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EL

CREDO DE LA ETERNIDAD

CRISTO RAÚL Y&S

 

PRÓLOGO

¿Qué es un Credo? Hay que empezar por aquí. Y no es necesario irse muy lejos. Basta mirar alrededor. El Comunismo es un Credo. El  Islam es un Credo. El Capitalismo es un Credo. El Hinduismo es un Credo. El Ateísmo es un Credo. Resumiendo, un Credo es un edificio de pensamientos generadores de unos sentimientos y emociones, directores del curso del comportamiento del Individuo, de la Nación …. y de un Mundo. 

Los animales  tienen unas directrices de comportamiento fijo con origen en la Naturaleza. La capacidad de adaptación  de una especie animal no inteligente a los constantes transformaciones de un Mundo en evolución creciente, es precaria; su potencia para mantenerse en el espacio y el tiempo indefinidamente, es limitada. Y de aquí que se hable de precariedad biológica.

En el terreno de los humanos decimos que  los hombres viven en condiciones precarias porque los medios que disponen los Estados para su adaptación al ritmo de las transformaciones de la Civilización, es limitado. Para acabar con esta precariedad basta  poner al servicio de todos los hombres los medios necesarios para el desarrollo de la plenitud de su personalidad. Personalidad que, sabemos, consta de  una dimensión en la que el hijo da lugar al padre, el padre al abuelo, causando eso que llamamos “LA FAMILIA”.

La destrucción de la Familia Natural implica la Necesidad, por parte del Estado Anticristiano, de arrojar ….:

1º: al “límite precario de supervivencia” a sus componentes vitales;

2º: provocar la división del Núcleo Existencial de la FAMILIA: Hombre-Mujer, y arrojarla al seno del mundo animal en el que la lucha por la vida se convierte en guerra por la Supervivencia;

3º:  y abolir la Patria Potestad para que el Estado convierta en esclavos a todos una vez  alienados todos de la Ley Natural Universal creadora del Ser.

Estos tres capítulos componen el Credo Global  que desde la ONU se está imponiendo sobre el Género Humano.

De donde se ve que un CREDO es un edificio de Pensamiento motor del comportamiento.

Y de donde se entiende que todo grupo de poder, una vez conjurado en acceder al Poder como medio de adquirir las riquezas sin límites que con la sola potencia de sus inteligencias creadoras y actividades sociales constructivas no podrían nunca acceder a ellas, y siendo este acceso la única meta de su existencia, se conjuran para mantener ese Poder al precio de un imperio fundado en la corrupción, y en la violencia contra la Verdadera Ley de la Naturaleza de la Vida en el Universo.

Antes del Nacimiento de la Santa Madre Iglesia Católica Apostólica Romana, los Credos de las naciones, aunque divergentes en el nombre de sus dioses, pusieron sobre las mesas de los pueblos un tipo de comportamiento en nada diferenciado los unos de los otros en cuanto a sus efectos aunque sí aniquiladores de los demás en tanto que a principios dogmáticos. El  Romano como el Persa, el Galo como el   Huno, el Griego como el Hindú, todos los pueblos  del mundo antiguo fueron instalados en la teoría de  “hombres esclavos-hombres libres”, relacionándose los unos con los otros por la ley de la Guerra, la ley del más fuerte según el Credo Darwinista, resurrección anticristiana del Credo de la Antigüedad, que JESUCRISTO condenó a la papelera.

El CREDO de la Santa Madre Iglesia Católica Romana fue el Pensamiento de su Fundador traducido al Lenguaje de la Inteligencia Universal. De manera que como dos más dos es igual a cuatro en cualquier parte del Cosmos, el CREDO de la Iglesia es Eterno. No importa donde hubiese tenido su origen o donde lo tengan todos los Mundos que llenan y llenen el Universo, todos los Pueblos de la Creación tienen este CREDO en tanto en cuanto la Espina Dorsal de sus Almas: ¡Por la ETERNIDAD!

Pero siendo cierto que una Mentira repetida mil veces adquiere tonos de realidad, no deja de ser igualmente sorprendente ver cómo una Verdad recitada un millón de veces pierde su credibilidad. Y esto se debe a que lo evidente acaba  abandonándose al subconsciente, la consciencia ya no se detiene a contemplar el Hecho de su propia existencia, y se olvida de que como el cuerpo sin la espina dorsal no puede permanecer en la existencia, así la Inteligencia, una vez alienada de su espina dorsal: el CREDO CATÓLICO  regresa al Origen Histórico para reivindicar su Batalla, en alma y cuerpo, contra aquella Sociedad Fratricida y Genocida se levantó.

La Historia de la Creación de esta TABLA : el CREDO DIVINO, grabada no en piedra, sino en  el Corazón de la Iglesia, está escrita. La Guerra que Judíos, Romanos, Bárbaros, Islam y Protestantismo  le declararon a al CREDO DE JESUCRISTO fue la Crónica Anunciada de la Victoria de DIOS, victoria jamás asumida por sus enemigos.

Durante los dos primeros siglos de nuestra ERA fue impensable creer que un Carpintero y Doce Pescadores fuesen a plantar su Bandera en lo más alto del Imperio. Creer que una Religión cuyo CREDO fue declarado enemigo del Mundo fuese a borrar la teoría de “Hombre esclavo-Hombre libre”, para en la Fraternidad Universal de todos en un DIOS PADRE CREADOR derribar los muros entre los pueblos del Género Humano, parecía mucho creer. La sentencia de políticos, filósofos, religiones paganas y templo judío fue unánime: Muerte al Cristianismo.

Como para el Comunismo la Propiedad Privada es un Delito y la Patria Potestad un crimen contra el Estado, para el Mundo Antiguo la abolición de la Teoría de la Esclavitud era un virus mortal que se debía ser combatido a sangre y fuego.

Cierto, en el mundo político del Temprano Siglo XXI, heredero del Siglo XX, de las palabras a los hechos hay un Nunca. Y sin embargo los hechos son  indiscutibles: la Verdad Eterna está más allá de la manipulación de los Acontecimientos dictados por el Poder de la División  de las iglesias causado por sus canes académicos.

La verdad histórica es esta:

Durante Tres Siglos Europa fue regada con la sangre de los Obispos y sus Rebaños Católicos. Y fue de esa sangre que nació Europa. La ideología anticatólica de la mediocridad académica  internacional, de corte protestante, no  se cortó las manos a la hora de desenraizar el Nacimiento de Europa de los pies de la Iglesia Católica de los Obispos; y en su odio hacia el Mundo Católico Latino crearon una escuela  ficticia  cuyos parámetros  perversos hicieron nacer Europa en la Batalla de las Termópilas. La gran mentira se extendió como llama sobre membrana de aceite sobre los mares, de un lado quemando la Verdad del Nacimiento de Europa  en el Cristianismo, a la vez que haciendo navegar sobre ese infierno el Origen de la Civilización Europea en  aquella Grecia fallida que  se hundió en su propia  Sodoma y Gomorra.

La Reforma Protestante no fue más que una Rebelión de los reinos anglosajones contra el Imperio Católico Español.

La Mentira Protestante rescató del infierno el Pelagianismo en su forma Calvinista, el Arrianismo en su forma Luterana, así como el Julianismo Anticristiano en su forma de Corona Británica Apóstata. Esa Mentira Protestante arrojó a los pueblos europeos a los pies de las Guerras de Religión; los transformó en rebaños enloquecidos, hambrientos de sangre fratricida, cuya sed no podía ser satisfecha sino en una guerra mundial europea, que vino a llamarse la Guerra de los Treinta Años.

La verdad es esta: Europa fue comprada por la Iglesia de los Obispos Católicos al precio de su sangre y la sangre de sus  rebaños. Ni genocidios, ni soluciones finales, ni holocaustos, no hubo persecución ni terror que  hiciese temblar el alma de los  Creyentes en la Victoria sobre los reinos de la Tierra del Hijo Todopoderoso de Dios.

Poca diferencia debe verse en la Guerra de Arrio contra la Iglesia Romana y la de Lutero contra la Iglesia Católica. Tanto Arrio cuanto Lutero, como sus hermanos en el espíritu de Caín, tuvieron una única  estrella mortal como luz polar, la destrucción del espíritu de Cristo en el Hombre, ese espíritu del que dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”, esto es: un hijo de Dios. Razón Divina por la que para levantar a su Creación del Polvo nos dio a su propio Hijo, haciendo de ÉL ese Hijo de Dios, CRISTO JESÚS, ese Original Divino a cuya Imagen y Semejanza hemos sido engendrados para la Eternidad.

Como Caín, Arrio, figura de Lutero, y aunque nacido de la misma madre, la Iglesia Romana, Arrio le declaró la Guerra al Abel Católico.  Arrio y su rebaño de fieras sangrientas sembraron el Imperio de Constantino de sangre; a la imagen y semejanza de aquel Original satánico Lutero y sus hordas asesinas regaron los campos de Europa de la sangre de sus hermanos, por obra y gracia de su señor y dios escondido, Satán, transformados en enemigos.

La Historia de Arrio está escrita. Basta leer cualquier Historia de la Iglesia y del Cristianismo, acorde a la verdad y alejada de la mentira protestante, para leer aquella declaración de guerra a la que Constantino respondió llamando a Concilio a todos los Obispos de su Imperio. Constantino vio el peligro de guerra civil religiosa y llamó a todos los obispos a escribir el CREDO CATÓLICO al que debían atenerse todos los ciudadanos del Universo Cristiano Romano.

La Causa Bélica de Arrio fue la de Satán; aquel “hijo de Dios” puso en Duda la Naturaleza Divina Increada del HIJO DE YAVÉ: Rey de reyes y Señor de señores del Reino de su PADRE.

Como para muchos que se declaran cristianos en la actualidad, y apadrinados por las iglesias nacidas de la División Protestante, el HIJO DE DIOS es simplemente otra criatura de carne y hueso, creada del Polvo Cósmico, como todos nosotros, así mismamente Satán, antes de la Creación de nuestro Mundo, levantó la Bandera de Guerra contra la Verdad Divina, y aunque Satán le viera obrando con su Padre, creador de nuestros Cielos y de nuestra Tierra, descubierta la Envidia como la madre de la Duda, instalado en su Mentira, y haciendo uso de su Libertad, eligió la Guerra al Trono Todopoderoso del Hijo de Dios a doblar las rodillas y poner su corona a los pies del Trono de su Rey y Señor.

Arrio, sin la consciencia de estos Hechos pero movido por la misma Envidia hacia  el Obispo de Roma, eligió alzar el hacha de guerra a admitir la Realidad de la Divinidad del HIJO DE YAVÉ, alzar el corazón y  proclamar SU Gloria como el Origen de toda Vida en el Universo.

El escándalo arriano pasó de la maraña teológica al discurso de los puñales. Las matanzas contra los católicos por parte de los arrianos fue respondida por los católicos, no a la manera de Abel, dejándose masacrar, pues como dice el Salmista, “Estamos hartos de desprecios”.

Hartos de tres siglos de persecuciones sangrientas, cuando la Victoria  le abría las ventanas el viento de la Paz surge de entre sus filas el Anticristo.

CRISTO era todo Paz. Ario era pura Guerra.

Este es el Anticristo, aquel que se aleja de Cristo y pone en acción lo contrario a lo que CRISTO es. CRISTO JESÚS es el Modelo a cuya Imagen y Semejanza todos somos engendrados como hijos de Dios y Ciudadanos del Reino del Dios en el seno de la Santa Madre Iglesia Católica Romana, su ESPOSA. Negar esta Realidad Divina condujo  al Arrianismo a aquel campo de batalla en el que volvieron a ponerse Lutero y sus hermanos en el espíritu de Satán, aquel “dios escondido” productor y directos de la Siembra de la Cizaña Maligna de la División de las iglesias europeas.

¿Acaso tiene Dios necesidad de esconderse de sus hijos? ¿Quién se esconde de sus hijos sino quien los conduce al abismo?

Es verdad también que antes del Concilio de Nicea los pilares teológicos de la Fe vivió en las bocas de los Obispos.

