web counter

CRISTORAUL.ORG

EL VENCEDOR EDICIONES

LA SAGRADA BIBLIA

 

ANTIGUO TESTAMENTO - PENTATEUCO

NUMEROS

 

SEGUNDA PARTE EN CADESBARNE

 

Partida del Sinaí

11. En el año segundo, el segundo mes, a veinte del mes se alzó la nube de sobre el tabernáculo del testimonio,

12. y los hijos de Israel marcharon, por etapas, del desierto del Sinaí al desierto de Farán, donde la nube se paró,

13. moviéndose por primera vez a la orden de Yavé por Moisés.

14. La primera en moverse fue la enseña del campo de los hijos de Judá, con sus escuadras. Jefe de las escuadras de aquéllos era Nasón, hijo de Aminadab.

15. Jefe de las escuadras de la tribu de los hijos de Isacar, Natanael, hijo de Suar,

16. y jefe de las escuadras de la tribu de los hijos de Zabulón, Eliab, hijo de Jelón.

17. Desmontado que fue el tabernáculo, pusiéronse luego en marcha los hijos de Gersón y los hijos de Merari llevando el tabernáculo.

18. Luego se puso en marcha la enseña del campo de Rubén, por sus escuadras.

19. El jefe de sus escuadras era Elisur, hijo de Sedeur; el jefe de las escuadras de la tribu de los hijos de Simeón, Selamiel, hijo de Surisadai;

20. y el jefe de las escuadras de los hijos de la tribu de Gad, Eliasaf, hijo de Reuel.

21. Comenzaron luego a marchar los hijos de Caat, llevando el santuario; y en tanto que ellos llegaban, se disponía el tabernáculo.

22. Después se puso en marcha la enseña del campo de los hijos de Efraím por sus escuadras; jefe de sus escuadras era Elisama, hijo de Amiud;

23. jefe de las escuadras de la tribu de Manasés, Gamaliel, hijo de Pedasur;

24. jefe de las escuadras de la tribu de los hijos de Benjamín, Abigadán, hijo de Guedoni.

25. Después se puso en marcha la enseña del campo de los hijos de Dan, por sus escuadras, a retaguardia de los otros campos; jefe de las escuadras de los hijos de Dan era Ajiezer, hijo de Amisadai;

26. jefe de las escuadras de la tribu de los hijos de Aser, Fequiel, hijo de Ocrán;

27. jefe de las escuadras de la tribu de los hijos de Neftalí, Ajira, hijo de Enán.

28. Los hijos de Israel se pusieron en marcha con sus escuadras por orden.

29. Moisés dijo entonces a Jobab, hijo de Raguel, madianita, su suegro: “Nosotros nos vamos para el lugar que Yavé nos ha dicho: “Yo os lo daré”; ven con nosotros y te favoreceremos; porque Yavé ha prometido favorecer a Israel.”

30. El respondió: “No, me iré a mi tierra y a mi parentela.”

31. Moisés insistió: “No nos dejes, pues tú conoces bien los lugares donde habremos de acampar y podrás servirnos de guía;

32. si vienes, nosotros te daremos parte de lo que nos dé Yavé.”

33. Así se marcharon del monte de Yavé, e hicieron tres días de camino; y el arca de la alianza de Yavé fue con ellos tres días de camino, buscando dónde acampar.

34. La nube de Yavé los acompañaba de día desde que levantaron el campamento.

35. Cuando movían el arca, decía Moisés: “Levántate, Yavé; dispérsense tus enemigos. Y huyan ante ti los que te aborrezcan”.

36. Y cuando el arca se posaba, decía: “Pósate, ¡oh Yavé!, entre las miríadas de Israel.”

11

Descontento del pueblo

1. Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Yavé, y, al oírlo Yavé, ardió en ira, y encendió contra ellos un fuego que abrasó una de las alas del campamento.

2. Clamó entonces el pueblo a Moisés, y Moisés oró a Yavé, y el fuego se apagó;

3. y llamaron a aquel lugar Tabera, porque allí se había encendido contra ellos el fuego de Yavé.

4. El vulgo adventicio que en medio de ellos habitaba tenía tantas ganas de comer carne, que aun los hijos de Israel se pusieron a llorar y a decir: “¡Quién nos diera carne que comer!

5. ¡Cómo nos acordamos de tanto pescado como de balde comíamos en Egipto, de los cohombros, de los melones, de los puerros, de las cebollas, de los ajos!

6. Ahora está al seco nuestro apetito, y no vemos sino el maná”.

7. El maná era parecido a la semilla del cilantro y tenía un color como de bedelio.

8. Esparcíase el pueblo para recogerlo, y lo molían en molinos o lo majaban en morteros, y, cociéndolo en una caldera, hacían de él tortas, que tenían un sabor como de pasta amasada con aceite.

9. Cuando de noche caía el rocío sobre el campo, caía también el maná.

10. Oyó Moisés las lamentaciones del pueblo, que por familias se reunía a las puertas de las tiendas, encendiendo el ardor de la ira de Yavé; y desagradó a Moisés,

11. que dijo a Yavé: “¿Por qué tratas tan mal a tu siervo? ¿Por qué no ha hallado gracia a tus ojos y has echado sobre mí la carga de todo este pueblo?

12. ¿Lo he concebido yo ni lo he parido para que me digas: Llévale en tu regazo, como lleva la nodriza al niño a quien da de mamar, a la tierra que juraste dar a tus padres?

13. ¿Dónde tengo yo carne para alimentar a todo este pueblo? ¿Por qué llora a mí clamando: Danos carne que comer?

14. Yo no puedo soportar solo a este pueblo. Me pesa demasiado.

15. Si así has de hacer conmigo, dame la muerte, te lo ruego; y si es que he hallado gracia a tus ojos, que no me vea ya más así afligido.”

Los setenta ancianos

16. Entonces dijo Yavé a Moisés: “Elígeme a setenta varones de los hijos de Israel, de los que tú sabes que son ancianos del pueblo y de sus principales, y tráelos a la puerta del tabernáculo; que esperen allí contigo.

