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LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

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CREACION DEL UNIVERSO SEGUN EL GÉNESIS

 

LA SAGRADA BIBLIA

ANTIGUO TESTAMENTO - PENTATEUCO

 

DEUTERONOMIO

 

TERCER DISCURSO

27

Solemne promulgación de la Ley

1. Moisés con todos los ancianos de Israel, dio al pueblo esta orden: “Guardad todo el mandato que yo os prescribo hoy.

2. Cuando hayáis pasado el Jordán a la tierra que Yavé, tu Dios, te dará, levantarás grandes piedras, que revocarás de cal,

3. y escribirás en ellas todas las palabras de esta Ley apenas hayas pasado para llegar a la tierra que Yavé, tu Dios, te dará; tierra que mana leche y miel, como Yavé, tu Dios, se lo prometió a tus padres.

4. Cuando paséis el Jordán alzaréis esas piedras, como yo te lo mando hoy, sobre el monte Ebal y las revocarás con cal.

5. Alzarás allí un altar a Yavé; un altar de piedras a las que no haya tocado el hierro;

6. alzarás con piedras brutas el altar a Yavé, tu Dios, y ofrecerás sobre él holocaustos a Yavé, tu Dios;

7. le ofrecerás sacrificios pacíficos y allí comerás y te regocijarás ante Yavé, tu Dios;

8. escribirás sobre esas piedras todas las palabras de esta Ley con caracteres bien claros.”

9. Moisés y los sacerdotes levitas hablaron a todo Israel, diciendo: “Guarda silencio, Israel, y escucha: Hoy eres el pueblo de Yavé, tu Dios.

10. Obedece, pues, a la voz de Yavé, tu Dios, y pon por obra sus mandamientos y sus leyes que yo hoy te prescribo.”

 

Maldiciones

11. El mismo día dio Moisés al pueblo esta orden:

12. “Cuando hayáis pasado el Jordán, Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín se estarán sobre el monte Garizim para la bendición del pueblo;

13. los otros, Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí, sobre el monte Ebal, para la maldición.

14. Los levitas alzarán la voz, y en voz alta dirán a todos los hombres de Israel:

15. ¡Maldito quien haga escultura o imagen fundida, abominación a Yavé, obra de artífice, y la ponga en lugar oculto! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!

16.¡Maldito quien deshonre a su padre o a su madre! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!

17. ¡Maldito quien reduzca los términos de su prójimo! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!

18. ¡Maldito quien lleve al ciego fuera de su camino! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!

19. ¡Maldito quien haga entuerto al extranjero, al huérfano y a la viuda! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!

20. ¡Maldito quien yace con la mujer de su padre para alzar la cubierta del lecho de su padre! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!

21. ¡Maldito quien tuviere parte con una bestia cualquiera! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!

22. ¡Maldito quien yace con su hermana, hija de su padre o de su madre! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!

23. ¡Maldito quien yace con su suegra! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!

24. ¡Maldito quien ocultamente hiere a su prójimo! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!

25. ¡Maldito quien reciba dones para herir de muerte una vida, sangre inocente! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!

26. ¡Maldito quien no mantenga las palabras de esta Ley cumpliéndolas! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!

 

28

Sanciones de la Ley. Maldiciones y Bendiciones

1. Si de verdad escuchas la voz de Yavé, tu Dios, guardando diligentemente todos sus mandamientos que hoy te prescribo, poniéndolos por obra, Yavé, tu Dios, te pondrá en alto sobre todos los pueblos de la tierra, y vendrán sobre ti

2. y te alcanzarán todas estas bendiciones por haber escuchado la voz de Yavé, tu Dios.

3. Serás bendito en la ciudad y bendito en el campo.

4. Será bendito el fruto de tu vientre y el fruto de tu suelo, el de tus bestias, las crías de tus vacas y las de tus rebaños.

5. Bendita será tu canasta y bendita tu artesa.

6. Bendito serás en tu entrar y bendito en tu salir.

7. Pondrá Yavé a tus enemigos, los que contra ti se alcen, en derrota delante de ti; vendrán contra ti por un camino y por siete caminos huirán delante de ti.

8. Yavé mandará la bendición para que te acompañe en tus graneros y en todo trabajo de tus manos. Te bendecirá en la tierra que Yavé, tu Dios, te da.

9. Yavé te confirmará por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, si guardas los mandamientos de Yavé, tu Dios, yandas por sus caminos;

10. y verán todos los pueblos de la tierra que está sobre ti el nombre de Yavé y te temerán.

11. Yavé te colmará de dones y te bendecirá el fruto de tus entrañas, el fruto de tus ganados, el fruto de tu suelo, en la tierra que a tus padres juró darte.

12. Yavé te abrirá sus tesoros, el cielo, para dar a tu tierra la lluvia a su tiempo, bendiciendo todo el trabajo de tus manos. Prestarás a muchas gentes y de ninguna tomarás prestado.