Antes del Concilio Universal Niceano las posturas teológicas dejaron un reguero de pólvora que fue apagado una vez tras otra por los llamados “padres de la Iglesia”, todos ellos Obispos. Batalla que siguieron librando durante los tiempos de la Caída del Imperio Romano y el Nacimiento de las tres Primeras Naciones católicas Cristianas, Italia, España y Francia, con las que comenzó  Europa su Historia.

La Negación Anticristiana  Arriana era tan perversa como para  alzarse el Imperio entero para aplastar aquella corriente cuya victoria causaría la destrucción de esta Nueva Creación : “Europa”.

Los Obispos Católicos arrastraron a Constantino a invocar el Concilio Universal en el que el Espíritu Santo, que vivía en ellos, quería  dar luz al DOGMA de la Divinidad del HIJO DE YAVÉ, JESUCRISTO, SEÑOR, REY y JUEZ de todos la Plenitud de las Naciones del REINO DE DIOS. Los historiadores serviles protestantes luego vinieron con el cuento de haber sido inspiración de Constantino la Llamada a Concilio.

Es cierto que en el caso del Concilio de Trento contra el Protestantismo la desidia de la Curia Vaticana se negó a la llamada a Concilio en base a que eso sería  concederle al Enemigo una victoria; una Curia que se había estado negando a celebrar un Concilio Universal desde antes de la Reforma consideró que concediendo, perdía. De donde se ve que el Poder de Dios es irresistible, y ni aun unos siervos corrompidos por las riquezas, según la profecía: “la Fe, que se corrompe”, pueden detener la Voluntad de DIOS PADRE ETERNO. Lección para la Eternidad que deben aplicarse a sí mismos quienes en estos Días son llamados a hacer su Voluntad Unificadora Universal.

Bueno es por consiguiente, antes de entrar en materia, levantar sobre la Roca de la Eternidad la Verdad Divina. Es decir, afirmar que el Hijo de Dios no es Dios Verdadero de Dios Verdadero es Negar la Existencia del Padre en Dios. Es afirmar que el Dogma de la Paternidad Verdadera de Dios es una falacia, una mentira que el propio Dios  se cree y hace creer a toda su Creación.

Se entiende que siendo Padre, y este Padre, YAVÉ, es Dios Verdadero, siendo JESÚS su Hijo, este Hijo es Dios Verdadero de Dios Verdadero. Afirmar lo contrario es negar lo primero. Quien niega la Veracidad Divina del Hijo niega la Veracidad Divina del Padre, reduce el Evangelio a la Afirmación del Templo Judío Romano, y legaliza la Pena de Muerte contra Cristo por Jerusalén y Roma firmada. Si el Hijo de Dios lo fuera exclusivamente de palabra, la Paternidad de Dios sería una falacia y el Evangelio devendría un fraude absoluto. Porque Jerusalén lo creo así, condenó a muerte a JESUCRISTO.

Natural debía ser que quien adoptase la posición de Jerusalén legalizase su Sentencia de muerte contra los Católicos Cristianos una vez  asesinado Cristo. Es verdad que fue en Antioquia donde nació por primera vez esta palabra: “Cristianos”; pero fue en Roma donde se oyó esta otra : “Católicos Cristianos”. Nacimiento que se debió a las batallas que libró la Iglesia Romana contra quienes antes de Arrio quisieron introducir en el Credo de Cristo variantes puntuales que desfiguraban su Rostro y reducían su FE a simples dogmas subjetivos no universales, de aquí la palabra “CATÓLICO”.

En SU Libro, la Sabiduría nos dice que antes del Padre y del Hijo fue Dios. Y el Nombre de este Dios y Señor del Infinito y de la Eternidad es YAVÉ, Dios de Israel y Señor de Moisés. Nos dice que este DIOS es SANTO; y es en este Espíritu Santo que la Sabiduría engendra en Dios al Padre y al Hijo. De aquel que al Encarnarse este Hijo diga la Sabiduría : “Por obra y gracia del Espíritu Santo”.

Y diga este Hijo hecho Hombre: “Quien ve al Hijo ve al Padre”.

Y la Sabiduría reuniendo en Nicea a sus siervos, hablando del Padre y del Hijo, escribiera: “Dos Personas, un sólo Espíritu: Dios Verdadero de Dios Verdadero”.

La Negación de esta Verdad Eterna, DIOS: CREADOR DEL COSMOS, en el Padre y en el Hijo, fue la Negación de Satán : causa de la Caída de la Creación en las guerras que asolaron los Cielos antes de la Creación del Hombre. Esta negación fue recogida en su Ignorancia por Jerusalén, y más tarde por el Anticristo, de nombre Arrio, contra cuya negación se levantó  el Espíritu en Nicea. Negación vencida en Europa pero resucitada por la Muerte en los desiertos de la Arabia Feliz, y que siguiendo los pasos genocidas anticristianos de su predecesor, Arrio, llenó el mundo de violencia sin límites.

Dios Padre y Dios Hijo, mirando al Futuro de su Creación, no pudiendo en su Sabiduría encadenar el Espíritu del Creador a la Necesidad de la Presencia de Dios que tiene el Alma de sus Criaturas,  realizaron una Obras Maravillosa, de valor eterne infimito: Darle al Espíritu Santo de Dios un Cuerpo Humano, Vivo, que participando de la Divinidad del Hijo,  vive para siempre en  la Creación para satisfacer la Necesidad de la Criatura de la Presencia de Dios. De aquí que el Dogma de la Eternidad  alcanzase su Plenitud Divina  Salvífica escribiendo: “TRES PERSONAS; un solo DIOS”.

Expuesto esto, y en razón de responderle a quienes hicieron del CREDO DE LA ETERNIDAD una declaración humana que ellos pueden tergiversar, manipular, usar contra el Espíritu Santo que vive en la Iglesia Católica, y pensando en la ignorancia que los herederos de la Reforma, con objeto de librar los Rebaños, deviniendo ellos mismos lobos, transformaron en Sabiduría a fin de anular la Sabiduría de Dios, Dios ha visto bueno que  abra desde su Espíritu este Testamento en cuyo Texto se encuentra la vida de todas las naciones de su Reino.

 

 

Artículo Primero

1)    Creo en Dios 2) Padre 3) todopoderoso, 4) Creador del Cielo y de la Tierra.

 

1

DIOS

Los seres humamos han creído en la existencia de Dios desde los Orígenes de la Inteligencia sobre la Tierra. No es lugar este para hacer un viaje a través de las Religiones Antiguas a fin de demostrar la conexión existencial entre los dioses de la Antigüedad y las sociedades que llenaron los continentes. Basta abrir cualquier Enciclopedia de Historia de las Religiones para mantener esta afirmación lejos de las manos de quienes por necesidad y en respuesta a sus hambres de Poder y Riquezas de sus fundadores vendieron sus almas al diablo y encerraron las de sus semejantes en los infiernos de las prisiones,  llamadas reinos, imperios, repúblicas, que para satisfacer  esa demencia crearon a base de hierro y fuego.

Desde la Caída del primer reino de Mesopotamia, fruto de la alianza de las primeras ciudades-estados en una corona universal, el Reino de las Cuatro Regiones, la primera Idea de Dios en cuanto Creador de los Cielos y la Tierra, ergo del Género Humano en su Plenitud, fue sometida a una degeneración progresiva, sacrificios humanos mediante, en base a un único propósito : la elevación de los reyes a la condición de los dioses. En nombre de aquella patología, que sucumbió en Roma a los pies de la Iglesia Católica, la carrera de relevos de la Vara de Hierro del Poder, que perdió Adán, hijo de Dios, se posó una vez tras otra en manos sangrientas, regando de sangre la faz de los pueblos a lo largo y ancho de los milenios. Desde Sargón I el Acadio a Octavio César Augusto el Romano el registro de la Carrera por el Imperio Universal trazó un camino sangriento desde el Oriente al Occidente. Genocidios, masacres, guerras fratricidas, exterminios de ciudades y naciones… el espíritu de Satán se extendió por las tierras, sembrado en ellas la Cizaña de la Guerra como Puerta a la Eternidad. Matar era adquirir un billete al Paraíso. Desde los Espartanos de la Muerte Dulce a los Musulmanes de la Guerra de las vírgenes la Mentalidad satánica permaneció en los pueblos de la Tierra. Cuando el Nuevo Mundo  fue descubierto sus habitantes vivían aun en las edades  más remotas dejadas atrás por el Viejo Mundo; su canibalismo y sus sacrificios humanos religiosos provocaron en los  Conquistadores una repulsión indescriptible, imposible de comprender para aquellos habitantes del Siglo XX asistiendo en vivo al genocidio de una nación entera mientras comían palomitas.

En la Edad Moderna el Ateísmo científico, fundador de las Guerras Mundiales del Siglo XX, implantó en los Manuales del Buen Patriota la mentalidad suicida-homicida de la inmolación de la vida propia y ajena en pro de la conquista  del Poder Global Mundial. Curiosamente, pero sin sorprenderse de la Crónica anunciada desde el Principio, aquella misma madre putativa que engendró a Hitler y a Stalin, ha engendrado en nuestros días, Siglo XXI,  a este híbrido Neo-Nazi-Comunista transgénico que bajo la Bandera del Socialismo del Siglo XXI está  volviendo a intentar alcanzar la cima  que sus padres putativos  no pudieron alcanzar. Del hijo como de sus padres  el Cristianismo y la Iglesia Católica es su enemigo mortal número uno.

Pero dejemos estas circunstancias para los historiadores del Siglo XXII, a quienes les tocará escribir la Crónica Anunciada de la Desaparición  Existencial del Ateísmo Científico en todas sus formas homicidas y genocidas. Lo que aquí nos interesa es descubrir quién es el DIOS  del CREDO CATÓLICO.

Tampoco hay que remontarse a los Cielos para  conocer su NOMBRE, máxime  habiendo sido su Hijo quien bajó de los Cielos para darnos a conocer el Nombre de su PADRE. El Nombre de su PADRE está escrito infinitas veces en el Libro que el propio DIOS escribió  en pro de la Salvación de todas las naciones del Género Humano. “YAVÉ” es su Nombre. Su Hijo no inventó un Dios Nuevo al estilo de los fundadores antiguos de religiones cainitas-esclavistas. El Nombre de su PADRE es el Nombre del DIOS Señor de Moisés el Hebreo: YAVÉ.

YAVÉ, Amigo de Abraham el Israelita, Padre del Adán del Génesis, es el DIOS del CREDO sobre el que la Iglesia Universal, llamada a Concilio, escribió  la Confesión de Fe de la Eternidad.

Fue el Hijo de ese DIOS, YAVÉ, Señor de Moisés, Amigo de Abraham, padre de Adán, quien bajó de los Cielos para abrirnos la puerta a todas las naciones a su la ETRERNIDAD;ÉL mismo, JESUCRISTO, la Puerta. Y no tiene Su DIOS y PADRE más nombre que el de YAVÉ.

De forma que quien desprecia este Nombre: YAVÉ, y usa  al DIOS y Autor de la Biblia para fundar una iglesia no  conectada al Tronco Católico, desprecia al Hijo de YAVÉ.

Quien no acepta este Nombre, YAVÉ, Nombre Verdadero y Único del Dios Creador del Cosmos;  y le da un nombre diferente al Autor Divino de la BIBLIA,  ése y ésos no son Cristianos, se erigen en Enemigos de JESUCRISTO, y su existencia en el Género Humano desaparecerá como hoja muerta  que el viento del Espíritu arrancará como de árbol muerto, y la arrojará a tierra para ser reducida a polvo.

El Nombre de DIOS no es JEHOVÁ, ni ALÁ, ni KRISHNA, ni ningún otro inventado por los  pueblos antiguos, medievales y modernos: el Verdadero y Único Nombre de Dios, Creador de todo lo que existe, es YAVÉ.

Quien aparta de DIOS su Verdadero y Eterno NOMBRE: YAVÉ, y le da un nombre que se acomode a la maldad y perversa inteligencia de quien desprecia la Revelación de Moisés, JESUCRISTO y Elías, ése es Enemigo de DIOS y de su HIJO.

