cristoraul.org//El Vencedor Ediciones |
![]() |
|
![]() |
|
Capítulo QuintoORIGEN DEL PODER POLÍTICO Y ONTOLOGÍA DE LA SOCIEDAD
I
El
Futuro del Ateísmo Científico
La
esclavitud del hombre tiene su origen en el Fratricidio. Nadie me negará que la
raíz - dejando ahora aparcado el carácter filo-teohistórico del tema - que el asesinato de Caín contra Abel tuvo su lógica en la Necesidad-
Razón de Estado justificante del latrocinio de la Propiedad y Ser de Abel, con
cuya consumación criminal Caín esperaba obtener la fuerza ontológica y los
recursos materiales para fines personales propios, no compartidos por Abel; y
porque no lo eran y la ambición de Caín era superior a la oposición de Abel a
su realización: Caín levantó su brazo contra su hermano, autojustificando Caín su delito en la Razón del “Yo soy el Gobierno, yo soy el Estado”.
Esquema
que vimos repetido, esta vez en escenario público, en la Batalla entre
Jesucristo y los Judíos.
Sin ir
más lejos observamos que en el Socialismo del Siglo XXI se repite este esquema,
donde se usa la Democracia para imponer esa privación subsistencial que hará preferible la dictadura a la penuria, provocada sin embargo por el
aspirante a dictador. ¿No es listo el diablo?
Según la
Biblia, según Dios: Éste fue el principio de la esclavitud. Porque se entiende que,
si Abel se resistió hasta la muerte, prefiriendo morir libre a vivir esclavo,
otros no tuvieron tanto amor a la libertad y doblaron sus rodillas.
Esquema
biohistórico contra el que se ve y se entiende que era necesario que el Imperio
contratase a Darwin para destruir esta Verdad e imponer la esclavitud como
“realidad natural al hombre”. En “el Origen de las Especies”, se rescató de la
tumba “la división de la Naturaleza Humana en esclavos y libres (fuertes y
débiles-Aristóteles)”, en razón de lo cual cualquier acto de resistencia del
Pueblo (el débil) al Poder (el fuerte) es un delito contra “la Ley de la
Naturaleza”.
¡Es
lógico! Negando Dios la existencia de “dos especies humanas” dentro del Género
Humano, y afirmando Dios que la Esclavitud está fundada en el crimen de
Expropiación por la Fuerza, convirtiéndose la Fuerza en la raíz del Estado, el
Poder, privando a la Naturaleza de su Universalidad para convertirla en esclava
de los intereses del “Estado”, y porque Dios no bendijo este Crimen, era solo
natural que el Imperio del Crimen contratara a la Ciencia, para que, al servicio
de su amo, el Estado, conviniera en negar que Dios existe: a fin de fundar así
la doctrina sobre el Origen de la esclavitud en la Naturaleza del Hombre, del
Universo, del Cosmos, y por defecto, en la Naturaleza de la propia Sociedad,
deviniendo esta doctrina de las dos especies sustrato para la articulación de
un Derecho Social sobre cuya base sentar la Legalidad de la Propiedad del
Hombre sobre la Naturaleza, con la consiguiente necesidad del Derecho al uso de
la Fuerza en base a la defensa de los intereses connaturales a ese Título.
Y ya puestos, para redondear la piedra de
molino con la que las escuelas ateas comulgarían en lo sucesivo, quitando
“Evangelio” para poner “Teoría”, el Hombre sería liberado de la esclavitud y la
opresión gracias a la ascensión del Ateísmo al Poder, bajo cuya ley suprema: la
utopía del Imperio Socialista, las Naciones alcanzarían la Libertad. Infamia
que se descubrió en toda su fuerza asesina cuando Stalin fundó el Socialismo Darwinista
sobre la tumba de la Revolución Rusa, y Hitler su Nacional-Socialismo Darwinesco sobre los mismos fundamentos para la edificación
de un Poder Genocida y Geocida, respecto a cuyos
efectos el Siglo XX es el Discurso más firme contra el Virus Esquizoide Cainita
que porta en su seno el Sistema Darwinista, que, en breve, no hizo sino
resucitar la Teoría Esclavista-Aristotélica contra la que se alzara el
Cristianismo, vistiéndola, eso sí, de una forma nueva con objeto de borrar de
la conciencia del Fuerte, Caín, la resistencia a la Ley por la cual el Fuerte
debe sacrificar al Débil en pro de la subsistencia de su Estado.