13. Te pondrá Yavé a la cabeza y no a la cola; estarás siempre en alto y nunca abajo si obedeces los mandatos de Yavé, tu Dios, que yo te prescribo hoy, y los guardas y los pones por obra,

14. sin apartarte ni a la derecha ni a la izquierda de todos los mandamientos que yo re prescribo hoy, no yéndote tras otros dioses para servirles.

15. “Pero si no obedeces a la voz de Yavé, tu Dios, guardando todos sus mandamientos y todas sus leyes que yo te prescribo hoy, he aquí las maldiciones que sobrevendrán sobre ti:

16. maldito serás en la ciudad y maldito en el campo,

17. maldita tu canasta y maldita tu artesa,

18. maldito será el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo, y las crías de tus vacas y de tus ovejas;

19. maldito en tu entrar y en tu salir.

20. Y Yavé mandará contra ti la maldición, la turbación y la amenaza en todo cuanto emprendas hasta que seas destruido y perezcas bien pronto por la perversidad de tus obras, con que te apartaste de mí.

21. Yavé hará que se te pegue la mortandad hasta consumirte sobre la tierra en que vas a entrar para poseerla.

22. Yavé te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación, de ardor, de sequía, de quemadura, de podredumbre, que te perseguirán hasta destruirte.

23. Tu cielo, sobre tu cabeza, será de bronce, y el suelo, bajo tus pies, de hierro.

24. Yavé mandará sobre tu tierra, en vez de lluvia, polvo y arena, que bajarán del cielo sobre ti hasta que perezcas.

25. Yavé hará que seas derrotado por tus enemigos; marcharás contra ellos por un camino y huirás por siete de ellos, y serás vejado en todos los reinos de la tierra.

26. Tu cuerpo será pasto de todas las aves del cielo y de todas las bestias de la tierra, sin que haya nadie que las espante.

27. Yavé te herirá con las úlceras de Egipto, con almorranas, con sarna, con tina, de que no curarás.

28. Yavé te herirá de locura, de ceguera y de delirio;

29. en pleno día andarás palpando como palpa el ciego en tinieblas. No tendrá éxito ninguno de tus proyectos y te verás siempre oprimido y despojado, sin que nadie te socorra.

30. Tomarás una mujer y otro la gozará, construirás una casa y no la habitarás tú.

31. Tu buey será degollado a tus ojos y no lo comerás tú; tu asno te lo quitarán y no te lo devolverán; tus ovejas las tomarán tus enemigos y nadie te socorrerá;

32. tus hijos y tus hijas serán presa de otro pueblo; tus ojos lo verán y los buscarás todo el día, pero tu mano no tendrá fuerza para traértelos.

33. El fruto de tu suelo y el producto de tu trabajo se lo comerá un pueblo que no conoces; serás siempre oprimido y aplastado.

34. Te volverás loco a la vista de lo que con tus ojos verás.

35. Yavé te herirá en tus rodillas y en tus muslos de úlcera maligna, que no curará, y te cubrirá de ellas desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza.

36. Yavé te hará ir a ti y a tu rey, al que sobre ti pongas, a un pueblo que no has conocido ni tú ni tus padres, y allí servirás a otros dioses, a leños y a piedras,

37. y serás objeto de pasmo, de fábula y de burla en todos los pueblos a que Yavé te llevará.

38. Echarás en tu campo mucha simiente y cosecharás poco, porque se lo comerá la langosta.

39. Plantarás viñas y las labrarás, pero no beberás su vino ni vendimiarás nada, porque se lo comerá el gusano.

40. Tendrás en todo tu término olivos, pero no te ungirás con su aceite, porque la aceituna se caerá.

41. Engendrarás hijos e hijas, pero no serán para ti, porque serán llevados cautivos.

42. Todos tus árboles y todos los frutos de tu suelo los roerá la langosta.

43. El extranjero que habita en medio de ti subirá por encima de ti cada vez más alto, y tú bajarás cada vez más bajo;

44. te prestará él, pero tú no le prestarás; él vendrá a ser cabeza, y tú cola.

45. Vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te perseguirán y te alcanzarán hasta que del todo perezcas por no haber obedecido la voz de Yavé, tu Dios, guardando las leyes y los mandamientos que Él te prescribía,

46. y serán prodigio y portento en ti y en tu descendencia para siempre.

47. Por no haber servido a Yavé alegre y de buen corazón, en abundancia de bienes,

48. habrás de servir en hambre, en sed, en desnudez y en la indigencia de todo a los enemigos que Yavé mandará contra ti; él pondrá sobre tu cuello un yugo de hierro hasta que te destruya.

49. Yavé hará venir contra ti desde lejos, desde el cabo de la tierra, una nación que vuela como el águila, cuya lengua no conoces;

50. gente de feroz aspecto, que no tiene miramientos con el anciano ni perdona al niño,

51. que devorará las crías de tus ganados y el fruto de tu suelo hasta que seas exterminado; no te dejará ni trigo, ni mosto, ni aceite, ni las crías de tus vacas y de tus ovejas hasta hacerte perecer.