Nadie es Testigo de YAVÉ sino el que  vino de YAVÉ. Y Nadie ha venido de YAVÉ sino su Hijo.

Quien se declara “Testigo de Jehová” no es Testigo de YAVÉ; porque únicamente quien bajó del Cielo es TESTIGO DE YAVÉ.

Los Apóstoles fueron TESTIGOS DE JESUCRISTO, y dieron Testimonio de que el Hijo de YAVÉ DIOS, Señor de Moisés y Amigo de Abraham, bajó de los Cielos para ser Su TESTIGO delante de las naciones.

Todo hombre que se declara TESTIGO DE JEHOVÁ viene del Diablo, su  Señor, y sirve al Infierno, su paraíso.

YAVÉ es el DIOS que nos envió a su HIJO para abrirnos las puertas al Conocimiento del Señor del Infinito y de la Eternidad, DIOS Increado, no Creado, Creador del Nuevo Cosmos, Padre de la VIDA.

YAVÉ es el NOMBRE del DIOS padre de Adán, padre de Israel, Señor de Moisés y Elías.

Todo hombre que se aparta del CREDO DE JESUCRISTO y le da otro nombre a DIOS, su PADRE, es esclavo de Aquella REFORMA que despreciando al HIJO DE YAVÉ se lanzó contra su Esposa,  y abriendo su boca echó por su garganta el fuego que le es natural a aquél DRAGÓN que se apostó  a la espera de la Encarnación del HIJO DE DIOS.

El Nombre de Dios no es JEHOVÁ: el NOMBRE del DIOS del CREDO de JESUCRISTO y su ESPOSA es “YAVÉ”.

Quien se declara testigo de JEHOVÁ afirmando serlo de DIOS es un ignorante que le ha entregado su alma a los siervos de Satán.

Desde el principio Satán buscó crear una división entre Dios y su Hijo. Creyó el Enemigo del Hijo de YAVÉ que tentándole con el Fruto del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal: ¡LA GUERRA!, levantaría entre Padre e Hijo un abismo, cuya boca se tragaría su Corona.

La locura de Satán fue tan infinita como para preferir el Destierro a vivir eternamente en el Reino Eterno, fundado sobre la Verdad, la Justicia y la Paz.

En esa locura fue atrapado el Género Humano, porque tomada aquella Decisión Maligna, su Declaración de Guerra al Reino de Dios se firmó con la Sangre de la Primera Generación de hijos de Dios que la Sabiduría le engendró a su Señor en los hijos de la Tierra.

El NOMBRE del Creador del Género Humano se perdió en los fuegos de las guerras fratricidas que se sucedieron tras la Caída del rey de aquella Generación que en su Ignorancia de la Verdadera Causa de la Tentación de Satán vio en la Guerra por el Reino Universal su caballo de Victoria.

Guerras fratricidas que  persistieron en los orígenes de las religiones antiguas, y que revestidas de  caracteres mitológicos semidivinos, como se ve en los UPANISHADS, han  viajado por los Milenios.

En el seno de aquella pesadilla mundial los pueblos antediluvianos perdieron el NOMBRE del DIOS, pero  implantada la Existencia de DIOS en la Naturaleza Humana cada pueblo le dio un nombre a esa REALIDAD, con el tiempo dotándola de  pasiones humanas.

La Historia Sagrada no miente. El Reino de la Tierra le fue entregado al Dragón Satánico.

Vemos a Satán,  la cabeza del Dragón, entregándole al Hijo de YAVÉ, JESUCRISTO, cuya Identidad desconocía aún, todos los reinos de la Tierra si de rodillas le adoraba. La Respuesta del Hijo de YAVÉ es un clásico de la Historia Universal Cristiana: VADE RETRO SATANÁS.

Desde el principio de su Guerra para transformar el Reino de Dios en un Olimpo de dioses más allá del Bien y del Mal, el Enemigo del Reino del Hijo de YAVÉ ha sembrado  la Semilla de la División entre las naciones de la Tierra. Fracasada su Guerra por las Divisiones entre PADRE e HIJO su  salvación quedó a merced de la Destrucción Total y Absoluta del Género Humano y de toda vida sobre la Tierra. El número de las guerras con las que el Dragón satánico ha llenado nuestra Historia Universal es incontable, y aún le vemos al presente engendrando hijos infernales cuya locura tiene en un Poder Global su Eje Maligno,  en el ejercicio de cuya servidumbre crea tiranos por toda la faz de la Tierra y declara guerras en la creencia  demencial de poder vencer a DIOS, PADRE DE JESUCRISTO.  

 

2

DIOS ES PADRE

 

Es bueno y conveniente recordar  y rescatar del baúl de la Religión Oprimida y Perseguida por las naciones Socialistas, Comunistas, islámicas e hinduistas las Circunstancias Históricas en las que   el CREDO  de JESUCRISTO   devino la Espina Dorsal Teológica del Género Humano Cristiano. Pues ya sabemos, no por la Ciencia sino por la Historia, que el Hombre sin Cristo es un animal perteneciente a la especie de las bestias depredadoras, y entre éstas  pertenece a la familia de las bestias salvajes que una vez han probado la sangre humana se transforma en una bestia asesina de hombres. Fue en el núcleo de la selva de esta especie  asesina de hombres que naciera la Santa Madre Iglesia Romana.

Vale hacer constar que el Fracaso anunciado de la Guerra del Mundo Romano contra la Fundación de Jesucristo en la Tierra sería el terreno sobre el que el Vencedor Divino asentaría sus pies. Los Apóstoles no dudaron jamás de la Victoria del Hijo de YAVÉ sobre el Imperio Romano. La Iglesia  edificada por Ellos nació en el seno de esta Confianza Absoluta en la Divinidad de su Fundador, Esposo y Señor. Pero esto no podía quitar que el Imperio, movido por la inercia de su origen, se lanzase a fuego y espada contra  los Cristianos

Los historiadores modernos, nacidos de la Reforma Anticristiana, envenenados por la Propaganda Protestante Anticatólica y  de viviendo de rodillas delante de los reyes que Satán les dio por cabeza a sus Estados, amén de  justificar el genocidio contra la Iglesia Latina Europea, siendo fieles al Odio contra el Mundo Europeo Católico: pasaron por alto el Número de Cristianos Romanos que la Bestia Imperial devoró durante los tres siglos que fueron del año 33 al 325.

Nacidos bajo el signo del Fratricidio Criminal que condujo a sus Reyes Satánicos a la Guerra de Solución Final contra la Iglesia Católica, abriendo la Guerra de los 30 Años, los historiadores de origen protestante  le dieron la espalda al Holocausto que el Catolicismo Romano sufrió durante aquellos 300 años.

Basta abrir la Historia del Cristianismo contada por Anglicanos, Alemanes, Suizos y Escandinavos para  creer que  la Historia de las Persecuciones   del Imperio Romano contra el Pueblo Cristiano Romano Europeo fue un cuento de viejas, una medalla que la “Santa Ramera” Esposa de JESUCRISTO se inventó para dárselas de Invencible delante de las naciones de la Tierra.

No es este el lugar para vomitar el Lenguaje que Satanás puso en las bocas de sus siervos contra la Esposa de su Enemigo Eterno. El Lenguaje que el Dragón Liberado escupió por las gargantas de los Lutero, Calvino, Zuinglio, y los Divinos de Westminster está escrito. Lenguaje Satánico repulsivo con cuyo veneno fueron amamantados los historiadores nacidos de aquellas entrañas fratricidas. Y fieles a su madre putativa pasaron  sin mirar querer conocer el Número del Holocausto que contra el Cristianismo tuvo lugar durante aquellos Tres Siglos.

Independientemente de que las iglesias creadas por Satán le diesen la espalda a la Historia del Cristianismo, cosa natural, antinatural fuese lo contrario, la verdad es que la Historia de las Persecuciones contra los Cristianos está escrita. Desde Nerón hasta Diocleciano fueron millones los Cristianos que fueron masacrados por el simple hecho de tener por ÚNICO DIOS A YAVÉ, PADRE DE JESUCRISTO.

En efecto, el Hijo de YAVÉ DIOS no bajó de los Cielos a crear una Nueva Religión a la gloria de un Dios esotérico, teosófico o simplemente racional. ¡Para nada! El Dios de Abraham, de Moisés y de Elías era y es Su Dios.

¿Por qué entonces  se levantaron los Judíos contra el Hijo de YAVÉ, Dios de Abraham, Moisés y Elías? es la cuestión.

La Respuesta está en esta Palabra : PADRE.

CREO EN DIOS PADRE… es la Respuesta al por qué los Judíos se levantaron contra los Cristianos, los entregaron al Imperio e hicieron de las leyes anticristianas del Emperador, delatándoles,  amparados por la ley, por todo el mundo romano, sus Minas del rey Salomón.  

Para los Judíos Romanos el Dios de Moisés fue un Legislador; la relación que los Judíos tuvieron con el Dios de Abraham estuvo restringida a la natural debida entre ley y ciudadano. Dios no fue para el Judío Romano este DIOS que ES AMOR, por Amor a cuyo Hijo los Apóstoles y sus hermanos en Abraham prefirieron la Muerte a separarse de su Corazón.

Para el Judío Romano la Existencia del PADRE en el DIOS de Moisés no figuraba en sus libros.

Creer que DIOS ES PADRE era un absurdo absoluto cuya sola idea era una herejía  totalitaria para sus cerebros. Para aquellos cerebros la existencia de DIOS PADRE implicaba la Existencia de DIOS HIJO; existencia sobre cuya VIDA no tuvieron Revelación de ninguna clase. Ergo: declararse HIJO DE DIOS era declararse IGUAL A DIOS.

Esto está escrito; no me invento nada. “De nada te ACUSAMOS, sino de declararte IGUAL a Dios”.

Luego la Revolución Teológica del Hijo de YAVÉ, tal cual Él mismo no se cansó de repetir, no  significó una Ruptura con la Imagen que el Hombre tenía de Dios, sino de la Visión Interna que el Hombre vino a tener de su Creador. “DIOS ES PADRE, Dios es Nuestro Padre”. Nuestra Relación con nuestro Creador no es una relación de Ciudadanos con la Ley, sino de Hijos con su Padre Divino.

NO es el TERROR, es el AMOR el Vínculo que une la Creación a su Creador.

NO somos Bestias gobernadas por una Ley de Terror, somos hijos de Dios viviendo a la luz de la Ley del Amor del Creador por su creación, sobre la que ÉL extiende una Paternidad Universal Sempiterna. Basta conjugar el verbo implícito en la Declaración Jesucristiana, para entender por qué Jerusalén vio  amenazada  la Superioridad de su Templo sobre todas las religiones del Mundo; pérdida de superioridad de Raza contra la que únicamente  pudieron concebir la Declaración de Guerra a Muerte contra los Cristianos.

Cuando San Pablo cae del Caballo, Saulo el Judío llevaba en sus manos  un Edicto de Solución Final contra todos los Cristianos. Nunca en la Historia del Imperio Romano, hasta ese día, Roma firmó Edicto de semejante naturaleza. Se desprende de aquel Acto que Jerusalén le expuso a Roma la Amenaza que el Reino del Hijo de Dios representaba contra su Imperio si los Cristianos  seguían creciendo a la velocidad que  en la Palestina lo estaban haciendo. Roma tenía que matar a la criatura  en la cuna de su infancia, destruir el Edificio que se estaba construyendo mientras se estaban levantando los pilares. Mientras antes se destruyese la Amenaza, mejor.

Inútil hacerse el sabio recordando tiempos pasados; maligno sería no glorificar al Fundador de un Edificio nacido para ser combatido por la Muerte con todas las fuerzas a su disposición en el mundo.

¿NO fue edificada la Iglesia Católica sobre ROCA?

