volved a bajar para comprar 
                
                algunos víveres,  |  
              | 26 | le contestamos: No podemos bajar, a no ser que vaya 
                
                con nosotros nuestro hermano pequeño, pues no podemos presentarnos 
                
                ante ese hombre si nuestro hermano no nos acompaña. |  
              | 27 | Tu siervo, nuestro padre, nos dijo: Bien sabéis que 
                
                mi mujer me dio dos hijos;  |  
              | 28 | el uno salió de casa, y seguramente fue devorado, pues 
                
                no le he visto más;  |  
              | 29 | si me arrancáis también a éste y le ocurre una desgracia, 
                
                haréis bajar mis canas en dolor al sepulcro. |  
              | 30 | Ahora, cuando yo vuelva a tu siervo, mi padre, si no 
                
                va con nosotros el joven, de cuya vida está pendiente la suya,  |  
              | 31 | en cuanto vea que no está, morirá, y tus siervos habrán 
                
                hecho bajar en dolor al sepulcro las canas de tu siervo, nuestro 
                
                padre. |  
              | 32 | Tu siervo ha salido responsable del joven al tomarlo 
                
                a mi padre, y ha dicho: Si yo no le traigo otra vez, seré reo 
                
                ante mi padre para siempre. |  
              | 33 | Permíteme, pues, que te ruegue que quede tu siervo 
                
                por esclavo de mi señor en vez del joven, y que éste vuelva 
                
                con sus hermanos. |  
              | 34 | ¿Cómo voy a poder yo subir a mi padre si no llevo al 
                
                niño conmigo? No; que no vea yo la aflicción en que caerá mi 
                
                padre.” |  
          
            
              |  |  
              | Capítulo 45 |  
              |  | José se da a Conocer a sus Hermanos |  
              |  |  |  
              | 1 | Entonces José, viendo que no podía contenerse más ante 
                
                todos los que allí estaban, gritó: “¡Salgan todos!” No quedó 
                
                nadie con él cuando se dio a conocer a sus hermanos.  |  
              | 2 | Lloraba José tan fuertemente, que le oyeron los egipcios, 
                
                y lo oyó toda la casa del faraón. |  
              | 3 | “Yo soy José -les dijo-. ¿Vive todavía mi padre?” Pero 
                
                sus hermanos no pudieron contestarle, pues se llenaron de terror 
                
                ante él. |  
              | 4 | El les dijo: “Acercaos a mí.” Acercáronse ellos, y 
                
                les dijo: “Yo soy José, vuestro hermano, a quien vendisteis 
                
                para que fuese traído a Egipto. |  
              | 5 |  Pero no os aflijáis y no os pese haberme vendido para 
                
                aquí, pues para vuestra vida me ha traído Dios aquí antes de 
                
                vosotros.  |  
              | 6 | Van dos años de hambre en esta tierra, y durante otros 
                
                cinco no habrá arada ni cosecha.  |  
              | 7 | Dios me ha enviado delante de vosotros para dejaros 
                
                un resto sobre la tierra y haceros vivir para una gran salvación. |  
              | 8 | No sois, pues, vosotros los que me habéis traído aquí; 
                
                es Dios quien me trajo y me ha hecho padre del faraón y señor 
                
                de toda su casa y me ha puesto al frente de toda la tierra de 
                
                Egipto.  |  
              | 9 | Apresuraos, y subid a mi padre, y decidle: “Así dice 
                
                tu hijo José: Me ha hecho Dios señor de todo el Egipto; baja, 
                
                pues, a mí sin tardar,  |  
              | 10 | y habitarás en la tierra de Gosen, y estaréis cerca 
                
                de mí, tú, tus hijos y los hijos de tus hijos con tus rebaños, 
                
                tus vacadas y todo cuanto tienes; |  
              | 11 | allí te mantendré yo, pues quedan todavía otros cinco 
                
                años de hambre, y así no passareis hambre tú, tu casa y todo 
                
                cuanto tienes. |  
              | 12 | Con vuestros mismos ojos veis, y ve mi hermano Benjamín 
                
                con los suyos, que soy yo mismo el que os habla.  |  
              | 13 |  Contad a mi padre cuánta es mi gloria en Egipto y 
                