52. Pondrá sitio a todas tus ciudades hasta que caigan en tierra las altas y fuertes murallas en que habrás puesto tu confianza; te asediará en todas tus ciudades, en toda la tierra que Yavé, tu Dios, te habrá dado.

53. Comerás el fruto de tus entrañas, la carne de tus hijos y de tus hijas, que Yavé, tu Dios, te habrá dado; tanta será la angustia y el hambre a que te reducirá tu enemigo.

54. El hombre de entre vosotros más delicado y más hecho al lujo mirará con malos ojos a su hermano, a la mujer que en su seno reposa y a los hijos que todavía le queden,

55. para no tener que dar a ninguno de ellos de la carne de sus hijos, que él se comerá por no quedarle otra cosa en el cerco y en la angustia a que te reducirá tu enemigo en todas tus ciudades.

56. La mujer de en medio de ti más delicada, la más hecha al lujo, demasiado blanda y delicada para probar a poner sobre el suelo la planta de su pie, mirará con malos ojos al marido que en su seno reposa, a su hijo y a su hija,

57. a las secundinas que salen de entre sus pies y al hijo que acabará de dar a luz; porque, faltos de todo, llegaréis hasta comer todo eso en secreto en el asedio y opresión a que te reducirá tu enemigo en tus ciudades.

58. Si no cuidas de poner por obra todas las palabras de esta Ley escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y terrible de Yavé, tu Dios,

59. hará Yavé portentosos tus azotes y los azotes de tu descendencia; azotes grandes y continuos, enfermedades graves y obstinadas;

60. arrojará sobre ti todas las plagas de Egipto, ante las cuales te aterrorizaste, y se pegarán a ti.

61. Vendrá sobre ti toda otra clase de enfermedades y azotes no escritos en el libro de esta Ley.

62. Yavé te los echará encima hasta que seas exterminado; quedaréis pocos, cuando erais como las estrellas del cielo en muchedumbre, por no haber escuchado la voz de Yavé, tu Dios.

63. Así como se gozaba Yavé en vosotros haciéndoos beneficios y multiplicándoos, así se gozará sobre vosotros arruinándoos y destruyéndoos. Así seréis exterminados de la tierra en que vais a entrar para posesionaros de ella,

64. y te dispersará Yavé por entre todos los pueblos del uno al otro cabo de la tierra; y allí servirás a otros dioses que ni tú ni tus padres conocisteis, leño y piedra.

65. Tampoco en medio de estos pueblos tendrás tranquilidad ni hallarás punto donde posar tranquilamente la planta de tus pies; por lo contrario, te dará Yavé un corazón pávido, unos ojos decaídos y un alma angustiada,

66. y tendrás día y noche la vida pendiente como de un hilo ante ti; día y noche estarás temeroso y no tendrás seguridad;

67. a la mañana dirás: “¡Oh, si fuese de noche!” Y a la noche dirás: “¡Oh, si fuese de día!,” por el miedo que se apoderará de tu corazón y por lo que tus ojos verán.

68. Acabará Yavé por haceros volver en naves a Egipto, por el camino de que yo había dicho: “No volverás más por él”; allí seréis ofrecidos a vuestros enemigos en venta como esclavos y esclavas, y no habrá quien os compre.”

69. Estas son las palabras de la alianz que mandó Yavé a Moisés hacer con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además de la alianza que hizo con ellos en Horeb.

 

CUARTO DISCURSO

Recapitulación

29

1. Convocó Moisés a los hijos de Israel y les dijo: “Habéis visto todo cuanto a vuestros ojos hizo Yavé en la tierra de Egipto al faraón, a todos sus servidores y a toda su tierra;

2. los grandes portentos que tus ojos vieron, los milagros y los prodigios grandes.

3. Pero Yavé no os ha dado todavía hasta hoy un corazón que entienda, ojos que vean y oídos que escuchen.

4. Por cuarenta años os ha conducido a través del desierto; vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros; tu sandalia no se ha envejecido en tu pie;

5. no habéis comido pan ni habéis bebido vino ni licor, para que sepáis que soy yo, Yavé, vuestro Dios;

6. y al llegar a esta región, Seón, rey de Hesebón, y Og, rey de Basan, salieron contra ti en guerra, pero los derrotarnos

7. y nos apoderamos de su tierra, dándosela en posesión a los rubenitas, gaditas y a media tribu de Manasés.

8. Por eso debéis guardar todas las palabras de esta alianza, para asegurar el feliz éxito de cuanto emprendáis.”

 

Amenazas contra los infieles

 

9. Hoy estáis todos ante Yavé, vuestro Dios; los jefes de vuestras tribus, los jueces, los ancianos, los oficiales, todos los varones de Israel;

10. y vuestros hijos, y vuestras mujeres, y todos los peregrinos que se hallan dentro del campamento, desde tu leñador hasta tu aguador, para que hagas con Yavé, tu Dios, tu alianza y tu juramento

11. de hacerte El su pueblo y de tenerle tú a Él por tu Dios, como se lo prometió y juró por ti a Abraham, Isaac y Jacob.