Terremotos políticos, maremotos bárbaros, diluvios anticristianos… La Muerte no  se reservó ninguna de las armas de su Infierno durante los siglos que fueron desde el 33 al 325. Durante tres siglos, machacados, delatados, masacrados, arrojados a las fieras, servido en los circos para deleite de judíos y romanos,  atados a cruces para hacer de antorchas, expuestos a todo horror en las mazmorras, hombres y mujeres, niños y ancianos. Durante aquellos tres siglos ¿cuántos millones de cristianos católicos romanos perdieron la vida por amor a este Nombre? : JESURISTO, HIJO DE YAVÉ, DIOS PADRE.

“DIOS ES PADRE”. ¿¡Cuánta sangre le costó a la Santa Madre Iglesia Católica Romana hacernos ver la Paternidad Universal Sempiterna del PADRE DE JESUCRISTO, Realidad tan Natural como la existencia de la Tierra y de los Cielos!?

Fue la Negación de esta Realidad la Causa de todos los Males del Mundo Moderno. Mientras más se fue alejando la Ciencia Moderna del Credo Católico Romano, alejamiento provocado por la Visión del Fratricidio Cainita Protestante durante la Guerra de los 30 Años, más se acercó el Mundo al Infierno del Siglo XX.

Ayer, como Hoy, y por la Eternidad, el Credo de la Creación entera fue y  es: DIOS ES PADRE.

 

3

TODOPODEROSO

¿Se conmueven los cimientos de un Edificio porque la consciencia amplíe  su conocimiento del Espacio en el que existe hasta el infinito? ¿Deja de ser menos Edificio porque su conocimiento del espacio en el que existe se limite al horizonte que circunda su existencia?

Antes del Hijo de Dios, Nuestro Jesucristo, el Conocimiento de los pueblos antiguos se veía limitado  a las imágenes idolátricas  ideadas desde su ignorancia sobre lo que el Ser Divino  es, o se supone ser. La misma Metafísica Helena  se encontró frente a un  Muro infranqueable a la hora de  hacer de Dios su estudio. Lo máximo que concibió el Pensamiento Griego fue Dios como Causa Primera de todo lo que existe. El Pensamiento Politeísta Romano entendió por Divinidad un amuleto de supervivencia del que le venía el Poder. Para el Pensamiento judío la Divinidad era una relación entre Ley y Supervivencia. Dios es bueno si sigues su Ley, es Malo si  transgredes sus Mandatos. En tales posiciones se habían instalado Judíos y Romanos. Los Bárbaros aceptaron a los dioses romanos en razón del Poder conferido a Roma, prueba inequívoca de su realidad.

Entonces el espíritu de la sabiduría, que le diera la espalda a Atenas, y abandonó Jerusalén a su destrucción, le abrió los brazos a los Cristianos Romanos, engendrando en ellos a los llamados Padres de la Iglesia. Desde Orígenes a San Agustín el Pensamiento Católico Romano se abrió a la Naturaleza del Creador, firmando la Sabiduría en el Libro de la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino la Imagen Veraz de los Atributos del Ser Divino: Omnipotencia, Omnisciencia y Presciencia. La Suma de estos Atributos es el TODOPODER.

Por la Omnipotencia, Dios puede acelerar los procesos a su mínima expresión posible.

Por la Omnisciencia, Dios domina todas las Ciencias de la Creación de Universos y Mundos.

Por la Presciencia, Dios puede  predecir   la serie de acontecimientos resultante de una causa en movimiento.

La Suma de Omnisciencia, Omnipotencia y Presciencia es el TODOPODER. Ergo: La Declaración  del Hijo de YAVÉ en el CREDO es Sagrada y Eterna: DIOS ES TODOPODEROSO.

Declaración que deja abierta al pensamiento racional el destierro de la Fe y su Caída en el Ateísmo Científico.

Tal cual le dejara al Primer Hombre, e hijo suyo, Adán, Libertad para aun en la Ignorancia sobre la Razón de la Ley permanecer en la Obediencia por Amor a Dios, su Padre y Creador, de la misma manera en el CREDO Dios dejó en Libertad a todo hombre para que agarrándose a la Fe, pero sin conocer las causas de Su Silencio, decida si Creer o no Creer.

Evidentemente desde el Silencio de Dios sobre las Causas determinantes de la Necesidad de la Muerte del hijo de David, y precisamente porque la Fe no rompió el Silencio bajo cuya ley los Judíos determinaron la Muerte de Cristo, y los Romanos la de los Cristianos, el Hombre  del Renacimiento fue expuesto al mismo Dilema bajo cuya losa muriera Adán. Era Decisión del Hombre de la Edad Moderna amar a Dios más que a la Ciencia, y mantenerse Fiel al CREDO a pesar de los Acontecimientos, y en respuesta a la Sabiduría de quien fundó la Iglesia y le dio la Victoria sobre todos sus enemigos, o declararse enemigo de la Fe y enfrentarse a la Iglesia en la creencia demente de poder conseguir lo que ninguna fuerza del mundo consiguió durante los milenios pasados desde su Fundación al Siglo de las Luces del Infierno que iluminaron la Historia del Siglo XX.

Enfrentarse a la Iglesia Católica Romana es declararle la Guerra a Dios. Pues Dios es la Cabeza de su Hijo, y la Cabeza de la Iglesia católica es su Hijo.

Y al contrario,  no poner esta Invencibilidad Todopoderosa de la Santa Madre Iglesia  en el campo de batalla donde el Infierno busca la destrucción del espíritu de Hijo de Dios en el Hombre es un delito de los siervos contra su Señor, el Todopoderoso Hijo de Dios

 

 

CAPITULO SEGUNDO

EL HIJO ÚNICO DE DIOS

 

YAVÉ DIOS PADRE TODOPODEROSO necesita un único hombre para revolucionar la Historia Universal, coger  la línea del Tiempo y dirigirla hacia donde ÉL quiere y ve bueno. Esta es la verdadera Lección para la Eternidad que a Dos mil años de la Revolución JESUCRISTIANA es un Hecho incontestable, , y da por demente a todo hombre que piense que su Creación no está en Su Mano. ÉL nunca ha dejado su Creación a su suerte. La NECESIDAD de la Redención Universal del Género Humano fue un Acontecimiento Invencible producto de la Guerra que la Muerte le declaró a su Reino. SUS enemigos, los divinos de Westminster, sirviendo a su Madre, la MUERTE, se conjuraron a sangre y fuego para  maldecir al HIJO de YAVÉ DIOS cuando dijeron: “NO hay sino un único y verdadero Dios, sempiterno, sin CUERPO, sin PARTES; , sin PASION…” y lo demás que escribieron en nombre del Infierno, padre de la iglesia anglicana, sirviendo a su rey Satanás, fue locura y demencia.

“DIOS no tiene CUERPO”, luego el REY de los Cielos no es la Cabeza de la Iglesia, con esto negando a los Apóstoles y maldiciendo su  Edificación, la SANTA MADRE IGLESIA CATÓLICA ROMANA, de la que es Cabeza el HIJO DE YAVÉ,  en Obediencia a la LEY de ese DIOS ÚNICO Y VERDADERO del que sus enemigos anglicanos  dijeron que es “DIOS de infinito Poder y Sabiduría”, acorde a los escrito : “Serán dos en un sólo ser”, Esposo y Esposa, de quien, desde  la Promesa de Redención, en su Infinita Sabiduría  ese DIOS determinó dar a luz a un Nuevo Hombre, cuya Descendencia heredaría el espíritu de Inteligencia de su PADRE, ya vivo en su ESPOSA, nuestra MADRE, la Iglesia Católica Romana, como se vio en los Padres de la Teología, los impropiamente llamados “Padres de la Iglesia”, pues la Iglesia no tiene más Padre que YAVÉ DIOS.

Sobre la iglesia anglicana el Juicio del Señor, que dará a cada cual según sus Actos; sus crímenes contra el pueblo Inglés, sus guerras contra el pueblo europeo, sus genocidios en Américas, sus Guerras de Saqueo contra el mundo entero, bendecidos por la iglesia anglicana caerá como un diluvio que la arrastrará a la Segunda Muerte, puerta del Infierno a los divinos siervos de Sus Majestades Británicas, sentados por Satanás en el Trono del Anticristo para ejecutar la Destrucción del  esa MADRE de cuyo Seno su ESPOSO, había de  darle a Dios hijos.

“DIOS no tiene PASIÓN”,  escribieron los siervos de Satanás usando la Sangre Católica por tinta y la espada del Terror  liberado durante la Guerra de los Treinta Años por pluma. Ergo, el AMOR no es PASIÓN. CREAR no es PASIÓN. El Creador del Universo crea con la frialdad de un témpano del Infierno. El Dios Anglicano no Vive la Pasión del Creador cuy Genio se derrama en su Obra. El DIOS de los divinos de Westminster ama a su HIJO como un monstruo a su cachorro. Entrega a su HIJO AMADO como quien le arroja un hueso a los perros. DIOSD no siente nada, jura en perjurio la iglesia anglicana. “DIOS amó tanto al Mundo…” declaró en su PASIÓN su HIJO. Y será este HIJO quien le pedirá que el repita eso a su CARA en el DÍA del JUICIO: que su PADRE es un Monstruo insensible, un CREADOR en el que el Genio no existe.

Un Único Hombre le bastó a DIOS PADRE ΤΟDOPODEROSO para dirigir la Historia Mundo y del Universo hacia el Fin  en su Omnisciencia predeterminado: NOSOTROS. Por esto no sólo Confesamos, sino que Vivimos respirando el CREDO de la ETERNIDAD:

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

 

1

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor

 

“Y no llaméis a nadie Señor, porque sólo Nuestro Padre que está en los Cielos es Nuestro Señor”. Pero entremos en el espíritu de la Palabra.

¿ Si somos hijos de Dios porqué exclamaron los Padres de la Teología, en la UNIDAD UNIVERSAL debida al Verbo hecho Hombre: “Te ruego Padre que todos sean Uno como TÚ y YO somos Uno: “su Único Hijo”?

¿Negación de nuestra Filiación Verdadera en Dios? Porque si ÉL es Su Único Hijo, ¿qué somos todos los demás Hijos de YAVÉ DIOS?

La Respuesta es Santa , Verdadera y Eterna: Todos somos hijos de Dios en razón de quien es SU Primogénito. Pues si este Hijo Único no fuese Primogénito y fuese exclusivamente Unigénito nadie podría ser llamado hijo de Dios, y sería una burla del Creador hacia su Creación hacer que le llamasen PADRE.

¿Corrigiendo a los Padres de la Teología?

En absoluto.

EL DOGMA nace, emerge, en razón de la Respuesta de DIOS a sus enemigos. Pues fue la Primogenitura del HIJO DE YAVÉ, JESÚS, Rey de reyes y Señor de señores del Imperio abolido por la Crucifixión de CRISTO, que les hizo olvidar a los hijos de Dios, no de este nuestro Mundo, que ese HIJO es UNIGÉNITO, y que es por la PASIÓN del Creador a su Creación, que Todos, haciéndose PRIMOGÉNITO, por esta Primogenitura vinieron Todos a ser sus Hermanos, y consecuentemente hijos de Dios.

De manea que sin ESTE HIJO ÚNICO nadie se descubre como Familiar de DIOS. Es por este Hijo Único que Todos Nosotros somos engendrados en ÉL para ser hijos de Dios. Cabeza del Cuerpo de la Creación de su Padre tanto la Santa Madre Iglesia Católica como su Descendencia por su Pasión devenimos PARTE de su CUERPO, alrededor de quien DIOS ha Creado SU Casa, haciendo de su Hijo la Puerta que nos abre la Casa a DIOS PADRE TODOPODEROSO.

Así pues, si antes de su ENCARNACIÓN hubo en los Cielos muchos señores, de aquí que DIOS escribiera sobre su CORONA : “Rey de reyes y Señor de señores”, en su Cruz murieron todos esos señores para engendrar DIOS en la Resurrección un Único SEÑOR, JESUCRISTO : Señor Nuestro y de todos los Pueblos de la Creación de Dios, de manera que la Obediencia de toda la Creación entera es la debida exclusiva y únicamente a este SEÑOR, HIJO ÚNICO DE DIOS EN SU UNIGENITURA ETERNA, Padre de todos por su Obediencia hasta la Muerte, tanto de los Pueblos de los Cielos como del Pueblo de la Tierra,  y glorificándole su PADRE de esta manera quien rechaza a este Señor y se da por Cabeza a otro señor, de este o de cualquier otro Mundo, se declara en Guerra contra el Reino de este Hijo Único, nuestro Señor.