                todo cuanto habéis visto, y apresuraos a bajar aquí a mi padre.”  |  
              | 14 | Y se echó sobre el cuello de Benjamín, su hermano, 
                
                y lloró; y lloraba también Benjamín sobre el suyo.  |  
              | 15 | Besó también a todos sus hermanos, llorando mientras 
                
                los abrazaba, y después sus hermanos estuvieron hablando con 
                
                él.  |  
              | 16 | Corrió por la casa del faraón la voz de que habían 
                
                venido los hermanos de José, y se complacieron de ello el faraón 
                
                y sus cortesanos.  |  
              | 17 | Y dijo el faraón a José: “Di a tus hermanos: Haced 
                
                esto: cargad vuestros asnos, id a la tierra de Canán, |  
              | 18 | tomad a vuestro padre y vuestras familias y venid a 
                
                mí. Yo os daré lo mejor de la tierra de Egipto y comeréis lo 
                
                mejor de la tierra.  |  
              | 19 | Mandóles que llevasen de Egipto carros para sus hijos 
                
                y sus mujeres, traigan con ellos a su padre y vengan; |  
              | 20 | que no les pese de tener que dejar sus cosas, pues 
                
                suyo será lo mejor de la tierra de Egipto.” |  
              | 21 | Hicieron así los hijos de Israel, y les dio José carros, 
                
                según la orden del faraón, y provisiones para el camino. |  
              | 22 | Dióles también vestidos para mudarse, y a Benjamín 
                
                trescientas monedas de plata y cinco vestidos. |  
              | 23 | Mandó también a su padre asnos cargados con lo mejor 
                
                de Egipto, y diez asnos cargados de trigo, de pan y de víveres 
                
                para su padre, para el camino. |  
              | 24 | Después despidió a sus hermanos, que partían, diciéndoles: 
                
                “No vayáis a reñir en el camino.”  |  
              | 25 | Subieron, pues, de Egipto y llegaron a la tierra de 
                
                Canán, a Jacob, su padre,  |  
              | 26 | y le dijeron: “Vive todavía José y es el jefe de toda 
                
                la tierra de Egipto.”  |  
              | 27 | Pero él no se conmovió, pues no les creía. Dijéronle 
                
                cuanto les había mandado José y les había dicho; y al ver Jacob 
                
                los carros que le mandaba José para trasladarle, se reanimó,  |  
              | 28 | y dijo: “Basta, mi hijo vive todavía; iré y le veré 
                
                antes de morir.”  |  
          
            
              |  |  
              | Capítulo 46 |  
              |  | Jacob y sus Hijos en Egipto |  
              |  |  |  
              | 1 | Partióse Israel con todo cuanto tenía, y al llegar 
                
                a Berseba, ofreció sacrificios al Dios de su padre, Isaac. |  
              | 2 |  Dios habló a Israel en visión nocturna, diciéndole: 
                
                “Jacob, Jacob”; él contestó: “Heme aquí”;  |  
              | 3 | y le dijo: “Yo soy El, el Dios de tu padre; no ternas 
                
                bajar a Egipto, pues yo te haré allí un gran pueblo. |  
              | 4 | Yo bajaré contigo a Egipto y te haré volver a subir. |  
              | 5 | José te cerrará los ojos.” Levantóse Jacob y dejó a 
                
                Berseba, y los hijos de Israel pusieron a Jacob, su padre, y 
                
                a sus mujeres e hijos, en los carros que había mandado el faraón 
                
                para transportarlos.  |  
              | 6 | Lleváronse también sus ganados y los bienes que habían 
                
                adquirido en la tierra de Canán, y Jacob se encaminó a Egipto 
                
                con toda su familia |  
              | 7 | Llevó con él a Egipto a sus hijos y a los hijos de 
                
                sus hijos, a sus hijas y a las hijas de sus hijas; toda su familia 
                
                entró con él en Egipto. |  
              | 8 | He aquí los nombres de los hijos de Israel que llegaron 
                
                a Egipto: Jacob y sus hijos, el primogénito de Jacob, Rubén. |  
              | 9 | Hijos de Rubén: Janoc, Falú, Jesrom y Carmí.  |  
              | 10 | Hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaqín y Sojar, 
                
                y Saúl, hijo de la cananea.  |  
              | 11 | Hijos de Leví: Gersón, Caat y Merari.  |  
              | 12 | Hijos de Judá: Er, Onán, Sela, Fares y Zeraj; pero 
                