Pues, en
definitiva, que la Vida comienza en una Semilla y cual Árbol se desarrolla
desde lo más primitivo hasta lo más complejo sólo había que ser un ignorante
para no comprenderlo. Y sin embargo, como venía diciéndolo el Cristianismo
desde su cuna, estábamos todos encerrados en la Ignorancia.
La Lucha
de la Humanidad desde el Cuarto Milenio A.C. a nuestros días ¿qué ha sido más
que una Batalla sin fin por salir de la ignorancia? Mas es síntoma típico del
genio olvidarse que una vez él fue un ignorante de tomo y lomo. Y sin embargo
mientras daba su paso hacia la salida del túnel no perdía tiempo en juzgar a
todo el mundo anterior a su descubrimiento acusándolo de ser lo que fuera y
seguiría siendo: Un mundo de ignorantes luchando a sangre y fuego por salir de
la Ignorancia. Basta leer una Historia de la Ciencia para ver que todos los
sabios tropezaron en esta piedra.
Y se ve de la lectura de la Historia del
Siglo XX, por escribirse todavía, pero para realizar cuya tarea los
historiadores habrán de esperar a que se mueran los actuales señores de las
políticas de las superpotencias, uno de ellos habiendo llevado incluso a ley la
prohibición de escribir la Historia de su Nación, ¡y ay ay de la Politovskaya que se atreva a meterse a
delincuente!; y porque la Historia existe a pesar de los tales eminentes y
todopoderosos presidentes de este principio del Siglo XXI, se ve a las claras
que desde Aristóteles a Darwin la Civilización dejó atrás infinitos muertos,
algunos de ellos muy eminentes, pero que no parece que le sirvieran de nada al
científico inglés a la hora de vestir con un nuevo traje la famosa división de
la naturaleza humana en dos especies, la de Esclavos y Libres, ahora llamados,
pomposamente, por la que sería la dialéctica madre del Nazismo: Fuertes y
Débiles.
Pero si
algo sorprende al observador y estudioso de las cosas humanas es ver cómo “los
Débiles” les han concedido a “los Fuertes” ese Derecho a ejecutarlos en masa,
recuérdese la Segunda Guerra Mundial, y han aceptado como Ley Natural este
Crimen contra la Humanidad que es el Nazismo Darwinista de la división del
Género Humano en dos especies, que en el Capitalismo se transmuta en Pobres y
Ricos.
Es
difícil determinar si “los Débiles” lo hacen por cobardía prefiriendo vivir de
rodillas a morir de pie, o simplemente han sido lobotomizados por un Sistema Educativo sujeto a un Ateísmo Científico que, en nombre del Progreso,
le exige al hombre la anulación de su Ser, ya sea mediante su transformación en
Obrero o en Borrego o en un simple Animal Racional Doméstico: cuya existencia
consiste en comer, beber, aparearse, y morirse sin mancha. Amén.
Lo que no
es difícil determinar es que el Sistema Educativo, dependiente del Poder, es
decir, del Fuerte, como se ve en las naciones actuales, tiende por necesidad de
supervivencia a imponer a la fuerza su Manual para la Lobotomización de las masas, siendo su primer objetivo la anulación del Ser en la Persona del
Alumno, para lo cual se le debe implantar desde Joven la Teoría de la División
de las especies en el seno de la Humanidad como Hecho indiscutible y fuera de
toda discusión. De donde se ve que el discurso de Caín ha ido adaptándose a las
épocas, en mente siempre la transformación de la fuerza humana como medio de
Poder para imponer sobre las demás gentes el imperio de la voluntad del “Yo soy
el Gobierno, yo soy el Estado”.