 

2

que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo

 

En efecto, y aunque aquí podríamos extendernos hasta el infinito, arguyendo razones de peso, unas de más fuerza y otras más ligeras, la Doctrina del Reino de los cielos no miente ni deja lugar a especulaciones.

Dios es Amor,

Dios es Espíritu Santo,

el Hijo es Dios,

el Padre y el Hijo son una sola cosa en la Unidad de este Espíritu que es Amor

y por Amor se hizo Hombre para Redimirnos a todos, 

Defender la Inocencia de Dios en la Tragedia del Género Humano como preestablecida desde su Omnisciencia Creadora

y fundamentar la Ignorancia del Hombre en  el Acontecimiento de la Caída dándole vida al Redentor, cuya sangre era necesaria para establecer nuestra Salvación sobre la Inocencia de  DIOS y la Ignorancia del Primer Hombre, su hijo A”dán.

Dos Personas, un Único Espíritu, de aquí que el Espíritu Santo hecho Hombre dijera: “Quien me ve a mí ve al Padre y al Hijo”, pue el Espíritu Santo vive en el Padre como CREADOR OMNIPOTENTE y en el Hijo como SEÑOR TODOPODEROSO. En CRISTO, el espíritu Santo hecho Carne, “vive la Plenitud de la Divinidad”, según confesaron sus Apóstoles. De donde se entiende que quien no vive en esta UNIDAD UNIVERSAL con su CREADOR en el Cuerpo de este SEÑOR, la IGESIA CATÓLICA ROMANA, MADRE de su Descendencia, es Enemigo de Cristo; el espíritu que vive en ése es el espíritu del Anticristo.

 

3

nació de Santa María Virgen

 

Necios por orgullo de raza, malvados por  adoración de las tradiciones de sus padres, los mismos que negaron PASIÓN en el CREADOR y le acusaron ante los Cielos y la Tierra de ser el Autor Intelectual de la Tragedia del Género Humano, sirviendo a su señor, los sembradores de la Semilla Maligna de la División de las iglesias no tardaron en vender sus bocas al Diablo para, contra el pago del imperio sobre los reinos del mundo, servirse de sus lenguas para arrojar el veneno de su Fuego contra la VIRGEN que no pudo devorar, la MUJER SAGRADA que DIOS ocultó de sus ojos, dio a Luz al SEÑOR, Nuestro Salvador, y fue elevada a los Cielos como Madre del SEÑOR Y REY: DIOS HIJO TODOPODEROSO.

Criminales por tradición, siervos del Infierno por amor a la Guerra, los Sembradores Malignos no tardaron en lanzarse contra la GLORIA DE DIOS, negando su PODER INFINITO para ser el PADRE del Hijo de la VIRGEN, que engendró, por Obra y Gracia del AMOR, al Rey de la Creación. Y así vimos cómo quien, después de lanzarse contra la ESPOSA DEL SEÑOR, inmediatamente se lanzaron contra la MADRE DIVINA del REY, descubriéndose en esta sucesión de negaciones el espíritu de aquel Satanás, aquel “Dios Escondido” de la Reforma que  vistiéndose de  Ministro del Señor, engañó al mundo a la manera que Satanás, padre de la Reformadores, haciéndose pasar por  Mensajero de DIOS arrastró a la ruina a un mundo entero.

Quiere la bestia imponer al SEÑOR DIOS de la Eternidad y del Infinito, Creador del Cosmos, de la Luz y de las Tinieblas, su pensamiento animal anticristiano como límite de su Poder, e hipócrita como ellos solos “los divinos” vinieron a afirmar el PODER INFINITO de DIOS mientras niegan que ese Poder pueda hacer a una VIRGEN concebir por Obra y Gracia de la Gloria de ese mismo DIOS DE PODER INFINITO.

Habrá temblor y  espanto en sus almas el Día en que el Señor al que niegan los llame para explicarles eso de un PODER INFINITO que no puede hacer que una VIRGEN le conciba a DIOS un HIJO.

 

4

padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado

 

El Odio sin límites, fuego infernal que  hizo del ser de un hijo de Dios una Bestia Inmunda, no podía quedarse en producir la División de las iglesias buscando la Destrucción de Cristo en España, Francia, Italia, Polonia y Hungría; su OBJETIVO ERA DESTRUIR Cristo en el Hombre, para inmediatamente arrojar su Infierno Total sobre la Plenitud de las naciones. Con este objetivo en mente siembra en la inteligencia de la Ciencia el ateísmo irracional que devolvió  la Humanidad a los tiempos anteriores a Cristo, bendiciendo la división de la Humanidad en esclavos y libres, fuertes y débiles en la terminología darwinista. La Hoja de Ruta a las Guerras Mundiales de Satanás devino la nueva religión de las naciones divididas por sus iglesias, que llegado el día no dudaron en devorarse las unas a las otras. Contagiada por la locura del ateísmo científico el Siglo XX  vivió la Negación de la misma Existencia del Héroe de los Evangelios.

Negando la Evidencia de mil novecientos años de Historia, los locos por el oro y la fama, no dudaron en alzarse contra el Acontecimiento Clave que sacó a la Tierra de su Caída en la Barbarie Absoluta, la ENCARNACIÔN DEL HIJO DE YAVÉ DIOS,  y levantó en el Horizonte el Renacimiento de la Civilización en la distancia de los siglos.

Cretinos, hipócritas de vocación, locos por el escándalo como mina que da la riqueza y la fama, las mentes mediocres sin más genio que ser creadores de Literatura Basura, se apuntaron en el Siglo XX a una corriente de escritores bastardos, no hijos de la Literatura, sino de la locura por la fama, que en sus libros antihistóricos se hicieron vanguardia de este ejército de bestias sin inteligencia, cuya única razón es el Poder y las Riquezas, en la actualidad liderando sin complejos ni pelos en la lengua la Necesidad de destruir, una vez que sus padres fracasaron en destruir a la MADRE de los Pueblos del Aquel RENACIMIENTO, a Cristo en el Pueblo.

Tres fases observamos en la Historia de la Liberación Apocalíptica del Diablo, concebida durante sus Mil Años de Prisión:

Primero: División de las iglesias como puerta a la Siembra del Odio entre las naciones.

Segundo: Sembrar entre ellas el Ateísmo científico como Ruta a la Destrucción entre ellas y su  supervivencia en ella Negación Absoluta de la Existencia de Dios.

Y Tercero:  Reducir el ser humano a la condición de las bestias domesticas mediante la Extirpación del Ser Humano del espíritu de Cristo, su Doctrina y su Moral.

Nos hallamos en esta Tercera Fase del Anticristianismo:  AGENDA 2030, de la cual debe resultar  la Involución de la Civilización en la Ley de la Selva de un Totalitarismo Global cuyo estrella polar es la supervivencia de las élites sobre el genocidio de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad entre los pueblos, fruto del Cristianismo Católico Apostólico Romano.  

 

5

descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos;

 

Aquí viajamos al Corazón Mismo de la relación del Padre y del Hijo en el seno de la Guerra del Espíritu Santo del CREADOR contra el Infierno.

La Sentencia contra la Bestia Homicida, que llamamos “Satán, el Diablo, el Dragón, la Serpiente Antigua”, como ha quedado especificado en la Doctrina del Reino de los cielos, Sentencia firmada por YAVÉ DIOS, entendiendo que su Creación eleva la Vida a la Indestructibilidad Natural a su Ser, implica el Destierro de su Creación de su Enemigo. De donde la Cuestión del propio HIJO ÚNICO DE DIOS : ¿Dónde se cumplirá esa Sentencia?

No Podía Dios, su Padre, dejar de darle a conocer a su Hijo dónde y cuál será el lugar en el que la Prisión del hijo de la Muerte cumplirá su Sentencia Eterna, tanto para engendrar en su Hijo Único Misericordia por el Género Humano cuanto  Confianza Infinita en la Imposibilidad Absoluta del Regreso del Desterrado a su Creación. ¿Tiene fondo el Infinito? ¿Puede un ser de carne y hueso, aunque revestido de Indestructibilidad, alienado de la Gloria Divina, regresar de ese Pozo sin Fondo en el que vivirá su paraíso, aquel Infierno que quiso imponerle a la Creación de Dios como modus vivendi, y que el Género Humano ha comido sin cesar: el Pan de la Guerra Sin Fin?

Creó Dios la Luz del Nuevo Cosmos y redujo el Viejo Cosmos a Tinieblas: Materia sin energía que llena la Faz del Abismo Exterior que se extiende hasta el Infinito.  Fue en estas Tinieblas Exteriores, al otro lado de las Costas del Nuevo Cosmos, cuyo Océano se expande por la Eternidad, que creó Dios la Tierra. Quiso con esta Creación de la Tierra en medio de las Tinieblas que cubren la Faz del Abismo, engendrar en su Casa el Temor a una futura Rebelión en pro de la transformación de la Ley de la Paz Universal en una Ley de Guerra de dioses más allá del Bien y del Mal; el Destierro a las Tinieblas sería el Infierno al que serían arrojados quienes volviesen a  encender la antorcha de la Guerra en su Creación.

¿Merece el Ser Humano, engañado por un hijo de Dios de “otra creación”, sufrir el mismo Castigo que quien consciente de sus actos y sus consecuencias  alza la Bandera de la Guerra Absoluta contra el Trono del Hijo de Dios?

 

6

subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios, Padre todopoderoso.

 

En efecto, YAVÉ DIOS PADRE TODOPODEROSO, vista  las consecuencias de su AMOR por su Creación, abolió el Imperio del Rey de reyes y Señor de señores, ordenó que todos los Príncipes de los Cielos depositaran sus coronas a los pies del Trono  de su Hijo, y unificando todas las coronas en UNA SOLA y ÚNICA la puso en la Cabeza de su Hijo Único, quien se sienta a su Diestra como SEÑOR UNIVERSAL SEMPITERNO de  todos los Pueblos, presentes y futuros, de su REINO. Y como quienes se negaron en los Cielos a  poner sus coronas a los pies de DIOS, así en la Tierra quien se niegue a poner las suyas a los pies del Trono del Hijo de Dios, que es la SANTA MADRE IGLESIA CATÓLICA ROMANA, se expone a la Sentencia contra Satán.

 

7

Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

 

Así pues, quien crea que puede defender su trono y su causa delante del JUEZ TODODEROSO que lo haga. Allá cada cual con su  cabeza.

Pero tengan en cuenta todas las iglesias, todos los cristianos y todo el que tenga inteligencia que la Misericordia no anula la Realidad de la Necesidad de  darle un FIN por la Eternidad a la situación que la Creación ha estado viviendo. Necesidad que fue la Causa de la NECESIDAD DE LA MUERTE DE CRISTO. Pues si por Amor a sus hijos, Dios les perdonó sus Guerras en los Cielos, vino a suceder lo que sucede cuando el Amor es tomado por rehén, y en nombre del Amor el malvado olvida su posición y su naturaleza, y creyendo que el Amor le da su bendición para acometer futuros delitos, no tiene en cuenta que aquel contra el que se comete el delito tiene el Poder de aplastarlo con el pie como si fuese una hormiga. Pero como esto ya lo he expresado en la DOCTRINA DEL REINO DE LOS CIELOS no voy a insistir en la Gracia que por la Obediencia del HIJO DE YAVÉ nos ha dado DIOS, SU PADRE, esperanza de Salvación Universal en razón de la Misericordia, siempre en mente la Palabra del Espíritu Santo: “Esperanza que se ve no es Esperanza”.