                Er y Onán habían muerto en la tierra de Canán. Hijos de Fares: 
                
                Jesrom y Jamuel. |  
              | 13 | Hijos de Isacar: Tola, Fúa, Job y Semrón. |  
              | 14 | Hijos de Zabulón: Sered, Elón y Jajleel.  |  
              | 15 | Estos son los hijos que Lía parió a Jacob en Padán 
                
                Aram, con su hija Dina. Sus hijos e hijas eran en total treinta 
                
                y tres personas.  |  
              | 16 | Hijos de Gad: Sefión y Jaguí, Suní, Esebón, Heri, Arodí 
                
                y Areli. |  
              | 17 | Hijos de Aser: Gimna, Jesua, Jesuí y Beria, y Seraj, 
                
                su hermana. Hijos de Beria eran Jeber y Melquiel.  |  
              | 18 |  Estos son los hijos de Zelfa, la esclava que había 
                
                dado Labán a Lía, su hija, y que ella parió a Jacob. Dieciséis 
                
                personas.  |  
              | 19 | Hijos de Raquel, la mujer de Jacob: José y Benjamín |  
              | 20 | Nacieron a José, en Egipto, de Asenet, hija de Putifar, 
                
                sacerdote de On, Manasés y Efraím. |  
              | 21 | Hijos de Benjamín: Bela, Bajor y Asbel, Guera, Naamán, 
                
                Ejí, Ros, Mafim, Jufim y Ared. |  
              | 22 | Estos son los hijos de Raquel que le nacieron a Jacob, 
                
                en total catorce personas. |  
              | 23 | Hijos de Dan: Jusín. |  
              | 24 | Hijos de Neftalí: Jaisiel y Gumí, Jeser y Salem. |  
              | 25 |  Estos son los hijos de Bela, que dio Labán a Raquel, 
                
                su hija, y de ella le nacieron a Jacob. En todo, siete personas.  |  
              | 26 | El total de las personas que vinieron con Jacob a Egipto 
                
                de su familia, sin contar las mujeres y los hijos, era de sesenta 
                
                y seis. |  
              | 27 |  Los hijos de José nacidos en Egipto eran dos. El total 
                
                de las personas de la familia de Jacob que vinieron a Egipto 
                
                fueron setenta.  |  
              | 28 |  Y mandó Jacob a Judá por delante a José para darle 
                
                cita en Gosen. |  
              | 29 | E hizo José preparar su carro, y subiendo en él se 
                
                fue a Gosen al encuentro de Israel, su padre. En cuanto le vio, 
                
                se echó a su cuello, y lloró largo tiempo sobre su cuello. |  
              | 30 | Israel dijo a José: “Ya puedo morir, pues he visto 
                
                tu rostro y vives todavía.” |  
              | 31 | José dijo a sus hermanos: “Voy a subir a dar la noticia 
                
                al faraón: Han venido mis hermanos y toda la casa de mi padre, 
                
                que estaban en la tierra de Canán.  |  
              | 32 | Son pastores y tienen rebaños de ovejas y bueyes, que, 
                
                con todo lo suyo, han traído consigo. |  
              | 33 | Cuando el faraón os llame y pregunte: ¿Cuál es vuestra 
                
                ocupación?, |  
              | 34 | le diréis: Tus siervos somos ganaderos desde nuestra 
                
                infancia hasta ahora, tanto nosotros como nuestros padres; para 
                
                que habitéis en la tierra de Gosen, porque los egipcios abominan 
                
                de todos los pastores.”  |  
          
            
              |  |  
              | Capítulo 47 |  
              |  | Jacob en Egipto |  
              |  |  |  
              | 1 | Fue José a anunciar al faraón: “Mi padre y mis hermanos, 
                
                con sus ovejas y sus bueyes y todo cuanto tienen, han venido 
                
                de la tierra de Canaán y están en la tierra de Gosen.”  |  
              | 2 | Habiendo llevado consigo a cinco de sus hermanos, 
                
                se los presentó al faraón;  |  
              | 3 | y el faraón les preguntó: “¿Cuál es vuestra ocupación?” 
                