12. Pero no sólo con vosotros hago yo esta alianza y este juramento,

13. sino con todos los que estáis hoy con nosotros ante Yavé, nuestro Dios, y los que no están hoy con nosotros.

14. Sabéis cómo hemos morado en la tierra de Egipto y cómo hemos pasado por entre los pueblos por que habéis pasado;

15. habéis visto sus abominaciones y sus ídolos, leño y piedra, plata y oro, que hay entre ellos.

16. No haya, pues, entre vosotros hombre ni mujer, familia ni tribu, que se aparte hoy de Yavé, nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de esos pueblos; no haya entre vosotros raíz que produzca veneno ni ajenjo;

17. nadie, al oír las palabras de este juramento, se bendiga en su corazón, diciendo: Paz tendré, aunque persista en el propósito de mi corazón;

18. de modo que se una la sed a la gana de beber.

19. Yavé no perdonará a ése, sino que se encenderán contra él la cólera y el celo de Yavé, se echarán sobre él todas las maldiciones escritas en este libro,

20. y Yavé borrará su nombre de debajo de los cielos.

21. Yavé le elegirá para entregarle a la desventura de entre todas las tribus de Israel, conforme a las maldiciones de esta alianza escritas en el libro de esta Ley.

22. Las generaciones venideras, los hijos que después de vosotros nacerán y los extranjeros que de lejanas tierras vengan, a la vista de las plagas y de las calamidades con que habrá castigado Yavé a esta tierra -azufre y sal, quemada toda la tierra, sin sembrarse ni germinar, sin que nazca en ella la hierba, como la catástrofe de Sodoma y Gomorra, de Adama y Seboyim, que destruyó Yavé en su furor —,

23. dirán todos: ¿Cómo es que así ha dejado Yavé a esta tierra? ¿Qué ira y furor tan grande ha sido éste?

24. Y les contestarán: Es por haber roto el pacto de Yavé, el Dios de sus padres, que con ellos hizo cuando los sacó de Egipto;

25. se fueron a servir a dioses extraños y les sirvieron; dioses que no conocían y que no eran sus dioses,

26. y se encendió el furor de Yavé contra esta tierra, y echó sobre ella todas las maldiciones que están escritas en este libro;

27. y los arrancó Yavé de esta tierra con cólera, con furor, con gran indignación, y los arrojó a otras tierras como están hoy.

28. Las cosas ocultas sólo son para Yavé, pero las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos por siempre, para que se cumplan todas las palabras de esta Ley.

 

30

Promesas de Redención

1. “Cuando te sobrevengan todas estas cosas y traigas a la memoria la bendición y la maldición que hoy te propongo, y en medio de las gentes a las que te arrojará Yavé, tu Dios,

2. te conviertas a Yavé, tu Dios, y obedezcas a su voz, conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y toda tu alma,

3. también Yavé, tu Dios, reducirá a tus cautivos, tendrá misericordia de ti y te reunirá de nuevo en medio de todos los pueblos entre los cuales te dispersó.

4. Aunque se hallasen tus hijos dispersos en el último cabo de los cielos, de allí los reunirá Yavé, tu Dios, y de allí irá a tomarlos.

5. Yavé, tu Dios, volverá a traerte a la tierra que poseyeron tus padres, y volverás a poseerla, y Él te bendecirá y te multiplicará más que a ellos.

6. Circuncidará Yavé, tu Dios, tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames a Yavé, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, y vivas.

7. Por lo contrario, Yavé, tu Dios, arrojará todas estas maldiciones sobre tus enemigos, sobre los que te odiaron y te persiguieron,

8. y tú obedecerás a la voz de Yavé, tu Dios, cumpliendo todos sus mandatos que hoy te propongo.

9. Te hará abundar Yavé en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tus ganados, en el fruto de tu tierra, y te bendecirá, porque volverá a complacerse Yavé en hacerte bien, como se complacía en hacérselo a tus padres;

10. si, obedeciendo a la voz de Yavé, tu Dios, guardas todos sus preceptos y mandatos, como está escrito en esta Ley, y te conviertes a Yavé, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma.

11. En verdad, esta Ley que hoy te impongo no es muy difícil para ti ni es cosa que esté lejos de ti.

12. No está en los cielos para que puedas decir: ¿Quién puede subir por nosotros a los cielos para cogerla y dárnosla a conocer, y que así la cumplamos?

13. No está al otro lado de los mares para que puedas decir: ¿Quién pasará por nosotros al otro lado de los mares para cogerla y dárnosla a conocer, y que así la cumplamos?

14. La tienes enteramente cerca de ti; la tienes en tu boca, en tu mente, para poder cumplirla.

15. Mira: hoy pongo ante ti la vida con el bien, la muerte con el mal.

16. Si oyes el precepto de Yavé, tu Dios, que hoy te mando, de amar a Yavé, tu Dios, seguir sus caminos y guardar sus mandamientos, decretos y preceptos, vivirás y te multiplicarás, y Yavé, tu Dios, te bendecirá en la tierra en que vas a entrar para poseerla.