Así pues, NO ÚNICAMENTE glorificó DIOS PADRE TODOPODEROSO a su HIJO ÚNICO, al Principio, antes de la Creación de nuestro Mundo, haciendo de ÉL su BRAZO y su BOCA, a fin de despejar por la ETERNIDAD la DUDA sobre la Naturaleza Divina del Hijo de sus Entrañas Increadas, sino que volvió a Glorificarle delante de su Casa : Dándole todo el Poder sobre su REINO, Y SENTANDOLE A SU DIESTRA le invistió como SEÑOR, REY y JUEZ UNIVERSAL sobre todos los PUEBLOS DE LOS CIELOS “para que toda la Creación ADORE al HIJO DE YAVÉ como ADORA a SU PADRE”.

Conociendo a DIOS por su HIJO sabemos que la Esperanza de Salvación Universal es Legítima y Verdadera, pero repito: “Esperanza que se ve no es Esperanza”.

Todos estamos sometidos a la Ley de la VIDA decretada tras la Resurrección, y quien no vive por la LEY, a sabiendas que rechaza el Reino de Dios, se condena a sí mismo defender su existencia en el Delito delante de quien teniendo en su PADRE TODOPODEROSO toda Omnisciencia y Presciencia : a ÉL Nada se le puede ocultar.

En cuanto al Día “Nadie sabe la Hora”, solo SU PADRE.

AYER fue la FE, HOY es la ESPERANZA. Quien vive por la FE, ser un hijo de Dios, vive en el Conocimiento que el HIJO de YAVÉ tiene todo el Poder de JUICIO. Lo que ÉL Sentencie será Palabra de Dios, y sin embargo quien subió a la Cruz en obediencia a la Sabiduría de su PADRE vive por la Sabiduría DIVINA, y, como su PADRE, en cuanto Rey y Señor, el HIJO DE YAVÉ no puede abrirle las puertas de su Reino a quien  viviendo en el Conocimiento de todas las cosas desprecia aquí en vida la LEY y la VOLUNTAD de su PADRE, pues ÉL gobierna el Reino de Dios en el Espíritu Santo del CREADOR DE LOS MUNDOS Y DE LOS CIELOS que llenan el COSMOS. El ESPÍRITU SANTO DEL CREADOR vive en  YAVÉ DIOS PADRE TODOPODEROSO y en el HIJO DE YAVÉ, nuestro PADRE que está en los Cielos.

 

 

Capítulo 3

Creo en el Espíritu Santo

 

Independientemente de lo que cada cual crea o se interese en creer, los Acontecimientos de la Historia no pueden negarse a sí mismos, y esto no es retórica. Un hombre puede esconder en los pliegues de los estratos de su consciencia ciertos  acontecimientos personales en razón de su naturaleza traumática, contra cuyos efectos se defiende hundiendo en las profundidades de su mente su existencia. Psicológicamente hablando este sistema autodefensivo tiende a producir efectos secundarios, más o menos dañinos, siendo efectos colaterales razonables, acorde a la intensidad del trauma vivido. En la dimensión del ser histórico de los pueblos se suele abandonar en un acontecimiento  futuro el entierro del trauma del pasado. Y lo que es más procedente, desde la mente del sujeto, arrojar la causa del trauma sobre un agente externo. Desde esta realidad observamos en qué manera los males producidos por un Gobierno suelen adjudicarse a agentes externos, siguiendo en esto  la burla del burro que vuela; mientras todos buscan al burro en el celo el Gobierno te mete la mano en la cartera hasta dejarte en la ruin, para después consolar  al tonto que busca en el cielo el burro que vuela, arrojándole las céntimos que les sobran de aquella cartera de la que despojaron al pueblo.

En la dimensión de la Historia Universal de la Civilización de Occidente sobre el Origen del Cristianismo la posición del Pensamiento Académico Internacional sigue esta misma regla. Se quiere extender a su Origen los males que, contra la misma Doctrina Apostólica, en el transcurso de su Historia la Iglesia puso en ejecución. La Maldad de los Estados contra la Verdad se manifestó ya antes del Nacimiento del Cristianismo en la persecución Mortal que realizaron los Demócratas contra el Pensamiento Libre, personificado en la Ejecución de Sócrates. En el caso Galileo Galilei vimos como la perversión académica se limpió las manos tras entregarle  a su odiado enemigo a la Iglesia, quedando la Iglesia acusada de su prisión cuando la sentencia del fiscal Académico fue la muerte del acusado. La imbecilidad natural al analfabetismo le sirvió a los herederos de aquella Academia Renacentista para mantener sus manos limpias en el caso Galileo Galilei. La postura oficial desde entonces de la Academia Internacional fue seguir echando balones fuera hasta conducir a las naciones a las Guerras Mundiales, de cuya ejecución volvieron a limpiarse las manos de la sangre de las naciones.

Siguiendo con su Maldad el Ateísmo Científico, creador de Hitler y Stalin, impuso en  las Escuelas una Historia sobre el Origen del Cristianismo  en cuyos capítulos perversos se compara el Nacimiento de la Religión Católica Apostólica Romana con el de las Religiones Clásicas. Lo dicho, únicamente la imbecilidad natural al Analfabetismo Histórico hizo posible imponer como Realidad Académica semejante  acusación Maligna.   

La Historia Universal no puede negarse a sí mismo. El Hinduismo nació tras un Guerra Fratricida, justificada en lo UPANISHADS en razones esotéricas absurdas. El absurdo de la justificación de Caín tras la muerte de su hermano Abel ante Dios ha sido una tónica constante a lo largo de los Milenios. Igual que el Hinduismo, el Judaísmo nació sembrando de sangre la tierra. Siguiendo este origen sangriento, el Islam nació basando su Origen en el Genocidio de Destrucción Masiva de todos los Infieles. Abominando del Islam pero acuñando su método imperial sangriento, el Protestantismo nació proclamando la Guerra a Muerte contra los Católicos. Las medidas anticatólicas del Anglicanismo fueron una copia exacta de las medidas genocidas del Islam contra los Cristianos esclavos de su Imperio. Ahí está la Historia Universal, a la que han querido callar todos, siendo la Academia actual, la de los Nobeles, la que guarda la llave que la Esclavitud, cerrando la pueta de la Libertad a todas las naciones de nuestro Milenio y Siglo.

En efecto, el Catolicismo Apostólico Romano ha sido la única Religión en la Historia Universal cuyo Origen no se ha basado en la Destrucción del Infiel a su CREDO; la Iglesia Católica Apostólica Romana es la única Institución en la Tierra cuyo Nacimiento se produjo a costa de su sangre propia.

Capitalismo, Comunismo, Socialismo, todas han sido Instituciones nacidas sobre un mar de sangre : Derramado por sus creadores con el único fin de esclavizar a los pueblos a los intereses fratricidas de élites malignas cuyo camino conduce exclusivamente al abismo de la Extinción de toda vida en la Tierra. Esta verdad es tan evidente que los ha unido finalmente a todos:  Capitalismo, Comunismo, Islam, Ateísmo científico e Hinduismo para saltarse este Destino, firmando una Agenda creadora de monstruos y destructora del Hombre a la Imagen y Semejanza de Dios en el Ser Humano, creación y destrucción fruto de la Hoja de Ruta que llaman Agenda 2030.

La Naturaleza del Espíritu Santo la tenemos en el Discurso de la Cruz : YAVÉ DIOS es Inocente y el Hombre es un Ignorante. No es matando al Ignorante como se le acerca a la Sabiduría. Pero se hunde al Ignorante en su Ignorancia cuando se culpa a Dios del Delito cometido por los hombres. Querer justificar el Delito propio en la Omnisciencia y Todopoder de Dios para ponerse en medio y evitar su consumación es negar la Creación de la Libertad a la Imagen y Semejanza de la Divina en el Hombre. Negar la existencia de Dios en base a la Libertad engendrada en el Homo Sapiens, y Libertad elevada a la naturaleza Divina es afirmarse en la necesidad de mantener al ignorante en su ignorancia a fin de crear un mundo en el que la Maldad  regresa al trono, se hace Estado y procede a borrar la Evolución del ser humano a la condición de los hijos de Dios. En uso de la Libertad Divina la Academia hizo su elección: regresar a la condición de las bestias, despreciar Ley de Dios y elegir la Ley de la Selva como Origen de un nuevo sistema global.

El Espíritu del Creador se derrama sobre toda su Creación para engendrar en el Ser la Inteligencia Natural a su Creador, y esta inteligencia universal sea el Principio del Comportamiento de todas las Criaturas dotadas de Inteligencia a la Imagen y Semejanza del Espíritu de su Creador. El Rechazo a este Espíritu fue el Origen de la Tragedia del Género Humano. En lugar de la Paz, el Hombre eligió la Guerra como camino a la Civilización Mundial. En lugar del Amor el Hombre eligió el Odio al Hermano como Camino a la Poder. En lugar de tener por Señor de su Alma a su Creador, el Hombre eligió ser el Señor de todos los hombres. Y contra quien se resistiese a la Dictadura de un Estado creado sobre esa base de Terror y Miedo, muerte al rebelde.

Este es el Trauma que el Hombre no ha superado jamás.

Ser Santo como Dios es Santo es amar la Paz, abominar de la Guerra, alzarse en Defensa de la Vida poniendo la propia sobre el terreno, crear un Estado Universal en el que la Guerra es impensable para el ciudadano y el Estado, no por el Odio a su Fuerza sino por el Amor a la Libertad que engendra.

Aquí está la Santidad, en el Amor sin límites a la Verdad, y la Verdad se hizo Hombre, pero los sabios prefirieron servir a la Mentira, devenir esclavos de los Estados Genocidas cuyo principio material de crecimiento es la Guerra, y crean guerras para en el Miedo a su entrada en sus fronteras proceder a la transformación de la Libertad en una Dictadura Benéfica. Pero ¿qué hay de benéfico en una dictadura?

Quien ama la Guerra odia la Justicia y edifica su Estado sobre  la Corrupción, mensajero  firme de la Guerra Civil.  

 

CAPÍTULO 4

 

Independientemente de lo que pienses o de lo que creas o de lo que quieras creer, o  de lo que te inventes, o de lo que mejor te sienta, seas hombre o mujer, seas siervo o hijo de Dios, seas pastor o seas oveja, la Verdad es esta : Ningún hombre que no doble sus rodillas delante del Rey y Señor y Juez que DIOS le ha dado a su Creación entera, AQUEL al que llamamos JESUCRISTO, cruzará la Puerta de la Eternidad.

La demencia de la Ciencia Humana en su locura atreviéndose a dictarle leyes al Cosmos y al Universo, de las religiones no fundada por CRISTO al creer que pueden  someter a Dios a sus ideas de la Divinidad, de las Ideologías Políticas en su avaricia por el Poder y su Hambre por riquezas, todas conducen al polvo a quienes las sustentan y las aplauden y viven por sus reglas, todas ellas  enraizadas en la ley de la selva de los depredadores.

La posición de todos los Ciudadanos del Reino de Dios en relación a quienes eligieron la MUERTE a la VIDA  es la consecuente a la Doctrina Divina: “Quitaos el polvo de los pies, no miréis para atrás, cada cual cosecha lo que siembra”.

Verdad es, en el espíritu tenemos una Esperanza Universal de Salvación de la plenitud de las naciones, conquistada por el propio Hijo de Dios al precio de Su sangre y la sangre de su Casa en la Tierra. Pero nadie se equivoque, la Palabra del Espíritu Santo es Palabra de Dios: “Esperanza que se ve, no es esperanza”.

Vosotros que amáis la Guerra y tenéis en la Guerra vuestra vida, y confundís la Paz con abandonar a Abel en las manos de Caín, sabedlo: Quien ama la Guerra, hace la guerra y vive de la Guerra:  tiene el espíritu de Satán

Sobre vosotros, que os llamáis siervos de Cristo y bendecís la Guerra de exterminio de Abel, sobre vosotros el Juicio del Dios del Infinito y de la Eternidad : “NO os conozco,  apartaos de mí malditos”.