                Ellos respondieron: “Nosotros, tus siervos, somos ganaderos 
                
                desde nuestra infancia hasta ahora, y lo mismo fueron nuestros 
                
                padres.” |  
              | 4 | Dijéronle también: “Hemos venido para habitar en esta 
                
                tierra, pues no tenemos pasto para nuestros rebaños, por ser 
                
                grande el hambre en la tierra de Canán. Permite, pues, que habiten 
                
                tus siervos en la tierra de Gosén.”  |  
              | 5 | Y el faraón dijo a José: “Tu padre y tus hermanos 
                
                han venido a ti; |  
              | 6 | tienes a tu disposición toda la tierra de Egipto; establece 
                
                a tu padre y a tus hermanos en lo mejor de la tierra; que habiten 
                
                en la tierra de Gosen, y si sabes que hay entre ellos hombres 
                
                capaces, hazlos mayorales de mis ganados.”  |  
              | 7 | José hizo venir a su padre y le presentó al faraón. 
                
                Jacob saludó al faraón,  |  
              | 8 | y éste le preguntó: “¿Cuántos años tienes?”  |  
              | 9 | Jacob 
                
                contestó: “Ciento treinta son los años de mi peregrinación. 
                
                Corta y mala ha sido mi vida, y no llega al tiempo de la peregrinación 
                
                de mis padres.”  |  
              | 10 | Jacob saludó de nuevo al faraón y se retiró de su 
                
                presencia.  |  
              | 11 | José estableció a su padre y a sus hermanos, asignándoles 
                
                una propiedad en la tierra de Egipto, en la mejor parte de la 
                
                tierra, en el distrito de Rameses, como lo había mandado el 
                
                faraón,  |  
              | 12 |  y proveyó de pan a su padre y a sus hermanos y a 
                
                toda la casa de su padre, según el número de las familias.  |  
              | 13 | Ya no había pan en toda aquella tierra, pues el hambre 
                
                era muy grande, y Egipto y la tierra de Canán estaban exhaustos 
                
                por el hambre. |  
              | 14 | José llegó a recoger, a cambio de trigo todo cuanto 
                
                dinero había en la tierra de Egipto y en la tierra de Canán, 
                
                e hizo entrar el dinero en la casa del faraón, |  
              | 15 | Cuando se acabó el dinero en la tierra de Egipto y 
                
                en la tierra de Canán, venían todos los egipcios a José, diciéndole: 
                
                “Danos pan. ¿Vamos a morir en tu presencia? Mira que ya nos 
                
                falta dinero.”  |  
              | 16 | José les dijo: “Puesto que os falta dinero, traedme 
                
                vuestros ganados y os daré pan a cambio de ellos.”  |  
              | 17 | Trajeron sus ganados, y José les dio pan a cambio 
                
                de caballos, rebaños de ovejas y de bueyes y de asnos. Aquel 
                
                año los proveyó de trigo a cambio de todos sus ganados. |  
              | 18 | Pasado éste, vinieron al siguiente, y le dijeron: 
                
                “No se le oculta a nuestro señor que se nos ha acabado el dinero 
                
                y que le hemos dado nuestros ganados, ni a nuestro señor se 
                
                le oculta que nos no queda más que nuestro cuerpo y nuestras 
                
                tierras.  |  
              | 19 | ¿Vamos a perecer ante ti nosotros y nuestras tierras? 
                
                Cómpranos y compra nuestras tierras por pan; seremos nosotros 
                
                y nuestras tierras esclavos del faraón; danos para sembrar, 
                
                para que podamos vivir y no muramos y no se queden yermas nuestras 
                
                tierras.” |  
              | 20 | José adquirió para el faraón todas las tierras de 
                