Y nadie
creerá que quien tiene como origen de su riqueza y Poder la expropiación de los
bienes de su hermano, homicidio mediante: tenga complejo alguno a la hora de
asesinar a todo el que se cruce en su camino. Si alguno lo duda, no lloraremos
sobre su tumba cuando él sea la próxima víctima.
No es, a
fin de dejar el Pasado atrás, no es la Propiedad la que debe ser abolida, sino
el dominio de un hombre sobre otro cuando haciendo del Gobierno una Propiedad
expropia mediante el uso de la Fuerza del Poder.
Combatiendo
aquí prejuicios y malentendidos, la Propiedad es un derecho Inalienable del Ser
Humano, lo que se repudia es el Acto de la Expropiación del Ser en razón del
interés del Estado, que exige el uso de la Fuerza, es causa de delito, y su
impunidad abre en el seno de la Justicia el principio del fin de la Ley.
Pero
mientras persistan las circunstancias, la herencia de los milenios es más
fuerte que el individuo, y la Historia se repite. Para que no se repita,
cualquier sociedad que desee que la Civilización crezca inmunizada contra el
delirio cainita debe actuar sobre dos frentes. Sobre el individuo en la
Escuela, y sobre el hombre en la Sociedad.
Sobre el
individuo para que el ser en cuanto Ser se alce como persona contra cualquier
impulso inconsciente heredado, efecto de milenios encadenados a la esclavitud
del Imperio del Crimen, fundado por Caín y extendido por toda la Tierra por las
Coronas, bajo cuyas dinastías homicidas el ser Humano ha recorrido su camino
hasta nosotros, ganándonos nuestros padres la libertad a fuerza de sangre y
sacrificio.
Una experiencia
de milenios marca el inconsciente y únicamente mediante una Educación enfocada
en la Formación del Hombre en cuanto Ser, no como Obrero, ni como Ciudadano, ni
como Profesional, ni ninguna de las excusas que el Poder pone para perpetuar su
status esclavista, sino una Formación del Hombre en cuanto Persona dotada de
todos los Atributos inherentes al Ser, sujeto de todo Derecho y protagonista de
todo Deber, puede, sin violencia, abrirle el camino a una Civilización en la
que cada Persona es de por sí un Universo, un Mundo, un Viviente investido de
todas las propiedades del espíritu Creador, no manipulable e incapaz por ley
propia de manipular a su semejante.
En el
frente social una Civilización edificada sobre el espíritu Creador de la
Persona y no en la Fuerza Humana como plataforma de crecimiento se debe basar
en dos parámetros innegociables, y ambos las dos piernas de la Libertad.
Es decir,
mirando al Futuro:
Toda
persona que alcanza su estado de jubilación tiene el Derecho legítimo y natural
a participar de todos los bienes de la Civilización en absoluta Libertad y
garantía de ejercicio. Tal es el sentido de la Propiedad Pública.
Cómo
llegar a una Civilización gobernada por un Derecho Garante del disfrute de
todos los bienes públicos por la parte de la persona, no como beneficencia sino
como Derecho Activo, es otra cuestión. Pero una cuestión no utópica, como no lo
es el horizonte que se le abre al pionero; el futuro está en ese horizonte, y
los problemas: en el camino. Ahora bien, de cobardes es no abrir la marcha.
En este
sentido toda expropiación de la Propiedad construida con el esfuerzo y la
riqueza de todos es un delito contra la Civilización y un atentado contra este
Derecho de Futuro de la Persona.
Lo
llamaban Liberalismo, y realizaban su “delito” democráticamente, como si el
asesinato dejara de ser tal cuando se realiza “democráticamente”.
En la
franja de crecimiento, es decir, la Formación del Hombre en cuanto Persona,
cuyo Ser creador se desarrolla por la ley de la Naturaleza, y no por coacción
del Poder, la Libertad es la misma. De manera que...
la
Sociedad tiene el Deber de poner todos los medios públicos a los pies de la
Infancia y la Adolescencia, gratuitamente dispuestos por los padres para sus
hijos y libremente disfrutados por los hijos en cuanto legado de sus padres.