17. Yo descenderé y contigo hablaré allí, y tomaré del espíritu que hay en ti y lo pondré sobre ellos para que te ayuden a llevar la carga del pueblo y no la lleves tú solo.

18. Y di al pueblo: Santifícaos para mañana, y comeréis carne, ya que habéis llorado a Yavé diciendo: ¡Quién nos diera carne que comer! ¡Mejor ciertamente estábamos en Egipto! Ya os dará Yavé carne que comer.

19. No comeréis un día, ni dos, ni cinco, ni diez, ni veinte;

20. la comeréis todo un mes, hasta que se os salga por la boca y os produzca náuseas, por haber menospreciado a Yavé, que está en medio de vosotros, y haber llorado, diciendo: ¿Por qué hemos salido de Egipto?”

21. Moisés le dijo: “Seiscientos mil infantes cuenta el pueblo en medio del cual estoy, y me dices: Yo les daré carne, y la comerán todo un mes.

22. ¿Bastará para ello degollar todas las ovejas y todos los bueyes? ¿Se juntarán todos los peces del mar para darles abasto?”

23. Yavé replicó a Moisés: “¿Acaso se ha acortado el brazo de Yavé? Ya verás si es o no es como yo te he dicho.”

24. Salió Moisés y transmitió al pueblo lo que había dicho Yavé; y eligió los setenta varones de entre los ancianos de Israel y los puso en derredor del tabernáculo.

25. Descendió Yavé en la nube y habló a Moisés; tomó del espíritu que residía en él y lo puso sobre los setenta ancianos; y cuando sobre ellos se posó el espíritu, pusiéronse a profetizar, y no cesaban.

26. Habíanse quedado en el campamento dos de ellos, uno llamado Eldad y otro llamado Medad; y también sobre ellos se posó el espíritu; eran de los nombrados, pero no se presentaron ante el tabernáculo, y se pusieron a profetizar en el campamento.

27. Corrió un mozo a avisar a Moisés, diciendo: “Eldad y Medad están profetizando en el campamento.”

28. Josué, hijo de Nun, ministro de Moisés desde su juventud, dijo: “Mi señor, Moisés, impídeselo.”

29. Y Moisés le respondió: “¿Tienes celos por mí? ¡Ojalá que todo el pueblo de Yavé profetizara y pusiese Yavé sobre ellos su espíritu!”

30. Volvióse Moisés al campamento, y con él los ancianos de Israel.

31. Vino un viento de Yavé, trayendo desde el mar codornices, que dejó sobre el campamento, hasta la altura de dos codos sobre la tierra.

32. El pueblo estuvo todo el día, toda la noche y todo el día siguiente recogiendo codornices; el que menos, recogió diez jómer, y las pusieron a secar en los alrededores del campamento.

33. Aún tenían la carne entre los dientes, antes de que hubiesen podido acabar de comerlas, y encendióse en el pueblo el furor de Yavé, y Yavé hirió al pueblo con una plaga;

34. siendo llamado aquel lugar Quibrot-Hat-tava, porque allí quedó sepultado el pueblo glotón.

35. De Quibrot-Hat-tava partieron a Jaserot y acamparon allí.

12

Castigo de María, la hermana de Moisés

1. María y Arón murmuraban de Moisés por la mujer cusita que éste había tomado, pues,  en efecto, había tomado Moisés por mujer una cusita.

2. Decían: “¿Acaso sólo con Moisés habla Yavé? ¿No nos ha hablado también a nosotros?” Oyó esto Yavé.

3. Moisés era hombre mansísimo, más que cuantos hubiese sobre la haz de la tierra.

4. Y dijo luego a Moisés, a Arón y a María: “Id los tres al tabernáculo de la reunión.”

5. Una vez allí, descendió Yavé en la columna de nube y, poniéndose a la entrada del tabernáculo, llamó a Arón y a María. Salieron ambos,

6. y él les dijo: “Oíd mis palabras: Si uno de vosotros profetizara, yo me revelaría a él en visión y le hablaría en sueños.

7. No así a mi siervo Moisés, que es en toda mi casa el hombre de confianza.

8. Cara a cara hablo con él, y a las claras, no por figuras; y él contempla el semblante de Yavé. ¿Cómo, pues, os habéis atrevido a difamar a mi siervo Moisés?”

9. Y, encendido en furor contra ellos, fuese Yavé.

10. Apenas se había retirado del tabernáculo la nube, apareció María cubierta de lepra, como la nieve; y miró Arón a María, y la vio cubierta de lepra.

11. Dijo entonces Arón a Moisés: “¡Oh mi señor, no eches sobre nosotros el peso de nuestro pecado! Neciamente hemos obrado, hemos pecado.

12. Que no quede como el abortivo, que sale del vientre de su madre ya medio consumido.”

13. Clamó entonces Moisés a Yavé, diciendo: “Ruégote, ¡oh Dios!, que la sanes.”

14. Respondió Yavé: “Si su padre la hubiera escupido en el rostro, ¿no quedaría por siete días llena de vergüenza? Que sea echada fuera del campamento por siete días, y después volverá.”

15. Fue, pues, María echada fuera del campamento, y el pueblo no se movió hasta que no hubo tornado.

13

Los exploradores

1. Partióse después el pueblo de Jaserot y acampó en el desierto de Farán.

2. Yavé habló a Moisés, diciendo: “Manda a algunos hombres a explorar la tierra de Canaán que voy a daros:

3. manda a uno por cada tribu, y que sean todos de los principales entre ellos.”

4. Mandólos Moisés desde el desierto de Farán, según el mandato de Yavé, todos los jefes de los hijos de Israel.

5. Sus nombres son: de la tribu de Rubén, Samua, hijo de Zecur;

6. de la tribu de Simeón, Safat, hijo de Jurí;

7. -(6) de la tribu de Judá, Caleb, hijo de Jefoné;

8. de la tribu de Isacar, Jigal, hijo de José;

9. de la tribu de Efraím, Osea, hijo de Nun;

10. de la tribu de Benjamín, Falti, hijo de Rafu;

11. de la tribu de Zabulón, Gadiel, hijo de Sodí;

12. de la tribu de José, de Manasés, Gadí, hijo de Susi;

13. de la tribu de Dan, Amiel, hijo de Guemalí;

14. de la tribu de Aser, Setur, hijo de Micael;

15. de la tribu de Neftalí, Najbí, hijo de Vapsí;

16. de la tribu de Gad, Guel, hijo de Maqui.