                Egipto, pues los egipcios, obligados por el hambre, vendieron 
                
                cada uno su campo, y la tierra vino a ser propiedad del faraón, |  
              | 21 | y sometió a la servidumbre del faraón tierras y pueblos, 
                
                desde el uno al otro extremo de la tierra de Egipto. |  
              | 22 | Sólo dejó de comprar las tierras a los sacerdotes, 
                
                porque éstos recibían del faraón una porción y no tuvieron que 
                
                vender sus tierras. |  
              | 23 | Y dijo José al pueblo: “Hoy os he comprado para el 
                
                faraón a vosotros y a vuestras tierras. Ahí tenéis para sembrar; 
                
                sembrad vuestras tierras.  |  
              | 24 | Al tiempo de la recolección daréis el quinto al faraón, 
                
                y las otras cuatro partes serán para vosotros, para sembrar 
                
                y para manteneros vosotros, los de vuestra casa y vuestras familias.” |  
              | 25 | Ellos le dijeron: “Nos das la vida. Que hallemos gracia 
                
                a los ojos de nuestro señor, y seremos siervos del faraón.”  |  
              | 26 | Dio José una ley, que todavía hoy subsiste, por la 
                
                cual pertenece al faraón el quinto del producto de las tierras 
                
                de Egipto. Sólo las tierras de los sacerdotes no son del faraón.  |  
              | 27 | Habitó Israel en la tierra de Egipto, en la región 
                
                de Gosén, y adquirieron allí posesiones, creciendo y multiplicándose 
                
                grandemente. |  
              | 28 | Vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años, 
                
                siendo todos los días de su vida ciento cuarenta y siete años.  |  
              | 29 | Cuando los días de Israel se acercaban a su fin, llamó 
                
                a su hijo José y le dijo: “Si he hallado gracia a tus ojos, 
                
                pon, te ruego, la mano bajo mi muslo y haz conmigo favor y fidelidad. 
                
                No me sepultes en Egipto. |  
              | 30 | Cuando me duerma con mis padres, sácame de Egipto 
                
                y sepúltame en sus sepulturas.” José le respondió: “Haré lo 
                
                que me dices.”  |  
              | 31 | “Júramelo,” dijo Jacob. José se lo juró, e Israel 
                
                se postró sobre la cabecera del lecho.  |  
          
            
              |  |  
              | Capítulo 48 |  
              |  | Jacob bendice a los hijos de José |  
              |  |  |  
              | 1 | Después de todo esto, vinieron a decir a José: “Mira, 
                
                tu padre está enfermo”; y tomó José consigo a sus dos hijos, 
                
                Manasés y Efraím. |  
              | 2 | Anunciáronselo a Jacob, diciendo: “Mira, tu hijo José 
                
                viene a verte”; y haciendo un esfuerzo, se sentó en el lecho. |  
              | 3 | Después dijo a José: “El Dios omnipotente se me apareció 
                
                en Luz, tierra de Canán, y me bendijo diciendo:  |  
              | 4 | Yo te acrecentaré y te multiplicaré, y te haré muchedumbres 
                
                de pueblos, y daré esta tierra a tu descendencia después de 
                
                ti, para que por siempre la poseas.  |  
              | 5 | Los dos hijos que antes de mi venida a ti, a la tierra 
                
                de Egipto, te nacieron en ella, serán hijos míos. Efraím y Manasés 
                
                serán hijos míos, como lo son Rubén y Simeón;  |  
              | 6 | pero los que tú has engendrado después de ellos, serán 
                
                tuyos, y bajo el nombre de sus hermanos serán llamados a la 
                
                herencia. |  
              | 7 | Cuando volvía de Padán Aram, se me murió tu madre, 
                
                Raquel, en el camino en tierra de Canán, a distancia de un quibrat de Efrata, y allí la sepulté en el camino de Efrata, que es 
                
                Belén.”  |  
              | 8 | Vio Israel a los hijos de José y preguntó: “Estos, 
                
                ¿quiénes son?” |  
              | 9 | José respondió a su padre: “Son mis hijos, los que 
                
                me ha dado Dios aquí.” “Acércalos, te ruego, para que los bendiga.”  |  
              | 10 | Los ojos de Israel se habían oscurecido por la edad, 
                
                y no podía ya ver. José los acercó, y él los besó y los abrazó,  |  
              | 11 |  diciendo a José: “No creí ya ver más tu rostro, y 
                
                he aquí que Dios me ha dejado verte a ti y también a tu prole.”  |  
              | 12 | José los sacó de entre las rodillas de su padre y, 
                
                postrándose ante él en tierra,  |  
              | 13 | los puso, a Efraím a su derecha y a la izquierda de 
                