Se
entiende que la Propiedad Privada y la Razón privada existen como Razón de
Comportamiento del propio Ser, que, ya formado, se define por la Naturaleza
Creadora del espíritu del Hombre, cuyo desarrollo implica medios privados,
posesiones personales y en el ejercicio de esta Ontología Social él es el Ente
sobre el que el Sistema Social basa su propia existencia.
Obviamente
nos enfrentamos a una Revolución Ontológica que ha sido ralentizada por el
Siglo XX a raíz del intento frustrado de Geocidio que
las Superpotencias del momento ejecutaron contra la Biosfera, que no se consumó
pero sí ha dañado su estructura. Y que como consecuencia vino a provocar la extensión
incontrolable del cáncer, y la debilitación del sistema inmunológico humano
bajo el efecto de la ultracuantificación del cuerpo biosférico bajo el ataque de las 50-60.000 bombas atómicas
detonadas, durante la Guerra Fría.
La
realidad es que estamos aún encerrados dentro de las fronteras de “un siglo de
media de vida”. A la luz de nuestra Civilización Actual Viva los cánones y las
leyes que supusieron la norma social del siglo XX no sólo son nefastos sino que
son un ataque directo a la existencia del Hombre en cuanto Hombre. Existencia,
cuya defensa ha sido abandonada por la misma Ciencia geocida del siglo XX, que ahora, analizado ya el cuerpo biosférico mediante la prueba termonuclear, quiere abalanzarse sobre el cuerpo genético
humano, sujetando el Ser del Hombre ser a la misma experiencia destructora.
¡Frankestein Menguele no es un
mito, es el espíritu del materialismo científico!
El
matrimonio Ciencia-Poder va por ahí cegando a las naciones y desviando la
atención sobre el delito de geocidio cometido por esa
misma unión de adulterio. Cosa que la pareja del Siglo XX quiere conseguir
mediante la argucia política de centrar la atención del Siglo XXI en el Cambio
Climático, alejando el pensamiento del Origen del Calentamiento Global
desencadenado por la Ciencia del Siglo XX con la excusa de la Guerra Fría.
Hasta un
burro ve que el Cambio Climático es inherente a la Propia Estructura de la
Tierra. La cuestión no es el Cambio Climático sino el Origen del Calentamiento
Global. La Academia de los Nobeles, colegas de los geocidas que reventaron entre 50 y 60 mil bombas atómicas - tipo Hiroshima y Nagasaki -
contra el cuerpo de la Biosfera, y en su calidad de cómplice: la Academia de
los Poderes que pusieron en sus manos esos 500-600 megatones, se ha sumado al
engaño del Profeta Americano, a quien se le ha concedido un Nobel a fin de que
la Mentira se imponga y se cierre la puerta hacia la Verdad. Ahora bien, tienen
que darnos explicaciones sobre los efectos radiactivos sobre el Hombre causados
por esos 500-600 megatones.
Ceguera,
cáncer, tuberculosis, y enfermedades que se creían vencidas han vuelto al campo
de batalla a raíz del debilitamiento de un sistema inmunológico expuesto a la
radiación liberada por esas 50.000, 60.000 bombas atómicas.
¡El
tabaco tiene la culpa! -por supuesto.
Los
aerosoles de una India más pobre que las ratas - ¡Claro!
A su
tiempo cada cual se las ve con la horma de su zapato - dice el proverbio.
Nosotros, dejando el tema de la descripción del camino, nos centramos en la
meta. ¿O acaso alguien se echa a andar sin tener una dirección determinada?
Antes de soltar las aguas es necesario abrirle camino a la riada, o las aguas
se desmadrarán, lo inundarán todo, provocando caos y destrucción, cuando con
trazar una dirección basta para que las aguas por su propio peso alcancen el
mar.
La
precipitación no es buena y actuar sin inteligencia es un suicidio. De haberse
esperado el faraón a que Moisés pasara las aguas ¿además de salvarse, no
hubiera alcanzado su meta? Pero es propio del ateísmo no ver lo que se abre
delante de sus ojos y, contrariamente a su credo, creer que lo que se abre para
el que cree va a mantener su desarrollo para quien viendo lo que no quiere
creer persigue la destrucción del que ve porque cree.