17. Pero, si se aparta tu corazón y no escuchas, sino que te dejas arrastrar a la adoración y al servicio de otros dioses,

18. hoy te anuncio que irás a la segura ruina y que no durarás largo tiempo sobre la tierra a cuya conquista vas después de pasar el Jordán.

19. Yo invoco hoy por testigos a los cielos y a la tierra de que os he propuesto la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge la vida, para que vivas, tú y tu descendencia,

20. amando a Yavé, tu Dios; obedeciendo a su voz y adhiriéndote a Él, porque en eso está tu vida y tu perduración: en habitar la tierra que Yavé juró dar a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob.

 

31

Últimas disposiciones. Elección de Josué

 

1. Así que Moisés acabó de dirigir estas palabras a todo Israel, dijo de nuevo:

2. “Yo ya tengo ciento veinte años; no puedo ya salir ni entrar; además, me ha dicho Yavé: Tú no pasarás el Jordán.

3. Yavé, tu Dios, pasará delante de ti, y destruirá delante de ti a todas esas gentes, y tú las heredarás. Josué pasará delante de ti, como te lo ha dicho Yavé,

4. y hará Yavé con ellos como hizo con Seón y Og, reyes de los amorreos, y con su tierra, destruyéndolos;

5. y os los entregará Yavé, y haréis con ellos conforme a todo cuanto yo os he mandado;

6. esforzaos, pues; tened ánimo y no temáis ante ellos ni les tengáis miedo, que Yavé, tu Dios, va contigo, y no te dejará ni te desamparará.”

7. Llamó, pues, Moisés a Josué y le dijo ante todo Israel: “Esfuérzate y ten ánimo, porque tú has de entrar con este pueblo en la tierra que a sus padres juró Yavé darles, y tú los pondrás en posesión de ella;

8. y Yavé marchará delante de ti, estará contigo y no te dejará ni te abandonará; por esto no has de temer ni acobardarte.”

 

Lectura periódica de la Ley

 

9. Escrita esta Ley, entregósela Moisés a los sacerdotes, hijos de Leví, que llevan el arca de la alianza de Yavé, y a todos los ancianos de Israel,

10. mandándoles: “Al fin de cada septenio, al llegar el año de la remisión, en la fiesta de los Tabernáculos,

11. cuando vendrá todo Israel a presentarse ante Yavé, tu Dios, en el lugar que El elija, leerás esta Ley ante todo Israel, a sus oídos.

12. Reunirás al pueblo, hombres, mujeres y niños, y a todos los peregrinos que se hallen en tus ciudades, para que la oigan y aprendan a temer a Yavé, vuestro Dios, y estén siempre atentos a cumplir todas las palabras de esta Ley.

13. Especialmente vuestros hijos, que nada saben de ella, habrán de oírla, para aprender a temer a Yavé, vuestro Dios, todo el tiempo que viváis sobre la tierra a la cual os dirigís, en pasando el Jordán, para apoderaros de ella.”

 

La futura apostasía de Israel

 

14. Entonces dijo Yavé a Moisés: “Mira que ya se acerca para ti el día de tu muerte; llama, pues, a Josué, y esperad a la entrada del tabernáculo de la reunión que le dé yo mis órdenes.” Fueron, pues, Moisés y Josué y esperaron a la entrada del tabernáculo de la reunión.

15. Aparecióse Yavé en el tabernáculo, en la columna de nube, a la entrada del tabernáculo,

16. y dijo Yavé a Moisés: “He aquí que vas ya a dormirte con tus padres, y este pueblo se levantará y se prostituirá ante dioses ajenos, los de la tierra adonde va, y me dejará y romperá mi pacto, el que con él he hecho;

17. y se encenderá entonces mi furor contra él, y yo los abandonaré y esconderé de ellos mi rostro, y los devorarán, y vendrán sobre ellos muchos males y aflicciones; y entonces se dirán: ¿No es por no estar ya mi Dios en medio de mí por lo que sobre mí han venido todos estos males y aflicciones?

18. Y yo entonces ocultaré mi rostro de ellos por tanto mal como hicieron yéndose tras otros dioses.

19. Escribid, pues, este cántico; enseñádselo a los hijos de Israel, ponédselo en su boca, para que este cántico me sirva de testimonio contra los hijos de Israel;

20. porque cuando yo los haga entrar en la tierra que con juramento prometí a sus padres, tierra que mana leche y miel; cuando hayan comido y se hayan hartado y hayan engordado, se volverán a otros dioses y los servirán, y a mí me despreciarán y romperán mi alianza.

21. Y cuando venga sobre ellos una muchedumbre de males y aflicciones, este cántico dará testimonio contra ellos, porque no se dará al olvido en la boca de sus descendientes. Porque yo conozco su índole y veo lo que hoy hace aun antes de haberle introducido en la tierra que juré darles.”