El  espíritu de Satán es el espíritu de la Guerra. El destino de este espíritu, sea de este mundo o de otro mundo, es el Destierro de la Vida Eterna. Así es Hoy, así es por la Eternidad.

YAVÉ DIOS ha jurado por su Nombre y su Honor que no volverá a declararse la Guerra en su Reino, que su Creación no volverá a conocer la Tragedia que ha devorado al Género Humano por Seis Mil años.

Antes que la Semilla se abra, la tierra devorará sus raíces.

Antes que  el viento  la levante del Infierno,  el fuego la reducirá a cenizas.

Ahora, que cada cual elija su Sentencia: Doblar sus rodillas delante del Rey de la Eternidad, o declararle la Guerra.

 

Creo en la Santa Madre Iglesia Católica Apostólica Romana

 

Nadie que no haya nacido de la Santa Madre Iglesia Católica Cristiana por el Agua es Cristiano. Cristiano es aquel que ha nacido de la Fe de la Iglesia, Esposa de Cristo,  en razón de cuyo nacimiento es llamado Cristiano. NO hay Cristiano fuera de la Iglesia en la que el CREDO DE LA ETERNIDAD, proclamado por el Espíritu Santo en el Concilio de Nicea del año 325 es  la columna de su Fe. La Sentencia contra quien quita o le añade a la Palabra del Espíritu Santo tilde o coma está escrita por Dios en su Libro:

Yo atestiguo a todo el que escucha mis palabras de la profecía de este libro que, si alguno añade a estas cosas, Dios añadirá sobre él las plagas escritas en este libro; y si alguno quita de las palabras del libro de esta profecía, quitará Dios su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa que están escritos en este libro”.

Quien borra del CREDO DE LA ETERNIDAD “creo en la Santa Madre Iglesia Católica Apostólica Romana” pide para sí esas plagas.

Dios no miente ni se retracta. SU Libro es profético en razón de la Misericordia para quien mintió y se retractó y regresa a la Casa de su Padre que está en los Cielos, mas quien tiene por mayor al padre que tiene en la Tierra que al Padre de los Cielos ése  firma sobre su cabeza sentencia, pues escrito está: “NO he venido a juzgar, sino a salvar” de manera que cada cual elige su Sentencia, VIDA o MUERTE, ser Ciudadano del Reino del Hijo de Dios o ser Desterrado de la Vida por la Eternidad.  

Cualquier discusión sobre el espíritu del CREDO ETERNO viene de Satán, y es fruto de maldición para quien permanece en Rebelión contra la UNIDAD pedida por su Hijo : “Que todos sean unos como Tú y YO, Padre, somos Uno”.

 

la Comunión de los Santos

 

 La Casa entera de YAVÉ DIOS vive en un Único Espíritu, el Espíritu de la Paz. Quien le declara la Guerra a su hermano Comulga con Satanás. Quien no comulga con la Paz no vive en Dios; su iglesia es la casa de Satán; quienes entran en ella seguirán al Destierro de su verdadero amor y señor, el príncipe del Infierno.

La Comunión Universal de todos los Ciudadanos del Reino del Hijo de Dios es con la Paz, y en la Defensa de la Paz la Plenitud de las Naciones del Reino de Dios se levanta como un solo Ser para detener a Satán y sus ejércitos, desarmarlos, sujetarlos a la Ley y establecer la Vida sobre la Paz.

El Deber de defender la Paz es Universal y Divino. Quienes se abstienen de levantarse en Defensa de la Paz se alían con el Infierno y su suerte en la Tierra será la de Satán en los Cielos: serán desterrados de todas las naciones. Sus ciudadanos serán expulsados de todas las naciones y las naciones retirarán sus ciudadanos de la tierra de Satán. Será maldito quien comercie con el pueblo de Satán en la Tierra; la maldición de Dios sobre el príncipe del Infierno caerá sobre los pueblos adoradores de la Guerra, la Tiranía y la Dictadura.

Cualquier pacto o alianza con los hijos de Satán es maldición sobre quien firma.

 

el perdón de los pecados

 

En efecto, única y exclusivamente la Santa Madre Iglesia Católica, Cuerpo Vivo de Cristo, tiene este Poder de Perdonar los pecados. Tanto es así que incluso el Hijo de Dios, siendo Incorruptible e Inmaculado,  bajó su cabeza ante el Profeta en reconocimiento del Poder conferido por Dios a sus Siervos.  Poder que ese Hijo, una vez retirado ese Poder de Israel, pasó a su Iglesia.

La negación de este Poder es Negación del Hijo de Dios. Y quien niega al Hijo niega a Dios, su Padre.

Quien se otorga a sí mismo este Poder, llamándose iglesia en virtud de saber leer, se rebela contra Dios y niega a su Hijo. Los límites de este Poder están escritos : “Vete y no peques más”. Pues no puede el Siervo anular el Poder de su Señor; ni el Señor abdicar de su Poder en razón de su amor por su Siervo.  

 

la resurrección de la carne;

¿Es el Poder del Creador del Nuevo Cosmos: Infinito?

SÍ.

Cualquier discusión sobre este Poder es  dialogar con un burro.

 

y la vida eterna.

Este es el Origen de la Nueva Creación: Creación de Vida a la imagen y semejanza de la Vida Divina: Vida eterna.

Amén.

 

EPÍLOGO

Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,

engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,

por quien todo fue hecho.

 

¿Tiene precio la locura? ¿No fue JESÚS, rey de los Judíos, rechazado por Jerusalén, acusado de loco “por hacerse igual a Dios”? Y sin embargo ÉL nunca dijo de sí mismo:  “YO SOY engendrado en la Naturaleza Increada del PADRE”. Porque todos los hijos de Dios somos engendrados en la Naturaleza del Mundo en el que somos creados.  “Nosotros Somos” engendrados en la Naturaleza de la Creación, en este caso la Tierra. Pero aquí se lee “Engendrado en la Naturaleza Increada del Padre”. Cual la Naturaleza así el Ser. Como la Tierra es Mortal nosotros somos mortales por Naturaleza. Nosotros y todo Pueblo nacido en la Creación de Dios. ¿Quién pues concibió esta Declaración  “ Dios de Dios, engendrado en la Naturaleza del Padre? Porque se entiende que acorde a la Naturaleza es el nacido en ella. Nacido de la Naturaleza de Dios ¿qué Ser puedes ser el del engendrad en esa Naturaleza?

La declaración parece un razonamiento teológico articulado por un pensamiento escatológico en un lapsus alucinógeno, intenso tal cual para maravillar al propio pensador. Una pensamiento pasajero que no debería pasar de ser eso; Octavio Augusto era un dios y nada ni nadie se tiraba de los pelos, menos aún arrojarse al fuego. Había que estar perdidamente loco para negarse  a quemar una ramita de incienso en honor de los dioses humanos de Roma. ¿Qué tipo de locura era aquélla de los Primeros Cristianos? Les hubiese bastado   quemar unos graos de incienso a la salud de los dioses augustales, y todos tan contentos. Pero no, prefirieron esto:

El 19 de julio del 66 se declaró un incendio en las tiendas llenas de mercancías inflamables que rodeaban el Gran Circo Romano. El viento soplaba con violencia, uno de esos fuertes vientos de verano que son los auxiliares más formidables del fuego. Pronto ardió el inmenso óvalo del Circo. Después devoró los edificios entre las colinas, ganó las cumbres, rodeó el Palatino, se alejó del Capitolio, atravesó el Foro, consumió las tiendas de la Vía Sagrada, destruyó la región entonces tan poblada por Isis y Serapis, arrasasó el Celio, el Aventino, el valle entre el Palatino y el Esquilino, donde se encontraba la domus transitoria de Nerón, y quemó más de la mitad de la vieja Roma, cuyos edificios antiguos, pegados unos a otros, de calles estrechas, ofrecieron una presa fácil al fuego. Sólo se logró detenerlo despejándole el camino, mediante una gran quema de casas al pie del Esquilino.

Para alimentar a aquella pobre gente, se trajeron alimentos de Ostia y de los municipios vecinos. El pan se daba casi gratis. Pero estas medidas de humanidad no apaciguaron al pueblo amargado por el sufrimiento, que se vio expulsado de sus hogares con desesperación, reducido a la más completa indigencia.

A pesar de la multitud de sus crímenes Nerón aún no se había ganado el odio del pueblo; su lujo, su extravagancia, aquella especie de buen humor suyo y aquel refinamiento artístico suyo había mantenido viva su aura imperial. Aquéllos sobre los que su demencia criminal hasta ese momento cayó fueron príncipes, emperatrices, nobles, filósofos;  sobre los pobres no cayeron sus golpes asesinos.

El Incendio de Roma despertó de repente la conciencia de las masas. A los ojos del pueblo romano ningún mal sucedía por casualidad; el destino siempre tenía un nombre, un responsable. Nerón fue el nombre.

Los desgraciados hacinados en los barracones del Campo de Marte aún no se atrevían a añadir a su nombre el epíteto de incendiario; pero el rumor comenzó a circular entre la multitud; se decía que Nerón, enamorado de lo pintoresco, embriagado de una poesía insana, había hecho convertido el Incendio en un espectáculo. Algunos afirmaban que con una lira, cantando la ruina de Troya, había contemplado el Incendio desde lo alto de una torre. Poco a poco el rumor fue creciendo, los esclavos de Nerón habían sido sorprendidos echándole leña al fuego que devoró su palacio.

“Nerón”, gritaron todos, “quiere destruir Roma para reconstruirla y darle su nombre”.

Durante tres días el fuego asoló distritos hasta entonces perdonados, el Viminal, el Quirinal, y esa vasta llanura del Campo de Marte, abierta por todas partes y, sin embargo, atestada de templos y pórticos. Se vio a la multitud presa del pánico corriendo como loca a lo largo de las vías principales, buscando refugio en los edificios, los comedores, los cuarteles de los soldados. El incendio duró nueve días: de las catorce regiones de Roma, tres fueron consumidas por completo, siete sólo contenían muros temblorosos, tejados a medio quemar, casas inhabitables; sólo cuatro regiones no habían sido tocadas por el fuego.

Nerón se enfrentó a la indignación popular. El mismo pueblo que cinco años antes lo había recibido cubierto con la sangre de Agripina a su regreso de Campania, y aplaudido sus gracias  le maldecía ahora. El emperador tembló; luego, con habilidad infernal, intentó desviar las sospechas. La multitud quería un culpable; él les daría miles. Anhelaban a alguien sobre quien vengarse de sus sufrimientos; él les arrojaría innumerables víctimas. Las circunstancias se prestaban admirablemente a este plan villano.

El Incendio se había declarado en las tiendas del Gran Circo ocupadas por los mercaderes orientales, entre los que había muchos judíos; y, no obstante, el fuego no había tocado la puerta Capena, donde vivían los judíos; el Trastevere, de población judía casi exclusivamente, también estaba intacto. De todos los barrios frecuentados por los judíos, el Campo de Marte, donde tenían una sinagoga, fue el único afectado.

“¡El incendio fue provocado por los judíos! ¡Ellos son los verdaderos, los únicos autores del incendio de Roma! ¡Esos enemigos de la civilización y de los dioses querían destruir la capital del mundo!”

La condena fue esparcidas por los emisarios de Nerón. Pero los judíos contaban con poderosos protectores en la corte, y supieron conjurar a tiempo el golpe que estaban a punto de asestarles. Popea, la emperatriz, era medio judía. Había esclavos judíos alrededor de Nerón. Y el emperador no ordenaba ninguna ejecución política sin consultar a Tigelino y a Popea.

Tácito no menciona las deliberaciones secretas que condujeron a la sustitución de los cristianos por los judíos como objeto de la venganza imperial. El historiador sólo dice que tras el incendio de julio del 66 las sospechas del pueblo recayeron sobre Nerón. “Para acallar este rumor”, continúa Tácito, “Nerón sometió a las torturas más refinadas a aquellos hombres, odiosos por sus crímenes, a los que el vulgo llamaba Cristianos. Primero se apresó a los que confesaron y luego, siguiendo sus instrucciones, a una gran multitud, convencida no tanto del delito de incendio provocado como del odio al género humano. Al tormento se añadió la burla; hombres envueltos en pieles de animales morían desgarrados por perros, o eran atados a cruces, o eran destinados a ser incendiados y, cuando caía el día, eran encendidos como antorchas humanas. Nerón había prestado sus jardines para este espectáculo, y allí daba carreras, mezclándose con la multitud vestido de cochero o montado en un carro. Además, aunque estos hombres eran culpables y merecedores de los últimos tormentos, se les compadecía porque eran sacrificados no por la utilidad pública, sino por la crueldad de uno solo”.

Este curioso y patético relato nos hace comprender el lugar que ocupaban los discípulos del Evangelio, en el año 66, entre la población romana. Tácito nos dice que formaban una gran multitud. Siete años antes, San Pablo ya había dicho que su fe era famosa en todo el mundo. Los cristianos se encontraban en todos los estratos y, por así decirlo, en todos los niveles de la sociedad: en el humilde mundo de los esclavos, en la pequeña burguesía de los libertos, entre los mercaderes de raza judía, en la casa de los grandes, del mismísimo César, e incluso en el seno de las familias patricias. El odio popular, irritado por el espectáculo de unas virtudes que parecían la condena silenciosa de los vicios de la Roma pagana, se cebó en ellos, acusándoles de todos los crímenes.

Los primeros en ser arrestados fueron los cristianos más destacados. La Confesión de su Fe, y diversas pistas proporcionadas por los registros de sus domicilios, pusieron a los demás en el ojo del huracán. Pronto las cárceles de Roma se llenaron de Cristianos.

No permanecieron allí mucho tiempo. Nerón resolvió ganarse de nuevo el favor del pueblo mediante juegos extraordinarios. Era conocida la pasión que el pueblo romano sentía por los espectáculos del Circo y del Anfiteatro. Es probable que, en el luto y la agitación provocados por el incendio del 19 de julio, el pueblo se hubiera visto privado de los juegos en honor de Venus que, según el calendario romano, se celebraban del 20 al 30 de julio, e incluían cuatro días dedicados a las carreras de cuadrigas. Nerón quiso sustituir estos placeres por un festival sin precedentes. El mes de agosto, casi desprovisto de espectáculos públicos, le facilitó la elección del día.

La elección del lugar estaba dictada por las circunstancias: el incendio había casi destruido el Gran Circo de 1.473 metros de longitud y que contenía, en la época de César, asientos para ciento cincuenta mil espectadores; el circo de Flaminio, situado entre el Capitolio, el teatro de Pompeyo y el Panteón, es decir a poca distancia del Campus Marcio, se había visto afectado por las llamas. Hubo que elegir un lugar digno del pueblo romano. Nerón disponía de magníficos jardines más allá del Tíber, en el Vaticano; había un vasto Circo, reservado a los placeres imperiales; el obelisco que hoy se alza en el centro de la plaza de San Pedro ocupaba un extremo de la spina. Nerón convocó allí a la multitud.

Los juegos debían comenzar con una de esas largas y penosas procesiones en las que los condenados desfilaban ante los ojos de los espectadores, entre dos filas de verdugos armados con látigos. Luego venía la venatio (nombre que recibían los espectáculos que se celebraban en el circo o en el anfiteatro y en el que intervenían animales exóticos y salvajes, dentro de la celebración de los Juegos Romanos). Este solía ser el comienzo de aquellas jornadas sangrientas.

Algunos de los prisioneros cristianos fueron expuestos a las fieras. Fueron vestidos con pieles de animales, y echados a los perros. Los perros, a menudo de raza británica o escocesa, de una ferocidad extrema, eran adiestrados especialmente para las luchas en el anfiteatro: aquí, en lugar de encontrarse con oponentes formidables, fueron arrojados sobre seres indefensos, sus colmillos se hundieron en carne humana. Cuando el pueblo romano hubo saciado sus ojos con este espantoso espectáculo, se introdujeron otros cristianos.

Se habían preparado cruces en varias partes del circo y se les ataba a ellas. Se soltaron fieras feroces; devorar a los condenados atados a postes era uno de los Juegos Romanos.

En su carta a los Corintios, San Clemente de Roma alude a los mártires de la persecución de Nerón; entre la multitud de elegidos menciona a mujeres, que, habiendo sufrido terribles y monstruosas indignidades, alcanzaron su meta en la sagrada carrera de la Fe. Ultrajadas, cincuenta mujeres cristianas acudieron al circo o al escenario con el disfraz de las hijas de Danaus, y allí fueron sacrificadas al final del drama por el actor encargado del papel de Linceo. En cuanto a las Dirce, el grupo de Apolonio y Taurisco, recién traído a Roma y que formaba parte de la colección reunida, durante el reinado de Augusto, por Asinio Polión, ofreció probablemente al director de Nerón el modelo que buscaba. Según la fábula contada por HyginioDirce, celebrando las bacanales, había querido matar a Antíope: sus hijos la vengaron atando a Dirce a los cuernos de un toro. Una multitud de mujeres Cristianas fueron conducidas al anfiteatro en traje de bacanal; y encerradas en redes fueron expuestas a los ataques de toros furiosos.

La fiesta nocturna en los jardines de Nerón esperaba al pueblo romano; los romanos sentían pasión por las iluminaciones, y Nerón decidió que el espectáculo durara toda la noche. La solemnidad del Vaticano no tenía nada de extraordinario. Sólo una cosa era extraordinaria, el método elegido para la iluminación. Desde la mañana, los inmensos jardines de Nerón amanecieron sembrados de cruces y estacas, en las que se había atado a los cristianos, empapados en brea, resina y otras sustancias inflamables. Cuando llegó les prendieron fuego.

Séneca, retirado del mundo, expiando en la suntuosa soledad de sus hermosas villas las debilidades de su vida, aludió en dos de sus cartas a Lucilio, al terrible espectáculo ofrecido por Nerón al pueblo romano … las torturas más refinadas, el hierro, las llamas, las cadenas, la multitud de bestias feroces alimentándose de entrañas humanas, la prisión, las cruces, los caballetes, el garfio, la palma clavada en el tronco de la víctima y saliendo por la cabeza, los miembros descuartizados, la túnica recubierta y tejida con materiales inflamables ... Ejemplo de serena paciencia, que el filósofo estoico no pudo dejar de admirar. Séneca exhortó a Lucilio a soportar la enfermedad con valentía: “¿Qué es esto”, dice, “comparado con la llama, y el potro, y las cuchillas ardientes, y los hierros aplicados a heridas que apenas han cicatrizado para renovarlas y cavarlas más hondo? Entre estos dolores, alguien no gimió; es poco, no suplicó; es poco, no respondió; es poco, sonrió, y sonrió de corazón”. La inefable sonrisa del humilde cristiano que muere por su Dios en los jardines del Vaticano persigue, como una visión a la conmovida imaginación del antiguo tutor de Nerón. Como todos los romanos de la época, Séneca había visto muchas muertes; nunca había visto una igual.

¿Cuántos mártires fueron inmolados en las cacerías matinales, en las sangrientas orgías del día, en la horrible solemnidad nocturna? A los ojos del pueblo de Roma, una fiesta en la que murieran quinientas o mil víctimas no habría sido un acontecimiento extraordinario. Recordemos la sangrienta naumaquia en la que, en el lago Fucino, Claudio hizo combatir a diecinueve mil condenados en 52. No está claro cuántas víctimas fueron necesarias para expiar el incendio de Roma a gusto de Nerón y suscitar un grito de piedad del pueblo romano.”

Desde el Principio la Confesión de Fe Cristiana tal cual está escrita en el CREDO tuvo en San Pedro su Autor. “¿Quién decís vosotros que YO SOY?”.

“Señor y Dios mío”, dijo Pedro, “TÚ ERES EL HIJO VIVO DE DIOS”. La Respuesta era Divina : NO  Tú, Pedro, sino MI PADRE te ha abierto las boca. Por esto te digo ; Tu eres Pedro y sobre esta PIEDRA edificaré mi IGLESIA?”. En efecto, esa PIEDRA fue la Confesión del Apóstol: TÚ ERES DIOS VERDADERO DE DIOS VERDADERO, Engendrado de la misma Naturaleza del Padre”.

Durante Cuatro siglos, desde Nerón a Constantino esta PIEDRA fue la ROCA sobre la que los Apóstoles y “los padres de la Iglesia” levantaron el Edificio de la Iglesia Católica. Negar este Confesión, quitarle o añadirle una simple tilde era y es rechazar la Verdad, entregarse a  la Mentira, declararle la Guerra a Dios  y su Reino. Justamente lo que vino a suceder en los días de Constantino, cuando un obispo negó esta Confesión y afirmó aquel JESÚS fue un hijo de mujer y hombre, divinizado a la manea que los Césares. Se llamaba Arrio, el Anticristo, porque salió de las filas de los Cristianos. Su Negación levantó la Guerra Fratricida entre los Fieles.

Tengamos en cuenta que Nerón ni fue Anticristo en  la medida que Nerón no fue nunca fue Cristiano. Las Persecuciones Romanas se calificaron CONTRA LOS CRISTIANOS: nunca ANTICRISTIANAS, porque los Perseguidores, exceptuando a Juliano el Apóstata, nunca fueron cristianos. 

Anticristo es todo aquél que naciendo Cristiano se rebela contra el CREDO DEL ESPÍRITU SANTO revelado en el CONCILIO DE NICEA, en el que la CONFESIÓN DE PEDRO se escribió para que la LUZ de la VERDAD nunca se deje apagar por las Mentira de quien  negando al HIJO DEL DIOS VIVO se declara Anticristo. Por esto, porque la REFORMA NEGÓ rechazó la VERACIDAD DIVINA de la IGESIA CATÓLICA, con cuya Sangre se escribió el CREDO ETERNO, la Reforma fue fundada por monstruo de tres cabezas GRACIAS A CUYO PODER FRATRICIDA fue coronado el ANTICRISTO como Cabeza de LOS REINOS SOBRE LOS QUE EL ESPÌRITU DE SATÁN extendió su Imperio sobre las naciones de la Tierra.

Pues si ya hemos visto cara a cara la naturaleza del Espíritu de Dios, por cuyo Amor a la Paz llamamos Santo a DIOS, PADRE E HIJO, el espíritu de Satán se manifiesta por el amor a la Guerra, su pasión por la destrucción de la Libertad del prójimo,  la sed de sangre de su hermano, su absoluto  rechazo a la Vida Creada, sea humana o animal, su hambre de riquezas, su capacidad ilimitada para matar, asesinar, arruinar a los pueblos,  y andar sobre la miseria de sus conciudadanos hacia el Poder Absoluto Vitalicio.

El espíritu de Satán se manifiesta y vive en toda clase de hombres, pero no alcanza su plenitud sino cuando emerge de la raíz cristiana para declararse su hijo, hijo de Satán, el Anticristo, engendrado en el hombre por Satán a la imagen y semejanza de su espíritu; nacido para destruir al Género Humano y  extender el Velo de la Muerte sobre la Tierra. Mirad al Norte, y veréis al hijo y su madre en vivo. ¿Así pies, cuál será el Juicio del Señor contra la Ramera Ortodoxa que habiendo destruido una vez a su primer Amo, el Emperador de Bizancio, ahora ha amamantado al cachorro de Satán entre sus pechos adúlteros malignos? Porque rechazó a su Señor, y aun sabiendo que no se puede servir a dos señores, eligió  las riquezas, la Sentencia contra la Iglesia Ortodoxa de Rusia será acorde a su Delito. Sus cimientos serán levantados, sus siervos expulsados de la Casa del Señor; amó a Satán, y desprecio a su Señor Divino, sobre ella su Castigo. Si el Pueblo no sale de ese Templo,  caerá sobre sus cabezas su techo. Porque así  ha dicho Dios: “NO habrá Guerra Mundial”.  

 

FIN DEL CREDO DE LA ETERNIDAD

 

 

 

ue se merece carcel hasta la muerfte.

 

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