El fin
del Ateísmo, en consecuencia, es su desaparición de la faz de la Historia.
Seguiremos
tocando este tema en otra ocasión.
II
LA
LEY DEL DIVORCIO
EL
CONCEPTO DE PATRIA POTESTAD COMO ORIGEN DEL CRIMEN DE GÉNERO
En verdad
que el Futuro leerá la Historia del Siglo XX con la atención que se le debe a
una clase magistral de Política del Horror, y es de creer que en razón de ese
Horror habrá quien no quiera saber nada de sus páginas. Y sin embargo el valor
Político del Siglo XX, independientemente de su naturaleza esquizoide
suicido-genocida, hace superar las náuseas que su Horror genera, determinando
su conversión en Historia la necesidad de extraer de la experiencia la esencia
del conocimiento del que se nutre la Inteligencia de la Civilización. Pues
estando la estructura del Ser Humano íntimamente relacionada con el
pensamiento, la imposibilidad de no hacer ciencia de la experiencia es
manifiesta, y la negación a hacerlo en base a las náuseas hacia el objeto es
una condena contra la Civilización, a la que se la sentencia a repetir, aunque
bajo otras formas, los mismos errores causantes de la Tragedia del Hombre del
Siglo XX. Ahora bien, ¡no hay nada que le repugne más a la inteligencia que
hacer del error el motor de su crecimiento!
Apartar
los ojos del desarrollo del Siglo XX como estadio final de una Línea de Tiempo
cuyo fatal desenlace buscaba la Destrucción de la Vida sobre la Tierra es, sin
duda, cerrar los ojos, echarse la manta sobre la cabeza y abandonarse,
precisamente, a la fuerza destructora que buscaba legitimar su existencia de
mil maneras: un día que si el Crimen tiene en Dios su legitimidad, y le puso
Corona; al siguiente que el crimen es inherente a la propia estructura
biológica del ser, de donde se sigue que el Criminal Entronado no debe bajo
ningún concepto escuchar el grito del débil, su siervo, su esclavo, su víctima.
¡Oh Lord Darwin, los muertos te saludan!; y sigue la cuenta de las ideologías y
razonamientos en cuyos presupuestos criminales las clases altas justificaron su
perseverancia en el Homicidio a gran escala.
El
Futuro, pues, está en nosotros, los Vivientes. Y el Pasado vive en un Presente
que por todos los medios obstaculiza el salto de Edad a Edad, anclados sus
elementos en las doctrinas de los muertos, a los que veneran y a cuya memoria
les sacrifican naciones e individuos.
¡Marx
está muerto! Y Einstein, y Mahoma, y Buda, y Descartes. A ellos les importan
nada nuestra vida. ¿Por qué iba a importarnos a nosotros la de los muertos?
El
Futuro, por contra, leerá la Historia del Siglo XXI con la atención que se lee
una Batalla de los Vivientes contra los Fantasmas del Pasado para quienes la
Ciencia hace de médium, y el Poder de guardián dispuesto a sacrificar a sus
ídolos tantas generaciones como para su subsistencia sean necesarias. ¡Que se
derrame mucha o poca sangre dependerá de la Inteligencia de los Vivientes del
Siglo XXI para liberar a las generaciones del Poder de los Muertos!
Digamos,
entrando ya en materia, que todo hombre estuvo sujeto a la Ley de la Ciencia
del Bien y del Mal. Y que todas las obras y trabajos de los siglos vinieron
determinada por su ley. Esa Ley esclavizó el pensamiento y las voluntades de
los hombres a su imperio, poniendo bajo sus cadenas a todas las naciones, sin
excepción.
Desde la
óptica del Ser no hay nada más absurdo que la negación del Mal ni nada más
obsoleto que la santificación del Hombre. Ahora bien, la filosofía de los
guardianes de los Muertos es mantener la Ortodoxia del Pasado viva en el
Presente, esclavizando el Futuro a las respuestas que el Pasado le diera a sus
problemas, de esta manera negando que el Presente tenga los propios, y en
cuanto propios requieran de una respuesta nueva.