                Israel, y a Manasés a su izquierda y a la derecha de Israel, 
                
                y los acercó.  |  
              | 14 | Israel extendió su mano derecha y la puso sobre la 
                
                cabeza de Efraím, que era el menor, y su izquierda sobre la 
                
                cabeza de Manasés. De intento lo hizo, aunque Manasés era el 
                
                primogénito. |  
              | 15 |  Bendijo a José diciendo: “Que el Dios en cuya presencia 
                
                anduvieron mis padres, Abraham e Isaac, el Dios que me ha sustentado 
                
                desde que existo hasta hoy,  |  
              | 16 | que el ángel que me ha librado de todo mal, bendiga 
                
                a estos niños. Que se llamen con mi nombre y con el nombre de 
                
                mis padres Abraham e Isaac y se multipliquen grandemente en 
                
                medio de la tierra.”  |  
              | 17 | José, al ver que su padre ponía su mano derecha sobre 
                
                la cabeza de Efraím, se disgustó; y, tomando la mano de su padre 
                
                de sobre la cabeza de Efraím para ponerla sobre la de Manasés, |  
              | 18 | le dijo: “No es así, padre mío, pues el primogénito 
                
                es éste; pon la mano derecha sobre su cabeza.” |  
              | 19 | Pero su padre 
                
                rehusó, diciendo: “Lo sé, hijo mío, lo sé; también él será un 
                
                pueblo, también él será grande; pero su hermano menor será más 
                
                grande que él, y su descendencia vendrá a ser muchedumbre de 
                
                pueblos.” |  
              | 20 | Los bendijo, pues, Israel aquel día, diciendo: “Por 
                
                ti bendecirán a Israel, diciendo: Hágate Dios como a Efraím 
                
                y Manasés.” Y puso a Efraím antes de Manasés.  |  
              | 21 | Israel dijo a José: “Yo voy a morir, pero Dios estará 
                
                con vosotros y os reconducirá a la tierra de vuestros padres.  |  
              | 22 | Te doy a ti, a más de lo de tus hermanos, una parte 
                
                que yo tomé a los amorreos con mi espada y mi arco.”  |  
          
            
              |  |  
              | Capítulo 49 |  
              |  | Bendice Jacob a sus hijos y muere |  
              |  |  |  
              | 1 | Jacob llamó a sus hijos y les dijo: “Reuníos, que 
                
                voy a anunciar lo que os sucederá a lo último de los días. |  
              | 2 | Reuníos y escuchad, hijos de Jacob. Escuchad a Israel, 
                
                vuestro padre. |  
              | 3 | Rubén, tú eres mi primogénito, mi fuerza y el fruto 
                
                de mi primer vigor, cumbre de dignidad y cumbre de fuerza.  |  
              | 4 | Herviste como el agua. No tendrás la supremacía, porque 
                
                subiste al lecho de tu padre. Cometiste entonces una profanación, 
                
                subiste a mi lecho.  |  
              | 5 | Simeón y Leví son hienas. Instrumentos de violencia 
                
                son sus armas.  |  
              | 6 | No entre mi alma en sus designios ni se una a ellos 
                
                mi aprobación, porque en su furor degollaron hombres y caprichosamente 
                
                desjarretaron toros.  |  
              | 7 | Maldita su cólera, por violenta;maldito, por cruel, 
                
                su furor. Yo los dividiré en Jacob y los dispersaré en Israel.  |  
              | 8 | A ti, Judá, te alabarán tus hermanos. Tu mano pesará 
                
                sobre la cerviz de tus enemigos.Postraránse ante ti los hijos 
                
                de tu padre. |  
              | 9 | Cachorro de león, Judá;de la presa subes, hijo mío; 
                
                posando, te agachas como león, como leona, ¿quién le hostigará 
                
                para que se levante?  |  
              | 10 | No faltará de Judá el cetro ni de entre sus pies el 
                
                báculo hasta que venga aquel cuyo es, y a él darán obediencia 
                
                los pueblos. |  
              | 11 | Atará a la vid su pollino, a la vid generosa el hijo 
                