17. Estos son los nombres de los mandados por Moisés para explorar la tierra. A Osea, hijo de Nun, le dio Moisés el nombre de Josué.

18. Mandólos, pues, Moisés a explorar la tierra de Canaán, diciéndoles: “Subid de aquí al Negueb; después subid a la montaña,'

19. y observad la tierra cómo es, qué gente la habita, si fuerte o floja, si poca o mucha;

20. qué tal es la tierra habitada, si buena o mala; cuáles son sus ciudades, si abiertas o amuralladas;

21. Cua1 es su terreno, si fértil o pobre, si con árboles o sin ellos. Animaos y traed algunos frutos de esa tierra.” Era esto al tiempo de las primeras uvas.

22. Subieron y reconocieron la tierra desde el desierto de Sin hasta Rejob, camino de Emat.

23. Subieron al Negueb y llegaron a Hebrón, donde estaban Ajinam, Sesaí y Tolmai, hijos de Enac. Hebrón fue fundada siete años antes que Tanis en Egipto.

24. Llegaron hasta el valle de Escol, cortaron un sarmiento con racimos de uvas, que trajeron dos en un palo, y granadas e higos.

25. Llamaron a aquel lugar Najal-Escol, (Valle del Racimo), por el sarmiento de vid que allí habían cortado los hijos de Israel.

26. Volvieron de explorar la tierra al cabo de cuarenta días,

27. y, llegados, se presentaron a Moisés y a Arón y a toda la asamblea de los hijos de Israel en el desierto de Farán, en Cades;

28. e hicieron relación a ellos y a toda la asamblea, mostrando los frutos de la tierra, y contaron así: “Hemos llegado a la tierra adonde nos mandasteis; en verdad mana leche y miel; he aquí sus frutos;

29. pero la gente que la habita es fuerte, y sus ciudades son muy grandes y están amuralladas; hemos visto también allí a los hijos de Enac.

30. Los amalecitas habitan la región del Negueb; los jeteos, jebuseos y amorreos, la parte montuosa; los cananeos, las costas del mar y a lo largo del Jordán.”

31. Caleb, imponiendo silencio al pueblo que murmuraba contra Moisés, clamó: “¡Subamos, subamos luego! ¡La conquistaremos, seremos más fuertes que ellos!”

32. Pero los que habían subido con él dijeron: “No debemos subir contra aquella gente; es más fuerte que nosotros.”

33. Y desacreditaban entre los hijos de Israel la tierra que habían explorado, diciendo: “Es una tierra que devora a sus habitantes, y todos cuantos hemos visto de ellos eran de gran talla. Hasta gigantes hemos visto allí, ante los cuales nos pareció a nosotros que éramos como langostas; así les parecíamos nosotros a ellos”

14

Sedición

1. Entonces toda la muchedumbre rompió a gritar, y el pueblo se pasó toda la noche llorando;

2. y todos los hijos de Israel murmuraban contra Moisés y Arón, y todos decían: “¡Ah si hubiéramos muerto en la tierra de Egipto, o muriéramos siquiera en este desierto!

3. ¿Por qué quiere llevarnos Yavé a esa tierra a perecer a la espada y que sean nuestras mujeres y nuestros hijos presa de otros? ¿No sería mejor que nos volviéramos a Egipto?”

4. Y unos y otros se decían: “Elijamos un jefe y volvámonos a Egipto.”

5. Entonces Moisés y Arón cayeron sobre sus rostros ante toda la asamblea de los hijos de Israel.

6. Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefoné, que eran de los que habían explorado la tierra, rasgaron sus vestiduras;

7. y hablaron a toda la asamblea de los hijos de Israel, diciendo: “La tierra por la que hemos pasado en reconocimiento es sobremanera buena.

8. Si agradamos a Yavé, Él nos hará entrar en esa tierra y nos la dará. Es una tierra que mana leche y miel.

9. No os rebeléis contra Yavé y no tengáis miedo de la gente de esa tierra, que nos la comeremos como pan. Ellos se han quedado sin amparo, y Yavé está con nosotros.”

10. Toda la asamblea de Israel quería lapidarlos, pero la gloria de Yavé se mostró en el tabernáculo de la reunión a todos los hijos de Israel,

11. y Yavé dijo a Moisés: “¿Hasta cuándo ha de ultrajarme este pueblo? ¿Hasta cuándo no ha de creerme, después de todos los prodigios que en medio de ellos he obrado?

12. Voy a herirle de mortandad y a hacer de ti una gran nación, más grande y más fuerte que ellos,”

13. Pero Moisés respondió a Yavé: “Y lo sabrán los egipcios, de cuyo poder sacaste a este pueblo,

14. y se lo dirán a los habitantes de esa tierra. Todos ellos saben que tú, ¡oh Yavé!, habitas en medio de este pueblo, que te dejas ver la cara, que se posa sobre ellos tu nube, que vas delante de ellos, de día en columna de nube y de noche en columna de fuego.

15. Si, pues, destruyes a este pueblo como si fuera un solo hombre, los pueblos a los que ha llegado tu fama dirán:

16. Por no haber podido llevar a ese pueblo a la tierra que le había prometido, los ha destruido Yavé en el desierto.

17. Haz, pues, mi Señor, que resplandezca tu fortaleza, como tú mismo dijiste.

18. Yavé, tardo a la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebeldía, aunque no lo deja impune, y visita la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación,

19. perdona, pues, la iniquidad de este pueblo según tu gran misericordia, como desde Egipto hasta aquí lo has perdonado.”

20. Díjole Yavé: “Los perdono, según me lo pides;

21. mas por mi vida y por mi gloria, que hinche la tierra toda,

22. que todos aquellos que han visto mi gloria y todos los prodigios que yo he obrado en Egipto y en el desierto, y todavía me han tentado diez y diez veces, desoyéndome,

23. no verán la tierra que a sus padres juré dar. No; ninguno de los que así me han ultrajado la verá.