En el
tema del Crimen de Género esta sencilla expresión del Pensamiento encuentra un
campo abierto a la aplicación de lo expuesto.
La
herencia del Siglo XX en el tema de la Ley del Divorcio se merece todos los
calificativos debidos a una justicia ciega para verle a la ley su verdadero
rostro. ¿Pues hay algo más contrario a la Libertad que el Ser en cuanto
Propiedad de Alguien que no sea el propio Ser? ¿Y qué es la Patria Potestad
sino un título de Propiedad sobre el Ser?
El
Concepto de Patria Potestad
En este
fenómeno de Crimen de Género tanto monta el paso de una Cultura Absolutista a
una Cultura Automática, robótica si se quiere, que descarga en el automatismo
de la ley el peso de una investigación para determinar un juicio final sobre el
caso de ruptura matrimonial; cuanto monta tanto un concepto decimonónico de
Patria Potestad por el que se sigue rigiendo la Cultura de la ley.
Cuando la
Patria Potestad es un título de Propiedad y no un Derecho Natural del
Procreador (hombre-mujer) hacia el Procreado, por el que el Procreador no puede
ser privado de su Procreado por un poder extraño a ambos, por este simple hecho
de ser conceptuado como título de Propiedad : la Patria Potestad atenta contra
los Derechos Humanos al transformar el Ser Humano en Propiedad de alguien.
El Hombre
nace Libre, y en este orden la conceptuación de la Patria Potestad como un
título de Propiedad atenta contra la Libertad Natural del Hombre.
Ahora
bien, cuando la Patria Potestad no es un elemento de perversión del Derecho, el
Hecho de ser Libre por Naturaleza es causa de Imposibilidad, excepto como
delito contra justicia, y de aquí el Crimen de Género, contra la Privación del
Procreado, por parte de la Ley, a su Derecho al Procreador (él y ella), en cuya
defensa la Justicia defiende su Derecho apartando del proceso al procreado,
ajustándose la Ley a la relación entre las dos partes procreadoras, por esta
Razón la Justicia Imposibilitando la separación del Procreador (él-ella) del
Procreado.
Si
tomamos la evolución de la Libertad desde la Esclavitud al Concepto de Patria
Potestad ciertamente advertimos una creciente y positiva evolución ontológica.
Mas una vez asumida la Plenitud de su Libertad por el Ser, asumir por quien es
Libre la esclavitud que encierra un Concepto de Patria Potestad, por el que
otro Ser deviene Propiedad, es, no ya un contrasentido, sino perpetuar el
status asesino que durante Milenios le sirviera de base a las clases
aristocráticas a la hora de establecer su derecho al crimen, individual y en
masa.
Tomando
como medida de toda Libertad Social y Ontológica el Derecho Natural se entiende
que la naturaleza del Concepto de Patria Potestad, en cuanto que divide el Ser
y hace que se lo apropie una Parte del Matrimonio Procreador, es un Delito
contra la Libertad Original del Ser, que admite Tutoría, pero jamás su
Propiedad, pues cualquier o toda Propiedad del Ser sobre el Ser determina un
status de esclavitud, y que ésta sea parcial o total no le quita ni le añade al
Hecho.
Toda Esclavitud
es, como defendemos, ya parcial ya total, un atentado contra el Derecho
Universal Natural.
Por lo
cual cualquiera sea la parte del Matrimonio Procreador que acuda a la Patria
Potestad en detrimento de la Tutoría Ontológica, es una parte delictiva y se
integra dentro de la Razón Delincuente formada por el Poder que hizo la Ley y
contra Justicia aplica esa Ley esclavista. Así que partiendo la Ley del
Divorcio que el Siglo XX puso sobre la mesa ¿a quién le extraña que las
consecuencias de la aplicación de una Ley fundada sobre un Concepto Esclavista
procediera a lo que se diera por llamar Violencia de Género?
Pero no
porque el Futuro suela estudiar el Pasado con la pasión de quien estudia el
comportamiento de un patio de locos, el Presente, que vive bajo los efectos de
dicha locura, puede permitirse la risa. Y no porque el Presente no se halle
libre.