                de la asna; lavará en vino sus vestidos, y en la sangre de las 
                
                uvas su manto. |  
              | 12 | Brillan por el vino sus ojos, y de la leche blanquean 
                
                sus dientes.  |  
              | 13 | Zabulón habitará la costa del mar, la costa de las 
                
                naves, y tendrá su flanco junto a Sidón.  |  
              | 14 | Isacar es un robusto asno que descansa en sus establos. |  
              | 15 | Vio que su lugar 
                
                de reposo era bueno y que era deleitosa la tierra, y prestó 
                
                los lomos a la carga, y hubo de servir como tributario.  |  
              | 16 | Dan juzgará a su pueblo como una de las tribus de 
                
                Israel.  |  
              | 17 | Es Dan como serpiente en el camino, como víbora en 
                
                el sendero, que, mordiendo los talones al caballo, hace caer 
                
                hacia atrás al caballero. |  
              | 18 | Tu salvación espero, ¡oh Yavé!  |  
              | 19 | Gad: Salteadores le asaltan, y él les pica los talones.  |  
              | 20 | Aser: Su pan es suculento, hará las delicias de los 
                
                reyes. |  
              | 21 | Neftalí es una cierva en libertad. |  
              | 22 | José es un novillo, un novillo hacia la fuente, a 
                
                la fuente se encamina. |  
              | 23 | Los arqueros le hostigan, los tiradores de saetas 
                
                le atacan.  |  
              | 24 | pero la cuerda del arco se les rompe, y su poderoso 
                
                brazo se encoge por el poderío del Fuerte de Jacob, por el nombre 
                
                del Pastor de Israel.  |  
              | 25 | En el Dios de tu padre hallarás tu socorro, en El 
                
                Sadday, que te bendecirá con bendiciones del cielo arriba, bendiciones 
                
                del abismo abajo, bendiciones del seno y de la matriz. |  
              | 26 | Las bendiciones de tu padre sobrepasan a las bendiciones 
                
                de los montes eternos, superan la belleza de las eternas colinas. 
                
                Que caigan sobre la cabeza de José, sobre la frente del príncipe 
                
                de sus hermanos. |  
              | 27 | Benjamín es lobo rapaz que a la mañana devora la presa 
                
                y a la tarde reparte los despojos”.  |  
              | 28 | Estas son las doce tribus de Israel, y esto es lo 
                
                que les habló su padre, bendiciéndolas a cada una con una bendición. |  
              | 29 | Después les mandó: “Yo voy a reunirme con mi pueblo; 
                
                sepultadme con mis padres en la caverna que está en el campo 
                
                de Efrón el jeteo, |  
              | 30 | en la caverna del campo de Macpela, frente a Mambré, 
                
                en tierra de Canán, que es la caverna que compró Abraham a Efrón 
                
                el jeteo, con su campo, para tener sepultura de su propiedad.  |  
              | 31 | Allí están sepultados Abraham, y Sara, su mujer; Isaac 
                
                y Rebeca, su mujer, y allí sepulté yo a Lía.  |  
              | 32 | El campo y la caverna que en él hay fueron comprados 
                
                a los hijos de Jet”. |  
              | 33 | Cuando acabó Jacob de dar estas órdenes a sus hijos, 
                
                juntó sus pies en el lecho y expiró, yendo a reunirse con su 
                
                pueblo.  |  
          
            
              |  |  
              | Capítulo 50 |  
              |  | Sepultura 
                
                de Jacob |  
              |  |  |  
              | 1 | Cayó José sobre el rostro de su padre y lloró sobre 
                