22. Escribió, pues, Moisés este cántico aquel día y se lo enseñó a los hijos de Israel.

23. A Josué, hijo de Nun, le mandó y le dijo: “Esfuérzate y ten ánimo, que tú introducirás a los hijos de Israel en la tierra que les he jurado y yo seré contigo.”

24. Y, acabado que hubo Moisés de escribir en un libro las palabras de esta Ley hasta terminarla,

25. mandó a los levitas que llevaban el arca de la alianza de Yavé, diciendo:

26. “Tomad este libro de la Ley y ponedlo en el arca de la alianza de Yavé, vuestro Dios; que esté allí como testimonio contra ti;

27. porque yo conozco tu rebeldía y tu cerviz; aun viviendo yo hoy con vosotros, sois rebeldes a Yavé, ¡cuánto más después que yo muera!

28. Congregad a todos los ancianos de vuestras tribus y a vuestros escribas, que quiero proferir, oyéndolo ellos, estas palabras, invocando como testigos contra ellos a los cielos y a la tierra;

29. pues sé bien que después de mi muerte os pervertiréis del todo y os apartaréis del camino que os he mandado, y que en tiempos venideros os alcanzará la desventura por haber hecho lo que es malo a los ojos de Yahvé, irritándole con las obras de vuestras manos.”

30. Moisés pronunció a oídos de la asamblea de Israel las palabras de este cántico hasta el fin.”

 

32

Cántico de Moisés

 

1. “Escuchad, cielos, y hablaré, y oiga la tierra las palabras de mi boca.

2. Caiga a gotas, como la lluvia, mi doctrina.

Destile como el rocío mi discurso,

como la llovizna sobre la hierba,

como las gotas de la lluvia sobre el césped.

3. Porque voy a celebrar el nombre de Yavé.

¡Dad gloria a nuestro Dios!

4. ¡Él es la Roca! Sus obras son perfectas,

todos sus caminos son justísimos;

es fidelísimo y no hay en Él iniquidad.

Es justo, es recto.

5. Indignamente se portaron con Él sus hijos,

generación malvada y perversa.

6. ¿Así pagas a Yavé,

pueblo loco y necio?

¿No es Él el padre que te crió,

el que por sí mismo te hizo y te formó?

7. Trae a la memoria los tiempos pasados,

atiende a los años de todas las generaciones;

pregunta a tu padre, y te enseñará;

8. Cuando distribuyó el Altísimo su heredad entre las gentes,

cuando dividió a los hijos de los hombres,

estableció los términos de los pueblos

según el número de los hijos de Dios

9. Pues la porción propia de Yavé es su pueblo,

su lote hereditario es Jacob.

10. Le halló en tierra desierta,

en región inculta, entre aullidos de soledad;

le rodeó y le enseñó,

le guardó como la niña de sus ojos.

11. Como el águila, que incita a su nidada,

revolotea sobre sus polluelos,

así El extendió sus alas y los cogió,

y los llevó sobre sus plumas.

12. Sólo Yavé le guiaba;

no estaba con El ningún dios ajeno.

13. Le subió a las alturas de la tierra,

le nutrió de los frutos de los campos,

le dio a chupar miel de las rocas,

y aceite del durísimo sílice.

14. La nata de las vacas y la leche de las ovejas,

con la grosura de los corderos y los carneros,

de los toros de Basan y de los machos cabríos.

Con la flor de trigo;

bebiste la sangre de la uva, la espumosa bebida.

15. Comió Jacob y se hartó,

y engordó el Jesurún, y tiró coces

Y despreció al Dios de su salvación

16. Provocáronle con dioses ajenos,

irritándole con abominaciones;

17. inmolaron a demonios, a no-dioses,

a dioses que no habían conocido,

nuevos, de ha poco advenedizos,

a los que no sirvieron sus padres.

18. De la Roca que te crió te olvidaste,

diste al olvido a Dios, tu Hacedor.

19. Y violo Yavé, y se irritó,

hastiado por sus hijos y sus hijas.

20. Dijo: Esconderé de ellos mi rostro,

veré cuál será su fin,

porque es una generación perversa,

hijos sin fidelidad alguna.

21. Ellos me han provocado con no-dioses,

me han irritado con vanidades;

yo los provocaré a ellos con no-pueblo

y los irritaré con gente insensata.

22. Ya se ha encendido el fuego de mi ira,

y arderá hasta lo profundo del infierno,

y devorará la tierra con sus frutos

y abrasará los fundamentos de los montes.

23. Amontonaré sobre ellos males y más males,

lanzaré contra ellos todas mis saetas.

24. Los consumirá el hambre y los devorará la fiebre

y la nauseabunda pestilencia.

Mandaré contra ellos los dientes de las fieras,

y el veneno de los reptiles que se arrastran por el polvo.

25. A los que fuera estén los matará la espada,

y a los de dentro, el espanto.

Lo mismo a mancebos que a doncellas,

lo mismo al que mama que al encanecido.

26. Ya hubiera yo dicho: Voy a exterminarlos del todo,

voy a borrar de entre los hombres su memoria,

27. si no hubiera sido por la arrogancia de los enemigos,

porque se envanecerían sus perseguidores

y dirían: Ha vencido nuestra mano,

no es Yavé quien ha hecho todo esto.

28. Es gente sin consejo,

no tienen conocimiento.

29. Si fueran sabios, comprenderían esto

y atenderían a lo que les espera.

30. ¿Cómo puede uno solo perseguir a mil,

y dos poner en fuga a diez mil,

sino porque su Roca se los vendió

y Yavé los ha entregado?

31. Porque no es como nuestra Roca la roca suya,

son jueces nuestros mismos enemigos.

32. De cierto su vid es de la vid de Sodoma,

de los campos de Gomorra sus sarmientos,

sus uvas son uvas ponzoñosas,

sus racimos son racimos amarguísimos,

33. Veneno de dragones es su vino,

veneno mortal de áspides.

34. Acaso no tengo yo esto guardado,

encerrado en mis archivos,

35. para el día de la venganza y la retribución,

para el tiempo en que resbalarán sus pies?

Pues cerca está el día de su perdición

y ya lo que les espera se aproxima.

36. De cierto Yavé hará justicia a su pueblo

y tendrá misericordia de sus siervos

cuando vea que desapareció ya toda su fuerza

37. Y dirá entonces: ¿Dónde están ahora sus dioses,

la roca a que ellos se acogían?

38. ¿Los que comían las grasas de sus víctimas

y bebían el vino de sus libaciones?

Que se levanten ahora y os socorran

y sean vuestros protectores.

39. Ved, pues, que yo soy yo, yo solo,

y que no hay Dios alguno más que yo.

Yo doy la vida, yo doy la muerte;

yo hiero y yo sano;

no hay nadie que se libre de mi mano.

40. Ciertamente yo alzo al cielo mi mano

y juro por mi eterna vida:

41. Cuando yo afile el rayo de mi espada

y tome en mis manos el juicio,

yo retribuiré con mi venganza a mis enemigos

y daré su merecido a los que me aborrecen.

42. Emborracharé de sangre mis saetas,

y mi espada se hartará de carne;

de la sangre de los muertos y de los cautivos,

de las cabezas de los jefes enemigos.

43. Regocijaos, gentes, por su pueblo,

porque ha sido vengada la sangre de sus siervos,

le ha vengado de sus enemigos

y hará la expiación de la tierra y de su pueblo.”

44. Vino Moisés e hizo oír al pueblo todas las palabras de este cántico. Con él estaba Josué, hijo de Nun.

45. Cuando hubo acabado de dirigir al pueblo estas palabras,

46. añadió: “Meted en vuestro corazón todas las palabras que hoy os he pronunciado y enseñádselas a vuestros hijos para que escrupulosamente pongan por obra todas las palabras de esta Ley.

47. Porque no es cosa indiferente para vosotros; es vuestra vida, y cumpliéndolo prolongaréis vuestros días sobre la tierra que vais a poseer pasando el Jordán.”

 

El último dia de la vida de Moisés

48. Aquel mismo día habló Yavé a Moisés, diciendo:

49. “Sube a este monte de Abarim — el monte Nebo, en tierra de Moab, frente a Jericó — y contempla desde allí la tierra de Canán, que voy a dar en posesión a los hijos de Israel;

50. y muere en ese monte que vas a subir y reúnete con tu pueblo, como murió Arón, tu hermano, en el monte Or y se reunió allí a los suyos;

51. porque pecasteis contra mí en medio de los hijos de Israel, en las aguas de Meribá, en Cades, en el desierto de Sin, no santificando mi nombre en medio de los hijos de Israel.

52. Tú verás ante ti la tierra, pero no entrarás en esa tierra que voy a dar a los hijos de Israel.”

 

33

Bendiciones de Moisés

 

1. He aquí las bendiciones con que antes de morir bendijo Moisés a los hijos de Israel.

2. Dijo:

“Yavé, saliendo del Sinaí,

vino a Seir en favor nuestro

Resplandeció desde las montañas de Farán

Desde el desierto de Cades

Con los rayos en su diestra... para ellos...

3. Ha hecho gracia a su pueblo,

todos sus santos están en su mano

que reanudando su marcha a pie, prosiguieron por medio del desierto

4. Diónos Moisés la Torá

Su heredad es la casa de Jacob

5. Hízose el Rey de su Jesurún

cuando se reunió la asambleade los jefes del pueblo

De todas las tribus de Israel.

6. Viva Rubén y no se extinga

Y no sean pocos sus varones.

7. Y sobre Judá dijo:

Oye, ¡oh Yavé!, la voz de Judá

y tráele a su pueblo.

Por él luchó tu mano,

fuiste ayuda contra sus enemigos.

8. A Leví le dijo:

Da a Leví tus “tummim,”

y tus “urim” a tu favorito,

a quien probaste en Massá

y con quien contendiste en las aguas de Meribá.

9. El que dijo a su padre: No te conozco,

y a sus hermanos no consideró,

y desconoció a sus hijos

por haber guardado tus palabras,

por haber observado tu pacto.

10. Ellos enseñarán tus juicios a Jacob,

y tu Ley a Israel,

y pondrán a tus narices el timiama,

y el holocausto en tu altar.

11. Bendice, ¡oh Yavé!, su heredad

y acepta las obras de sus manos.

Hiere el dorso de los que contra él se alcen,

y los que le odien, que no se levanten.

12. A Benjamín le dijo:

Amado de Yavé, reposará siempre en seguridad.

Es el Altísimo su protección,

y morará en los desfiladeros de los montes.

13. A José le dijo:

Bendita de Yavé sea tu tierra,

de lo mejor del cielo arriba,

abajo, de las aguas del abismo;

14. de lo mejor de los frutos que madura el sol,

de los frutos selectos de la luna;

15. de lo mejor de los viejos montes,

de lo mejor de los antiguos collados;

16. de los dones exquisitos de la tierra y de su abundancia,

gracioso don del que se apareció en la zarza;

desciendan sobre la cabeza de José,

sobre la frente del príncipe de sus hermanos.

17. Como un toro primogénito es su gloria,

son sus cuernos los cuernos del búfalo,

con que postra a las gentes,

a los términos todos de la tierra.

Tales son las miríadas de Efraím,

las miríadas de Manasés.

18. A Zabulón le dijo:

Gózate, Zabulón, en tus negocios,

y tú, Isacar, en tus tiendas.

19. Ellos llaman a los pueblos a la montaña,

y allí ofrecen sacrificios de justicia.

Ellos chupan la abundancia de los mares,

y los escondidos tesoros en la arena.

20. Y sobre Gad dijo:

Bendito el que ensanchó a Gad;

como leona se halla tumbado,

y desgarra el brazo y la cabeza.

21. Él se proveyó de las primicias,

pues allí fue decretada su parte

cuando se reunieron los príncipes del pueblo;

ejecutó la justicia de Yavé,

y sus fallos justos con Israel.

22. Y sobre Dan dijo él:

Dan es un cachorro de león que salta de Basán.”

23. Y sobre Neftalí dijo:

Neftalí, colmado de favores,

lleno de la bendición de Yavé,

la mar y sus peces son su posesión.

24. Y sobre Aser dijo:

Bendito Aser entre los hijos es Aser;

sea él preferido entre sus hermanos;

en el aceite meterá sus pies.

25. De hierro y bronce son tus cerrojos;

mientras vivas goces de reposo.

26. “No hay para Jesurún otro Dios;

el que en auxilio suyo marcha sobre los cielos,

y en su majestad sobre las nubes.

27. Su refugio es el Dios eterno;

su sostén, los brazos eternos.

Expulsa delante de ti al enemigo

y dice: ¡Extermina!

Te adularán tus enemigos

Pero tu le spisarás el cuello

28. Habite Israel en seguridad,

more aparte la fuente de Jacob,

en la tierra del trigo y del mosto,

cuyos cielos difunden el rocío.

29. Venturoso tú, Israel.

¿Quién semejante a ti,

pueblo salvado por Yavé?

Él es tu escudo de defensa,

Él es la espada de tu gloria.”

 

34

Muerte y sepultura de Moisés

 

1. Subió Moisés desde los llanos de Moab al monte Nebo, a la cima del Pasga, que está frente a Jericó; y Yavé le mostró la tierra toda, desde Galaad hasta Dan;

2. todo Neftalí, la tierra de Efraím con Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar occidental,

3. el Negueb y todo el campo de Jericó, la ciudad de las palmas hasta Segor;

4. y le dijo Yavé: “Ahí tienes la tierra que juré dar a Abraham, Isaac y Jacob, diciendo: A tu descendencia se la daré; te la hago ver con tus ojos, pero no entrarás en ella.” Moisés, el siervo de Dios,

5. murió en la tierra de Moab, conforme a la voluntad de Yavé.

6. Él le enterró en el valle, en la tierra de Moab, frente a Bet-Fogor, y nadie hasta hoy conoce su sepulcro.

7. Tenía, cuando murió, ciento veinte años, y ni se habían debilitado sus ojos ni se había mustiado su vigor.

8. Los hijos de Israel lloraron a Moisés en los llanos de Moab durante treinta días, cumpliéndose los días de llanto por el duelo de Moisés.

9. Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, pues había puesto Moisés sus manos sobre él. Los hijos de Israel le obedecieron, como Yavé se lo había mandado a Moisés.

10. No ha vuelto a surgir en Israel profeta semejante a Moisés, con quien cara a cara tratase Yavé;

11. ni en cuanto a las maravillas y portentos que Yavé le mandó hacer en la tierra de Egipto contra el faraón y contra todos sus servidores y todo su territorio,

12. ni en cuanto a su mano poderosa y a tantos terribles prodigios como hizo a los ojos de todo Israel.

 

 

C.R.Y&S