La
determinante básica de la Inteligencia es la abstracción, plataforma desde la
que el espíritu observa el tiempo y deduce sus leyes y sus consecuencias. Y si
desde las causas se obtienen unos efectos, es una lección muy antigua que desde
los efectos se pueden llegar a las causas.
Que el
matrimonio justicia-política impusiera en el Siglo XX el destierro de esta
sencilla razón de su esfera, afirmando que el sistema causa-efecto no debe
aplicarse a su clase específica, esto no quiere decir que la ley deje de seguir
su curso. Es decir, si existe un estado de Violencia-Crimen de Género es porque
existe una causa, en este caso una ley criminal reguladora de la relación
procreadora, cuyo efecto, en los casos extremos, es el crimen. De manera que
si, siguiendo la ley, hacemos inoperativa la causa: dejará de sucederse el
efecto.
La
legitimación del fracaso de la ley política, que llaman del Divorcio, como
proceso natural inherente a la propia estructura del Ser es lo que ha recibido
el título pomposo “Crimen de Género”.
Observemos
que en su día la generación de Darwin legitimó el fracaso de la fuerza racional
humana para superar el dilema de la tragedia de la Civilización, desde los
tiempos antiguos dividida en dos clases, antagónicas y enemigas, la del fuerte
y la del débil, elevando el fracaso a ciencia, y dándole un nombre científico:
Selección Natural. Con este pomposo título y filosofía el Poder buscó la obediencia
ciega del Hombre que se había alzado negando que el Poder reciba de Dios su
derecho sobre la vida y la muerte. Como dice la canción: A kind of magic.
En este
caso del Divorcio la clase política quiso cerrar su fracaso para vencer los
efectos de la naturaleza delictiva del Hombre en cuanto Propiedad, que recoge
el Concepto de Patria Potestad, elevando las consecuencias de esta Ley Criminal
a la estructura natural de la relación entre hombre y mujer. Y le puso un
nombre: Violencia de Género.
Si el
siglo de Darwin quiso reducir la lucha por la Libertad del Hombre a un estado
de locura del pobre, canonizando de esta manera la Ciencia su fracaso para
entender las causas de esta Lucha Milenaria del pobre contra el rico, el Siglo
XX se lavó las manos sobre las consecuencias de la Ley criminal que le sirve de
base al Crimen de Género, entregando al hombre y a la mujer al imperio de la
ley criminal que le sirviera de regulación a su unión procreadora.
Evolución
de la Ley
La única
salida de esta situación desastrosa es la Abolición del Concepto de Patria
Potestad como Título de Propiedad, para dar paso a la Razón de Tutoría
Ontológica, estableciendo la Igualdad de Derechos y Responsabilidades en el
Acto de Formación del Ser Procreado, e implicar como delito la separación del Procreado
de su Procreador por una parte de la Pareja Procreadora. ¡A Derechos iguales,
Deberes iguales!
El
análisis del efecto de la negación de Plenitud de Libertad del Ser, que le
niega al Procreado, al dividir a su Procreador, su Deber de Procreado a sus
procreadores; devuelve la Patria Potestad al carácter de Propiedad, por cuyo
carácter el Procreado es privado por ley de su Derecho sobre ambas partes de la
Pareja procreadora.
Mientras
el Ser esté sujeto al Concepto de Patria Potestad nace esclavo. El derecho
Innato, Divino del procreado a sus procreadores es anulado por la ley. El
Crimen de Género, en lo que se refiere a esta Ley, aun cuando las otras causas
se pulieran, seguiría existiendo porque al ser el Procreado una Propiedad la
parte procreadora alienada luchará hasta la muerte por lo que es suyo, y siendo
una propiedad para la parte favorecida ésta usará lo que es suyo como arma de
venganza o simplemente de escarnio. En esta batalla contra natura tanto la una
como la otra parte olvidan que el Ser del Hombre no es de Propiedad de nadie, y
sólo está bajo la Tutoría de sus Progenitores hasta que la Vida en él alcanza
la Plenitud de su Autonomía Física e Intelectual.