                él y le besó.  |  
              | 2 | Mandó José a los médicos que tenía a su servicio embalsamar 
                
                a su padre, y los médicos embalsamaron a Israel, |  
              | 3 | empleando en ello cuarenta días, que es el tiempo 
                
                que se emplea para embalsamar. Los egipcios hicieron duelo por 
                
                él durante sesenta días. |  
              | 4 |  Pasados los días del duelo, habló José a las gentes 
                
                de la casa del faraón, diciéndoles: “Si he hallado gracia a 
                
                vuestros ojos, haced llegar esto, os lo ruego, a oídos del faraón. |  
              | 5 | Mi padre me hizo jurar diciendo: Voy a morir; sepúltame 
                
                en la sepultura que tengo en la tierra de Canaán. Que me permita, 
                
                pues, subir a sepultar a mi padre, y volveré.”  |  
              | 6 | Y le contestó el faraón: “Sube y sepulta a tu padre, 
                
                según tu juramento.” |  
              | 7 | Subió, pues, José a sepultar a su padre, y subieron 
                
                con él todos los servidores del faraón, los ancianos de su casa 
                
                y los ancianos de la tierra de Egipto,  |  
              | 8 | toda la casa de José, sus hermanos y la casa de su 
                
                padre, no dejando en la tierra de Gosén más que a los niños, 
                
                las ovejas y los bueyes. |  
              | 9 |  José llevaba consigo carros y caballeros; así que 
                
                el cortejo era muy grande.  |  
              | 10 | Llegados a la era de Atad, que está al otro lado del 
                
                Jordán, hicieron allí muy grande llanto e hizo José un duelo 
                
                de siete días por su padre. |  
              | 11 |  Los moradores de la tierra, los cananeos, al ver 
                
                el duelo en la era de Atad, se dijeron: “Gran duelo es este 
                
                de los egipcios”; por eso se dio el nombre de Abel Misraím a 
                
                este lugar, que está al lado de allá del Jordán.  |  
              | 12 | Los hijos de Jacob hicieron con su padre lo que les 
                
                había mandado, |  
              | 13 | llevándole 
                
                a la tierra de Canán y sepultándole en la caverna del campo 
                
                de Macpela, que había comprado Abraham a Efrón el jeteo para 
                
                tener sepultura de su propiedad, frente a Mambré. |  
              | 14 | Después de haber sepultado a su padre, José volvió 
                
                a Egipto con sus hermanos y cuantos habían subido con él para 
                
                sepultar a su padre.  |  
              | 15 | Cuando los hermanos de José vieron que había muerto 
                
                su padre, se dijeron: “¿Si nos guardará rencor José y nos devolverá 
                
                todo el mal que le hemos hecho?”  |  
              | 16 |  Y mandaron decir a José: “Tu padre, antes de morir, 
                
                nos mandó que te dijéramos:  |  
              | 17 | Perdona el crimen de tus hermanos y su pecado, pues 
                
                ciertamente te hicieron mucho mal; pero, por favor, te ruego, 
                
                perdona el crimen de los servidores del Dios de tu padre.” José 
                
                lloró al oírlos.  |  
              | 18 | Sus hermanos se prosternaron ante él y le dijeron: 
                
                “Somos tus siervos.” |  
              | 19 | El les dijo: “No temáis. ¿Estoy yo acaso en el lugar 
                
                de Dios?  |  
              | 20 | Vosotros creíais hacerme mal, pero Dios ha hecho de 
                
                él un bien, cumpliendo lo que hoy sucede, de poder conservar 
                
                la vida de un pueblo numeroso.  |  
              | 21 | No temáis, pues yo seguiré manteniéndoos a vosotros 
                
                y a vuestros niños.” Así los consoló, hablándoles al corazón.  |  
              | 22 | Habitó José en Egipto, él y la casa de su padre; vivió 
                
                ciento diez años, |  
              | 23 |  y 
                
                vio a los hijos de Efraím 
                  
                  hasta la tercera generación; recibió sobre sus rodillas, al 
                  
                  nacer, a los hijos de Makir, hijo de Manasés.  |  
              |  |  |  
              |  | Muerte de José  |  
              |  |  |  
              | 24 | José dijo a sus hermanos: “Voy a morir, pero Dios 
                
                ciertamente os visitará y os hará subir de esta tierra a la 
                
                tierra que juró dar a Abraham, Isaac y Jacob.” |  
              | 25 |  Hizo jurar José a los hijos de Israel, diciéndoles: 
                
                “Ciertamente os visitará Dios; entonces subireis mis huesos 
                
                de aquí.”  |  
              | 26 | Murió José en Egipto a los cientos diez años, y fue embalsamado y puesto en un ataúd en Egipto. |    C.R.Y&S |