24. Sólo a mi siervo Caleb, que con espíritu del todo diferente me siguió enteramente, le haré yo entrar en esa tierra donde ha estado ya, y su descendencia la tendrá en posesión.

25. Mañana mismo volveos, y partid al desierto, camino del mar Rojo.”

Castigo

26. Yavé habló a Moisés y a Arón, diciendo:

27. “¿Hasta cuándo voy a estar oyendo lo que contra mí murmura esta turba depravada, las quejas contra mí de los hijos de Israel?

28. Diles, pues: Por mi vida, palabra de Yavé, que lo que a mis oídos habéis susurrado, eso haré yo con vosotros;

29. en este desierto yacerán vuestros cadáveres. De todos vosotros, los que en vuestro censo fuisteis contados de veinte años para arriba, que habéis murmurado contra mí,

30. ninguno entrará en la tierra que con juramento os prometí por habitación. Sólo Caleb, hijo de Jefoné, y Josué, hijo de Nun.

31. Pero a vuestros hijos, los que dijisteis que serían presa ajena, a éstos los introduciré yo; y ellos disfrutarán la tierra que vosotros habéis desdeñado.

32. Cuanto a vosotros, en este desierto yacerán vuestros cadáveres.

33. Vuestros hijos errarán por el desierto cuarenta años, llevando sobre sí vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos se consuman en el desierto.

34. Tantos como fueron los días de la exploración de la tierra, cuarenta, tantos serán los años que llevaréis sobre vosotros vuestras rebeldías: cuarenta años, año por día; y experimentaréis así mi aversión por vosotros.

35. Yo, Yavé, yo lo he dicho. Eso haré en esta perversa muchedumbre que se ha confabulado contra mí. En este desierto se consumirán: en él morirán.”

36. Todos aquellos a quienes mandó Moisés a explorar la tierra y de vuelta concitaron a la muchedumbre a murmurar contra él, desacreditando la tierra;

37. todos cuantos habían hablado mal de ella, murieron de mala muerte ante Yavé.

38. Sólo Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefoné, quedaron con vida de todos aquellos hombres que fueron a explorar la tierra.

Derrota

39. Moisés refirió todo esto a los hijos de Israel, y el pueblo quedó desolado.

40. Subieron por la mañana a la cumbre de un monte, diciendo: “Vamos a subir a la tierra de que nos habló Yavé, aunque hemos pecado.”

41. Díjoles entonces Moisés: “¿Por qué queréis contravenir a la orden de Yavé? Eso no puede saliros bien.

42. No subáis, porque no va Yavé en medio de vosotros y seréis derrotados por el enemigo.

43. Los amalecitas y cananeos están del lado de allá, frente a vosotros, y caeréis bajo su espada; porque, habiendo vuelto vosotros las espaldas a Yavé, El no estará con vosotros.”

44. Ellos temerariamente se obstinaron en subir a la cumbre del monte, pero el arca de la alianza de Yavé y Moisés no se movieron de en medio del campamento.

45. Bajaron el amalecita y el cananeo, que habitaban en aquellos montes, y los derrotaron, poniéndolos en fuga y persiguiéndolos hasta Jorma.

 

15

Algunas leyes relativas a los sacrificios

1. Yavé habló a Moisés, diciendo:

2. “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra de vuestra habitación, que yo voy a daros,

3. y hagáis a Yavé ofrenda de combustión, holocausto o sacrificio para cumplir un voto, o de vuestra voluntad, o en una de vuestras solemnidades, presentando a Yavé suave olor en bueyes u ovejas,

4. quien haga ofrenda a Yavé le presentará una ofrenda de flor de harina, un décimo de efá amasada con un cuarto de hin de aceite, que añadirá al holocausto o al sacrificio pacífico,

5. y un cuarto de hin de vino para la libación por cada cordero.

6. Si es por carnero, añadirá por cada uno la ofrenda de dos décimas de efá de flor de harina amasada con un tercio de hin de aceite;'

7. y presentará un tercio de hin de vino para la libación, perfume grato a Yavé.

8. Si fuere de buey el holocausto, ya en cumplimiento de voto, ya de sacrificio pacífico a Yavé,

9. presentará, a más de él, a Yavé, como ofrenda, tres décimas de efá de flor de harina amasada con medio hin de aceite,

10. y medio de vino para la libación, combustión de olor agradable a Yavé.

11. Así hará por cada buey, carnero o cabrito.

12. Cualquiera que sea el número de las víctimas que ofrezcáis, eso haréis por cada una.

13. Así lo harán todos los naturales al ofrecer víctimas de combustión en olor grato a Yavé.

14. Y si en vuestras generaciones un extranjero que habite en medio de vosotros o esté entre vosotros ofreciera ofrenda de combustión, de suave olor a Yavé, lo hará como lo hagáis vosotros.

15. Una misma ley regirá ante Yavé para vosotros los de la congregación y para el extranjero que con vosotros mora.

16. Una misma ley, un mismo derecho tendréis entre vosotros y el extranjero que habita entre vosotros.”

17. Habló Yavé a Moisés, diciendo:

18. “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hubiereis entrado en la tierra a la cual os llevo,

19. cuando comáis el pan de esa tierra, ofreceréis de él oblación a Yavé.

20. Como primicia de vuestra masa ofreceréis un pan, del mismo modo que ofreceréis las primicias de vuestra era.

21. De las primicias de vuestras masas ofreceréis oblación a Yavé en vuestras generaciones.

22. Si por inadvertencia faltareis, no poniendo por obra todos estos mandamientos que Yavé os ha dado por Moisés,

23. todo lo que Yavé os ha mandado por Moisés desde el día en que para vosotros lo dispuso, para todas vuestras generaciones en adelante,

24. entonces la inadvertencia cometida por la congregación será expiada por la ofrenda de ella toda ella, de un novillo en holocausto de suave olor a Yavé, con la oblación y la libación de rito y un macho cabrío por el pecado.

25. El sacerdote haga la expiación por toda la congregación de los hijos de Israel, y les será perdonado, porque fue por ignorancia y han presentado a Yavé su ofrenda de combustión y la víctima expiatoria por su inadvertencia ante Yahé.

26. Y le será perdonado a toda la congregación de los hijos de Israel y al extranjero que en medio de ellos habita, porque del pueblo todo fue la inadvertencia.

27. Si el que por inadvertencia pecó fuese uno solo, ofrecerá un cabrito primal por el pecado,

28. y el sacerdote hará la expiación ante Yavé por el que pecó por inadvertencia, para expiarle, y le será perdonado.

29. Para el indígena de los hijos de Israel y para el extranjero que habita en medio de vosotros tendréis la misma ley cuanto al pecado cometido por inadvertencia.

30. Pero cualquiera que sea, indígena o extranjero, el que con altiva mano obrara, ultrajando a Yavé,

31. ése será enteramente borrado de en medio de su pueblo; por haber menospreciado la palabra de Yavé y haber traspasado su mandato, será exterminado y llevará sobre sí su iniquidad.”

Castigo de un violador del sábado

32. Sucedió, cuando estaban los hijos de Israel en el desierto, que encontraron a un hombre recogiendo leña en sábado;

33. y los que le encontraron le denunciaron a Moisés y a Arón y a toda la asamblea;

34. y le encarcelaron, porque no había sido todavía declarado lo que había de hacerse con él.

35. Yavé dijo a Moisés: “Sin remisión, muera ese hombre. Que lo lapide el pueblo todo fuera del campamento.”

36. Y lo sacaron toda la asamblea fuera del campamento y lo lapidaron, muriendo, como se lo había mandado Yavé a Moisés.

Las filacterias

37. Yavé habló a Moisés, diciendo:

38. “Habla a los hijos de Israel y diles que de generación en generación se hagan flecos en los bordes de sus mantos y aten los flecos de cada borde con un cordón de color de jacinto,

39. a fin de que les sirva, cuando lo vean, para acordarse de todos los mandamientos de Yavé; para que los pongan por obra, sin irse detrás de los deseos de su corazón y de sus ojos, a los que se prostituyen;

40. porque así, acordándoos de mis preceptos y poniéndolos por obra, seréis santos a vuestro Dios.

41. Yo, Yavé, vuestro Dios, que os ha sacado de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios. Yo, Yavé, vuestro Dios.”

16

La sedición de Coré y su castigo

1. Coré, hijo de Isar, hijo de Caat, hijo de Leví; Datán y Abirón, hijos de Eliab, y On, hijo de Felet, de los descendientes de Rubén,

2. se alzaron y se pusieron enfrente de Moisés, arrastrando tras de sí a doscientos cincuenta varones de los hijos de Israel, todos de los principales de la asamblea, de los del consejo, hombres distinguidos.

3. Se conjuraron contra Moisés y Arón, y dijeron a éstos: “Básteos ser uno de tantos, pues santos son todos los de la asamblea, y en medio de todos está Yavé. ¿Con qué derecho os levantáis vosotros sobre la asamblea de Yavé?”

4. Apenas oyó esto Moisés, se echó rostro a tierra.

5. Después habló a Coré y a toda su facción, diciendo: “Mañana dará Yavé a conocer quién es el suyo y quién es el santo que desea cerca de sí; y al elegido, Él a sí lo acercará.

6. Haced esto: Tomad vuestros incensarios Coré y toda su facción;

7. poned mañana fuego en ellos, y sobre el fuego, el incienso ante Yavé; aquel a quien elija Yavé, ése será el santo. Esto os bastará, hijos de Leví.”

8. Y volviéndose después a Coré, añadió:

9. “Oídme, hijos de Leví: ¿Os parece todavía poco el haberos Yavé, Dios de Israel, segregado de la congregación de Israel, acercándoos a sí para que le sirváis en el tabernáculo de Yavé y estéis delante de la comunidad como ministros suyos?

10. Porque Él os ha elegido de ese modo a ti y a todos tus hermanos, hijos de Leví, ¿ambicionáis también ahora el sacerdocio?

11. Tú y tus partidarios habéis conspirado contra Yavé. ¿Qué es Aarón para que contra él vayan vuestras murmuraciones?”

12. Moisés mandó llamar a Datán y a Abirón, hijos de Eliab; pero ellos respondieron: “No queremos ir;

13. ¿todavía te parece poco habernos sacado de una tierra que mana leche y miel, para traernos a morir a un desierto, que también quieres seguir tiranizándonos?

14. No es a una tierra que mana leche y miel a donde nos has traído; ni un trozo de tierra nos has dado en posesión, ni una viña; ¿crees que están ciegos todos estos hombres? No, no vamos.”

15. Moisés, muy enojado, dijo a Yavé: “No atiendas a su oblación. Ni un asno siquiera he tomado yo de ellos; a nadie he perjudicado.”

16. Y luego dijo a Coré: “Tú y tus partidarios presentaos mañana ante Yavé; tú y ellos y Aarón.

17. Tomad cada uno un incensario y poned en él el incienso, y llegaos a Yavé cada uno con su incensario, doscientos cincuenta incensarios, tú también y Arón, con su incensario cada uno.”

18. Tomaron, pues, cada uno su incensario, pusieron en ellos el fuego y echaron sobre él incienso y se presentaron a la entrada del tabernáculo del testimonio con Moisés y Arón.

19. Coré había llevado tras sí a toda la asamblea a la entrada del tabernáculo de la reunión, y la gloria de Yavé se mostró a toda la asamblea.

20. Yavé dijo a Moisés y Arón:

21. “Apartaos de esa turba, que voy a destruirla en seguida.”

22. Ellos, postrándose rostro a tierra, dijeron: “¡Oh Dios, Dios del espíritu de toda carne! ¿No es uno el que ha pecado? ¿Por qué airarte contra toda la congregación?”

23. Yavé habló entonces a Moisés, diciendo:

24. “Habla a la congregación y di: Apartaos de en derredor del tabernáculo y de las tiendas de Coré, Datán y Abirón.”

25. Levantóse Moisés y se fue a donde estaban Datán y Abirón, yendo tras él los ancianos,

26. y habló a la congregación, diciendo: “Apartaos luego de las tiendas de estos impíos; no toquéis nada suyo, para que no perezcáis por sus pecados.”

27. Apartóse la muchedumbre de en derredor de las tiendas de Coré, Datán y Abirón. Datán y Abirón salieron a la puerta de sus tiendas y se quedaron allí en pie con sus mujeres, sus hijos y sus pequeños.

28. Dijo entonces Moisés: “Ahora vais a saber que es Yavé quien me ha enviado para hacer cuanto he hecho y que no lo hice de mi propio impulso.

29. Si éstos mueren de muerte natural, como mueren los hombres, no ha sido Yavé el que me ha enviado;

30. pero, si haciendo Yavé algo insólito, abre la tierra su boca y se los traga con todo cuanto es suyo y bajan vivos al seol, conoceréis que estos hombres han irritado a Yavé.”

31. Apenas acabó de decir estas palabras, rompióse el suelo debajo de ellos,

32. abrió la tierra su boca y se los tragó a ellos, sus casas y a todos los partidarios de Coré con todo lo suyo.

33. Vivos se precipitaron en el abismo y los cubrió la tierra, siendo exterminados de en medio de la asamblea.

34. Todo Israel que allí en torno se hallaba, al oír sus gritos, huyó por miedo de que los tragase también a ellos la tierra.

35. También los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso fueron abrasados por un fuego de Yavé.

Otro tumulto

36.  Después Yavé habló a Moisés, diciendo:

37. “Manda a Eleazar, hijo de Arón, sacerdote, que saque del incendio los incensarios, apartando el fuego, porque están santificados.

38. Los incensarios de esos que contra sus vidas pecaron, hazlos laminar, y reviste con las láminas el altar, pues se ofreció con ellos a Yavé, quedando santificados, y servirán de recuerdo para los hijos de Israel.”

39. Tomó Eleazar los incensarios de bronce con que habían ofrecido los abrasados, y los mandó laminar para revestir el altar,

40. para memoria de los hijos de Israel, para que ningún extraño a la estirpe de Arón se acerque a ofrecer el timiama ante Yavé, para no incurrir en la muerte de Coré y de sus secuaces, como lo había mandado Yavé a Moisés.

41. Al día siguiente, la muchedumbre de los hijos de Israel murmuraba contra Moisés y Arón, diciendo: “Vosotros habéis exterminado al pueblo de Yavé.”

42. Y mientras la asamblea se reunía contra Moisés y Arón, éstos se dirigieron al tabernáculo de la reunión; y he aquí que le cubrió la nube y apareció la gloria de Yavé.

43. Moisés y Arón se acercaron al tabernáculo de la reunión,

44. y Yavé habló a Moisés, diciendo:

45. “Quitaos de en medio de esa turba, que voy luego a destruirla.” Ellos se prosternaron rostro a tierra,

46. y Moisés dijo a Arón: “Toma el incensario; pon en él fuego del altar e incienso y corre a esa muchedumbre y expíala, porque se ha encendido la ira de Yavé y ha comenzado ya la mortandad.”

47. Tomó Arón el incensario, como se lo mandara Moisés, y corrió a la asamblea; ya había comenzado la plaga a hacer estragos en el pueblo; pero él tomó el incienso e hizo expiación por el pueblo,

48. y se quedó entre los muertos y los vivos hasta que cesó la mortandad.

49. Habían perecido en aquella mortandad catorce mil setecientos, sin contar los que murieron por lo de Coré.

50. Después, cuando hubo cesado la mortandad, se volvió Arón a la entrada del tabernáculo de la reunión, donde estaba Moisés.

17

La vara de Arón

1. Habló Yavé a Moisés, diciéndole:

2. “Habla a los hijos de Israel y haz que te entreguen una vara cada uno de los príncipes de casa patriarcal, una por cada una de las doce casas patriarcales, y escribe en cada una el nombre de una de ellas.

3.  El nombre de Aarón lo escribirás en la vara de Leví, pues cada vara ha de llevar el nombre del cabeza de cada casa patriarcal.

4. Ponlas todas en el tabernáculo, delante del testimonio, desde el cual yo hablo.

5. Florecerá la vara de aquel a quien elija yo, a ver si hago cesar de una vez las quejas y murmuraciones de los hijos de Israel contra vosotros.”

6. Habló Moisés a los hijos de Israel, y todos sus jefes le entregaron las varas, una por cada casa patriarcal, doce varas; a ellas se unió la vara de Arón.

7. Y Moisés las puso todas ante Yavé en el tabernáculo de la reunión.

8. Al día siguiente vino Moisés al tabernáculo, y la vara de Arón, la de la casa de Leví, había echado brotes, yemas, flores y almendras.

9. Sacó Moisés las varas a los hijos de Israel, y tomó cada uno su vara.

10. Yavé dijo a Moisés: “Vuelve la vara de Arón al testimonio, y guárdese en él, para que sirva de memoria a los hijos de los rebeldes y que cesen así sus quejas contra mí y no mueran.”

11.  Hízolo así Moisés; como Yavé se lo había mandado, así lo hizo.

12. Los hijos de Israel hablaron a Moisés, diciendo: “Está visto, muertos somos, perdidos, perdidos todos;

13. cuantos pretenden acercarse al tabernáculo de Yavé perecen. ¿En verdad habremos de perecer todos?”

18

Deberes y derechos de los levitas

1. Dijo Yavé a Aarón: “Tú y tus hijos, y la casa de tu padre contigo, llevaréis sobre vosotros la iniquidad del santuario; tú y tus hijos contigo, la de vuestro sacerdocio.

2. Cuanto a ti, a tus hermanos, la tribu de Leví, la tribu de tu padre, admítelos contigo al servicio del santuario como adjuntos para que te sirvan cuando tú y tus hijos estéis en el tabernáculo de la reunión.

3. Estarán a tu servicio y al de todo el tabernáculo; pero no han de acercarse ni a los utensilios del santuario ni al altar, para no morir ellos y vosotros.

4. Los tendrás como adjuntos, y tendrán a su cuidado el tabernáculo de la reunión, para hacer todo el servicio. Ningún extraño se acercará a vosotros.

5. Tendréis el cuidado del santuario y del altar, para que no se desfogue ya más la ira contra los hijos de Israel.

6. Yo he tomado de entre los hijos de Israel a los levitas, vuestros hermanos, y os los he dado a vosotros, don de Yavé, para hacer el servicio del tabernáculo de la reunión.

7. Pero tú y tus hijos ejerceréis vuestro sacerdocio en cuanto concierne al altar y del velo adentro; sois vosotros los que habéis de hacer este servicio. Yo os he dado en puro don vuestro sacerdocio, y el extraño que pretenda acercarse morirá”.

8. Dijo también Yavé a Arón: “Te encomiendo también la guarda de mis ofrendas, y os doy todas las cosas santas de los hijos de Israel, por razón de la unción, a ti y a tus hijos por ley perpetua.

9. He aquí lo que de combustiones de las cosas santísimas te corresponderá. Todas sus ofrendas, toda oblación, todo sacrificio expiatorio que me ofrezcan, todas estas cosas, como cosas santísimas, serán para ti y para tus hijos.

10. Las comeréis en lugar santísimo, las comerán todos los varones, y serán cosas santas para vosotros.

11. También será tuyo esto otro: lo que de sus dones se reserva de toda ofrenda mecida de los hijos de Israel; os lo doy a ti y a tus hijos, y a tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; todo el que sea puro de tu casa, lo comerá.

12. Todo lo mejor del aceite, del mosto y del trigo,

13. las primicias de su tierra, que han de traer a Yavé, tuyas son; todos los que de tu casa estén limpios comerán de ellos.

14. Todo cuanto en Israel sea consagrado al anatema, te pertenecerá.

15. Todo primogénito de toda carne, así de los hombres como de los animales que han de ofrecer a Yavé, será tuyo.

16. Harás rescatar los primogénitos de los hombres y los primogénitos de los animales impuros. Harás que sean rescatados cuando tengan un mes, y según tu estimación, en cinco siclos de plata, al siclo del santuario, que es de veinte gueras;

17. pero no aceptarás rescate por el primogénito de una vaca, de una oveja ni de una cabra; serán cosas santas; derramarás su sangre en torno del altar, quemarás su sebo en sacrificio de combustión, de olor grato a Yavé,

18. y su carne será para ti, como lo es el pecho que se mece y la pierna derecha.

19. Todo cuanto de las cosas santas se reserva, lo que reservan los hijos de Israel para Yavé, te lo doy a ti, a tus hijos y a tus hijas, contigo en estatuto perpetuo; es pacto de sal perpetuo ante Yavé contigo y con toda tu descendencia”.

20. Dijo también Yavé a Arón: “Tú no tendrás tu parte de la heredad en su tierra, y no habrá parte para ti en medio de ellos; soy yo tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel.

21. Yo doy como heredad a los hijos de Leví todos los diezmos, por el servicio que prestan, por el servicio del tabernáculo de la reunión.

22. Los hijos de Israel no han de acercarse ya más al tabernáculo de la reunión, no lleven sobre sí el pecado y mueran.

23. Serán los levitas los que harán el servicio del tabernáculo de la reunión, y ellos los que sobre sí llevarán la iniquidad. Por ley perpetua entre vuestros descendientes, no tendrán heredad en medio de los hijos de Israel,

24. pues yo les doy por heredad las décimas que los hijos de Israel han de entregar a Yavé; por eso les digo: No tendréis heredad en medio de Israel.”

25. Habló Yavé a Moisés, diciendo:

26. “Habla a los levitas y diles: Cuando recibáis de los hijos de Israel las décimas de sus bienes, que yo os doy por heredad vuestra, presentaréis a Yavé en ofrenda una décima de la décima,

27. y esta ofrenda os será contada como si fuese el trigo de la era o el mosto del lagar.

28. Así ofreceréis también vosotros a Yavé una ofenda de todas las décimas que recibáis de los hijos de Israel, y esta ofrenda reservada a Yavé se la daréis al sacerdote Arón.

29. De todos los dones que recibáis, reservaréis la ofrenda a Yavé, de todo lo mejor, la porción santa que de ellos habéis de consagrarle.

30. Les dirás: Una vez reservado lo mejor, la décima será para los levitas, como fruto de la tierra o fruto del lagar;

31. la comeréis en cualquier lugar, vosotros y vuestras familias, porque es vuestro salario por el servicio que prestáis en el tabernáculo de la reunión.

32. Una vez ofrecido lo mejor en ofrenda, no incurrís ya en culpa ni profanáis las cosas santas de los hijos de Israel, y no moriréis.”

19

El agua lustral

1. Habló Yavé a Moisés y Arón, diciéndoles:

2. “He aquí la ordenación de ley que prescribe Yavé: Di a los hijos de Israel que te traigan una vaca roja perfecta, sin defecto, y que no haya llevado todavía el yugo sobre sí;

3. se la entregaréis a Eleazar, sacerdote, y él la sacará fuera del campamento, la hará degollar en su presencia,

4. y, tomando de su sangre con el dedo, aspergerá con ella hacia el frente del tabernáculo de la reunión siete veces.

5. Hará quemar la vaca en su presencia, quemando la piel, la carne y la sangre y los excrementos.

6. Tomará luego el sacerdote madera de cedro, hisopo y púrpura, y lo echará en medio del fuego en que arde la vaca.

7. El sacerdote lavará luego sus vestidos y su cuerpo con agua, y entrará después en el campamento; será inmundo el sacerdote hasta la tarde.

8. Lo mismo el que la quemó: lavará con agua sus vestiduras y su cuerpo, y será inmundo hasta la tarde.

9. Un hombre limpio recogerá las cenizas; las recogerá y las llevará fuera del campamento a un lugar limpio, y las guardará la asamblea de los hijos de Israel para el agua expiatoria. Es agua de expiación.

10. El que recogió las cenizas de la vaca, lavará sus vestidos y será inmundo hasta la tarde. Será ésta, para los hijos de Israel, y para el extranjero que habita entre ellos, ley perpetua.

11. El que tocare un muerto, cualquier cadáver humano, se hace impuro por siete días,

12. y se purificará con esta agua al tercer día, y al séptimo será puro; no quedará limpio hasta el séptimo.

13. Quien tocare un muerto, el cadáver de un hombre, y no se purificare, contamina el tabernáculo de Yavé, y será borrado de Israel, porque no se purificó con el agua lustral; será inmundo, quedando sobre él su inmundicia.

14. Esta es la ley: Cuando muriere alguno en una tienda, todo el que entre en la tienda y cuanto en ella hay será inmundo por siete días;

15. toda vasija que no tenga tapadera será inmunda;

16. y cualquiera que en campo abierto tocare un muerto de espada o un muerto cualquiera, o huesos humanos, o un sepulcro, será inmundo por siete días.

17. Para quien esté inmundo, tomarán de la ceniza de la vaca quemada en sacrificio expiatorio y echarán sobre ella un vaso de agua viva;

18. uno que esté limpio tomará hisopo y, mojándolo en el agua, aspergerá la tienda y todos los muebles y todas las personas que en ella hubiere, o al que hubiere tocado huesos humanos, o al matado, o al muerto, o un sepulcro.

19. El limpio aspergerá al inmundo el tercero y el séptimo día; y, purificado el impuro el séptimo día, lavará sus vestidos, y a la tarde será puro.

20. El inmundo que no se purifique será borrado de la congregación, por haber contaminado el santuario de Yavé; no habiendo sido rociado con el agua lustral, es inmundo.

21. Será ley perpetua, y el que haga aspersión al otro con el agua lustral, lavará sus vestidos, y quien tocare el agua lustral será inmundo hasta la tarde.

22. Todo el que tocare el inmundo, será inmundo, y quien algo de ello tocare, será inmundo hasta la tarde”.

20

Las aguas de Meriba

1. Llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de Sin el primer mes, y acampó el pueblo en Cades. Allí murió María y allí fue sepultada.

2. No había allí agua para la muchedumbre, y ésta se amotinó contra Moisés y Arón.

3. El pueblo se quejaba contra Moisés, y decía: “¡Ojalá hubiéramos perecido cuando perecieron nuestros hermanos ante Yavé!

4. ¿Por qué has traído al pueblo de Yavé a este desierto a morir, nosotros y nuestros ganados?

5. ¿Por qué nos sacaste de la tierra de Egipto, para traernos a un lugar tan horrible como éste, que no puede sembrarse ni tiene viñas, ni higueras, ni granados, y donde ni agua siquiera hay para beber?”

6. Moisés y Arón se apartaron de la muchedumbre, a la entrada del tabernáculo de la reunión, y postráronse rostro a tierra. Apareció la gloria de Yavé,

7. y Yavé habló a Moisés, diciendo:

8. “Toma el cayado y reúne a la muchedumbre, tú y Arón, tu hermano, y en su presencia hablad a la roca, y ésta dará sus aguas; de la roca sacarás agua para dar de beber a la muchedumbre y a sus ganados.”

9. Moisés tomó de delante de Yavé el cayado, como se lo había él mandado;

10. juntando Moisés y Arón a la muchedumbre delante de la roca, les dijo: “¡Oíd, rebeldes! ¿Podremos nosotros hacer brotar agua de esta roca?”

11. Alzó Moisés su brazo e hirió con el cayado la roca dos veces, y brotaron de ella aguas en abundancia, y bebió la muchedumbre y sus ganados.

12. Yavé dijo entonces a Moisés y a Aarón: “Porque no habéis creído en mí, santificándome a los ojos de los hijos de Israel, no introduciréis vosotros a este pueblo en la tierra que yo les he dado.”

13. Estas son las aguas de Meriba (Querella), donde los hijos de Israel se querellaron contra Yavé, que les dio una prueba de su santidad.

Edom se niega a dar paso a Israel

14. Mandó Moisés embajadores desde Cades al rey de Edom para que le dijesen: “Israel, tu hermano, te dice: Tú sabes todas las peripecias que nos han ocurrido:

15. cómo nuestros padres bajaron a Egipto, y hemos estado en Egipto largo tiempo, y cómo nos maltrataron los egipcios a nosotros y a nuestros padres;

16. cómo clamamos a Yavé, y oyó éste nuestra voz, y mandó a su ángel, que nos sacó de Egipto; y que estamos aquí en Cades, ciudad situada al extremo de tu territorio.

17. Te rogamos, pues, que nos des paso libre por tu territorio. No atravesaremos tus sembrados ni tus viñas, ni beberemos el agua de tus pozos; iremos por el camino real, sin apartarnos ni a derecha ni a izquierda, hasta que salgamos de tu territorio”

18. Edom respondió: “No pasarás, o me opondré con las armas contra ti”.

19. Dijéronle entonces los hijos de Israel: “Iremos por el camino trillado, y si de tus aguas bebo yo y mis ganados, te daremos el precio de ellas; es cosa de nada, sólo con mis pies tocaré tu tierra.”

20. Pero Edom respondió: “No pasarás.” Y salió Edom contra él con mucha gente fuertemente armada.

21. No dio Edom paso por su territorio, e Israel se alejó de él.

Muerte de Arón

22. Alzando de Cades el campamento, llegó Israel con toda la muchedumbre al monte Or.

23. Yavé habló a Moisés y a Arón en el monte Or, que está en los confines de la tierra de Edom, diciendo:

24. “Arón va a reunirse con su pueblo, pues no ha de entrar en la tierra que yo voy a dar a los hijos de Israel, porque fuisteis rebeldes a mi mandato en las aguas de Meriba.

25. Toma a Arón y a su hijo Eleazar y sube con ellos al monte Or,

26. y allí que se desnude Arón de sus vestiduras, y reviste de ellas a Eleazar, su hijo, porque allí se reunirá Arón con los suyos; allí morirá.”

27. Hizo Moisés lo que mandaba Yavé, y a la vista de toda la asamblea subieron al monte Or.

28. Moisés hizo que se desnudara Arón de sus vestiduras, y revistió de ellas a Eleazar, su hijo; y allí murió arón en la cumbre del monte. Moisés y Eleazar bajaron del monte,

29. y, viendo la muchedumbre que Arón había muerto, hicieron duelo por él todas las familias de Israel por treinta días.

 

C.R.Y&S

 

LA SAGRADA BIBLIA