Observamos
en la experiencia del Divorcio cómo la mala natura, apoyada por la injusticia
que el poder establece y la ley defiende, irrumpe en la Civilización y priva al
Ser de la Libertad alcanzada por Derecho, Natural y Divino. Bajo las ruedas del
enfrentamiento lógico en la etapa del Divorcio la abolición de la Libertad y la
involución hacia la esclavitud del Ser Humano deviene el pan de cada día del
Ser, que, indefenso para luchar por sí mismo, asiste impotente a ser
arrastrado, contra natura, lejos de su Derecho Natural, para ser tratado como
un vulgar esclavo cuya propiedad le pertenece, por ley, a una de las partes de
su Origen.
Dicen que
No, la justicia lo dice, que la Patria Potestad lo niega. Pero el simple hecho
de su existencia es ya un tráfico de personas, y en consecuencia un delito, de
manera que su misma existencia es causa de crimen. En los casos más extremos
observamos que corre la sangre. Pero en la mayoría de los casos... ¿quién ve lo
que muere en el Ser?
Obviamente
de esta muerte la justicia se limpia las manos.
En lo que
atañe, pues, a la Patria Potestad como causa eficiente contributiva al Crimen
de Género, su abolición y la Declaración de la Tutoría Ontológica, determinando
Deberes y Derechos Iguales, es de una necesidad existencial sin concesiones.
Partiendo de esta plataforma las partes tendrán que determinar su Divorcio y
sus relaciones Postreras de acuerdo a una Ley de Libertad y no a un Delito por
el que el Ser del Procreado deviene un esclavo cuya propiedad le pertenece a
todos menos a él mismo.
El
Divorcio en sí, referido desde esta plataforma de aplastamiento de la Libertad
y del Derecho del Ser, es un delito y en consecuencia las partes maquinan sin
mirar al Tercer Miembro del Matrimonio, el Procreado. ¿Debe sufrir el hijo las
consecuencias de los errores de los padres?
La Ley
del Divorcio del Siglo XX determinó que sí. Y los padres más afectados y más
débiles respondieron con el Crimen. La Justicia fue la culpable, el Poder fue
el origen, y la ley, su razón.
La
Justicia nunca debe mirar al más fuerte, sino al más débil. Pero cuando la
Justicia y la Ley vienen determinadas por el Poder, ¿qué se puede esperar sino
el crimen y el delito como fruto de la justicia y de la ley creada por ese
Poder?
En lo que
respecta al Divorcio como causa contributiva al Crimen de Género todo lo que se
diga de más es ofensa contra el Ser y su Libertad Natural y Divina. Pues es
evidente que la plataforma sobre la que se va a mover la persona determina su
pensamiento. Si tiene que caminar por una región de barro adoptará y pensará de
acuerdo a la naturaleza del terreno, si por una zona pedregosa adoptará los
zapatos y el vestido a esa naturaleza. De la misma manera si a quien se
divorcia se le pone una plataforma en la que sus rencores, sus venganzas y sus celos
pueden ser descargados, pensará acorde a esta opción tenebrosa. Pero si el
divorcio le pone sobre un terreno en el que esas razones no tienen ningún
juego, se moverá ante el hecho del divorcio acorde a esta nueva realidad.
Y pues
que la función de la justicia es defender al débil, y en este caso es el Niño,
una ley que le sirve a las partes un terreno abierto a la venganza, los
rencores, y... el crimen... es una ley maligna, y quienes la aplican son
responsables de los crímenes que por esa ley se acometen. Si la misión de los
hombres es cambiar las leyes a fin de que la Ley sea el reflejo de la riqueza
de su Ser, ¡cuánto más quienes tienen que moverse en ella tienen la misión de
levantarse contra el Poder y unirse a la Sociedad demandando la abolición de
las leyes malignas que, por ley del Poder, deben aplicar, siendo parte del
crimen que el Poder ampara con su ley!
CAPÍTULO
SEXTO
ONTOLOGIA
Y ORIGEN DEL ABSOLUTISMO
|
|||
![]() |
|
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |